Educar para la emancipación. Hacia una praxis crítica desde el sur. Libro (pdf)

Prologo:

El libro Educar para la emancipación. Hacia una praxis crítica desde el sur surge en un complejísimo escenario mundial y latinoamericano, signado por la crisis de la pandemia asociada a la enfermedad de la covid-19, la que se ha superpuesto o empalmado con otras múltiples crisis: la del neoliberalismo, la economía de mercado y una crisis estructural del capitalismo; crisis ecológica, ambiental, hídrica, que ha
evidenciado los límites materiales de la “lógica incorregible del capital”; crisis político-sociales que han generado históricas jornadas de movilización y protesta por parte de los sectores populares y la clase trabajadora; crisis de un patrón de dominación colonial, responsable del despojo y el saqueo de los pueblos, las comunidades y los territorios de nuestra América; crisis del patriarcado como forma
de dominación sexo-genérica y sus brutales expresiones de violencia machista, uxoricidios y feminicidios, entre varias otras. Ahora bien, siguiendo algunas enseñanzas de la historia, parece importante evidenciar que los tiempos y espacios de la crisis son “tierra fértil” para las semillas de la crítica, y en este sentido, el libro que prologamos germina y florece cargado de criticidad para robustecer a las fuerzas
sociales emancipatorias comprometidas con la construcción de sociedades democráticas, justas, rebeldes, dignas.

Descarga aquí: educar-emancipacion

Comparte este contenido:

Envidia y sociedad democrática

Por: Leonardo Díaz

Desde la perspectiva de quien envidia existe un sentimiento de injusticia cometida contra él al que no es ajeno el individuo que es objeto de su odio.

La envidia es una de las emociones analizadas por Martha

Nussbaum en La monarquía del miedo (cap. 5). ¿Por qué es importante analizarla desde el punto de vista de la reflexión política? Por su impacto en el espacio público y sus implicaciones políticas.

La envidia conlleva una hostilidad amenazante para cualquier proyecto colectivo, pues consiste en un deseo de agravio o de destrucción sobre quienes poseen el bien envidiado. Con frecuencia, se confunde con la emulación, que implica desear lo que tiene otro sin desearle mal; o con los celos, que implica una agresividad hacia alguien por el temor a perder algo que se tiene.

La envidia es más cercana a la ira vengativa por su espíritu de retaliación. ¿Pero por qué hablamos de represalia si la persona envidiada no ha cometido un agravio al envidioso, y muchas veces, ni siquiera es consciente del malestar que su bienestar genera en éste? El problema es que desde la perspectiva de quien envidia existe un sentimiento de injusticia cometida contra él al que no es ajeno el individuo que es objeto de su odio.

Nussbaum distingue la envidia de la “ira por estatus”, que conlleva el odio hacia una persona por un aspecto concreto que el iracundo considera injusta. La envidia viene a ser entonces una emoción que se dirige hacia algo más vago, un estado de malestar provocado por la situación de bienestar general del otro.

Nussbaum retoma al filósofo estadounidense John Rawls (1921-2002) para el análisis sobre la envidia y sus implicaciones sociales. Según Rawls, la emoción que ocupa nuestra reflexión puede convertirse en una fuente de estallido social por tres razones:

    • Una baja autoestima generalizada. Un sentimiento de poco valor de lo que se representa como persona y lo que se puede realizar.
    • El sentimiento anterior en el marco de una situación social que muestra las desigualdades y agudiza el sentimiento de dolor y de agravio.
Comparte este contenido: