Page 1 of 11
1 2 3 11

Hegemonía, cultura, lenguaje: un campo de lucha

La herencia de Antonio Gramsci ofrece, entre otras aportaciones, una perspectiva fructífera para analizar la hegemonía como algo dinámico, contradictorio, sujeto a un conjunto de fuerzas que la disputan. Análisis como los de Rhina Roux y Ana Esther Ceceña son algunos de los testimonios de lo fecundo que es pensar la hegemonía como una relación, dinámica e inestable.

Cuando se piensa la hegemonía como proceso, como algo que sucede en el tiempo, que está sucediendo ahora, hegemonía como un campo de fuerzas que siempre está en juego, y por tanto en disputa, entonces el poder (no solo la dominación, sino los contrapoderes de luchas y resistencias) también se desobjetiva, se desreifica: el poder se entiende como una relación, una relación que necesita actualizarse y es siempre cambiante.

“Lo que aquí se propone es comprender la hegemonía, usualmente entendida como sinónimo de “ideología dominante” o de “consenso”, en términos menos esencialistas y más procesuales y dinámicos: como un vocablo que permitió a Gramsci conceptualizar el conflictivo proceso político y cultural de conformación de una relación estatal, así como su disputada y frágil reproducción en las prácticas cotidianas, el lenguaje y las mentalidades.” (Rhina Roux)

En una sociedad fracturada, atravesada siempre por jerarquías, asimetrías, inequidades, opresiones, resistencias y luchas, lo que los sujetos individuales producen y reproducen está también atravesado por sus posturas, sus posiciones, respecto a esa sociedad. Así, la cuestión del poder y la hegemonía no puede desligarse de los fenómenos que nos hacen humanos como el lenguaje (el habla articulada, la lectoescritura, la lengua) y la cultura (la producción, reproducción y constante trato con significantes, con símbolos, con actividades y objetos cargados de significación colectiva).

Es central el lenguaje:

“Lo verdaderamente notable de la condición humana se refleja mejor en la historia de la Torre de Babel, en la que la humanidad, con el don de una única lengua, se aproximó tanto a los poderes divinos que Dios se sintió amenazado. Una lengua común conecta a los miembros de una comunidad con una red de información compartida con unos formidables poderes colectivos. Cualquiera se puede beneficiar de los toques de genialidad, los golpes de fortuna o el saber espontáneo de cualquier otra persona, viva o muerta. Además, las personas pueden trabajar en equipo, coordinando sus esfuerzos mediante acuerdos negociados.” (Steven Pinker)

El habla nos permite no solamente comunicarnos, sino debatir, dialogar, poner en la mesa acuerdos y disensos, llegar a acuerdos, pactar acciones colectivas: hacer política. Por ello el lenguaje es de suyo político.

Entonces, todos los integrantes de una totalidad social son productores y constantemente activos en el intento de hegemonizar el lenguaje y la cultura, tanto el poder como todos los sectores o clases subalternas. Participamos todos en la apropiación de lo tradicional, en el consumo activo de lo producido por la cultura hegemónica, en el constante diálogo y disputa por establecer los signos y las referencias de quiénes somos, qué destino seguimos, cómo nos ordenamos en sociedad. Establecer una idea del mundo, de la sociedad, de la historia, y por ello también de lo que debemos ser.

Saber que la hegemonía no es unidireccional ni estática permite leer los procesos sociales, políticos, culturales y lingüísticos (el habla, la escritura) de una manera más compleja: el poder construye constantemente su hegemonía, produce y fabrica consenso, pero su mandato no queda intacto al ser acatado e incluso obedecido, pues el significado se modifica en cada sector, en cada individuo, en cada generación, y por eso el poder tiene que estar trabajando todo el tiempo en la defensa de su discurso, su idea de cómo es el orden normal. Y los grupos subalternos construyen significados que dialogan o compiten con ese discurso, también se disputa el “sentido común”.

Por otra parte, los subordinados, las clases subalternas, no producen su propia cultura sin interactuar con la cultura oficial, estatal o privada, hegemónica. Responden a los discursos y significantes del Estado, del nacionalismo, el populismo, el mercado, con producciones sígnicas o simbólicas (culturas) propias que combinan lo tradicional y lo moderno, lo culto y lo popular, lo hegemónico y lo contracultural.

No nos gusta el término “híbrido” que usa Néstor García Canclini para aludir a esas mezclas que transgreden las dicotomías culto/ popular, tradicional/ moderno, hegemónico/ subalterno, porque un híbrido, en la biología, es una mezcla de dos especies cuya descendencia es estéril. Hay algo de la “hybris”, la transgresión de límites que los griegos desaconsejaban (“Nada en demasía”). Pero en efecto, esos límites se rompen, no son fronteras fijas, son combinaciones fecundas, fructíferas como la interacción entre géneros musicales, por ejemplo.

Dada esta complejidad de los fenómenos de hegemonía, lenguaje y cultura, el estudio de los mismos, así como del poder y de los sujetos frente al poder, no puede ser agotado por una sola ciencia o disciplina: lo económico, la ciencia política, la jurídica, sino que tiene que buscar una interdisciplina o una transdisciplina con elementos de estudios lingüísticos, culturales, antropológicos, sociológicos, de la comunicación, filosóficos.

Incluso las teorías mismas no son meros espejos neutrales que nos devuelven la imagen del objeto o del fenómeno. Ellas mismas están ubicadas e inmersas en posturas, posiciones, puntos de vista que pueden y deben ser críticos, incluso críticos de sus propios instrumentos o andamiajes teóricos. Asumir una postura teórica es ya una política. Foucault es claro en ello: el poder produce regímenes de verdad y quienes resisten producen también saberes desde la resistencia y la lucha.

La hegemonía se revela así como un elemento fecundo en posibilidades: puede asomarse el lector, el investigador, el militante, al mundo histórico contemporáneo comenzando por cualquier ventana (la lengua, la cultura, la política, la economía, etcétera), y pronto encontrará las relaciones que hacen que en cada producción lingüística, cultural, artística, se muestren las fuerzas que intentan hacer prevalecer su régimen de verdad, las que pretenden definir qué es lo justo, qué es lo correcto, qué es lo normal, o hacia dónde está bien que se dirija el proceso social el deber ser, la utopía-horizonte.

Y aún si los participantes tienen elementos desiguales en la disputa, por ejemplo, el capital y sus Estados y empresas  transnacionales cuentan con avasallantes tecnologías, bélicas, industriales, de armamentos, enseres domésticos, alimentos, medicamentos, medios y tecnologías de comunicación, entretenimiento, información, libros, educación, etcétera (Ana Esther Ceceña); por el otro lado, las sociedades, los pueblos, las comunidades, los grupos, los individuos, no asisten pasivamente a consumir los productos y las ideas de los grupos dominantes, sino a modificarlos, resignificarlos, reelaborarlos, apropiarse algunas cosas, pero rechazar y contestar otras. Y contraponer sus propias producciones y creaciones, sus propios símbolos.

Es por ello que ninguna práctica política, ninguna militancia, ninguna agencia puede simplemente contentarse con la acción, ni siquiera si es masiva y puede obtener victorias inmediatas, porque así como los grupos subalternos pueden resignificar incluso productos elaborados desde el poder, también la hegemonía dominante puede cooptar y refuncionalizar los discursos, prácticas, consignas y símbolos contestatarios para tratar de neutralizarlos y domesticarlos.

Un ejemplo interesante es la ideología multiculturalista. Como bien explica Consuelo Sánchez: el multiculturalismo es una construcción del liberalismo. Básicamente propone tolerar las diferencias, las diversidades, especialmente culturales, lingüísticas, la diversidad sexual, como elecciones privadas, siempre en el marco de una hegemonía liberal, es decir, individualista, burguesa, capitalista, defensora de la propiedad privada y el “libre mercado”.

A los indígenas mexicanos, ´por ejemplo, el multiculturalismo del Estado mexicano les permite respetar su diversidad lingüística, cultural, su arte-artesanías, sus rituales y cultos, pero no admite su derecho al territorio. La hegemonía liberal, desde el triunfo de la generación de Benito Juárez y Lerdo de Tejada, ha puesto énfasis en expropiar el territorio (y la autonomía) indígena. Se trata de poner en el mercado las tierras que los indígenas han defendido desde la colonia, la Nueva España. La concentración de la tierra en unas pocas manos durante la dictadura del liberal Porfirio Díaz fue el resultado de la Reforma: el libre mercado no propicia la pequeña propiedad, sino el latifundio, y, en general, la acumulación de la tierra y de los medios de producción en pocas manos.

Así los neoliberales que han gobernado México desde al menos 1982 a la fecha no podrían tolerar que los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas, como las comunidades zapatistas o las del Congreso Nacional Indígena, y otras, reclamen su territorio: tierras, aguas, bosques, selvas, desiertos, lagos, etcétera. Para ellos, reconocer la autonomía y el derecho indígena al territorio rompe con el paradigma liberal de la propiedad privada (o estatal, que no es lo mismo que social, colectiva, mucho menos comunitaria) de la tierra.

Por eso fueron los partidos de todo el espectro político los que se negaron a aprobar los Acuerdos de San Andrés, reviviendo el argumento de Ginés de Sepúlveda frente a Fray Bartolomé de las Casas: los indígenas no pueden autogobernarse. El fantasma de que aprobar los “usos y costumbres” indígenas llevarían a la violación de derechos humanos, especialmente los derechos de las mujeres (a pesar de que las mujeres indígenas han ido reivindicando sus derechos sin abandonar la lucha por la autonomía y los derechos y cultura indígenas) es un argumento análogo a los que en el siglo XVI acusaban a los indígenas de idólatras, paganos, propicios a los sacrificios humanos.

En realidad, se trata del territorio. Escribió María de Jesús Patricio Martínez:

“Los pueblos originarios tienen una relación estrecha, tamizada por sus tradiciones, con la Madre Tierra y con el territorio que ocupan; en él se incluyen la tierra, el aire, el agua y el bosque.”

Los pueblos indígenas tienen una relación diferente con la tierra, que no es un objeto, ni puede ser propiedad privada: incluso es madre: Madre Tierra, Pachamama, la Madre Ceiba de los mayas. Por ello proponen que la tierra sea no propiedad,  lo común. (EZLN, comunicados de 2023) Esto es una herejía inaceptable para el liberalismo, para el cual la tierra es un “recurso natural”  apropiable, explotable, privatizable o estatizable.

Por ello el límite liberal es, claro, multiculturalista: puedes ser diferente y diverso en todo lo simbólico, cultural, folklórico, la cultura popular, pero la tierra y el territorio deben ser asunto solo de la economía capitalista, el mercado o el Estado nacionalista.

Contra ello, los pueblos indígenas construyen una resistencia no solo de facto, con sus autonomías y su defensa del territorio, sino con saberes, conocimientos y teorías: muestra de ello son los textos de zapatistas, indígenas del CNI, los mapuche en América del Sur y otros pueblos y autores indígenas. Como otros sectores, clases, etnias y grupos subalternos, los indígenas construyen otro sentido común desde el cual se lee diferente la vida y se propone otro modo de organizarse colectivamente. Lo mismo pueden hacer, y hacen, otros sectores, clases y grupos subalternos: luchan por la hegemonía, la disputan, pelean por su derecho a vivir en paz en el mundo, e incluso trabajan por un mundo en que quepamos todos.

Fuente de la información e imagen:  https://zapateando.wordpress.com

Comparte este contenido:

Las taxonomías curriculares: Asunto estratégico para las resistencias en el marco de la llamada Transformación Digital de la Educación (TDE)

Las taxonomías curriculares:

Asunto estratégico para las resistencias en el marco de la llamada Transformación Digital de la Educación (TDE)[1]

Por: Luis Bonilla-Molina[2]

Artículo escrito de manera exclusiva para la Revista arbitrada Devir Educação,  vinculada al Programa de Posgrado en Educación de la Universidad Federal de Lavras (UFLA), que obtuvo QUALIS B1 por la evaluación CAPES (2017-2020), Brasil . No se puede reproducir ni difundir sin el permiso previo de la revista

Resumen:

Las taxonomías, especialmente la de Bloom y otros han construido hegemonía silenciosa para marcar la pauta en la secuencia, orden y jerarquía de los aprendizajes, estandarizando la labor pedagógica.  Este ha sido el signo de la despedagogización en los últimos cincuenta años, dinámica asociada al viejo régimen de reproducción y control biopolítico. Las taxonomías de objetivos educativos de Bloom y otros, Kendall y Manzano, Anderson y Krathwohl constituyen un encuadre ideológico que concibe a la mente como una máquina y al aprendizaje como programación. Lo paradójico es que estas taxonomías construyen hegemonía en el ocaso del régimen biopolítico y el emerger del nuevo régimen de reproducción de datos y contenidos que implanta el sistema mundo capitalista como resultado de la aceleración de la innovación científico-tecnológica y la transición hacia la cuarta revolución industrial-

En este artículo, revisaremos también los desarrollos taxonómicos recientes asociados a esta corriente de pensamiento, en razón de la importancia que vienen tomando para el diseño de las interfaces en plataformas educativas, no solo de la industria tecnológica sino en prototipos financiados por los estados nacionales.

Nuestra perspectiva es que estas taxonomías reproductoras resultaron útiles para el sistema mundo capitalista en el campo educativo durante las primeras revoluciones industriales, pero hoy constituyen no solo un problema para la educación emancipadora sino incluso para el nuevo modelo de reproducción del capitalismo de la cuarta revolución industrial.

Lejos de desaparecer el tema taxonómico, hay un resurgir de búsquedas en este sentido porque los programadores informáticos, en el actual estado de desarrollo de la inteligencia artificial y el análisis de metadatos con sus limitaciones para trabajar con lo difuso y aleatorio, requieren de una ruta secuencial para sus programaciones e interfaces, estando aún el campo de la informática muy lejos de una IA cuántica de procesos rizomáticos, que tenga una aproximación real a las formas caóticas del aprendizaje. En consecuencia, desde las educaciones populares y las pedagogías críticas no se puede seguir postergando y esquivando el debate respecto a cómo asociar lo educativo y lo computacional en una perspectiva liberadora. Este artículo, junto a otros esfuerzos complementarios, procura contribuir a desatar big bang epistémico en ese campo.

Palabras claves:                           

Taxonomías – Inteligencia Artificial – Plataformas educativas – Pedagogías críticas – régimen de reproducción biopolítico – régimen de reproducción de datos y contenidos-

  1. Introduciendo el marco problematizador

Durante el año 2020, en el marco de la pandemia del COVID-19, los sistemas escolares vivieron la moda de las plataformas comunicacionales, que le posibilitaron a las once corporaciones tecnológicas más importantes del mundo ganar ese año 3.2 billones de dólares (CII-OVE, 2021). Ese periodo permitió dar el salto que requería el capital en materia de masificación de lo virtual-digital en los sistemas escolares, a pesar de la terrible exclusión educativa que ocurrió y sobre cuya posibilidad habíamos advertido desde el 2015, como parte de un escenario de abrupta irrupción de lo tecnológico en las aulas.  Sin embargo, las autoridades educativas no escucharon las alertas que desde distintos lugares formulamos para denunciar el riesgo de que ocurriera a escala planetaria un Apagón Pedagógico Global (APG). Como hemos denunciado en otros trabajos, en 2020 se dio inició a un nuevo modelo de privatización educativa, estratificación escolar y pérdida de capacidad igualadora de la escuela pública (Bonilla, 2023).

Las plataformas que se usaron durante la pandemia con fines educativos, no eran plataformas pedagógicas sino comunicacionales, es decir diseñadas para desarrollar reuniones de trabajo, encuentros ejecutivos y asambleas de accionistas. En consecuencia, su performance escapaba de todos los protocolos pedagógicos, pero también de seguimiento, control, evaluación, planificación y gestión que se habían establecido en los sistemas escolares y las universidades, mostrando además que la falta de programas de actualización docente en áreas como las didácticas virtuales fue resuelto de manera contingente con ampliación del modelo frontal de enseñanza.

La “terapía de choque” propia del APG, hizo que la burocracia educacional en todos sus niveles, implementara ridículos modelos de control como tomar capturas de pantalla para verificar el cumplimiento de labores y asistencia, jornadas docentes redobladas que obligaban a trabajadores de la educación a permanecer hasta doce horas continuas frente a las pantallas y a los estudiantes entre seis y ocho horas, algo que no encuentra ninguna teoría pedagógica que lo sostenga. También las autoridades educativas tuvieron que entender, de manera compulsiva, que había que alcanzar desarrollos tecnológicos adaptados a la educación que permitieran cubrir las mínimas apariencias de un sistema de enseñanza y aprendizaje basado en fundamentos pedagógicos. Y ahí la mirada se dirigió hacia los prototipos de plataformas educativas y las iniciativas que al respecto estaban generando las grandes corporaciones tecnológicas.

Si bien países como Uruguay con la plataforma Eva[3] (que terminó cediendo paso a la Scholology[4]) y Panamá con Ester[5], habían iniciado antes de la pandemia el camino de pensar lo virtual en clave pedagógica nacional, la pandemia evidenció que estos esfuerzos no eran lo suficientemente robustos para soportar conectados de manera simultánea a toda la población escolar, además de comprobarse vacíos operacionales en estos prototipos.

Las universidades, que deberían estar a la vanguardia de la creación de lo nuevo, habían derivado en instituciones consumidoras de contenidos digitales, redes sociales y plataformas privativas. La cultura universitaria en materia digital virtual es la del operario ilustrado, como lo muestran los datos del Observatorio de Educación Vigilada[6]: de 448 Instituciones de Educación Superior (IES) de Latinoamérica y el Caribe encuestadas, el 63% ha dejado el manejo de sus correos electrónicos institucionales en manos de Google y el 16% de Microsoft, mostrando que las GAFAM[7] controlan el 78,79% de las comunicaciones universitarias, en muchos casos el 21,21% restante está asociado a otros grupos tecnológicos privados.  A ello ha contribuido la matriz del secretismo en materia de manejo de algoritmos de última generación por el acceso discrecional a la minería de datos y, el instalar la falsa idea que el tema digital-virtual es un asunto de informáticos y programadores para sacarlo de la agenda común cerrando paso a la alfabetización masiva en algoritmos como mecanismo alternativo que podría propiciar la diversidad de producciones en el sector.

Las primeras plataformas educativas, al estilo de la de Santillana[8], muestran los beneficios de usar reconocimiento biométrico facial, bloques de datos, análisis de metadatos, realidad aumentada, inteligencia artificial y pensamiento computacional para fines educativos, pero también evidencian la hegemonía del paradigma reproductor migrando de lo analógico presencial a lo virtual-digital.

Estas plataformas educativas han sido programadas siguiendo la taxonomía de Bloom y eliminando las dinámicas aleatorias y de contextos múltiples que acompañan la construcción de pensamiento, aprendizaje y capacidad de hacer. La orientación de estas plataformas es la de trasmisión de conocimiento y no la de construcción compartida de saberes y aprendizajes.

Por otra parte, el inusitado desarrollo de tecnologías virtuales-digitales y la generación masiva de datos usados para predecir, han posibilitado a naciones con desarrollos de punta en el área, como China, combinar estos avances tecnológicos con sistemas de control orwelianos que disipan la esperanza de la tecnología para el bien común. En el sistema escolar chino y universidades de ese país, la obsesión por el control y la eficacia ha llegado a niveles paranoicos que se muestran en el énfasis por precisar y alcanzar niveles óptimos de atención en las aulas, esquematizando los ritmos de aprendizaje y criterios evaluativos, alineándolos con las pruebas estandarizadas del paradigma STEM[9], con la pretensión de expandir su perspectiva a escala global. El uso de la tecnología para el control social educativo en China encuadra en los que han denunciado Shoshana Zuboff (2020) en la era del capitalismo de la vigilancia, Mark Fisher en realismo capitalista ¿No hay alternativa? (2016) y Evgeny Morozov (2018) en Big Tech el ascenso de los datos y la muerte de la política.

Como lo analicé en el trabajo anterior[10], en realidad lo que está en juego son las tensiones propias de la superación del régimen de biopolítica (Foucault, 2007) por el de conocimiento y datos (Byung, Chul-Han,2022), algo que viene ocurriendo por aproximaciones sucesivas de ensayo y error, debido a la brecha epistémica que impide a los decisores comprender las complejidades de la actual transición educativa.

Mientras en China se intenta combinar los dos regímenes de control (biopolítico y de datos/conocimiento) en Occidente el elemento orientador del ajuste es el consumismo de innovaciones tecnológicas que posibiliten la transición de lo presencial a los virtual como estrategia para la captura de las inversiones educativas nacionales por parte de las grandes corporaciones tecnológicas y el mercado de la financiarización educativa en el camino para mutar al nuevo régimen de control y reproducción (datos y conocimiento).

En todos estos procesos la discusión sobre el “alfa” pedagógico para la elaboración de plataformas educativas no termina de parecer. Cuando un programador, especialista en ciencia de datos, metaverso, inteligencia artificial e internet de las cosas, bosqueja una plataforma e inicia su construcción, lo primero que requiere es una taxonomía que oriente su trabajo, sin embargo, el campo pedagógico parece obviar el proceso y esperar el producto acabado. Como lo hegemónico en los sistemas escolares y universidades ha sido la taxonomía de Bloom y otros (1971) para los desarrollos curriculares, evaluativos, de planeación y gestión que sirven de corsé a las didácticas, los programadores terminan usando por fuerza de la costumbre, la taxonomía de Bloom y otros, e incluso algunos curricólogos informáticos han elaborado lo que llaman la taxonomía digital de Bloom (Andrew Churches,2009).

Lo cierto es que la taxonomía sicologista de Bloom y otros, se complementa con el pensamiento computacional[11], impulsado por Seymour Papert[12] y Jeannette Wing[13], que valora la mente y el cerebro como procesos maquinales (Kurzweil, R[14],2014[15]) cuya lógica creativa se pueda reproducir al captar las regularidades de los procesos del pensamiento.

Esta línea de pensamiento es seguida por las llamadas plataformas educativas y su lógica epistemológica se sustenta, entre otros elementos, en la Taxonomía de Bloom. Incluso cuando hablan de pensamiento crítico se refieren al proceso de cuestionar bajo un régimen de verdad prestablecido. Las plataformas educativas que están en el mercado actualmente, son reproductoras e impiden la creatividad, pensamiento crítico multisituado y la plasticidad de los procesos de construcción de saberes contextualizados.

Las teorías críticas, las educaciones populares y las izquierdas pedagógicas desestimaron el tema taxonómico y lo despacharon como simple mecanicismo pedagógico. No construyeron alternativas en este campo y, por el contrario, terminaron haciendo currículo, evaluación y diseños formativos con la taxonomía de Bloom como si fuera un asunto estrictamente técnico. El vació de alternativas fue llenado por las taxonomías reproductoras, que se enfocaban en los modelos disciplinares, propios del régimen de reproducción y control biopolítico.

La tercera revolución industrial demandaba una teoría, praxis y gestión del conocimiento transdisciplinaria, como hoy la cuarta revolución industrial exige la convergencia disciplinar. El desarrollo taxonómico que hegemoniza el campo educativo es disciplinar y frena cualquier evolución hacia lo transdisciplinario, mucho más hacia la convergencia disciplinar, evidenciando problemas prácticos concretos derivados de la brecha epistémica. Ese es un problema que abarca prácticamente todos los campos operativos del campo educativo.

Por ello, ahora en la era de la Transformación Digital de la Educación, la Inteligencia Artificial y la ruta a Era de la Singularidad, urge reabrir el debate sobre las taxonomías. Esta es la única pretensión de este trabajo, contribuir al desarrollo de ideas, propuestas y producciones que desde el campo del pensamiento crítico entren a la disputa de sentidos en el campo tecnológico. Como lo señala Berardi (2017) podemos cuestionar todos los elementos ontológicos, epistemológicos, paradigmáticos y operativos de la tecnología dominante en la cuarta revolución industrial, pero lo que no podemos negar es que está construyendo hegemonía y que la disputa en este sentido no es solo narrativa sino propositiva.

  • Taxonomías y la tardía obsesión por el control

Las taxonomías son sistemas simbólicos de organización, jerarquización y secuenciación de categorías y subcategorías que permiten normalizar y estandarizar una práctica institucional. Las taxonomías han permitido ordenar, agrupar y clasificar las especies animales, plantas y todo ser vivos; estas taxonomías se fundamentaron en las categorías: dominio, reino, filo o división, clase, orden, familia, género y especie. Así cada planta, animal, bacteria o virus es identificado en cada una de estas categorías lo que le permite ser agrupado en una determinada tipología, jerarquizado según su complejidad y ordenadas las formas de vida para el estudio científico.

Las taxonomías se han extendido a las llamadas ciencias humanas y sociales.  El diccionario de psicología de Umberto Galimberti (2002) define a las taxonomías como “la parte de la [clasificación] sistemática que se encarga del estudio de la clasificación, de sus bases, de sus principios, de sus reglas y de sus métodos” (pag. 189).

Esto es llevado por la psicología al campo del aprendizaje, procurando clasificar los procesos cognitivos, volitivos y motrices  implícitos en las dinámicas de enseñanza-aprendizaje, comportando iniciativas de normalización y estandarización, que en consecuencia ordenan la enseñanza a través del currículo.

El contexto histórico en el cual se popularizan estas iniciativas, es el ocaso de la segunda revolución industrial y el emerger de la tercera, que demandan un reordenamiento de los sistemas escolares. Como los informes Colleman (1966), Combs (1968) y Faure (1973) plantearon, el advenimiento de una crisis educativa sin precedentes, obligaba a desarrollar cultura evaluativa y reformas que permitieran a los sistemas escolares recuperar su capacidad de proveer el conocimiento y los profesionales que el momento histórico y el modo de producción demandaban, que implicaban el inicio de un ciclo de reformas educativas estructurales.

El problema nuevamente fue la brecha epistémica, pues al no entender el fondo del problema, las burocracias ministeriales instrumentalizaron las reformas para impulsar desinversión educativa, precarizar las condiciones de trabajo docente e instaurar la estandarización, creyendo que el problema era de ingreso y egresos, incentivos y eficiencia, cuando lo que demandaba el centro capitalista era el surgimiento de una nueva máquina educativa. La teoría crítica quedó también atascada en un cuestionamiento plano al capitalismo, que desestimaba el impacto de la aceleración tecnológica y los pliegues propios de las revoluciones industriales en la educación.

Las taxonomías en educación procuran establecer los parámetros de lo que se enseña bajo un enfoque productivista (insumos-procesos-producto), por ello toda dinámica formativa se asocia a perfiles de egreso (mercancía), asumiendo los principios de las teorías gerenciales post fordistas de desperdicio cero, justo a tiempo y gestión de la calidad total. Todos los estudiantes son materia prima que debe ser moldeada por el docente, transfigurado de pedagogo en “curricólogo” maquinal atado a los cánones taxonómicos.

Desde mi punto de vista las taxonomías educativas logran una hegemonía tardía, pues su lugar de enunciación era el régimen biopolítico de control y reproducción, el cual comienza a transfigurarse en régimen de conocimiento y datos, precisamente en el momento en el que el campo taxonómico se extiende como una hiedra por los sistemas escolares y las universidades.

En ese contexto la transdisciplinariedad, requisito del sistema mundo en la tercera revolución industrial, fue asumido de manera solo declarativa como si fuera un ejercicio técnico pedagógico, mediante taxonomías que se ajustaban más al paradigma disciplinar. La transdisciplinariedad era (y es) un mecanismo para liberar las aulas de la cosificación curricular-taxonómica que pretendía la repetición incesante para producir energías y domesticar cuerpos, propio del régimen de reproducción biopolítico que comenzaba a entrar en decadencia, pero como no había una mirada de conjunto sino fragmentada, la transdisciplinariedad terminó en el ridículo burocrático de la instrumentalización, mediante los llamados “ejes transversales” que no eran otra cosa que un “saludo a la bandera” a lo emergente, por parte de un modelo educativo que continuaba centrado en lo disciplinar.

El sistema escolar y las universidades estaban [y están] tan alienadas por el modelo disciplinar, que entendieron lo transdisciplinario como limitado al trabajo investigación y la redacción de Tesis de Grado y no a la vida y funcionamiento de las propias instituciones educativas.

El caos y desorden que se imponían desde arriba-abajo, derechas-izquierdas, resistencias-alienados, en realidad pretendía justificar la inmovilidad ante lo nuevo que no terminaba de nacer, a pesar que para el sistema mundo era indispensable producir el cambio. La derrota de la transdisciplariedad como epistemología de las máquinas educativas escolares y universitarias, era en realidad el resultado de la brecha epistémica.

Al no resolverse dicha brecha epistémica, los problemas se mantienen y elevan exponencialmente en la transición a la cuarta revolución industrial, la aceleración de la innovación y el desembarco de lo virtual-digital, porque a ello se le añade la superación-transformación del régimen de reproducción y control capitalista en educación.

Lo que planteamos, es que el modelo taxonómico de Blom y otros, así como los encuadres productivistas de este campo, están en el centro de un modelo de reproducción agotado y que su uso en la Transformación Digital de la Educación (TDE) se convierte en un elemento de profundización de la crisis educativa alineada con los intentos de desaparición de la escuela pública presencial, que intenta ser homologada por el complejo industrial cultural como parte del efecto Kodak[16] en educación.

Ciertamente los programadores informáticos requieren de una ruta para trabajar sus interfaces, pero las propuestas en este sentido deben superar el funcionalismo de las taxonomías que han hegemonizado el campo educativo. Contribuir a ese florecimiento de lo nuevo transformador es fundamental, pero para lograrlo, es necesario conocer en profundidad lo recorrido y superar la brecha epistémica, para que las taxonomías alternativas sean un elemento que contribuya al surgimiento de sistemas escolares emancipatorios, libertarios y humanamente solidarios. Pero, pese a toda la propaganda que circula en los últimos meses, el actual desarrollo tecnológico aún no está en capacidad de trabajar con lo caótico y rizomático del auténtico aprendizaje creativo y crítico mediante plataformas educativas de códigos abiertos que aprendan, pero no podemos esperar a que eso llegue para pensar en lo taxonómico alternativo.

  • Taxonomía de objetivos educativos

Culminada la segunda guerra mundial y puesta en marcha un conjunto de iniciativas para masificar la educación, promover la industrialización, aprovechamiento de la aceleración del conocimiento científico-tecnológico, consumo, modelo de democracia burguesa y el mercado como eje de la institucionalidad y lo público, desde 1948 en el campo de la educación se plantea la necesidad de estructurar taxonomías de los objetivos educativos que permitieran alcanzar esos propósitos, con dimensiones afectivas, psicomotoras y cognitivas. Esto generó un movimiento de casi tres décadas de definición de los parámetros de cada una de estas dimensiones para la estructuración taxonómica como práctica y paradigma escolar-universitario.

Para Wilsom Leslie-Owen (2001) lo afectivo se refiere a lo emocional, social y sentimientos, que son el resultado de percepciones, respuestas, valoraciones, estructuración y construcción de imaginarios y narrativas. Lo afectivo se considera como requisito de apertura para el logro de metas educacionales, actualizada y desarrollada a partir de los principios de Bloom por Krathwohl (2001).

Lo cognitivo se relaciona al pensamiento y sería desarrollado por Bloom y otros, entre 1956 y 1972 y que sería actualizada por Anderson y otros.

En el aspecto psicomotor existen tres variantes, muy influenciadas por la educación para el deporte. La primera de Dave (1970) que se concentra en “imitación[17], manipulación[18], precisión[19], coordinación o articulación[20], naturalización[21] y aplicación”); la segunda, de Harrow (1972) que identifica los siguientes niveles de dominio: “movimientos reflejos[22], movimientos naturales o fundamentales[23], habilidades perceptivas[24], aptitudes físicas[25], habilidades motrices[26] y comunicación no verbal[27]”); la tercera, de Simpson (1972) que se fundamenta en el dominio de la “percepción[28], disposición de acción[29], respuesta dirigida[30], automatización[31], respuesta amplia[32], adaptación[33] y creación[34]”.

Las tres dimensiones de las taxonomías de objetivos educativos (afectiva, cognitiva y psicomotora) tienen una perspectiva escalar, de lo simple a lo complejo, muy vinculadas al paradigma taylorista de gestión y a los enfoques de administración de Fayol, es decir, encuadrados dentro del paradigma productivista en educación.

En cada una de ellas, los verbos le dan cuerpo a la instrumentalización de las taxonomías. Por ejemplo, a la hora de diseñar un objetivo curricular, prueba, enfoque didáctico, planeación o gestión, se ubica la función que permite conocer el dominio mediante el verbo que lo expresa para evidenciar el conocimiento y habilidad alcanzada por el estudiante.

La combinación de las taxonomías sicologistas aplicadas a la educación con las teorías conductistas del aprendizaje, resulto ser una recombinación reproductora encuadrada en el régimen biopolítico, que creó un Frankenstein educativo, que en algunos países hace que los programas educativos de primaria, en un año escolar, contengan más de mil objetivos específicos, a ser ejecutados durante 200 días de clase, con un promedio (en el mejor de los casos) de por lo menos 5 objetivos conductuales diferenciados cada día, algo que no puede sustentar teorema conductista alguno.   Pero veamos que plantean las más conocidas.

  • La taxonomía de Bloom

A partir de 1956 un conjunto de investigadores norteamericanos, entre los cuales se encontraba Benjamín Bloom (1913-1999), trabajó la organización de una estructura jerárquica de los objetivos educacionales. La comisión, compuesta por profesionales de varias disciplinas se fundamentó en los avances de la psicología y la psicometría, en un momento histórico, de postguerras, en el cuál el sistema mundo propugnaba la estandarización de procesos (hibridando paradigmas del taylorismo y el fordismo).

La taxonomía de Bloom, considera que el aprendizaje se genera en tres dominios: cognitivo, afectivo y psicomotor.

Pertenecen al dominio cognitivo, a) el conocimiento, entendido como los procesos de memorización de conceptos, sub conceptos, normas, formulas, eventos relevantes, imágenes síntesis; b) la comprensión que posibilita dotar de significado a lo memorizado, desarrollando capacidades para interpretar, seguir instrucciones, traducir en hechos y extrapolar; c) aplicación que es la capacidad y habilidad de utilizar lo aprendido para resolver problemas o situaciones contingentes;  d) análisis que es la capacidad para establecer marcos relacionales, fundamentos organizativos y caracterizar elementos;  e) resumen como la capacidad de establecer parámetros, estándares; f) evaluación se refiere a la capacidad de generar juicios a partir de la evidencias empíricas y los criterios externos.

Al dominio afectivo pertenecen las categorías: a) recepción: que se refiere a la capacidad de percibir, aprendiendo a discriminar, alcanzando una atención selectiva solo posible mediante la voluntad de recibir mensajes, diálogos e ideas; b) respuesta: que se refiere al desarrollo de voluntad para responder, mediante una participación activa en los procesos de enseñanza y aprendizaje, que genere satisfacción. Se parte de la premisa positiva que solo se aprende lo que gusta, causa satisfacción y tiene utilidad; c) valoración: que es la aceptación comprometida con el proceso de aprendizaje, así como desarrollo de preferencias sobre temas a los que les asignas mayor valor; d) organización: que se refiere al desarrollo de las capacidades para conceptualizar un valor y organizar de forma coherente un sistema de valores; e) internacionalización de valores: alcanzar un comportamiento predecible, que sea consistente con el sistema de valores del individuo.

En el caso del dominio psicomotor, centrado en la manipulación de objetos, las categorías son: a) percepción: identifica los movimientos corporales principales; b) respuesta conducida: desarrollo de capacidad motora fina que mejora con prácticas y entrenamiento; c) automatismos: adquisición de movimientos reflejos corporales automáticos de respuesta; d) respuestas complejas: creatividad y coordinación a la hora de responder a estímulos específicos; e) adaptación: desarrollo de capacidades para improvisar movimientos ante situaciones contingentes, no conocidas o no esperadas; f) organización: se refiere a la organización espontánea de los movimientos corporales complejos ante estímulos diversos, regulares y contingentes.

La taxonomía de Bloom, surgida en los EEUU, el país que emerge triunfante de la segunda guerra mundial como nación imperialista predominante, forma parte del giro a la masificación educativa que se impulsa desde 1945, con la esperanza que la educación dinamizara el consumo, consolidara el ideal democrático burgués y permitiera contribuir a la aceleración de la innovación científico tecnológica vinculada al modo de producción capitalista.

La taxonomía de Bloom no solo procura contribuir a controlar al detalle lo que se enseña y como se enseña, sino a domesticar las mentes (dimensiones cognitivas), cosificar los cuerpos (dimensiones psicomotoras) y alienar las emociones (dimensiones afectivas), creando rangos, parámetros y cánones de lo que se espera, o como diría Foucault de la normalidad. Las taxonomías de Bloom están pensadas para el fracaso de los anormales, aquellos que aprendemos de manera caótica, que nos integramos desde el caos, de quienes hacemos la disidencia perpetua una forma de construir sociabilidad abierta a las diversidades. El carácter ideológico de las taxonomías de Bloom es innegable.

La aceptación de su lógica “educativa”, por parte de las derechas, centro e izquierda política, evidencia la hegemonía del capitalismo en educación bajo el régimen de reproducción biopolítico de las dos primeras revoluciones industriales y parte de la tercera. Incluso programas de postgrado de pedagogías críticas y educaciones populares han sido elaborados, redactados con este paradigma, por ello no pueden escapar del complemento de las taxonomías de Bloom, las Normas A.P.A.

Sin embargo, la pretensión de extender el dominio de los objetivos educativos descritos en la taxonomía de Bloom, de la educación analógica presencial a la llamada Transformación Digital de la Educación (TDE) y en especial las plataformas educativas y la nube educativa, evidencia un problema del centro capitalista para imponer rápidamente el nuevo régimen de control y reproducción de datos y conocimientos. Esta fisura, este no lugar, esta abertura debería ser aprovechado por las resistencias educativas para construir una nueva educación emancipadora en clave de la tercera década del siglo XXI.

Es imposible valorar la taxonomía de Bloom si no lo hacemos en un marco más amplio, político, económico y social, como parte de una dinámica de control y reproducción (simbólica y material) del sistema mundo capitalista. Además, vinculado su teleología a otros procesos como el marco lógico y más recientemente el pensamiento computacional.

Nuestro punto de vista es que operaciones aparentemente desconectadas como el Marco lógico, emprendida por la Agencia Norteamericana para el Desarrollo Internacional (USAID) en la década de los setenta del siglo XX y, que fuera adoptada por la Agencia Alemana de Cooperación (GTZ) solo con algunas adaptaciones menores, es un complemento de gestión que escala la taxonomía de Bloom y otros, pero eso lo trabajaremos en otro artículo.

Algo similar ocurre con el Pensamiento computacional (PC) que está siendo relanzado por la moda de la Inteligencia Artificial en educación. Países como Panamá están retomando el pensamiento computacional para la formación de docentes y estudiantes, por ello, este tema tiene especial actualidad, pero también demanda un trabajo separado.

  • La taxonomía de Anderson

En realidad, esta propuesta que procura ser una actualización de los objetivos cognitivos de Bloom y otros, es trabajada junto a David R. Krathwohl, Peter W. Airasian, Kathleen A. Cruikshank, Richard E. Mayer, Paul R. Pintrich, James Raths y Merlin C. Wittrock en el libro titulado “A Taxonomy for learning, teaching and assessing. A Revision of Bloom´s taxonomy of educational objetives”[35] (2001), pero para distinguir del trabajo de Krathwohl (dominio afectivo) a este trabajo se le conoce como la taxonomía de Anderson.

Esta taxonomía distingue cuatro dimensiones del conocimiento (factual[36], conceptual[37], procedimental[38] y meta-cognitivo[39]) y seis procesos cognitivos en cada una de estas dimensiones (recordar[40], comprender[41], aplicar[42], analizar[43], evaluar[44] y crear[45]).

Cada uno de estos procesos cognitivos tiene un conjunto de verbos a partir de los cuales el programador (didáctico, evaluativo, de planeación, gestión o curricular), por ejemplo recordar: conocer e identificar; comprender: interpretar (clarificar, parafrasear, representar, traducir) ejemplificar (ilustrar, representar), clasificar (categorizar, agrupar), resumir (generalizar), inferir (concluir, extrapolar, prever), comparar (contrastar, mapear, corresponder),  explicar (construir modelos); aplicar: ejecutar (hacer, llevar a término), implementar (usar); analizar: diferenciar (discriminar, distinguir, centrar, seleccionar) organizar(integrar, diseñar, estructurar, hallar, coherencia), atribuir (deconstruir); evaluar: verificar (coordinar, detectar, monitorear, probar), criticar (juzgar); crear:  generar (hipótesis), planear (diseño), producir (construcción).

Anderson y otros, recombinan las categorías y verbos de la taxonomía de Bloom y otros, para establecer una ruta de enseñanza y comprobación de aprendizajes, en la lógica del racionalismo que indica que las ideas preceden a la experiencia. No se trata de reivindicar el neo empirismo, debate ya superado en la teoría educativa que entiende las instituciones educativas como espacio de encuentro y resignificación entre experiencia, razón y aprendizaje significativo, sino de mostrar que un enfoque secuencial programado parte del principio de la mente humana como “disco rudo” cargado de ideas innatas (sistema operativo) al cual hay que cargarlo de ideas (programas y contenidos) para que pueda entender la realidad, en el cuál la experiencia y las necesidades del contexto se convierten en significantes vacíos.

Desde nuestro punto de vista, no existe una solo ruta para aprender y conocer, ese es uno de los grandes problemas del conductismo, como tampoco una resulta mejor que las otras. Por eso, la mirada unidimensional de la ruta del aprendizaje solo deriva de un pensamiento computacional y maquinal del cerebro y la mente, algo con lo cual tomamos distancia.

Sin embargo, esta secuencia resulta clara para el programador informático, quien lo convierte en módulos, elevando de manera exponencial la mecanización de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

La taxonomía de Krathwohl (2001) y otros, se centra en el dominio afectivo, sus categoría y subcategorías. Como discípulo de Bloom trata de construir una ruta de ejecución del aprendizaje afectivo. Para ello establece cinco categorías, con sus subcategorías que orientan la actividad de programación. Estas categorías son: recibir (conciencia[46], disposición a recibir[47], atención controlada y selectiva[48]), responder (consentimiento en responder[49], disposición a responder[50], satisfacción al responder[51]), valorizar (aceptación de un valor[52], preferencia por un valor[53], compromiso[54]), organización(conceptualización de un valor[55], organización de un sistema de valores[56]) y caracterización por un valor (conjunto generalizado[57], caracterización[58]).

La concepción de esta taxonomía pareciera desconocer la importancia de la contradicción, las disonancias y las diversidades en la conformación de las relaciones interpersonales de los y las estudiantes en las aulas.  Pareciera estar pensada en relación uno a uno, y no en las formas caóticas que se construye el ser social educativo.

El lugar de enunciación de esta taxonomía, continuidad de Bloom y compañía, es la de la mente como una cadena de sinapsis neuronales ordenadas que dan origen a las emociones y que siguen un patrón. Es el pensamiento computacional sobre las operaciones del cerebro y la afectividad, que niega la formas rizomáticas, múltiples, diversas, que son adaptativas y por lo tanto tienen ciclos de orden-desorden creativo. Parecieran negar el carácter disruptivo del pensamiento crítico.

Esto también está asociado a planteamientos de la neurociencia sobre la activación y entrenamiento de la zona ejecutora del cerebro, para controlar y reprimir las emociones que denominan negativas y activar para multiplicar aquellas que consideran positivas. Es decir, para apuntalar desde lo afectivo todo este proceso de represión de lo diverso, impulsan la inteligencia emocional. Si bien la inteligencia emocional como paradigma afectivo merece ser trabajado en un artículo aparte, es innegable su relación con el campo taxonómico y el psicologismo que suprime la pedagogía como campo científico.

Eso sí, encuadran el dominio afectivo en la lógica de funcionamiento de la Inteligencia Artificial y su pretensión de régimen de la verdad. El problema de esta taxonomía es que, en términos educativos, podía servir para el régimen de reproducción biopolítico, pero resulta nefastas para el régimen de datos y contenidos, que demanda la mayor libertad para multiplicar exponencialmente el conocimiento y diversificar las opresiones.

Con la taxonomía de dominio el programador de plataformas educativas y contenidos digitales encuentra las pistas para alinear sus interfases. En un esquema secuencial que considera logro la sumisión afectiva y “fracaso# las formas humanas caóticas con las que se construyen los sistemas de valores. Intentar alinear esquemáticamente y de forma estandarizada lo afectivo, es algo a lo que siempre han aspirado los gobiernos autoritarios y fascistas de diferentes signo ideológico, por ello, la lógica discursiva de esta taxonomía puede “enamorar” tanto a marxistas ortodoxos y estalinistas como a la llamada derecha post liberal.

  • La taxonomía de Kendall y Manzano

A partir del trabajo de Bloom y otros (1956-1972) Kendall. J.S.  y Manzano, R.J.  escriben The new taxonomy of educational objectives (2007) y Designing and assessing educational objectives: Applying the new taxonomy (2008), cuyos trabajos se concentran en incorporar los avances de la psicología y la neurociencia (computacional y maquinal) al trabajo de Bloom, es decir, es un desarrollo de la taxonomía madre en objetivos educacionales.  Además, hemos revisado los trabajos de interpretación de esta taxonomía realizados por Katherina Edith Gallardo Córdova (2009) y del sitio web educativo “orientación Andújar”[59].

En la taxonomía de Manzano y Kendall establecen tres dominios transversales y seis niveles de implantación. Los tres dominios son 1) información, b) procedimientos mentales y c) procedimientos psicomotores, mientras que los niveles son 1) recuperación (cognitivo), 2) comprensión (Cognitivo), 3) análisis (cognitivo), 4) utilización del conocimiento (cognitivo), metacognición (sistema metacognitivo) y 6) sistema interno (self).

En la recuperación se trata de provocar que el estudiante retome los aprendizajes precedentes al respecto; los verbos de programación (curricular, didáctica, evaluativa, planeación y gestión) son: repetir, registrar, memorizar, nombrar, relatar, subrayar, enumerar, enunciar, recordar, describir, reproducir, definir, listar, rotular, identificar, recoger, examinar, tabular y citar.

El nivel de comprensión está centrado en el conocimiento nuevo y la capacidad del estudiante para entender sus implicaciones teóricas y prácticas. Los verbos de programación son: interpretar, traducir, reafirmar, describir, reconocer, expresar, informar, revisar, identificar, ordenar, seriar, exponer, parafrasear, comparar, predecir, asociar, estimar, diferenciar, extender, resumir, discutir, contrastar, distinguir, explicar e ilustrar.

En los niveles de análisis (distinguir, analizar, diferenciar, destacar, experimentar, probar, comparar, contrastar, criticar, discutir, diagramar, inspeccionar, pedir, clasificar, separar, examinar, catalogar, inducir, inferir, discriminar, subdividir, desmenuzar, separar, ordenar, explicar, conectar, seleccionar, arreglar, categorizar) y utilización del conocimiento o aplicación  (aplicar, emplear, utilizar, demostrar, practicar, ilustrar, operar, programar, dibujar, esbozar, convertir, transformar, cambiar, experimentar, usar, producir, resolver, ejemplificar, comprobar, calcular, manipular, completar, mostrar, examinar, modificar, relatar, clasificar, descubrir, computar, construir), ambos pertenecientes a la cognición, el estudiante deberá estar en capacidad de realizar operaciones mentales relacionales.

En el nivel de metacognición, referido a los hábitos mentales productivos, los verbos que se usan en programación son: planear, proponer, diseñar, formular, reunir, construir, crear, establecer, organizar, dirigir, preparar, deducir, resumir, generalizar, integrar, sustituir, crear, inventar, plantear hipótesis, definir, combinar, reacomodar, compilar, componer, relacionar, elaborar, explicar, concluir, reconstruir, idear, reorganizar, reordenar, desarrollar, reescribir, generalizar, modificar, plantear. En este nivel el estudiante deberá desarrollar operaciones mentales complejas.

Finalmente, el nivel self, ser y autoregularse, los verbos son: juzgar, evaluar, clarificar, estimar, valorar, calificar, seleccionar, medir, descubrir, justificar, estructurar, pronosticar, predecir, apoyar, concluir, detectar, debatir, argumentar, cuestionar, decidir, probar, medir, recomendar, explicar, sumar, criticar, discriminar, convencer, establecer rangos. En este nivel se procura que el estudiante tenga capacidad de iniciativa para conocer y ampliar sus horizontes.

Como en las anteriores taxonomías, a cada nivel corresponde una esfera del trabajo docente, que debe ser secuencial, porque se parte que los procesos son lineales y uno detrás del otro, como si siempre aprendiéramos en esta sucesión de eventos. El diseñador curricular, pero también el evaluador, o los especialistas didácticos, de planeación y gestión del aula, deben adaptar sus procesos a esta secuencia; así cuando hacemos una prueba diagnóstica apelamos a la recuperación, mientras que cuando evaluamos los logros conforme al perfil intentamos precisar la capacidad de ser y autoregularse.

Cuando un programador de plataformas virtuales y de contenidos digitales educativos inicia el diseño de sus módulos e interfaces lo hace a partir de estas secuencias taxonómicas, así como las Inteligencias Artificiales hacen seguimiento en tiempo real de los procesos de aprendizaje. Lo que se salga de la secuencia es anormalidad en el aprendizaje, error y evaluación negativa. Imagínense esos niveles de locura maquinal en la era digital.

Incluso la psicología de las inteligencias múltiples ha revolucionado estos arquetipos, aunque los taxonomistas intentan construir una adaptación para cada tipo de inteligencia.

Por ello, el tema de las taxonomías alternativas es un tema central en la actual Transformación Digital de la Educación (TDE) y la hegemonía de la Inteligencia Artificial(IA). Seguramente dirán algunos especialistas informáticos que una taxonomía disipativa y aleatoria, como deberían ser las taxonomías plurales emancipadoras, creativas y de pensamiento crítico, no tiene un correlato aún en la informática. Pues bien, entonces vayamos más despacio y “bajémosle dos” a la desenfrenada carrera por construir mercancías tecnológicas que permitan extraer los presupuestos públicos en educación.

Lo que no puede negarse es la hegemonía del aceleracionismo capitalista (Land, 2011) que nos coloca ante la disyuntiva de como nos entendemos y vemos en ese marco. Como lo señalan Avanessian y Reis en (2017), al analizar el Manifiesto por una Política Aceleracionista” (MPA, 2013), existe una necesidad de entender la antropología transformativa (Negri, 2017), que en el caso de educación considero que conforma tres grandes campos en la izquierda pedagógica. El primero que considera que hay que resistir desde lo comunitario, la horizontalidad y el poder popular como si contáramos con un sujeto no alienado y el sistema mundo capitalista permitiera burbujas alternativas que no interactúan con el aceleracionismo. El segundo, quienes se sumergen en los productos de la aceleracionismo capitalista, para intentar “voltear” su propósito para colocarlos a favor de la perspectiva liberadora. Un tercero, que se debate entre la parálisis y la acción, que postula la necesidad de sumergirse en el aceleracionismo con mentalidad de resistencia y creativa, para usar sus avances (aprendiéndolos) para crear lo nuevo (construir alternativas) en favor de las mayorías, lo cual pasa por una recuperación del futuro.

  • La taxonomía de Bloom en la era digital

La adaptación de la taxonomía de Bloom a la era digital ha sido trabajada por varios autores. A los efectos de este trabajo seleccionaremos una de ellas, la de Andrew Churches (2009).  Esta taxonomía no modifica la secuencia ni las categorías originales de Bloom, que van de las habilidades de pensamiento de orden inferior a las habilidades de pensamiento de orden superior, sino que desarrolla las prácticas que las expresan.

En el caso del dominio cognitivo, para la categoría  recordar propone: utilizar viñetas, participar en las redes sociales, marcar sitios web favoritos, hacer búsquedas en google; para la categoría comprender:  hacer búsquedas avanzadas, hacer periodismo en blogs, etiquetar, suscribir ; para la categoría aplicar:  cargar, jugar, operar,  subir archivos, editar; para analizar: enlazar, validar, hacer ingeniería inversa; para evaluar:  comentar en un blog, revisar, publicar, participar en redes ; para crear: programar, remezclar, transmitir.

Evidentemente es una banalización de una taxonomía con la cual se tienen diferencias, pero se reconoce un trabajo serio detrás de ellas, así sea funcional al régimen de reproducción, Pero lo que observamos en materia de taxonomías digitales es una instrumentalización sin fundamentos teóricos serios.

  • Cultura evaluativa, cosificación curricular y curricularización de la pedagogía

Las taxonomías educativas se convirtieron en instrumentos técnicos alienantes, en sinónimos de orden válido, jerarquización del conocimiento, segmentación de conocimiento científico y saberes comunitarios, ruta para colocar primero la teoría que guiara la reproducción incesante de la práctica,  lo empírico aparece como sinónimo de materia prima, compulsión a la evaluación punitiva, estandarización de los aprendizajes mediante el logro de los perfiles de egreso,  castración de la planeación limitándola a los tiempos y formas de aplicar la receta curricular, pérdida de sentido de las didácticas subalternizándolas a la eficacia productivista, transfiguración del pedagogo en administrador curricular, obsesión familiar por las tareas y los apuntes, lógica estudiantil de aprender para el examen y olvidar luego.

A la burocracia obsesionada por las estadísticas y el número como significante pedagógico, las taxonomías le dieron sentido para justificar la labor docente como trabajo alienado, que se mide por el rendimiento académico por metas, el número de aprobados o reprobados, pero además para conocer que está haciendo el educador en cada momento. A ello se le adicionó la evaluación docente con sus indicadores de logro, compensaciones monetarias, rankings universitarios construidos a costa de la bibliometría vacía y la meritocracia alejada de la cotidianidad social.

Las taxonomías no fueron un elemento menor, sino un gran componente en la construcción de la cultura evaluativa, que posibilitó elevar los niveles de cosificación curricular conocidos hasta ese momento. Verbos que orientan objetivos generales y específicos, formulación de preguntas destinadas a la evaluación, la métrica didáctica, el quantum evaluativo, los fines de la planeación y las metas d la gestión. Su máxima expresión fue la arquitectura curricular colocada como epicentro de los pedagógico. A este proceso hemos denominado curricularización pedagógica.

Curricularización de las pedagogías podo el árbol de la creatividad pedagógica, convirtiendo al docente en operario simbólico de la máquina de construcción de aprendizajes, limitando el trabajo de enseñanza, con una lógica de reproducción biopolítuca. Este performance, en medio del advenimiento de la sociedad de la información y el cambio de régimen político de datos y conocimiento, convirtió de “golpe y porrazo” a los procesos educativos en tediosos, desprovistos de capacidad de generar curiosidad y en muchos casos en simples trámites para obtener titulaciones.

  1. La cuarta revolución industrial y la necesidad de descurricularizar las pedagogías

Las taxonomías fueron el último eslabón para terminar de curricularizar las pedagogías. La confluencia de dinámicas educativas que llamamos pedagogías, contenía balances precarios entre didácticas, currículo, evaluación, planeación y gestión. La interacción de estas dinámicas por parte de los y las trabajadoras de la educación posibilitaba la construcción de corpus experencial y corpus teórico en el hecho educativo. Cuando estas dinámicas se cruzaban con los elementos contextuales se daban aperturas transformadoras que trascendían los límites de la institucionalidad. Esto dió origen a frases como el maestro, por donde pasa, enciende la luz del conocimiento. Estas aperturas eran en realidad fugas del control biopolítico, mostraban contradicciones entre lo super estructural y lo concreto, dando origen a lo que Giroux (1992) denomina como resistencias. En consecuencia, esta anormalidad procuró ser suprimida o llevada a su mínima expresión mediante la cosificación curricular, convirtiendo al currículo en un centro sobre el cuál comenzaron a girar el resto de dinámicas de la pedagogía (didácticas, evaluación, planeación y gestión).

La curricularización de las pedagogías limitaba la labor docente a la ejecución incesante de objetivos pre-diseñados, en cargas horarias que se completaban entre 180 y 200 días, en rutinas de ejecución de contenidos petrificados en el tiempo, que alimentaban el régimen de reproducción biopolítico. Era tal el nivel de repetición de tareas que se le impuso a los sistemas escolares y las universidades, con criterios de eficiencia centrados en la ejecución, que el requerimiento del sistema mundo de cambio de régimen de control y reproducción no fue entendido por la alienación del trabajo, pero también porque ello implicaba detener y desarmar la máquina educativa montada con el anterior paradigma.

El problema actual es la que la cuarta revolución industrial con su régimen de reproducción de datos y conocimientos necesita superar el viejo régimen biopolítico y demoler la antigua máquina escolar y universitaria.  En ese camino, pareciera que la tensión del sistema mundo está dividido en tres grandes campos. El primero centrado en construir un nuevo sistema escolar presencial con apoyo del desarrollo tecnológico propio del régimen de datos y conocimiento; el segundo, la tentación de entrar a una fase educativa totalmente virtual-digital que se fusione con el nuevo régimen de reproducción y control; y el tercero, dejar que el caos propio de reformas educativas constantes, inconclusas y sin evaluación sistémica, vaya destruyendo socialmente el modelo escolar actual y abriendo paso de manera contingente a lo nuevo. Las tres iniciativas parecieran tener correlato en lo que hacen Singulartity University (Nuevas carreras, estilos de aprendizaje y arquitectura institucional), las GAFAM (Transformación Digital de la Educación, Inteligencia Artificial, Metaverso) y la UNESCO-Banco Mundial-OCDE-BID (pruebas estandarizadas, desfinanciamiento, Tendencia Reformadora Internacional, ODS4), respectivamente. El Foro Económico Mundial (FEM) o Foro de Davos como se le conoce, pareciera buscar puntos de encuentro entre estas tres tendencias.

Desde las alternativas y las resistencias también existen tres tendencias claras y matices-puentes entre ellas. La primera, que considera que hay que reformar-transformar la escuela-universidad dentro los límites de la vieja máquina escolar newtoniana-Comenio, en cuya estrategia tienen prioridad los enfoques didácticos (educaciones populares, formas participativas de aprender), curriculares (currículo alternativo, secuenciado por objetivos, pensando que el centro del cambio son los contenidos), evaluación (justicia evaluativa, cada quien aprende a su ritmo, aprendizaje socialmente significativo), planeación (colectivos pedagógicos, lógicas asamblearias de trabajo pedagógico) y de gestión (la escuela abierta, escuela inteligente, dirección colegiada); esta tendencia suele tener rasgos no declarativos de tecnofobía encubierto con el discurso comunitarista. La segunda, que postula una intersección entre lo presencial (central) y lo tecnológico virtual-digital (como recursos para el aprendizaje), pero que no termina de romper con la matriz de curicularización. La tercera, que entiende que hay que transformar radicalmente la escuela, pero atrapada en los límites del modelo escolar de Comenio y los modelos de funcionamiento de universidades en las tres primeras revoluciones industriales, no encuentra por dónde empezar. Las tres tienen en común que no han abierto el debate sobre la superación del régimen de reproducción biopolítico y las alternativas que en su momento se planteaban desde las pedagogías críticas y las izquierdas pedagógicas.

En ese contexto, de atasco teórico-conceptual-operacional, propio de la Brecha epistémica, comienzan a desarrollarse plataformas educativas, elaborados con taxonomía de Bloom, pensadas en el marco del régimen de reproducción biopolítico, que al ser presentadas como novedad sin reflexión profunda sobre la actual transición, le añaden más elementos al caos epistemológico. Por ello, la importancia de abrir un debate sobre las taxonomías, no limitado a su utilidad técnico-pragmática, sino abierto a la coyuntura de cambio de régimen de dominación y control del sistema mundo en el marco de la cuarta revolución industrial, pero ello es imposible impulsarlo sin atrevernos a cuestionar la curricularización de las pedagogías.

  1. Conclusión de apertura

El aprendizaje es mucho más caótico que cualquier clasificación y dependen del orden difuso rizomático de cada individuo, pueblo y comunidad. Nuestro trabajo en las aulas durante dieciocho años en primaria, veintiuno en universitario, trece con jóvenes con dificultades de inserción social y cuarenta y uno como padre de siete hijos me ha hecho tener esta certeza.  Incluso mi propia forma de aprender está muy lejos de esta secuencialidad maquinal.

De manera empírica y a tientas muchos sistemas escolares se están dando cuenta de esta realidad.  Por eso Suecia abandona las tablas y vuelve a los libros, Francia plantea la necesidad de volver a los libros de texto y otros países comienzan a devolver los pasos del primer frenesí informático. No se trata de desconocer las posibilidades de la TDE y las IA, sino de valorar las realidades posibilidades pedagógicas con su actual desarrollo.

El caso de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) es singular y pareciera iniciar un proceso de salto cualitativo en las reformas educativas, que no tiene un corpus teórico claro y que pareciera que está rompiendo con la cosificación curricular por la vía de aproximaciones sucesivas. Si la NEM no logra construir ese desarrollo teórico que la ubique rompiendo en todos sus planos (y no solo en el de los textos escolares) con el régimen de reproducción biopolítica, corre el riesgo que las rutinas del sistema en su conjunto devoren lo novedoso y revolucionario que inicia con las publicaciones.  Sin embargo, el caso mexicano en detalle, será tema de otro artículo por separado, pues desarrolarlo en toda su complejidad desenfocaría el actual artículo.

Referencias

Anderson, L.W., and D. Krathwohl (Eds.) (2001). A Taxonomy for Learning, Teaching and Assessing: a Revision of Bloom’s Taxonomy of Educational Objectives. Longman, New York. Disponible en https://www.uky.edu/~rsand1/china2018/texts/Anderson-Krathwohl%20-%20A%20taxonomy%20for%20learning%20teaching%20and%20assessing.pdf

Anwaar, Ahmad Gulzar(2021) Dominio psicomotor: taxonomía de Dave. Sitio web de Educare. Disponible en https://educarepk.com/psychomotor-domain-daves-taxonomy.html

Anwaar, Ahmad Gulzar (2021). Dominio psicomotor: taxonomía de Harrow. Ediciones Educare. Disponible en https://educarepk.com/psychomotor-domain-harrows-taxonomy.html?_gl=1*1n36hu2*_ga*MjAxMDI4OTYzOS4xNjkxNzY0NjUy*_ga_56G3WHKHV1*MTY5MTc2NDY1MS4xLjAuMTY5MTc2NDY1MS4wLjAuMA..*_ga_F76BPXJLJ1*MTY5MTc2NDY1MS4xLjAuMTY5MTc2NDY1NC41Ny4wLjA.&_ga=2.5827825.350505424.1691764652-2010289639.1691764652#google_vignette

Bonilla-Molina, Luis (2016) Apagón Pedagógico Global (APG). Las reformas educativas en clave de Resistencias. Revista Viento Sur de España. Disponible en https://vientosur.info/wp-content/uploads/spip/pdf/vs147_l_bonilla_molina_apagon_padagogico_global_apg_las_reformas_educativas_en_clave_de_resistencias.pdf

Beradi, Franco B (2017) Fenomenología del fin: sensibilidad y mutación conectiva. Ediciones caja negra. Buenos Aires.

Bonilla-Molina, Luis (2023) El Puente roto y los problemas para atravesar aguas turbulentas: las pedagogías críticas en la era digital. Publicado en la Revista ar bitrada del Profesorado de España. Disponible en https://luisbonillamolina.com/2023/04/14/el-puente-roto-y-los-problemas-para-atravesar-aguas-turbulentas-las-pedagogias-criticas-en-la-era-digital/

Bonilla-Molina (2023) Inteligencia Artificial, transformación digital de la educación y mercado de inversiones. Elaborado a solicitud de la CLADE para la revista COCAR. Disponible en https://luisbonillamolina.com/2023/08/12/inteligencia-artificial-transformacion-digital-de-la-educacion-y-mercado-de-inversiones/

Bloom, Benjamin S (1972) Taxonomía de los objetivos educativos. La clasificación de las metas educacionales. Manuales I y II. Ediciones El Ateneo editorial. Argentina.

Combs, P.H. (1968). The world educational crisis—A systems analysis. Oxford University Press.

Chul-Han, Byung (2022) Psicopolítica. Ediciones Herder. Alemania.

Chul-Han, Byung (2022) Infocracia: la digitalización y la crisis de la democracia. Ediciones Taurus. España.

Dave, RH (1970). Niveles psicomotores en Desarrollo y Redacción de Objetivos Conductuales, pp.20-21.  RJ Armstrong, ed. Tucson, Arizona: Prensa de innovadores educativos.

Fisher, Mark (2016) Realismo capitalista ¿No hay alternativa?. Ediciones Caja negra. Argentina

Foucault (2007) El nascimiento de la biopolítica. Textos de clase. Fondo de Cultura Económica México.

Galimberti, Umberto (2002). Diccionario de Psicología. Siglo XXI. México.

Giroux (1992) Teoría educativa y resistencias. Editorial Siglo XXI

 Grada, Anita J. (1972). Una taxonomía del dominio psicomotor: una guía para desarrollar objetivos conductuales . Nueva York: David McKay Co.

Wilsom Leslie-Owen (2001) El segundo principio. Disponible en https://thesecondprinciple.com/essential-teaching-skills/blooms-taxonomy-revised/

Marzano, R. J. y Kendall, J.S. (2007). The new taxonomy of educational objectives. California,

EE.UU.: Corwnin Press.

Marzano, R. J. y Kendall, J.S. (2008). Designing and assessing educational objectives: Applying the

new taxonomy. California, EE.UU.: Corwnin Press.

Morozov, Evgeny (2018). Big Tech: A ascensäo dos dados e a norte da politica. Edición en portugués- Libro digital.

Churches, Andrew (2009) Taxonomía de Bloom para la era digital. Disponible en https://eduteka.icesi.edu.co/articulos/TaxonomiaBloomDigital

Seels y Glasgow (1990). Ejercicios en diseño instruccional. Columbus OH: Merrill Publishing Company.

Simpsom, Elizabeth (1972) Taxonomía de Simpsom. Disponible en  https://es.slideshare.net/EscueladeFtbolSudAmrica/taxonomia-elizabeth-simpson

Wilson, Leslie-Owen. (2001). «Three Domains of Learning – Cognitive, Affective, Psychomotor»

Williams, Alex y Srnicek, Nick (2013). Acelera: manifiesto por una política aceleracionista. Disponible en  https://syntheticedifice.files.wordpress.com/2013/08/manifiesto-aceleracionista1.pdf

Zubof, Shoshana (2020) La era del capitalismo de la vigilancia. La lucha por un futuro humano frente a las nuevas fronteras dl poder. Ediciones Paidós. España


[1] Artículo escrito de manera exclusiva para la Revista de Educación de la UFS Brasil. No se puede reproducir ni difundir sin el permiso previo de la revista

[2] Profesor invitado de la Universidad Federal de Sergipe, Brasil, en el marco del programa Solidaridade que impulsa el CAPES. Miembro electo del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y Coordinador del GT CLACSO “Capitalismo digital, políticas educativas y pedagogías críticas” (2023-2025). Miembro del Secretariado del Congreso Mundial contra el Neoliberalismo Educativo (Río de Janeiro, Brasil, octubre 2024).  Integrante de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), la Fundación Kairos y la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS). Investigador del Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación (CII-OVE). Investigador asociado al eje “trabajo docente” de la CRES+5 a realizarse en Brasilia, Brasil, abril 2024. Contacto: luisbonillamolina.62@gmail.comcontacto@luisbonillamolina.com

[3] https://eva.udelar.edu.uy/login-eva/login-ldap.html

[4] https://app.schoology.com/login

[5] https://ester.meduca.edu.pa/

[6] https://educacaovigiada.org.br/es/cartografia/americadelsur/

[7] Siglas que identifican a las grandes corporaciones tecnológicas Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft,

[8] https://www.santillanaconnect.com/Account/Login/?wtrealm=http%3A%2F%2Flms30.santillanacompartir.com%2Flogin%2Fcompartir%2F&wreply=https%3A%2F%2Festela.santillana.com%2Flogin%2Fsso%2Floginconnect

[9] Siglas que sintetizan el paradigma de concentrar la enseñanza en Ciencia (S), Tecnología (T), Ingenieras (E) y Matemáticas (M).

[10] Inteligencia Artificial, transformación digital de la educación y mercado de inversiones. Disponible en https://luisbonillamolina.com/2023/08/12/inteligencia-artificial-transformacion-digital-de-la-educacion-y-mercado-de-inversiones/

[11] Comprender el comportamiento humano a partir de establecer regularidades en las operaciones mentales. A través de las Ciencias de los Datos, descompone un problema a partir de los datos que se tienen, los analiza y establece continuidades y repitencias, que le permitan pronosticar comportamientos para los cuales se construyen algoritmos.

[12] 1928-2016, creó el lenguaje de programación Logo (1968). Trabajó con Piaget (1959-1963) a partir de lo cual desarrollo una propuesta de aprendizaje que llamó construccionismo, más allá del constructivismo. Luego trabajaría con Minsk con quien crearía el Instituto de Inteligencia Artificial.

[13] 1956 –  . Está al frente del Instituto de Ciencia de Datos de la Universidad de Columbia en EEUU, luego de ejercer el cargo de Vicepresidenta Ejecutiva del prestigiado Microsoft Research.

[14] Líder mundial del transhumanismo, canciller de la Universidad de la Singularidad, es el motor del proyecto La Era de la Singularidad que procura desarrollar un cerebro digital ordenando computacionalmente los procesos de aprendizaje y toma de decisiones de los seres humanos, para poder dar el salto en la creación de una nueva especie, los Singularty que estima se pueda hacer alrededor del año 2042.

[15] Como crear una mente

[16] En 2012 Kodak, empresa que había monopolizado el mercado de la fotografía, se declaró en quiebra. La causa no fue capaz de adaptarse y acompañar la transición de lo analógico a lo digital. El capital trasnacional tecnológico apuesta a un efecto kodak en el sector educativo, que justifique el cierre de la presencialidad y el paso a la virtualidad generalizada, como mecanismo para asaltar los dineros públicos destinados a la educación y transferirlos a las grandes corporaciones del sector y los mercados de inversiones, es decir al capital especulativo financiero trasnacional.

[17] Para Anwaar (2021) las palabras claves son: “intentar, copiar, imitar, imitar, seguir, repetir, duplicar, replicar, reproducir”

[18] Palabras claves: “Actuar, Construir, Ejecutar, Realizar, Completar, Lograr, Seguir, Jugar, Producir” Anwaar, 2021.

[19] Para Anwaar (2021) las palabras claves son: “lograr automáticamente, sobresalir de manera experta, realizar con maestría, demostrar con destreza, calibrar perfectamente”.

[20] Palabras claves: “Adaptar, Construir, Combinar, Crear, Personalizar, Modificar, Formular, Alterar, Originar”. Anwaar, 2021.

[21] Para Anwaar (2021) las palabras claves son: “crear, diseñar, desarrollar, inventar, administrar de forma natural o perfecta”.

[22] Palabras claves: “flexionar, estirar, enderezar, extender, inhibir, alargar, acortar, tensar, endurecer, relajar”. Anwaar (2021)

[23] Para Anwaar (2021) las palabras claves son: “gatear, arrastrarse, deslizarse, caminar, saltar, correr, agarrar, alcanzar, apretar, sostener, manejar”.

[24] Palabras claves: “atrapar, rebotar, comer, escribir, equilibrar, doblar, dibujar de memoria, distinguir al tocar, explorar”. Anwaar, 2021.

[25] Para Anwaar (2021) las palabras claves son: “soportar, mejorar, aumentar, detener, comenzar, moverse con precisión, tocar, doblar”.

[26] Palabras claves son: “bailar el vals, escribir a máquina, tocar el piano, cepillar, archivar, patinar, hacer juegos malabares, pintar, zambullirse, esgrimir, jugar al golf, cambiar”. Anwaar, 2021

[27] Para Anwaar (2021), las palabras claves son: “gesticular, ponerse de pie, sentarse, expresarse facialmente, bailar hábilmente, actuar hábilmente, pintar hábilmente, jugar hábilmente”.

[28] “Recibir, seleccionar y traducir estímulos”. Simpson, 1972

[29] “Mental, física y emocional”, Simpson, 1972

[30] “imitación, prueba y error-aprendizaje”. Simpson, 1972

[31] “Hábitos con soltura y confianza”. Simpson, 1972.

[32] “Movimientos unitarios y patrones de movimiento complejos”. Simpson, 1972.

[33] “Habilidad para modificar voluntariamente patrones de movimiento”. Simpson, 1972.

[34] “capacidad para producir nuevos patrones”. Simpson, 1972

[35] Disponible en https://www.uky.edu/~rsand1/china2018/texts/Anderson-Krathwohl%20-%20A%20taxonomy%20for%20learning%20teaching%20and%20assessing.pdf

[36] Conformado por pequeños fragmentos o partes de un conocimiento más amplio y específico, como terminologías, detalles o algunos elementos.

[37] Conocimiento detallado, complejo y organizado de las categorías, sub categorías, campos, principios y teorías que explican un fenómeno o acontecimiento.

[38] Conocer como se hace o construye un determinado evento, artefacto, formula o producción artística.

[39] Autoconocimiento sobre sus procesos de aprendizaje, pensamiento estratégico y aprender a pensar para actuar.

[40] Memoria de largo plazo sobre acontecimientos relevantes.

[41] Capacidad de construir significados, de dar sentido, a los elementos relevantes que surgen de una conversación, lectura o estudio de imágenes.

[42] Capacidad contingente de aplicar los procedimientos adecuados para cada situación.  Estos procedimientos implican un orden y secuencia instrumental.

[43] Capacidad para descomponer un tema, situación, problema u oportunidad en cada una de las partes que la componen, comprendiendo el funcionamiento de cada una de ellas y como se complementan.

[44] Capacidad de emitir juicio de valor a partir de estándares, parámetros, criterios y características.

[45] Capacidad de organizar y reorganizar los elementos que componen un proceso u objeto.

[46] Capacidad para distinguir y asumir la importancia de un tema o de un evento en situaciones planeadas o contingentes.

[47] Capacidad de tolerancia o aceptación de argumentos expresada en habilitación para la participación.

[48] Capacidad del estudiante de posicionarse adecuadamente ante las críticas, manejarse en marcos estéticos diferenciados y tolerancia a variantes lúdicas como el humor.

[49] Aceptar ser parte de un diálogo

[50] Voluntad para responder en tiempo y forma.

[51] Motivación y satisfacción por responder

[52] Capacidad de asociación de un valor con sus expresiones sociales concretas

[53] Disposición a construir sus propios valores dentro de parámetros socialmente definidos y aceptados

[54] Convencimiento sobre los parámetros e implicaciones de un valor

[55] Perspectiva relacionar entre los valores adquiridos y los que está en proceso de admitir,

[56] Aceptación de la hibridación de valores diferentes en un hecho social concreto..

[57] Habilidades y capacidad para articular valores con actitudes y comportamientos

[58] Aceptación y orientación conforme a su propia filosofía de vida, cosmovisón  e ideales.

[59] https://www.orientacionandujar.es/2016/11/06/taxonomia-robert-marzano-verbos-recomendados-indicadores-niveles-cognitivos/

Comparte este contenido:

El feminismo tiene que ponerse a pensar

El feminismo no está ni mucho menos muerto y enterrado, no está ni mucho menos kaputt.., puede decirse que constituye hoy la última gran teoría crítica resistente al presente neoliberal y patriarcal


El activismo ha sido siempre una seña de identidad del feminismo. Así, por ejemplo, la ola sufragista fue un movimiento imparable durante casi cien años por la conquista del voto femenino. Y esa gran ola recaló en una cascada de teóricas en cadena que, sin dejar el ámbito reivindicativo, se pusieron a “pensar el pensamiento” de su momento desde las claves de la crítica feminista. Me estoy refiriendo a las grandes figuras del neofeminismo, a partir de Simone de Beauvoir, como son Betty Friedan, Shulamith Firestone o Kate Millet en los años 60 y 70 del siglo XX, que aportaron conceptos y teorías con las que hoy se mueve el bagaje feminista de análisis.

En nuestros días el feminismo sigue siendo reivindicativo. Y ha aglutinado a muchos sectores sociales y a muchas mujeres jóvenes, que se están alzando contra la pervivencia del patriarcado y, sobre todo, contra su violencia estructural. Frentes como la prostitución y los vientres de alquiler ocupan también a una buena parte del feminismo que escribe, debate y se moviliza en contra de su regulación. Y hay una producción teórica, que también es activismo feminista y que da cobertura a “las luchas y anhelos de una época”, por decirlo en palabras de Marx cuando definía qué es la teoría crítica.

En estos terrenos de la praxis política el feminismo sigue ganando batallas. Pero en el terreno del pensamiento podría advertirse que parece perderlas. Buena prueba de ello es que, cuando todavía no estamos en condiciones de hablar de un postpatriarcado, el postfeminismo es una expresión cada vez más extendida y aceptada. Y eso no es inocuo: responde a un imaginario propio de una parte del pensamiento contemporáneo, que ha decretado el acta de defunción de todas las grandes reclamaciones de la modernidad anterior. Y, entre ellas, la de la igualdad. Lo que se aplica además a la demanda de la igualdad entre los sexos. Todo esto, simplemente, habría caducado.

Como también estaría caduco el propio sujeto que protagonizó las luchas del pasado y, para lo que nos interesa aquí, esto incluiría al sujeto político feminista. Porque el sujeto no serían las “mujeres”, esta es otra ficción a deconstruir para dar paso a una coalición de identidades variables que se alían en su resistencia al orden heteropatriarcal. Que, además, no es sólo un orden de dominación heterosexual, sino un orden de dominación cisheteropatriarcal. Con esta denominación (¡que ya es para nota!) se trata de designar algo así como un sistema de dominación heterosexual jeraquizado por lo cis (personas que se identifican con el sexo y el género atribuido al nacer y que se opone a las personas trans).

En esta sopa de sufijos, es imposible abrirse paso con mayor claridad, pues nos movemos en un proceloso y sombrío bosque de letras. Pero algo parece claro: se trata de abatir lo que ha conformado y conforma el feminismo y su sujeto histórico. Y esta estrategia puede que no constituya parte del debate social, pero sí se muestra como una de las líneas en auge del pensamiento de nuestro presente. Y hay que afrontarlo.

Hay que afrontarlo porque el pensamiento, cuando se repite y se repite, acaba permeando la propia dialéctica social. Y hay que afrontarlo en el terreno donde el pensamiento afronta el pensamiento, que no es otro que el terreno del pensamiento mismo. Quiero decir que, además de las necesarias reivindicaciones y del activismo, el feminismo ha sido y es un pensamiento potente, una teoría crítica, que tiene que dialogar con los discursos subyacentes a cada presente, para recoger de los mismos lo que le interesa reutilizar –como por ejemplo lo hicieron las feministas de los 60 y los 70 con el marxismo y el psicoanálisis– y para detectar y desactivar lo que va en contra del proyecto de emancipación que el feminismo es.

La impugnación al sujeto político mujeres y la voluntad de encasillarlo como una diversidad más, tiene su suelo teórico en los planteamientos de la postmodernidad queer. Estos planteamientos, importados de los discursos académicos confinados a las universidades norteamericanas, encontraron eco también en nuestro entorno académico. El feminismo tiene que “pensar este pensamiento” y conocer los fermentos que lo han abonado. Y sobre todo sospechar de que se produzca justamente ahora, cuando en un mundo dominado por la lógica neoliberal el feminismo está volviendo a ser un movimiento emergente, incómodo y resistente a esa lógica.

Hoy el feminismo sin duda está tan diversificado como las propias variables con las que interactúa: eso quiere decir que hay que hablar de “raza”, de etnicidad, de ecofeminismo, de grupos de mujeres negras, chicanas o racializadas en general, de mujeres emigradas, de preferencias sexuales… Y todo ello compone una red de variables, que son variables de opresión y que, lógicamente, diversifican los intereses de las mujeres según su relación con cada una de ellas. Pero que se dé un espectro tan diversificado en el feminismo no significa entonar sus cánticos funerarios, o venir a declarar su momento post.

El feminismo no está ni mucho menos muerto y enterrado, no está ni mucho menos kaputt: frente a lo post, lo trans, lo cis, etc., puede decirse que constituye hoy la última gran teoría crítica resistente al presente neoliberal y patriarcal. Y las mujeres en todo el mundo, con sus “múltiples diferencias que intersectan” (como lo expresa la filósofa feminista Nancy Fraser), están protagonizando esa resistencia y dando buena cuenta de algo que es un hecho palmario, para pensarlo más allá de todo debate estéril: que son un sujeto político vivo.


Fuente: https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/feminismo-ponerse-pensar_129_1002551.html

Comparte este contenido:

Pensamiento y palabra de una mujer Guerrera

Por: Yaosiuatl PCP (Citlali Pérez Vázquez)

 

“Lo más revolucionario que una mujer puede hacer, es decir, siempre en voz alta,lo que realmente piensa, siente, observa y escucha”(Yaosiuatl PCP).

 

Por siglos las mujeres fuimos despojadas, explotadas, ultrajadas, violadas, asesinadas, encarceladas, guillotinadas, debido a un sistema político-ideológico machista, que se basa en la creencia de que las mujeres no son poseedoras de conocimiento, no tienen derechos y deben estar subordinadas a los hombres, hacer lo que sus maridos les digan, aceptar todo lo que el hombre ordene, a costa de su propia voluntad, dignidad,  su vida, su energía, su trabajo, su tiempo, su cuerpo, todo, absolutamente todo, al servicio del hombre.

Esta ideología, modo de pensar y de ser, sigue predominando en todo el mundo, hasta los rincones más alejados de la comunidad y la ciudad. Lo cual, ha originado, una relación violenta, destructiva,  antagónica entre los hombres y mujeres, pues sin darse cuenta, inician una lucha por el poder, por el control. Lo que nos lleva a perder el camino, pues nos lleva a batallas agotadoras, violentas, divididas, manipuladoras, alentadoras, en la supuesta búsqueda de libertad, justicia, amor y paz. Cuando en realidad, lo único que estamos haciendo es alejándonos de la conciencia, del amor, del respeto, de la convivencia y del equilibrio natural que emerge en el ser mismo.

En la búsqueda de libertad, de trabajo, salarios dignos y equitativos, el derecho al voto y asumir cargos públicos. Se encuentra la lucha de miles de mujeres, una lucha  larga, constante, feroz, sinuosa, aterradora. Pues muchas de esas batallas, se desarrollaron en medio de la violencia. Los hombres y el grupo político hegemónico predominante en aquellas épocas,  para aplacarlas y ejercer control sobre ellas las quemaban vivas en plazas públicas o las guillotinaban, otras las atemorizaban destruyendo su hogar, su matrimonio, su familia por el solo hecho de hablar,  protestar y participar en reuniones de sensibilización y de exigencia de sus derechos políticos, laborales, sociales,  dignos, justos y equitativos para todas las mujeres y los hombres. Ellas, trabajaban más en las fábricas y ganaban menos que los hombres, la injusticia se hacía presente en la sociedad por el solo hecho de ser mujeres, por eso, se organizaban y se reunían para luchar, exigir que fueran respetadas como seres humanos y  para dejarles un camino de esperanza a otras mujeres, para que sus hijas e hijos tuvieran una vida mejor y distinta a lo que ellas vivieron.

Quiero decirles que esos derechos políticos que hoy tenemos, no fueron gratis, por ocurrencia o porque algún hombre que dijo: ¡si, las vamos a tomar en cuenta, también las mujeres valen, hay que dejarlas que participen!, ¡no señores!, ¡eso no fue así!. Fue una batalla que se ganó con sangre, con vidas, con despojos, encarcelamientos, violaciones, torturas, destrucción de su hogar, de su matrimonio. Las primeras mujeres que se manifestaron en el mundo, fueron guillotinadas, como fue el caso de Olympe de Gouges. Muchas de ellas fueron asesinadas, ultrajadas, apedreadas, despojadas de su hogar, de sus hijos/hijas.

Cuando recuerdo,  leo su historia de vida e  imagino a esas mujeres que nos antecedieron luchando por nosotras, se me salen las lágrimas por el dolor, el sufrimiento y el daño que les hacían.  La rabia y su rebeldía eran su fuerza, pero lo que las motivaba a seguir luchando era la esperanza de dejar  una vida mejor a todas  sus hijas e hijos.  Hacer valer los derechos y libertades que nos dejaron esas mujeres en el mundo, que dieron su vida por nosotras para que viviéramos felices, es el mejor legado que nos han dejado. Gracias a esas mujeres y algunos hombres que fueron sus aliados, se lograron conquistar los derechos que hoy en día se encuentran establecidos en la constitución política.

Todo esto tuvo que pasar para que fueran escuchadas y visibilizadas sus demandas, sus sentimientos, su forma de pensar, de ver el mundo y la vida. Sin embargo, en la actualidad siguen ocurriendo algunos de estos acontecimientos, lo que hoy solemos ver y escuchar por las redes sociales y medios informativos, que muchas mujeres siguen siendo  golpeadas, encarceladas, asesinadas, violadas, vendidas, desaparecidas, traficadas, por el simple hecho de buscar una vida diferente, querer salir de una cadena de violencia que lastima, mata y destruye la existencia de una mujer.

Hoy en día, no se trata de aprovechar la situación hostil que viven muchas mujeres en todo el país, para ganar adeptos políticos, manipular, enajenar, o ganar ventaja maniobrando dichos derechos de las mujeres bajo el supuesto de hacer respetar las leyes, “haciendo entre ver que las respetan y que las toman en cuenta”, cuando en la realidad muchos se aprovechan de la situación para satisfacer un interés personal o de algún grupo político. Tan es así, que cuestionar hoy en día un gobierno, contradecirlo y pensar diferente a lo que él cree y plantea, “te convierte en su enemigo, te llama traidor al pueblo, enemigo del pueblo o bien respondes a intereses de un grupo político traidor a la patria”. Hablar con dignidad, protestar, exigir justicia por una hermana o hermano que es violentado en su integridad, por señalar un gobierno autoritario, indiferente al dolor de muchas mujeres. Pareciera que es ¡un delito!

Por eso, la lucha para romper con esas cadenas de violencia y el machismo, es dura como la roca, larga, constante, pero tenemos que ser perseverantes, conscientes, y jamás rendirnos, mantener nuestro espíritu de esperanza.

La lucha actual para derrocar un sistema machista, opresor, autoritario, hegemónico, corrupto, mañoso, manipulador y violento. Radica e inicia en luchar para despojarnos, desprendernos de nuestras creencias, hábitos, conductas, costumbres, sentimientos, que siguen alimentando el poder a los hombres.  Es decir, la lucha por la transformación de las mujeres, la libertad, la justicia y el respeto hacia las mujeres y los hombres, inicia desde abajo. Empieza por nosotras, pasa por nosotras y termina con nosotras, “Si yo cambio, todo cambia”, como lo dice la compositora y artista Mercedes Sosa en su canción: cambia todo cambia, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo…

Estoy consciente de que la lucha es necesaria, pues donde no hay lucha no hay fuerza. Pero esta lucha, es necesaria hacerla también, al interior de nosotras mismas,  con nosotras mismas, a lo que llamo una lucha por la transformación social desde abajo por la vía pacífica.

Un sistema que degrada a la mujer a una mera incubadora y que se alimenta con sus inocentes víctimas, no es un gobierno de la transformación, menos de la democracia. Por lo tanto, no hay cambio, no hay justicia, no hay  desarrollo, ni equidad, menos el ejercicio del derecho de las mujeres como seres humanos con capacidad, conocimiento e inteligencia. Estaríamos hablando entonces de un sistema político-social machista, que su elemento más violento en la sociedad nace en la ignorancia (itlanemilis uan itlajtol, Se Yaosiuatl PCP).

Por eso hoy, ¡8 de marzo 2023!,  reivindico la lucha de todas las mujeres que fueron y siguen siendo participes en todos los movimientos que se han gestado en Guerrero y en todos los rincones del mundo, para abrirnos el camino, el paso a la libertad, al derecho de vivir, existir, defendiendo la vida, la tierra, el agua, los bosques, los minerales, nuestro hogar, nuestra familia, nuestros hijos e hijas. Y Una forma de honrarlas y dignificarlas, más que haciéndoles honores, es poniendo en práctica y ejerciendo por la vía del hecho su espíritu de lucha, de rebeldía, que llevaban no solo en el cuerpo, en el alma, en la sangre, sino en el corazón.

Por ello,  hago un llamado a todas las mujeres de territorio, del campo, de los diferentes pueblos del mundo, de las colonias y de la ciudad, ha hermanarnos y unificarnos no solo para hacer la resistencia contra el opresor, sino hacer la revolución desde abajo, transformando nuestra vida, nuestro hogar, nuestro espacio y territorio comunitario. Para eso, tenemos que dar una lucha más; la más dura, la más difícil y la que pocas se atreven a enfrentarla, porque aquí se necesita no solo gritos, valía, constancia, rebeldía, sino voluntad, amor, consciencia, esperanza. Y un ingrediente más que Emma Goldman lo dejó muy claro: “Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa”. Ésta, si es una verdadera lucha revolucionaria que transforma desde abajo la vida de las mujeres.  Pues la lucha que hicieron nuestras ancestras, hermanas,  nos abrieron paso en este mundo, para mostrarnos el camino, la luz, la esperanza, la vida, la libertad, la justicia y el amor.

Las invito, a mantener la lucha firme y constante, hay que seguir puliendo la roca que se encuentra no solo afuera sino dentro de una misma.

Termino con esta frase de una mujer guerrera y revolucionaria: “La verdadera revolución no surgirá en las urnas ni en los juzgados, surgirá del alma de la mujer. Quienes no se muevan no notaran sus cadenas” (Rosa Luxemburgo).

Fuente de la información e imagen:  https://www.tlachinollan.org

Comparte este contenido:

Navidad Del Desobediente

Por: Silvana Melo

El pibe que nació entre el barro y los perros. El hombre que resistió, en la cruz. Vencido. Tras la imagen atroz, la reverencia a la muerte. A la consecuencia de la indisciplina. La cruz es la advertencia histórica de cuál es la brutal secuela de la desobediencia.

(APe).- Otra vez, como durante dos mil veintidós años, el pibe va a nacer en cualquier casilla, en una toma, bajo una autopista, en un auto abandonado, en un vagón estragado bajo los siete puentes de avellaneda, huyendo de la policía, de la gendarmería, del poder que lo busca porque el que nace va a ser un indisciplinado y lo saben. Y otra vez nacerá entre el barro y los perros, entre los tetra vacíos y respirará el aire contaminado y le lavarán el ombligo con el agua de los charcos. Porque su madre no tuvo cama de hospital ni su padre trabajo. Sólo la certeza de que el pibe que se venía traía la ruptura, la resistencia, el otro mundo, la sociedad nueva e igualitaria que a los poderosos les eriza la piel.

Y no se pudo. Como tantos resistentes, como tantos desobedientes, acabó y acabará asesinado por la policía del imperio. Colgado de las cruces públicas donde se ejecuta la pena capital. Condenado a muerte. El pibe, el bebé que resistió la desnutrición, la bronquiolitis, el plomo en el cuerpo –por el agua y por la bala estatal-, la falta de calcio, la ausencia de hierro, no pudo con los perseguidores ni con la sentencia de los jueces.

Como tantos pibes de los conurbanos de las grandes ciudades que ganan un minuto de fama en las fotos de los diarios después de la muerte en la nuca. Después de la derrota por la espalda.

Y fue el mismo poder el que determinó la imagen que debía ser recordada. Adorada. El ícono de quienes le creían. La cruz, la tortura, la muerte. El hombre que resistió, en la cruz. Vencido. Tras la imagen atroz, la reverencia a la muerte. A la consecuencia de la indisciplina. La cruz es la advertencia histórica de cuál es la brutal secuela de la desobediencia. La advertencia terrenal de para aquí es la resignación. Las calles son para los rebeldes y los destechados.

El cielo siempre será para los otros.

No para los pibes que nacen entre el barro y los perros, su ombligo lavado con el agua de los charcos.

No para los pibes que se traen la chispa sagrada de la insurgencia desde el primer llanto en este mundo.

No para los que gambetean las cruces y rompen el vitraux de la historia con una pelota de trapo.

No para ésos.

Por ahora.

Agencia de Noticias Pelota de Trapo

Fuente de la información e imagen: https://elortiba.org

Comparte este contenido:

Libro (PDF): Teoría y resistencia en educación. Henry Giroux

Prologo de Paulo Freire 

Es difícil sentarse a escribir un prefacio para la edición en español de un libro de Henry A. Giroux no precisamente por las dificulta- des teóricas y las implicaciones político-educativas que entraña el pensamiento de este autor, las cuales seguramente serán motivo de interés, atención, duda y preocupación por parte del lector a lo largo de su recorrido por el libro, sino porque el hecho mismo representa un momento culmine de un proceso en el que hemos participado de muy diversas maneras un gran número de educado- res mexicanos, principalmente de distintas universidades de los estados y de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Llegar a este acariciado momento significa muchísimas cosas, principalmente el encontrarnos cada vez más cerca del momento en que esta obra básica del pensamiento educativo crítico contem- poráneo podrá estar en manos de miles de lectores de habla hispana de México y de otros países de América Latina, seguros de que la contribución que en estas páginas encontrarán será invaluable.

Significa valorar, después de haber recorrido un largo camino, la tarea que apenas se imaginó cuando llenos de entusiasmo toma- mos la iniciativa para que se tradujera este libro.

Descargalo aqui: Teoria-y-Resistencia-Henry-Giroux

Comparte este contenido:

Bella Flor de Pukara, espacio en resistencia de quechuas y aymaras

Por: Oscar Olivera

 

Manifiesto

TU NOMBRE LO DICE TODO, BELLAS LAS NUBES, BELLO EL CIELO QUE TE ILUMINA, DE DÍA Y DE NOCHE, BELLOS LOS CERROS QUE TE PROTEGEN, BELLA LA FORTALEZA QUE ES MUESTRA DE RESISTENCIA Y DIGNIDAD, BELLO EL RIO QUE ALIMENTA NUESTROS CAMPOS, QUE NOS CALMA LA SED Y LA MENTE, BELLAS LAS PLANTAS Y ANIMALES, BELLAS LAS FLORES DE DURAZNOS Y TUNAS, BELLO EL MOLINO DE PIEDRA, BELLA LA GENTE DEL PUEBLO, BELLA FLOR, NOMBRE DE MUJER

Hoy 5 de noviembre del 2022, Mujeres y hombres, ancianos y ancianas , niñas y niños, jóvenes, residentes y ausentes, pero presentes, nos reunimos en nuestro territorio, alrededor del Muju Huasi, del Molino, del Dique levantado en el Mojon Toqo, nuestro pozo de agua para consumo humano y riego, junto a nuestros campos de cultivo y nuestras piedras, que para nuestros abuelos y abuelas y para nosotros sus nietos y nietas, todos ellos son seres vivos, porque están cobijadas y protegidas por nuestra Madre Tierra, nuestra Pachamama.

Hoy decidimos dar este soplo de aliento, en este camino que empezamos a recorrer, con mas fuerza, aquel 13 de marzo del 2021, reunidos sobre el puente de nuestro hermano, el río Jatun Mayu.

Un soplo de nuestro Ajayu, que debe convertirse en un viento huracanado contra la adversidad, el miedo, el olvido, la indiferencia, la resignación, el individualismo, el consumismo, para reconstruir nuestra COMUNIDAD, volviendo a poner en nuestros pensamientos, en nuestras palabras y nuestras acciones, la solidaridad, la reciprocidad, el respeto, la generosidad, la transparencia, el AYNI, con el instrumento del trabajo comunitario, el abrazo, el sudor y la chicha como medios de compartir nuestras alegrías y esperanzas.

Celebramos también hoy la llegada, a nuestro pueblo, de hermanos y hermanas de otras partes del mundo, bienvenidos hermanas de Italia, de EE.UU. y damos la bienvenida, de manera especial a nuestro hermano Emigdio Ballón quien hizo posible que la solidaridad de nuestros hermanos del norte llegue hasta aquí, no sólo para construir el Muju Huasi, refaccionar el Molino y el par de invernaderos, sino ante todo para construir los puentes de hermandad y cariño que tanta falta hace a esta humanidad.

El compromiso de todos y todas las que estamos aquí, es la promesa hecha a nuestros abuelos, a nuestras madres de jamás abandonar nuestro pueblo, jamás renunciar a nuestra identidad, de sentirnos orgullosos del color de nuestra piel, de nuestra lengua, de nuestra cultura, de nuestros nombres y apellidos.

El Muju Huasi, el río, el pozo de agua, el molino, como símbolos de los bienes comunes que debemos compartir con generosidad y alegría con otras comunidades y recoger también de ellas su experiencia, su sabiduría y sus tesoros que en muchas partes se encuentran escondidos.

Que el Muju Huasi de Bella Flor de Pukara sea el espacio que articule, que una, que congregue a nuestras comunidades hermanas, no solo del Valle Alto, sino de Kochapampa, de Bolivia y de los pueblos dignos y valientes del mundo que quieren una vida comunitaria y de convivencia de armonía y cariño con la Pachamama.

Este esforzado trabajo expresado en horas, días, semanas y meses de los hombres y mujeres presentes aquí, hoy, también nos ha mostrado la necesidad de establecer puentes entre el campo y la ciudad, para reconocernos como diferentes pero iguales, en nuestras angustias y nuestros sueños, para vernos como un arcoíris de colores en armonía y complementariedad.

En estas semanas hemos demostrado que, con un pequeño apoyo de solidaridad es posible recuperar nuestra capacidad de hacer las cosas por nosotros mismos, por nosotras mismas, de que es posible seguir caminando sin mendigar, caminando juntos, recuperando nuestra capacidad de soñar, de decidir y de hablar, porque otro mundo lo construimos acá, en nuestra comunidad.

¡¡HOY REFUNDAMOS NUESTRO PUEBLO, NUESTRA COMUNIDAD!!

Que se escriba en el libro de actas, en nuestra sangre y en nuestros corazones.

Jallalla, Bella Flor de Pukara

Jallalla Anzaldo

Jallalla Comunidades indígenas, campesinas y citadinas

Bella Flor de Pukara noviembre 5 del 2022

Fuente de la información e imagen: https://desinformemonos.org

Comparte este contenido:
Page 1 of 11
1 2 3 11