Page 1 of 25
1 2 3 25

Educatrónica, autonomía comunitaria y sociedad sustentable

Lev M. Velázquez Barriga[1]

Es la primera vez en dos décadas que, siendo docente de tele-secundaria, dispongo de una televisión inteligente y un decodificador de señal para la programación de educación a distancia (EDUSAT), aunque sin internet wifi y con dificultades para acceder a la red insostenible del móvil personal. En ninguno de los centros escolares he contado con una computadora para uso pedagógico; por supuesto, no soy la excepción de los profesores y las escuelas rurales, más bien parece la regla.

En estas circunstancias, en las que las escuelas no han superado del todo las carencias de infraestructura de la tercera revolución industrial: microelectrónica, informática computacional e internet; ya están bien adentrados otros avances mundiales, científico tecnológicos de cuarta generación, que nos colocan frente a nuevas necesidades, retos y debates; los de la educatrónica, robótica e inteligencia artificial.

Sobre los tres tópicos anteriores, se desarrolló un curso-taller interinstitucional CREFAL, SEP, SEE y el IISUE-UNAM[2], al que asistimos docentes de educación básica y después alumnos de comunidades. Ciertamente se trató de un trayecto de formación donde se apremió más lo práctico que la teoría; no obstante, se pueden hacer algunas reflexiones propias y referir otras que fueron colocadas por el equipo de asesores, como posicionamientos epistémicos personales y orientaciones éticas y pedagógicas del grupo de investigadores de la UNAM.

Partimos de la necesidad de aprender de origen los lenguajes, principios y bases de la programación, robótica y la IA para el desarrollo autónomo de las tecnologías convergentes; es decir, en la independencia de los intereses mercantiles y rentables de las Big Tech[3], cuyas orientaciones fundamentales son la alfabetización 3.0 y 4.0 para el consumismo de la estantería material  y digital de Lego, Google for Education y otros mega corporativos.

Estas empresas del edunegocio, no son las únicas, pero sí las más presentes en la recolonización cultural escolar, cuyo territorio fue invadido en décadas anteriores por el enfoque de estandarización basado en competencias del Banco Mundial y de la administración gerencial escolar de la OCDE. Antes como ahora, estamos ante ese latente proceso de privatización silenciosa de la educación, a través de modelos empresariales de aprendizaje, transferencias de las economías familiares y salarios docentes a la adquisición de ferretería tecnológica, que no deja de tener un sentido instrumental u operacional de la educación y la tecnología.

Uno de los modelos pedagógicos de la privatización silenciosa más recurridos por las narrativas de multilaterales, organismos empresariales y gubernamentales, es el STEM; que para expiarse de culpas o exfoliarse de críticas, por su clara filiación al reduccionismo productivista de las empresas hegemónicas del capitalismo de la era digital, se ha propuesto agregar a este acrónimo anglosajón la A de arte y la H de humanidades; sin embargo, esto no cambia las nociones que los mega corporativos del imperio norteamericano GATAM (con inclusión de Tesla) o del este asiático BATX[4] que, tras el reseteo mundial de la educación in/pos pandémico, expanden con mayor intensidad la idea de que es urgente formar un tipo de capital humano apropiado para las economías conectadas en sus (recalco el posesivo en plural) plataformas online.

De ahí que, las alianzas estatales con sus instituciones públicas de educación superior, sea un imperativo necesario para fomentar la autodeterminación del bien común en sus sectores estratégicos tecnológicos; además, porque es posible recurrir a experiencias y construcciones propias de metodologías del aprendizaje y el desarrollo de habilidades que han sido pensadas en contextos para la resolución de necesidades humanas y endógenas; cuando esto sucede, las comunidades de aprendizaje que se apropian de los lenguajes y las bases de las ingenierías convergentes, son capaces de crear propuestas utilizando materiales accesibles, reciclables, incluso, resignificando tecnologías comunitarias, justo como sucedió en este curso con los docentes de educación básica.

Para separarse de la noción consumista de lo social, que reduce al ser y la naturaleza como insumos rentables, una vía del pensamiento epistémico es la del “homo complexus, veritas complexa”[5]; entonces, la educatrónica no tendría como objetivo crear robots o la programación de algoritmos, sino el desarrollo integral de la persona, la comprensión y el abordaje de la realidad a partir del diálogo de conocimientos y saberes, para crear soluciones posibles a problemáticas planteadas por una comunidad local/global o propuestas de bienestar social, teniendo como puente estas nuevas tecnologías.

Aquí, podemos abrir otro debate: el lugar para la enunciación de la verdad y la construcción del conocimiento y su validez, tampoco son los dispositivos de las Big Tech ni las inteligencias artificiales o los buscadores digitales de información; todos ellos se producen también desde un territorio político e ideológico de clase social, en tanto burguesías hegemónicas y emergentes del capitalismo cognitivo, digital y de plataformas. Cada sociedad plurinacional o comunidad, que es capaz de tejer alianzas con sus instituciones educativas públicas, saberes e intereses propios, puede tomar otro sentido común, en el que el conocimiento se enuncia y se valida desde el territorio de la soberanía histórico, cultural y científica de los pueblos, por encima de las oligarquías económicas.

Pese a las agendas globales para un mundo mejor, tal es el caso de los ODS[6],  discutidas y supuestamente promovidas por estos oligarcas de la tecnología que se reúnen en el Foro Económico Mundial, no sólo evaden educar para una economía solidaria, tampoco lo hacen para una ciudadanía de paz y la sustentabilidad planetaria, sin pobreza ni deterioro ambiental; baste ver los anaqueles de juguetería, repletos de lego y marvel, que son para el desarrollo de habilidades STEM, pero construyendo máquinas robóticas de guerra.

Si el actual modelo educativo de nuestro país, quiere construir una verdadera Nueva Escuela Mexicana, debería seguir fortaleciendo estas alianzas públicas, tomar distancia de la privatización silenciosa de propuestas de desarrollo tecnológico empresarial (como el STEM) y recuperar las propias, continuar con el impulso a los trayectos de formación que den sentido a la autonomía profesional de los maestros y la autodeterminación de las comunidades.

 

Referencias

[1] Doctor en Pedagogía Crítica y profesor rural de telesecundaria. Como @levmx666 en la red social X.

[2] Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL); Secretaría de Educación Pública (SEP); Secretaría de Educación en el Estado de Michoacán (SEE); Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México (IISUE-UNAM).

[3] Big Tech  (Gigantes Tecnológicos).

[4] Acrónimos en español: Ciencias Tecnología Ingeniería Matemáticas (STEM);  Google Amazon Tesla Apple Microsoft Meta (GATAM) y Baidu Alibaba Tencent Xiaomi (BATX).

[5] Hombre complejo, realidad compleja.

[6] Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Comparte este contenido:

Libro (PDF): ¿Quién se apropia de qué? tecnologías digitales en el capitalismo de plataformas

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Esperamos que la lectura de estos artículos contribuya al debate urgente sobre la direccionalidad que como sociedad queremos imprimir a nuestras prácticas a partir de la integración de las tecnologías digitales en todas las dimensiones de la vida. Para que, desde una perspectiva crítica y lúdica, podamos participar con mejores herramientas en la apropiación de estas tecnologías para la emancipación y autonomía. Del Prólogo

Autoras(es): Susana Morales. Elizabeth Vidal. [Coordinadoras]

Editorial/Edición: CLACSO. Red de Investigadores sobre Apropiación de Tecnologías. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Córdoba.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-224-2

Idioma: Español

Descarga: ¿Quién se apropia de qué? tecnologías digitales en el capitalismo de plataformas

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2588&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1652

Comparte este contenido:

El uso responsable del móvil en adolescentes, una asignatura pendiente

El avance hacia una educación digital responsable, tal y como defiende el Consejo Escolar del Estado, implica establecer límites de tiempos y espacios de utilización de los dispositivos dentro y fuera de los centros. Pero, ¿cómo se incide en la juventud para un uso sano de las tecnologías?, y ¿qué papel juega la gestión emocional en todo este asunto?

En una entrevista para AHORA, Elsa Punset habla de la importancia de encontrar el equilibrio en el uso de la tecnología por parte de los niños y niñas. “La alfabetización emocional implica que el niño o niña aprende a poner nombres a sus emociones, en cambio la tecnología tiende a activar nuestras emociones y agitarlas sin enseñarnos a ponerles coto”.

La tecnología no solo es divertida o entretenida, sino que también es “adictiva”. Esas descargas de dopamina son las que provocan ese enganche, ese querer más. Es probable que a medida que se avanza en edad, se es más consciente de cuándo y cómo se deben usar los diferentes dispositivos. Pero, “un niño o una niña no está fisiológicamente preparado para resistir la tentación de sacar su móvil, no tiene una corteza frontal madura que le ayude a gestionar esas tentaciones”, apuntaba la escritora y divulgadora.

Juegos de mesa, dinámicas y cuentos

La cuestión sobre el impacto que puede tener el abuso de las pantallas en los niños y niñas ha suscitado la demanda de talleres sobre gestión emocional y prevención de adicción a nuevas tecnologías en diferentes centros del territorio. “Desde Cruz Roja en Cuenca, hemos observado que las redes sociales y el uso excesivo del móvil, pantallas o videojuegos, hace que aumente la agresividad y que además no sepan gestionar, en ocasiones, lo que les pasa”, apunta Lucía Martínez, técnica de Cruz Roja Juventud en Cuenca.

NO HAY QUE PERDER DE VISTA UN BUEN MANEJO DE LAS EMOCIONES A ESTAS EDADES

En 2023, la demanda de Talleres para la Gestión de las Emociones se ha visto incrementada en la provincia de Cuenca tanto por el número de talleres solicitados como de nuevos centros demandantes. Como resultado, se ha incrementado por dos el número de talleres impartidos -en concreto 28, frente a los 15 impartidos en 2022- y se ha pasado de 10 a 14 centros. En consecuencia, los alumnos y alumnas atendidos se han incrementado en un 147%, pasando de 304 alumnos en 2022 a 752 en el último año.

“Nuestro colegio es digital, el alumnado empieza a estudiar digitalmente a partir de 5º de primaria, por ello consideramos que para un uso correcto de las tecnologías no hay que perder de vista un buen manejo de las emociones a estas edades”, comenta Juan Carlos, director del colegio Isaac Albéniz en Cuenca. Las edades a las que van dirigidos los talleres que se imparten desde Cruz Roja Juventud van desde los 3 años hasta los 17. “Sobre todo nos enfocamos en colegios porque están detectando que muchos niños y niñas no saben identificar sus emociones y los papás y las mamás no saben cómo ayudarles o darles herramientas”, explica Lucía Martínez.

Trabajar desde la “gamificación” es por lo que apuestan estos talleres de gestión emocional. Educar a través de lo palpable, de juegos de mesa, dinámicas conjuntas, cuentos, manualidades… De esta forma se sienten parte y conectan con su propia emoción o realidad. “Les llevamos herramientas como ‘El bote de la calma’. Es un bote que junto a ellos y a ellas llenamos de agua, purpurina y bolitas con el objetivo de agitarlo cuando sientan nervios. Con esta manualidad verán cómo el agua se va calmando una vez dejan de agitar, es una forma muy visual de ver por donde transitan sus emociones”, añade.

El insulto detrás de una pantalla

Hemos observado que antes los insultos o las situaciones de acoso escolar quizás eran más fáciles de detectar o cortar porque pasaban en el propio centro; ahora no tienen por qué pasar aquí, sino fuera y a través de redes sociales. Entonces vemos como algo que ocurre fuera salpica dentro y esto es preocupante”, expresa el director del colegio Isaac Albéniz en Cuenca.

El impacto del mal uso de los dispositivos móviles en el rendimiento académico y el peligro que implica por la mayor facilidad de hacer bullying a algún compañero o compañera ha llevado a que el debate sobre la restricción de los dispositivos en las aulas vuelva a estar a la orden del día.

Desde Cruz Roja Juventud en Zaragoza se están impartiendo talleres en institutos no solo de gestión emocional, sino también de nuevas tecnologías o adicción al móvil. Una práctica inadecuada o excesiva de la tecnología puede desencadenar en ansiedad, fracaso escolar, obesidad, problemas de visión… “Estos talleres que impartimos los solemos llevar a lo práctico, a lo real. Solemos ponernos por ejemplo en la piel de algún famoso que ellos y ellas reconozcan fácilmente…yo suelo hablarles mucho de Ibai, pongo un vídeo suyo donde él cuenta que no es tan fácil ser gamer, habla de todo lo que conlleva y los límites que hay que poner a la hora de navegar por redes sociales”, defiende Ernesto Vegas, voluntario y referente de Cruz Roja Juventud en Zaragoza.

ANTES LOS INSULTOS PASABAN EN EL PROPIO CENTRO, AHORA NO TIENEN POR QUÉ PASAR AQUÍ

Sensibilizar y prevenir no es una tarea fácil, pero es la vía por la que apuesta la Organización para tratar de incidir de forma positiva en la juventud. “Estos talleres nos ayudan a conocernos mejor, nos hablan sobre los sentimientos y las emociones y cómo podemos adquirir herramientas fáciles para mejorar nuestro comportamiento con los teléfonos o tablets”, dice Inés, alumna que ha asistido a uno de los talleres de Cruz Roja Juventud.

Es un trabajo conjunto

Como defiende Elsa Punset en su entrevista para AHORA, “educar es un camino de doble sentido”. Fuera de las aulas, los y las menores pasan unas cuatro horas conectados a las pantallas, pero está claro que el control o los límites no son únicamente tarea suya, sino que los familiares y el profesorado deben remar de forma conjunta. “En el colegio trabajamos las emociones con el alumnado en la asignatura de Valores y además, a las familias les ofrecemos también talleres de gestión emocional, pero hay veces que nos cuesta llegar más allá. Desde el colegio podemos incidir hasta cierto punto, pero el trabajo también se tiene que hacer en casa para que tenga una continuidad y un avance a futuro, hay que ir de la mano”, defiende esperanzador el director Juan Carlos.

Explorar países a través de Google Earth, aprender un idioma, escuchar podcast infantiles, hacer videollamada con los abuelos… Internet ofrece a los y las más pequeñas posibilidades infinitas, educativas y positivas, pero el hilo entre los beneficios y los riesgos es muy fino a ciertas edades. De ahí, la importancia de ser ejemplo y guía en casa y en el aula. “Al final, lo que más necesitan los niños y niñas a estas edades es caerse, jugar, saltar, correr, mirarse a los ojos, no perder lo social, lo colectivo”, concluye.

https://www2.cruzroja.es/web/ahora/el-uso-responsable-del-movil-en-adolescentes-una-asignatura-pendiente

Comparte este contenido:

Y lo siguen queriendo llamar educación

Por José Turpín Saorín

Recientemente se ha aprobado una ley en la Asamblea Regional de Murcia donde se prohíbe que los teléfonos móviles del alumnado estén encendidos dentro de las instalaciones del centro educativo a no ser que el profesor/a de turno lo crea necesario como herramienta “ad hoc”, para el buen desarrollo de su laborar. Una vez más, sin consulta previa a los docentes, como tantas otras, y aquí seguimos… ¿verdad? No es el tema ni cuestión a focalizar ahora, pero aviso a navegantes… ¿hasta cuándo?

Retomemos, “Prohibido los móviles en la escuela” incluso el llevarlos encendidos. Hace ya unos años, 2002, Turcke publicó el libro “La sociedad excitada” en la que explicaba un nuevo estado (ser) del sujeto, en donde la pantalla se conformaba, tanto en el trabajo como en su tiempo libre e íntimo, como parte existencial (ontológica) del sujeto. Llegando a afirmar en un momento del libro que, en tiempos actuales, si una existencia no es emitida mediática y electrónicamente, sería que no se ha dado, como si fuera una no existencia viva. En este contexto, hoy podríamos afirmar, que en el caso del móvil el consumo continuo de estímulos audiovisuales alcanza un nivel incomparable a cualquier otro producto. Cultura del teléfono móvil. Y nosotros por ley prohibiendo.

Al respecto señalar que la prohibición se basa en la construcción negativa de la ética, lo que incita a una “natural” resistencia y no implícito aquí ninguna propuesta de ética anarquista, sino el hecho de que lo que no se debe discutir, pues se discutió y se ha decidido. De alguna manera, tema zanjado. Y estarán en que la prohibición ocupa un lugar importante en la economía psíquica de la vida a la vez origen de los mecanismos de defensa y represión del poder. De hecho, el propio Aristóteles en el capítulo XIII libro primero de La Gran Moral afirmaba:

Siempre que fuera del ser humano existe una causa que los obliga a ejecutar lo que contraría a su voluntad, se dice que estos seres hacen por fuerza lo que hacen. De otra manera, el hombre que no se domina sostendrá que no es responsable de su vicio, y justificará que si comete la falta es porque se ve forzado por la costumbre, el hábito o el deseo. Ésta será, pues para nosotros la definición de la violencia y de la coacción: hay violencia siempre que la causa que obliga a los seres a hacer lo que hacen es exterior a ellos; y no hay violencia desde el momento que la causa es interior y que está en los seres mismos que obran”.

¿Qué podríamos aprehender? Debemos evitar y más en la escuela imponer “nuestro criterio” sin los otros/as y sobre todo sin esa potencial posibilidad que y desde nuestro laborar (educāre-educĕre) tenemos y debemos implementar. Pensar en términos morales del uso, los usos que hacemos de las “nuevas tecnologías” y en concreto del móvil. Pero fíjense y termino este apartado, considero que la moral no se puede enseñar pues son más los paradigmas sociales, familiares, mediáticos, pero sí, en la escuela y desde la escuela reflexionar y se piense. Y ahí entraría, entre otros, el tema que nos ocupa.

Exhorto palabras de Erich Fromm en Ética y psicoanálisis cuando afirmaba:

La ética autoritaria y prohibitiva niega formalmente la capacidad del ser humano para saber lo que es bueno o malo”.

Y en línea considero que cuando acciones tan naturales como sacar un móvil y mirarlo, para cualquiera, más en una joven de 14-17 años, y se prohíbe, en gran medida se pierde la legitimidad o la autoridad que se procura poseer como moralistas y, lo que es peor aún como previamente señalé, las prohibiciones banales conducen al rechazo de las mismas. Y termino al respecto… ¿Es la prohibición la respuesta que desde nuestra institución educativa podemos, y debemos representar? Recomiendo que más que imponer, se sugieran alternativas más convenientes… ejercer más responsablemente. Y hablar de nuestro laborar. Pues, el móvil nos conforma y nos forma, herramienta que más que necesaria, insisto, nos conforma. Y el papel de la sociedad moderna, libre y democrática es que su sistema educativo, entre otros, funcione y se adapte y cumpla con su papel formativo y educativo. Nuestro papel como docentes no pasa en ir persiguiendo, sancionando, castigando, llamando a madres, porque su hijo iba mirando el móvil en un pasillo durante un cambio de clase o en el recreo. Pues, el gesto que yo puedo hacer de mirar la hora girando la muñeca, una joven de 15 años lo hace sacando un dispositivo del bolsillo y mirándolo.

El mal uso que se viene haciendo del móvil, en lo cual podríamos coincidir, debería ser todo un reto para el laboral docente, sin embargo, la prohibición es un fracaso de ese mismo quehacer. Aseguro además que ese mal uso del móvil no es el peor de nuestros males como docentes y sí una mayor autoridad social y política sobre nuestras cuestiones y sobre nuestras actuaciones, donde se nos tuviera en cuenta y fuente donde estos poderes políticos y sociales fuesen a beber. Y no es la primera vez que lo señalo, la profesión tan necesaria, bonita e ilusionante de la docente (guía, apoyo, transmisión de valores educativos, diagnóstico, orientación) no tiene que ver nada con decisiones tipo como la que nos ocupa. Mientras no hablamos de ratios (alumnado por clase) programas, transversales, transdisciplinares y ante todo en un contexto de un tiempo de agotamiento en el que las cosas se nos escapan de las manos y no se vislumbran claramente objetivos en el horizonte. ¿Dónde ubicar la figura del/ la docente? ¿para qué hemos quedado? ¿podría ser este el final de un laborar docente, la condición de posibilidad de nuestra profesión, que tan bien señaló Hegel en la metáfora de la “Lechuza de Minerva”? Y es que los hechos no son siempre lo que parecen ni lo que deberían ser. Considero que enseñar críticamente como condiciones del diálogo democrático se convierte hoy en un fin urgente de nuestro quehacer como docentes, al tiempo que peligroso para nuestros políticos. Nosotros ya estamos siendo moldeados, seguimos… ¿y como un apéndice más moldeamos o bebemos del maestro Don Gregorio (La lengua de las mariposas) aún a riesgo de terminar como él?

Pero insisto… que “no lo llamen educación”.

 

Comparte este contenido:

Mar Benegas: “Las pantallas están reemplazando la narración que el niño necesita para comprender la vida”

Autora española de más de una treintena de libros para público infantil y reconocida promotora de la lectura, habla de la importancia de las palabras y la compleja relación entre los niños y la tecnología. Es la primera entrega sobre infancia de la escritora chilena María José Ferrada para EL PAÍS.

lectores. ¿Por qué?

 

Respuesta. El primer poema que guardo lo escribí a los 10 años. Estuve en un hospital por varios días y cuando mi madre tuvo que volver a sus quehaceres, la poesía vino a hacerme compañía. Era un poema que hablaba la soledad y que buscaba consolarme. Si la poesía pudo hacer eso por mí, creo que lo puede hacer por todos los niños.

 

P. En sus visitas a escuelas, ¿ve esa soledad de la que hablaba en el poema?

 

 

R. Hay soledad, pero también hay vida y alegría. Tal vez por eso los niños conectan inmediatamente con la poesía. Una niña de 11 años después de una lectura me dijo: “He llorado y me he reído al mismo tiempo”. Creo que eso es lo que la poesía puede hacer por nosotros y especialmente por los niños: acompañarnos en el canto y la celebración de la vida, pero también ayudarnos a tomar el dolor y transformarlo en belleza. Se lo explico a los niños y ellos, independiente de la edad que tengan, lo entienden perfectamente.

 

P. ¿Cómo ve la relación de los niños con los adultos?

 

R. Veo que hay una relación productivista. Esperamos que los niños demuestren resultados correctos en cuanto a lo que deben sentir, hacer y aprender. Y de pronto ese niño escucha un poema y se pone a llorar, emocionado, porque encuentra ahí un espacio para conectar su experiencia con la de otros. La función poética es importante justamente porque ofrece un mundo simbólico habitable.

 

La escritora Mar Benegas.

La escritora Mar Benegas.

FERNANDA REQUENA

P. En su charla en Puerto de Ideas habló acerca de cómo la exposición a lo digital afecta la forma en que niños y adultos nos comunicamos…

 

R. Esa charla nació de una anécdota concreta, en un taller que trabajé durante la pandemia. Hacíamos un poema que comenzaba diciendo “Vino el virus …” y los niños lo completaban, diciendo desde cosas que los habían afectado de manera concreta –”nos dejó sin paseo de fin de curso”– a cosas más profundas, que capturaban de manera muy exacta la desesperanza que todos estábamos viviendo. Recuerdo, por ejemplo, a una niña que completó el verso diciendo: “Lo llenó todo de muertos”. La idea era que el mismo poema planteara una salida a esa oscuridad, un espacio de posibilidad. Entonces la propuesta consistía en cerrar el poema con un deseo. Y entonces un niño dijo que quería ser una pantalla, para que su madre lo mirara.

 

P. ¿Cree que las pantallas se están interponiendo entre los niños y sus padres? ¿Es tan así?

 

 

R. Entre los niños y el mundo. Porque están reemplazando la narración que el niño necesita para comprender de qué se trata la vida. No sirve que esa narración llegue a través de una voz que sale de una lata. Lo que él necesita es la voz que asocia con un cuerpo que lo mira a la cara, lo toca, juega con él y le canta. Le estamos entregando la narración a las tablet y los teléfonos. Son esos aparatos los que están calmando a los niños y no la voz y el contacto humano, que hasta el momento habían tenido ese papel. Hoy ves a niños en coche, que van pendientes de un aparato electrónico. Van tranquilos, no lloran, pero tampoco escuchan a la madre ni mira el cielo.

 

P. ¿La narración debería recordarle que el cielo está ahí para él?

 

R. Durante los primeros tres años el adulto nombra el mundo para el niño y es en esos primeros años cuando la poesía sucede. Aún no hay desarrollo de pensamiento, no hay recuerdos y vamos ofreciendo un lenguaje poético, que se sostiene en el ritmo, para ayudar al niño a introducirse en el mundo. Le cantamos los cinco lobitos –un canto tradicional– por ejemplo, y lo que hacemos es enseñarle una mano. Y el niño, siguiendo el movimiento, repara en que también él tiene una mano y por extensión, un cuerpo. Luego de los tres años ese niño necesita situarse en el tiempo. Entra en el juego simbólico y entonces le ofrecemos la narración: un inicio, un nudo y un desenlace que le cuenta de qué se trata la vida y le ayuda a situarse en ella.

 

P. ¿Por qué cree que los adultos recurren a las pantallas para calmar o entretener a los niños?

 

R. Creo que hay un problema sistémico. Adultos que trabajan muchas horas y que llegan a sus casas destruidos. En ese escenario lo más fácil es recurrir a estos aparatos. Y sucede como con la alimentación: las personas que menos recursos tienen son las que peor se alimentan. A la pobreza material se suma la pobreza simbólica. En Sillicon Valley, el centro mundial de quienes producen y venden tecnología, cada vez hay más colegios que prohíben el uso de tabletas y computadores. En otras palabras, quienes mejor entienden los posibles efectos de todo esto, han decidido dejarlos fuera del alcance de los niños.

 

P. ¿Cree que existe algún antídoto?

 

R. Palabras, cantos, juegos, lectura. Porque ese niño crecerá y no podrás pedirle que sea un buen lector si no le diste la oportunidad de experimentar, desde el principio, todo lo que las palabras pueden hacer por él.

 

P. Más de un tercio de los chilenos que hoy viven en la pobreza son menores de edad. ¿Cree que las palabras y la poesía puedan hacer algo por esos niños?

 

R. No solo pueden hacer algo, sino mucho. En palabras de Gianni Rodari: “Todos los usos de las palabras para todos. No para que todos seamos artistas sino para que nadie sea esclavo”.

 

María José Ferrada es periodista y escritora chilena. Sus libros han sido traducidos a una veintena de idiomas. Colabora con entrevistas sobre infancia, lectura y educación

https://elpais.com/chile/2023-11-18/mar-benegas-las-pantallas-estan-reemplazando-la-narracion-que-el-nino-necesita-para-comprender-la-vida.html

 

 

 

 

Comparte este contenido:

Entre ser tecnófila y tecnófoba prefiero quedarme con los pies en la tierra.

Por: Luz Palomino/Docente/Periodista 

El capitalismo industrial significó la construcción de un modelo de sociedad que tiene a la tecnología y la innovación tecnológica en el centro de su hacer, desarrollo y consolidación.  En ese sentido, el primer debate semántico debería estar planteado alrededor del concepto de tecnología conforme la epistemología capitalista y los metarelatos que se auto postularon como alternativos. En sus formulaciones iniciales, encontramos más coincidencias que diferencias entre ellos, dado el determinismo tecnológico marxista y el humanocentrismo del socialismo soviético, lo cual llevó a algunos teóricos posmodernos como Alain Touraine a plantear que el problema central era la modernidad y la ilustración. Sin embargo, la crítica totalizante de los posmodernos, incluyendo su crítica a la ciencia y el método científico, fue deslizando peligrosamente el debate a un “no lugar propositivo”, en el contexto del desarrollo científico y tecnológico del siglo XXI.  Como lo plantea Bonilla (2021) esto pareciera ocurrir por los precarios análisis que se suelen hacer sobre la relación de los paradigmas de cada una de las cuatro revoluciones industriales con el modo de producción y la construcción de argumentos de los llamados metarelatos y algunas narrativas, tanto posmodernas como descoloniales. En consecuencia, una primera dimensión del problema estaría en su precisión ontológica y epistemológica.

Un segundo problema es la escrupulosidad, respecto a desde donde se enuncia el debate. Si ya la burguesía ha abandonado su pretensión de argumentación teórica, convirtiendo la teoría en instrumentalización y justificación de su hacer, mientras la clase obrera industrial, sumida en una terrible derrota en el periodo neoliberal y el ocaso del fordismo, no atina a construir teoría actual, apelando de manera nostálgica a las certezas del pasado, tendríamos que preguntarnos, respecto al lugar de enunciación del actual debate sobre la tecnología, en sus variantes de tecnofilia y tecnofobia. Desde mi punto de vista, en la perspectiva de Bifo Berardi, el debate al respecto lo está planteando el cognitariado universitario y editorial y, eso implica una valoración desigual de la relación teoría, praxis y transformación social.  En mi caso, planteo el debate desde la dimensión comunicacional pedagógica, es decir, desde la preocupación de docente universitario sobre el impacto de la transformación digital en los procesos comunicativos propios de las dinámicas de enseñanza-aprendizaje.

A finales del siglo XX, en el emerger de la tercera revolución industrial que traería consigo años después lo digital y virtual con pretensión hegemónica, McLuhan nos invitaba a comprender los medios de comunicación como extensiones del ser humano . Es decir, la comprensión del ser humano más allá de consumidor, para entenderlo no solo como productor de contenido, sino como el propio mensaje. Si el medio es el mensaje y el ser humano se convierte en su representación, el capitalismo estaría alcanzando el cometido que denunciaban Deleuze y Guattari, de convertir a la sociedad y la vida en máquinas, que se auto percibieran como tales. Si estas premisas ontológicas es imposible comprender elementos de la virtualidad como la realidad aumentada, visión inmersiva, el metaverso. Es decir, resulta limitada la comprensión de la comunicación y la educación en la era digital, sin valorar adecuadamente al capitalismo como un sistema que se consolida a partir de la deshumanización de la vida. En consecuencia, lo tecnológico digital contiene una pretensión de simplificación y superficialidad de la vida, como elemento para adaptar de manera incesante el consumo y consolidar la lógica del mercado. Por ello, los problemas que está teniendo la juventud escolar para leer un libro en profundidad, para analizar el cine crítico más allá del mundo marvel, para escribir con pretensión de sentido; el éxito de tik tok es proporcional a la merma en la audiencia potencial en la televisión, pues la brevedad dota de lo necesario desechable, donde la profundidad se convierte en sobrecarga cognitiva.

Esto se evidencia de manera desigual en la cotidianidad de las familias e individuos conforme a su origen social de clase, capital cultural y acceso para la compra de tecnología, razón por la cual considero que mucho de lo que se analiza al respecto está referido a la clase media o sectores populares con alguna capacidad de compra, obviando que aún más de una séptima parte de la población no tiene acceso siquiera a electricidad., es decir, viven una realidad paralela, para quienes este debate puede convertirse en significantes vacíos.

 Conforme a lo que plantean Silverstone, Hirsch y Morley en tecnologías de la información y de la comunicación y la economía moral de la familia, encontramos que la mayoría de estudiantes de sexto grado de primaria e incluso de secundaria, en muchos de los países de Latinoamérica, que disponen en sus casas de “cachivaches tecnológicos” como consola de video juegos, televisor Smartphone, Apps de música interconectada con bocina mediante bluetooth, microondas, celulares inteligentes, cuentas en redes sociales, no tienen ni la más mínima idea de cómo funcionan. Es decir, usan “la cosa” sin preocuparse por conocer “cómo funciona la cosa”, en una muestra de idiotización del pensamiento, que muestra el triunfo de la ideología capitalista de la cuarta revolución industrial. Pero lo más grave es que muchos docentes de esos estudiantes tampoco lo saben explicar, mostrando a las instituciones escolares presenciales como obsoletas, abriendo paso a narrativas como las de Sugata Mitra sobre la escuela en la nube.

Como lo plantea Rincón en narrativas mediáticas O como se cuenta la sociedad del entretenimiento, lejos del optimismo injustificado que instauró Stalín en buena parte de la izquierda mundial, el capitalismo está hoy más fuerte que hace unas décadas, independientemente de sus crisis cíclicas de mercado, ya que ha logrado convertirnos a todos en mercancías vivas, dioses que administramos el éxito si tenemos capacidad de vendernos como mercancías entrenadas a través del entretenimiento vacío. En consecuencia, se suele desvalorar la comunicación como modo de producción de sentido social, de homogenización cultural y sin postura crítica ante la interpelación mediática, el posicionamiento estético de una razón colectiva de la integración, la empatía desprovista de distancia crítica y la subjetividad mercantil como meta.

El trabajo de Williams en tecnología y sociedad posibilita estudiar el impacto de la televisión en la comunicación y realizar análisis comparado (similitudes y diferencias) con el auge de lo digital-virtual. Mi perspectiva es que la televisión está viviendo su ocaso y estamos en una transición que pareciera apuntar por el streaming o trasmisión en vivo como sepulturero de los enlatados televisivos, en una lógica de eterno presente.

En el caso de la educación, la comunicación está soportada en taxonomías como las de Bloom, Kendal o Manzano, propias del conocimiento reproductor y la cultura evaluativa instaurada en la década de los setenta del siglo XX y estamos aún muy lejos de construir taxonomías de comunicación y trabajo pedagógico que posibiliten el desarrollo de pensamiento crítico y creativo. Sin embargo, como lo plantea Berardi, es hora de comenzar a pensar si es posible construir alternativas emancipadoras en medio de una sociedad capitalista, en proceso de construcción de hegemonía digital y virtual. Algo que solo será posible desde el movimiento social.

Bibliografías consultadas:

Alain Touraine y la historia https://www.redalyc.org/journal/673/67360464003/html/

El Metaverso: mecanismo de reproducción del sistema capitalista https://luisbonillamolina.com/2022/01/09/el-metaverso-mecanismo-de-reproduccion-del-sistema-capitalista%EF%BF%BC/

Marshall McLuhan Comprender los medios de comunicación Las extensiones del ser humano

Silverstone, Hirsch y Morley en tecnologías de la información y de la comunicación y la economía moral de la familia

Omar Rincón narrativas mediáticas o cómo se cuenta la sociedad del entretenimiento

Williams, Raymond  “La tecnología y la sociedad”

Imagen tomada de la web

Comparte este contenido:

Libro: Tecnologías digitales Miradas críticas de la apropiación en América Latina (PDF).

CLACSO

Este libro compila los trabajos presentados en el Tercer Encuentro de la Red de Investigadores sobre Apropiación de Tecnologías digitales (RIAT) que tuvo lugar en Montevideo, los días 14, 15 y 16 de noviembre de 2018. La organización estuvo a cargo del Observatorio de Tecnolo- gías de la Información y la Comunicación (https://observatic.edu.uy/) del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, en Uruguay.

Participaron del encuentro 50 investigadores de la RIAT que está compuesta por investigadores de diferentes países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Francia, Méxi- co, Perú, República Dominicana y Uruguay. Los miembros de la RIAT participantes, intercambiaron a partir de paneles, conferencias ma- gistrales públicas y presentación de ponencias en diferentes grupos de trabajo. Este libro incluye una selección de trabajos que eviden- cian las reflexiones y debates que allí se abordaron.

Los temas presentados reflejan los intereses centrales de la RIAT que se inspiran en las transformaciones provocadas en un mundo signado por una nueva estructura, basada en el flujo de información que se ha visto acrecentada por la emergencia de las tecnologías digi- tales. En la vida cotidiana esta ha impactado no siempre de forma po- sitiva, interpelando a las ciencias sociales a construir primeramente el problema de las tecnologías digitales como mediadoras de lo so- cial para poder abordarlo, deconstruyendo su recorrido y pensando el ¿cómo?, ¿para qué?, ¿por qué?, y de ¿qué modo?, los individuos, los colectivos y las sociedades en su conjunto están haciendo uso de es- tas tecnologías y qué significa apropiarse de las mismas.

Descagalo aqui: Tecnologias-digitales

Comparte este contenido:
Page 1 of 25
1 2 3 25