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Suecia: Advierten que copiar el «mejor modelo educativo» del mundo sería peligroso

Suecia/28 de Abril de 2018/La República

El investigador sueco, Gabriel Heller Sahlgren, explicó por qué “copiar a Finlandia tendría un efecto negativo» en otros países.

En los últimos años es sabido que Finlandia lidera el sistema educativo más exitoso del mundo, por ello muchas naciones han intentado imitarla; sin embargo, el investigador experto en educación, Gabriel Heller Sahlgren, ha explicado porqué esto sería un error.

Heller es el director la investigación del Centre for Education Economics londinense y en su libro «Real Finnish Lessons» ha desmitificado el «milagro educativo» finlandés.

Finlandia y su educación llegaron a la fama allá por el año 2000, cuando apareció en los primeros lugares del informe anual de la prueba PISA, programa internacional de evaluación de estudiantes de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).

Tras ello, cientos de investigadores y profesionales ligados a la educación analizaron el éxito de Finlandia y concluyeron que la principal razón de su logro era una reforma estrella que puso al alumno al centro de todo: se eliminaron las pruebas y exámenes, se mejoró la formación docente y la autonomía de cada colegio, entre otros.

Pero según Heller, otro factores también influyeron con igual o mayor poder sobre el éxito de Finlandia.»El análisis de sus resultados a lo largo del tiempo muestran que su ascenso empezó mucho antes que sus políticas estrella entrasen en vigor», afirma.

El investigador plantea que hay dos factores primordiales para el «milagro educativo finlandés»: «El primero es que Finlandiatradicionalmente ha dado gran importancia al rol de los profesores, no sólo en el colegio, sino también en la sociedad»,dijo.

Además agregó que «es una nación muy joven, y por lo tanto, necesitaba inocular esos nuevos valores a través de una educación que llegase a todos los niños y al resto de la población. Antes de la Segunda Guerra Mundial ya se puede ver que había una gran proporción de profesores bien formados, lo que muestra el estatus del que gozaban durante los años 20 y 30, así que no es nada nuevo. Sin embargo, no iban a la universidad, sino a seminarios. Mantener que se trata simplemente de una cuestión de formación de los docentes es simplista».

El segundo factor sería que «Finlandia fue plantando las semillas de su éxito a lo largo de la historia. Hay que recordar que era un país muy pobre: en los años 50, aún se encontraba en un 60% del PIB de Suecia y Dinamarca. Entonces algo ocurrió, y se desarrolló económicamente de una forma similar a la del este de Asia, con un crecimiento tan rápido entre los 50 y finales de los 80 que hizo que el cambio de valores no fuese al mismo ritmo. Suecia, Noruega y Dinamarca se convirtieron en países postindustriales, más progresistas en sus actitudes, que se centraban en la felicidad de los niños, su autoexpresión y demás. Pero si comparas la educación sueca y la finlandesa, verás que no se parecen, porque Finlandia siguió siendo muy tradicional hasta finales de los años 90 y principios de siglo».

En conclusión, el experto sostiene que “esas costumbres que cimentaron la importancia de la educación, un rápido crecimiento económico que facilitó que los padres estuviesen mejor formados (lo que influye positivamente en los niños) y la retención de este método tradicional de educación, que no está muy de moda, son los tres ingredientes que produjeron sus buenos resultados a principios del siglo XXI”.

Es por esto que es peligroso querer imitar a Finlandia y su modelo sin antes conocer toda su historia: «Copiar a Finlandia tendría un efecto negativo. Es un peligro imitar otros sistemas educativos en general, aún más cuando las investigaciones sugieren que fue el sistema antiguo el que produjo buenos resultados y el nuevo, el que tanto le gusta a todo el mundo, es el que está haciendo bajar las notas. Es una lección importante», dijo.

Fuente: https://larepublica.pe/mundo/1227798-advierten-que-copiar-el-mejor-modelo-educativo-del-mundo-seria-peligroso

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Orwell y la corrupción del concepto de “derecho a la educación” en Uruguay

La imposición del «doble pensamiento» en la educación uruguaya.

Con su novela distópica titulada “1984”, George Orwell demostró ser un perspicaz observador de las estrategias utilizadas por los déspotas para subyugar a la población. Destaca que la corrupción del lenguaje para desnaturalizar valores ampliamente compartidos, es una de las más utilizadas. Indica que si las autoridades machacan lo suficiente, podrían llegar a convencer a la gente de que “la Guerra es Paz, la Libertad es Esclavitud y la Ignorancia es la Fuerza”.

Orwell lo denomina la imposición del “doble pensamiento”, que consiste en lograr que las personas acepten simultáneamente dos conceptos contradictorios como lo más natural. Mediante el último de los eslóganes mencionados, se busca anular al espíritu crítico racional para que los habitantes acepten sin más todo lo que les dicen los gobernantes.

En Uruguay, se están realizando escandalosos intentos por corromper el significado de “derecho a la educación”.

Según la UNESCO, ese término ha de entenderse como un derecho habilitante, porque constituye un poderoso instrumento que permite a los individuos social y económicamente desfavorecidos salir de la pobreza, dejar de estar marginados y que participen activamente de la vida comunitaria.

Mediante la educación, se busca formar personas en el más cabal de los sentidos. Es decir, que adquieran conocimientos que les serán provechosos y económicamente redituables, y simultáneamente, vayan adiestrándose en los rigores de la vida adulta contemporánea. Que aprendan a ser tenaces, de que nada se logra sin esfuerzo, que disfruten las mieles de los pequeños triunfos pero que también aprendan a superar las frustraciones.

Una buena educación es clave, porque en gran medida va a determinar los logros futuros de esa persona.

Desde el punto de vista de la personalidad, el período estudiantil va forjando el carácter. Un tema nada menor porque ello repercutirá en la clase de sociedad que tendremos: una conformada por sujetos indolentes o emprendedores; holgazanes o industriosos; que se rinden ante la primera dificultad o perseverantes; por personas fácilmente manipulables o con independencia de espíritu…

Por eso alarma que en Uruguay estén surgiendo iniciativas que corrompen el sentido de la expresión “derecho a la educación”.

Según la Real Academia, “corromper” significa “alterar y trastrocar la forma de algo”, “hacer que algo se deteriore, principalmente cosas inmateriales”.

Esas propuestas pueden ser interpretadas desde diferentes puntos de vista: por un lado, que se está desnaturalizando ese derecho mediante la práctica del doble pensamiento. Y por el otro, que las autoridades educativas ante el fracaso rotundo de su labor, pretendan maquillar las estadísticas al mejor estilo kirchnerista.

Repasemos la trayectoria uruguaya con respecto a este asunto:

Hasta mediados del siglo XX, la educación que se brindaba en los institutos públicos era de buena calidad. Eso hacía que los uruguayos se destacaran en el exterior. Pero paulatinamente, desde la década de 1970 ha venido decayendo, hasta llegar a los paupérrimos niveles de la actualidad.

El sistema educativo –tanto público como privado- es controlado por un organismo estatal centralizado y burocratizado, la ANEP. Debido a ese rasgo, el tipo de formación brindada a los estudiantes está desactualizado y cada vez más alejado del mundo real contemporáneo. En adición, la calidad de la educación va descendiendo en forma vertiginosa. Por ejemplo, aparecieron textos escolares con faltas de ortografía y por experiencia ciudadana se sabe que hay maestros y profesores que incurren en la misma falla.

Las autoridades vienen haciendo diferentes “piruetas” para impedir que los niños con rendimiento insuficiente repitan el año. Por ejemplo, el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) aprobó el acta 119, donde se les “sugiere” a las escuelas limitar la repetición exclusivamente a tercero y sexto año. Además, ofreció a los institutos que acepten esa práctica, recompensarlos con un aporte económico.

La ironía es que casi no hay repetidores de sexto de escuela, porque Primaria exige que todo alumno al cumplir 15 años, obligatoriamente sea aprobado.

Basados en esas “recomendaciones” de Primaria, unos padres presentaron un recurso de amparo ante la Justicia porque la maestra de su hija la hizo repetir “cuarto año”. El juez que atendió la causa le dio la razón a los progenitores, dejó sin efecto la decisión del colegio y “la promovió de grado” mediante sentencia judicial.

En el fallo, el juez Gerardo Álvarez dictaminó que el colegio al hacer recursar a esa alumna, “afectó un derecho intrínseco esencial de todo niño o adolescente que es la razonable expectativa de seguir avanzando en su educación y preparación”. Afirma que la repetición fue un “castigo”, “vulnerando su derecho a la educación”. Además, calificó la decisión de no pasarla de grado como “inaceptable y discriminatoria” porque sugiere que la niña no estaba en condiciones de cursar quinto año.

Al leer esta sentencia, uno se pregunta qué traumas ocultos tendrá ese juez, así como qué entiende por “derecho a la educación”. Lo que sí es claro, es que su forma de considerar el asunto es típica del “doble pensamiento”.

También las autoridades de Secundaria razonan en forma parecida. Los resultados arrojados por las pruebas PISA demuestran que la adquisición de conocimientos por parte de nuestros liceales es un desastre. Y eso no es lo peor sino la deserción estudiantil: tan solo el 38,9% logra finalizar el nivel medio (sexto de liceo).

Frente a ese panorama, Andreas Schleicher -director de Educación en la OCDE- recalcó que “el elevado nivel de repetición es claramente uno de los problemas de Uruguay, que muchos estudiantes tengan que repetir genera problemas. Es algo en lo que se deberían tomar medidas”.

Ante ese lapidario diagnóstico, ¿cuál “remedio” están considerando las autoridades educativas?

En un documento elaborado en 2017 por Antonio Romano –subdirector de Planificación Educativa de la ANEP- titulado “Regímenes de pasaje de grado en el marco de una educación para todos”, califica peyorativamente a la repetición como un “vestigio del viejo régimen académico”. En consecuencia, aconseja eliminar la repetición, crear grupos multigrado y sustituir los exámenes por otro tipo de “instancia reparatoria”.

Romano señala que las decisiones sobre recursar un grado, que afectan la continuidad de la trayectoria educativa de un alumno, deben ser abordadas considerando no sólo el nivel de conocimiento alcanzado, sino “principalmente, cuál es la mejor opción para asegurar la continuidad de una trayectoria educativa de calidad”. Expresa que estudios recientes establecen que la repetición es uno de los principales predictores de desvinculación del sistema educativo.

Afirma que si se quiere ir hacia una educación que garantice el derecho de todos, “es necesario rever los regímenes académicos en educación media para poder generar oportunidades de conclusión del ciclo sin retención (repetición) de estudiantes por grado”.

Las ideas de Romano y de Primaria están siendo seriamente analizadas por la ANEP, como “solución” para “mejorar” el pasaje de los estudiantes por el sistema educativo.

Los argumentos con los cuales la ANEP pretende mejorar las estadísticas con la excusa del “derecho a la educación para todos”, encuadran perfectamente en el eslogan “la Ignorancia es la Fuerza”…

O sea, que no importa si los chicos efectivamente han adquirido los conocimientos y habilidades necesarios para desempeñarse exitosamente en el mundo sino que “parezca” que así fue. Alegría momentánea que seguramente pagarán con creces al precio de futuros fracasos. Campo orégano para inclinarlos hacia la delincuencia.

Pero lo peor es que estaremos construyendo una nación de seres fácilmente manipulables por los gobernantes…

Fuente del Artículo:

Orwell y la corrupción del concepto de “derecho a la educación” en Uruguay

 

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Los peores resultados educativos de toda España

España/24 de Febrero de 2018/Autor: Editorial/Mallorca Diario

No es la primera vez que los estudiantes de nuestra comunidad ofrecen unos pésimos índices en los rankings de calificaciones y resultados escolares. En esta ocasión, el dato conocido este jueves indica que los estudiantes de Balears obtuvieron la peor media de toda España en el examen de Lengua Castellana y Literatura de la última convocatoria de selectividad.

En concreto, un 5,64, frente a una media nacional de 6,45, y tan sólo un 71 por ciento de aprobados. Las otras comunidades bilingües cosecharon mejores calificaciones que Balears; en el caso de Cataluña, por ejemplo, sus estudiantes obtuvieron un 6,41 de nota media en castellano y un 83 por ciento de aprobados, lo que la sitúa en la zona alta de la tabla. Parece, por tanto, que el mal resultado no es atribuible a la existencia de varias lenguas oficiales sino a errores estructurales en la planificación de los estudios.

Por otro lado, hace unas pocas semanas conocíamos la tasa de abandono escolar en nuestra comunidad: un 26,5 por ciento de los estudiantes baleares no acaban sus estudios, lo que representa 8 puntos por encima de la media española y 15 puntos más que la media europea.

La conselleria debería tomarse muy en serio estas cifras, que no son puntuales ni aisladas, sino que se vienen produciendo de forma reiterada desde hace demasiado tiempo. El departamento que dirige Martí March tiene margen para actuar en aquellos puntos donde ostenta la competencia directa. No basta con repetir que aquí es muy fácil acceder al mercado de trabajo de forma temprana, o confiar todo cambio a los acuerdos surgidos de iniciativas como las de «Illes per un Pacte». Se trata de poner medios y marcar objetivos sin perder un día más. Y hacerlo, obviamente, de forma consensuada con todas las fuerzas políticas para asegurar la perdurabilidad del sistema.

Cuando se habla de educación en Balears se escuchan muchas opiniones acerca de la lengua, los barracones y, últimamente, hasta de sexo. Sin dejar de ser importante todo ello, a muchos ciudadanos les queda la sensación de que los responsables políticos no atienden lo nuclear del asunto, que es formar personas para que se desenvuelvan con los mejores y más competitivos recursos en el mundo que les tocará vivir. Mientras tanto, mientras consellers como Martí March siguen suspendiendo su principal asignatura, pasan los años y el grueso de nuestros jóvenes siguen presentando serias deficiencias que los hacen menos competentes y peor formados que los de otras regiones de nuestro entorno.

Fuente: http://www.mallorcadiario.com/noticia/515009/editorial/los-peores-resultados-educativos-de-toda-espana.html

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Por qué Euskadi ha dejado de ser un referente en las evaluaciones internacionales

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

PISA 2015 y PIRLS atestiguan la caída de Euskadi. Dificultades en la comprensión lectora del alumnado señalan la necesidad de revisar el modelo lingüístico.

El años pasado, a finales, se publicaba el último informe PISA, sobre datos de 2015. La sorpresa pilló a propios y extraños con el pie cambiado, Euskadi, una de las autonomías con mejores datos en educación, en todos los niveles y variables, caía prácticamente hasta la última posición del ranking, dentro de las comunidades autónomas.

Un pequeño gran terremoto para una comunidad pequeña que invierte más que nadie en su alumnado, cerca de 10.000 euros, duplicando las inversiones de comunidades como Madrid o Andalucía.

Un sistema que es y ha sido referente en innovación educativa desde hace décadas, en el que la Formación Profesional tiene un lugar destacado en el sistema, una educación con la mitad de los centros en régimen de concierto, con un fuerte sentimiento de pertenencia a un sistema común de educación.

Hace unos días PIRLS, que mide la competencia lectora, volvía a poner a la autonomía en el centro de las miradas. Su puntuación es la peor de todas las autonomías: 517 puntos. Por debajo de Andalucía (525) y de Catalunya (522).

Las alarmas volvieron a sonar en Euskadi, al menos en parte del Departamento de Enseñanza. Llevan desde los datos de PISA 2015 intentando dar con las posibles razones que han dejado las cifras de País Vasco en las pruebas internacionales entre las más baja.

¿El modelo lingüístico?

También se debe a que hubo un cierto movimiento de contestación en contra de la prueba de evaluación que, de una manera y otra, podría haber afectado al desarrollo de las pruebas, a la motivación de familias y alumnos a la hora de enfrentar dichos test.

Pero ambas razones no parecen suficientes para justificar este cambio. Y menos si se tienen en cuenta los datos de PIRLS, prueba ajena a la OCDE, que se celebra cada cinco años y está en manos de la IEA y no de la OCDE.

A partir de este momento comienza a tomar más peso la hipótesis, dentro de la consejería, de la necesidad de mirar con mayor atención al sistema lingüístico vasco, la apuesta más importante de la autonomía desde hace años. Y esto es así porque la escolarización en euskera podría estar afectando a la comprensión lectora de los alumnos y, por efecto cascada, estar afectando al resto de competencias que miden las pruenas internacionales, así como las evaluaciones de diagnóstico.

Hoy por hoy, según datos oficiales del Departamento de Educación, aproximadamente el 80% del alumnado de Infantil está escolarizado en el modelo D. Este es el modelo en el que toda la enseñanza es en euskera, y el castellano se enseña como lengua. En Primaria supone en 73% del alumnado y en la ESO, casi un 66%. La progresión en los últimos años ha sido de crecimiento constante de la escolarización en el modelo D.

Tan constante y claro que ha dejado al modelo A, de escolarización en castellano con el euskera como asignatura en prácticamente residual (quitando las enseñanzas especiales, en donde la proporción se invierte), o el modelo B, en el que hay parte de la enseñanza en un idioma y otra parte en el otro.

Según las hipótesis que se manejan, los últimos resultados de la escuela vasca podrían deberse a factores relacionados con el alto crecimiento de la matrícula en el modelo D. Esta ha supuesto, entre otras cosas, una importante inversión en la acreditación de muchos docentes. Lo que no está claro es que estos docentes tengas unas competencias en euskera tan buenas como en castellano.

Esto se sumaría al hecho de que el alumnado no cuenta en casa con que se hable en euskera. Es en la escuela en el único lugar en el que tienen la inmersión. “No se pueden dar más horas al euskera en la escuela” aseguran fuentes del Departamenteo. No se puede porque no las hay. La escuela ha hecho buena parte de lo que podía y tal vez es el momento de que la apuesta por defender, mantener y aumentar el uso del euskera en la sociedad se haga en otros ámbitos, más allá del educativo.

Junto a que no se pueden dar más horas de euskera en el colegio, hay que pensar que la mayor parte de los chicos y chicas que están en el modelo D hablan la mayor parte del tiempo, al salir de las clases, en castellano, lo que tampoco facilita las cosas.

Según estas mismas fuentes, es necesaria una reflexión improtante sobre los objetivos del sistema educativo vasco después de ampliar la escolarización en euskera todos estos años. Tal vez poniendo más el foco en las acreditaciones docentes, por ejemplo. O en meditar hacia dónde debe moverse el modelo lingüístico. Contanto, en este sentido, con que las familias demandan cada vez más tiempo en inglés dentro de la escuela, lo que supondrá, eventualmente, complejizar todavía más un sistema lingüístico bastante complejo ya.

A esto, dicen fuentes del Departamento, puede unirse el hecho de que el haber obtenido tan buenos resultados en otras pruebas, así como viendo cifras como las que tienene de abandono educativo, fracado o idoneidad, ha habido cierta complacencia desde la Administración a la hora de pensar en mejoras.

Falta de un plan estratégico después de una legislatura dedicada a la crítica a la LOMCE, que hizo que los esfuerzos del Departamento dejaran a un lado la política educatia vasca para hacer crítica a la política venida desde el Ministerio.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/12/13/por-que-euskadi-ha-dejado-de-ser-un-referente-en-las-evaluaciones-internacionales/

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El fracaso de la educación en Latinoamérica exige borrón y cuenta nueva

30 noviembre 2017/Fuente: Panampost

Los sistemas educativos latinoamericanos están haciendo agua por todas partes. Los datos objetivos que lo confirman son numerosos. Entre ellos, podemos mencionar los resultados de las pruebas internacionales PISA, la deserción escolar en liceales, la desmotivación para estudiar, la falta de espíritu emprendedor e innovador y la impactante escasez de investigaciones o experimentos en laboratorios.

Las pruebas PISA se realizan cada tres años. Son una herramienta para evaluar la capacidad lectora y el desempeño en ciencias y matemáticas en chicos de 15 años. O sea, cuando están a punto de culminar su educación obligatoria.

Los resultados de la última edición fueron divulgados en 2016. Los obtenidos por los estudiantes latinoamericanos son francamente alarmantes. Según esos registros, ellos exhiben los peores rendimientos en las áreas mencionadas e incluso, están por debajo de los estándares globales. Dentro de los 64 países evaluados, Perú, Colombia, Brasil y Argentina se ubican entre los diez cuyos estudiantes tienen el nivel más bajo en matemáticas, ciencias y comprensión lectora.

La mayoría de los observadores se basan en estas cifras para determinar la calidad del sistema educativo de una nación con respecto a otra. Nosotros discrepamos con ese criterio. A nuestro entender, el problema pasa por otro lado y es mucho más complejo.

¿Por qué consideramos que es una guía equivocada? Porque la experiencia indica que ese tipo de pruebas estandarizadas, induce a redireccionar los esfuerzos de los docentes. Desvirtúan al aprendizaje bien entendido, alejándolo de lo que debería ser su auténtica meta: estimular la curiosidad, el espíritu crítico y la autoiniciativa en los estudiantes.

Además, cada ser humano es único y diferente a los demás. Precisamente, ahí reside la riqueza inagotable de la humanidad y la fuente primordial de la prosperidad, tanto a nivel individual como colectivo.

Pero bajo la presión de las citadas pruebas (PISA u otras por el estilo como el NAEP en Estados Unidos) los profesores -en vez de esforzarse por desarrollar las mencionadas aptitudes en sus alumnos-  lo hacen para que “obtengan un puntaje alto” en ellas. Por tanto, puede darse la paradoja de que un “buen rendimiento” según esa medición, no signifique necesariamente una educación de calidad.

Por otro lado, esas pruebas estandarizadas elaboradas por una autoridad burocrática central, revelan menosprecio hacia la desigualdad inherente entre las personas. Es obvio que para los funcionarios estatales encargados de dirigir a la educación popular, existe un “tipo ideal” de sujeto, al que deben ceñirse todos los niños y adolescentes. En general, se prefiere a los buenos en matemáticas y lenguaje. Si además son buenos deportistas, mucho mejor.

Analizando este tema desde otra perspectiva, vale la pena tener en cuenta las ideas de John Stuart Mill, un pensador de perenne actualidad. Él expresa que si bien es conveniente que el Estado les brinde a los padres que son pobres, el dinero que necesitan  para que sus hijos reciban la instrucción que ellos prefieran, eso no significa que el Estado se encargue de dirigirla. Son cosas diferentes. Además, esa ayuda no debe ser universal sino específica para los realmente necesitados.

“una educación general del Estado es una mera invención para moldear al pueblo haciendo a todos exactamente iguales; y el molde en el cual se les funde es el que satisface al poder dominante en el Gobierno, sea éste un monarca, una teocracia, una aristocracia, o la mayoría de la generación presente”.

Los que no se ajustan a ese “patrón” se sienten “fracasados”. En dicho contexto, ¿es de extrañar que tantos liceales abandonen sus estudios?

Asimismo, sería prudente que políticos y jerarcas educativos se pusieran al día con las innovadoras teorías que existen en este campo. Por ejemplo la que postula Howard Gardner -profesor de Harvard- sobre las “inteligencias múltiples”. En esa misma línea de pensamiento, Albert Einstein afirmaba que “todos somos genios, lo único que para cosas diferentes”.

En consecuencia, vemos que las bases sobre las que están edificados nuestros sistemas escolares y liceales, son fuente de injustificadas frustraciones individuales. “Fracasos” inducidos en forma arbitraria. Lo cual provoca un empobrecimiento espiritual y material, tanto a nivel personal como nacional.

A lo mencionado hay que agregarle, que métodos y contenidos de aprendizaje en los burocratizados sistemas educativos de nuestros países, están años luz por detrás de la evolución social espontánea. Por consiguiente, ¿es sorprendente que los chicos no sientan interés por sus lecciones?

A partir de este diagnóstico, ¿qué proponemos?

Cambiar de paradigma educativo y dar un salto cualitativo. Reconocer que la excelencia en cualquier área se alcanza, invariablemente, mediante la autonomía individual, el esfuerzo constante y la competencia limpia entre los diferentes jugadores (lo que los ingleses llaman fair play).

Un primer paso en la dirección correcta, sería que los conceptos “excelencia” y “competencia” dejaran de tener una connotación negativa. La causa de esa increíble distorsión intelectual, es que la posición cultural dominante en América Latina es la marxista.

Stuart Mill subraya que:

“Los hombres de genio son, y probablemente siempre lo serán, una pequeña minoría; pero para tenerlos es necesario cuidar el suelo en el cual crecen. El genio sólo puede alentar libremente en una atmósfera de libertad.

Los hombres de genio son más individuales que lo demás, menos capaces, por consiguiente, de adaptarse, sin una comprensión perjudicial, a algunos de los pocos moldes que la sociedad proporciona para ahorrar a sus miembros el trabajo de formar su propio carácter”.

Pruebas elocuentes de la veracidad de esas afirmaciones son Steve Jobs, Bill Gates y el propio Einstein  Según las varas de medir de sus respectivos sistemas de enseñanza, los tres fueron estudiantes mediocres.

Por ejemplo, un profesor de Einstein vaticinó que “este chico no llegará nunca a ningún sitio”. Gates afirma en su biografía que “siempre fui mal estudiante”. Y es ampliamente sabido que Jobs tampoco se destacó en sus estudios.

Sin embargo, ahora es unánime la opinión de que los tres son unos “genios”. Es más, Einstein recalcó que “la educación es lo que queda después de que uno ha olvidado lo que aprendió en la escuela”.

Dadas las condiciones estructurales en los países latinoamericanos, donde la libertad individual es retaceada de mil modos diferentes, ¿es de sorprender que aquí escaseen los genios? ¿Qué haya tan pocos emprendedores e investigadores?

¿No será que los talentos autóctonos han sido malogrados por los sistemas educativos imperantes y la falta de libertad?

La prueba de que es así, es que muchos latinoamericanos se destacan en el exterior cuando emigran. El mundo está lleno de talentosos sudamericanos que triunfan en las más diversas áreas. Aunque no en cualquier lugar es posible sobresalir, sino únicamente donde existen las condiciones para que el sujeto pueda desarrollar sin cortapisas su potencial.

Lograr eso en este continente es sumamente difícil por las razones expuestas. En consecuencia, ¿no será conveniente patear el tablero de nuestros sistemas educativos y volver a edificarlos sobre bases más humanas?

¿No sería mejor dar autonomía y poner a valer el beneficioso potencial creador que anida en las diferencias entre los seres humanos, en vez de pretender que todos piensen, sientan y actúen igual?

¿No es más humano la diversidad que la homogeneidad?

Fuente: https://es.panampost.com/hana-fischer/2017/11/30/fracaso-educacion-latinoamerica/

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El 42% de escolares en Chile tiene problemas para trabajar en equipo

Chile/23 noviembre 2017/Fuente: La Tercera

Informe de Prueba Pisa muestra que nuestro país tiene los mejores resultados en Latinoamérica.

La prueba Pisa es una de las mediciones más importantes a nivel internacional en materia de educación. Por eso, cada vez que Chile se mide en este contexto saca conclusiones respecto a cómo avanza en comparación con el mundo. Esta vez, la prueba apuntó a analizar las habilidades de los estudiantes de 15 años para resolver problemas en equipo. Y si bien, por un lado, el resultado estableció que nuestro país es el mejor a nivel latinoamericano, con un puntaje promedio de 457, superando además a los países del sudeste asiático, se ubica por debajo de la media OCDE (500).

No obstante, la mayor preocupación entre las autoridades nacionales y expertos en la materia, fue el hecho de que el 42% de los alumnos chilenos se ubicaran en los tramos más bajos de la medición, lo que significa que tienen graves deficiencias en sus capacidades para trabajar en equipo. A nivel OCDE, el rango deficitario se reduce a un 28%, mientras que en Latinoamérica este sube a 59% (ver infografía ). “La mirada positiva es que somos los primeros de Latinoamérica, pero claramente tenemos tareas pendientes, como alcanzar el promedio de la OCDE, porque no somos capaces de resolver problemas en equipo”, sostiene Carlos Henríquez, secretario ejecutivo de la Agencia de la Calidad de la Educación.

El que cerca de la mitad de los alumnos no logren trabajar en equipo de forma correcta, se explica, según el director de Centro para la Transformación Educativa (Centre UC), Ernesto Treviño, porque no se dan las instancias en las salas de clases.

“Los estudiantes no tienen instancias para desarrollar sus habilidades en equipo, lo que puede traer consecuencias para la sociedad y es parte del estancamiento de los resultados en lenguaje y matemática de hace 10 años. El problema es que aún se enseña de forma tradicional, en cambio si se hace un trabajo en equipo genera implicancias y mejoras en habilidades cognitivas y no cognitivas”, asegura Treviño.

Una opinión que es compartida por Patricio Felmer, académico del Centro de Modelamiento Matemático de la U. de Chile, quien agrega que desde los docentes existe temor por un descontrol de la disciplina. “Se tiene una preocupación exagerada por la disciplina en la sala de clases, pero el trabajo en equipo necesariamente significa conversación y eso lo deben entender los profesores y comenzar a enseñar desde ahí, porque trae consecuencias positivas en otras áreas”, explica.

Brecha socioeconómica

Uno de los puntos más críticos de los resultados que obtuvo Chile apunta a la fuerte brecha socioeconómica que arrojó. Si bien en todos los países existen disparidades entre los estudiantes de quintiles más altos respecto a los niveles más bajos, Chile presenta la sexta mayor diferencia.

Mientras un 62% de los jóvenes más vulnerables tiene problemas en sus habilidades para trabajar en equipo, esto se reduce al 22% en los grupos socioeconómicos más altos.

Distinta es la situación en materia de género, donde nuestro país presenta 14 puntos a favor de las mujeres, la quinta brecha más baja entre 52 países.

¿Cómo Pisa midió este ejercicio? Mediante una prueba interactiva a través de un computador. En un chat iban apareciendo preguntas, ideas y opiniones, y cada alumno se tenía que poner de acuerdo con otras “personas virtuales” para resolver una situación problemática.

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Fuente: http://www.latercera.com/noticia/42-escolares-chile-problemas-trabajar-equipo/

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BID plantea ajustes para mejorar nivel educativo de Panamá

Panamá/20 de Noviembre de 2017/La Estrella de Panamá

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoció hoy la necesidad de ajustes para una mejora en el nivel educativo de Panamá, y que permita que la variable se compagine con la realidad de la que es una de las economías de mayor crecimiento en América Latina.

La importancia del cambio se planteó al hacer esta mañana ejecutivos del BID una presentación sobre el análisis crítico de la institución 2017 Aprender Mejor: «Políticas Públicas para el Desarrollo de Habilidades», que señala que pese al crecimiento destacado de la economía panameña, este país de padece las mismas deficiencias en habilidades en el tema educativo que el resto de la región, y que inclusive presenta resultados de aprendizaje inferiores a los esperados para su nivel de desarrollo.

Las responsables de Aprender Mejor, Diana Hincapié y Laura Ripani, observaron que un tercer estudio regional comparativo y explicativo de 2003 había señalado que Panamá se encontraba 120 puntos de aprendizaje por debajo de lo esperado para su economía, lo que equivalía a un atraso de tres a cuatro años aproximadamente.

Marcelo Cabrol, gerente del sector social del BID, dijo a Xinhua en relación con el estudio que si bien es bastante difícil determinar lo que los chicos panameños aprenden, respecto a otros chicos de América Latina, y fundamentalmente porque Panamá no ha participado, aunque va a participar ahora, de la prueba internacional Pisa, y que permite medir las habilidades de los chicos a los 15 años.

Manifestó que es necesario saber en dónde están los chicos panameños en cuanto al nivel de la educación, si bien resultados de propias pruebas indican que los chicos no aprenden.

Pero según Cabrol, Panamá tiene una peculiaridad, por las heterogeneidades regionales en su país, ya que a quién vive en las ciudades le va mucho mejor en materia educativa que si vive en una comarca (indígenas).

Estimó que habla de una proporción como de uno a tres al comparar la distribución de los recursos para la educación en la capital respecto a otros lugares del país. Enfatizó que el gasto mayor, un aprovechamiento de recursos que no es muy bueno y mal distribuido, son algunas de las debilidades a las que se hace referencia.

El representante de BID destacó el compromiso de Panamá a participar en la prueba Pisa en 2018, pero estimó importante empezar a pensar también en cuál es el papel del sector privado panameño en estas conversaciones sobre el tema educativo, y ya que se refiere a un sector que va a requerir de nuevas habilidades a las que están recibiendo.

«El sector privado puede esperar que el Estado solucione un problema, o puede trabajar con el Estado para solucionar el problema» , subrayó, apuntando que este tipo de análisis se centra fundamentalmente en la educación pública, y teniendo en cuenta la situación desde el desarrollo infantil temprano a adultos jóvenes.

El gerente del sector social del BID recomendó mejorar los sistemas de gestión de la educación en Panamá, por lo que explicó que se está trabajando con el gobierno de Panamá para poder modernizar la forma como se gestionan los recursos humanos, la infraestructura y todos los insumos que van a la educación.

Consideró como segundo punto entender del gasto en dónde están las posibilidades de conseguir eficiencia, o cómo optimiza ese gasto en infraestructura, y hacer una inversión más dinámica.

Cabrol dijo que recomienda sistemas de información para tomar decisiones que optimicen el gasto.

Durante la presentación de Aprender Mejor se observó que la pruebas tendencias en estudio internacional de matemáticas y ciencias, y el segundo estudio regional comparativo y explicativo mostraron que en Panamá sólo 16 por ciento de los estudiantes de primaria alcanza las habilidades básicas en matemáticas; mientras que en el resto de Latinoamérica esa cifra es casi el doble (30 por ciento) y en economías con ingresos comparables a los de Panamá es de 66 por ciento.

El informe Aprender Mejor propone un giro hacia políticas basadas en evidencia empírica para fortalecer las habilidades de la población, y así mejorar la productividad y el crecimiento económico de cada país.

Se agregó que los programas más exitosos incluyen aquellos que mejoran la calidad de las interacciones en la casa y en la escuela, que ofrecen incentivos para que los jóvenes permanezcan escolarizados, y que ayuden a las empresas a promover un ambiente de aprendizaje en el trabajo.

Fuente: http://laestrella.com.pa/economia/plantea-ajustes-para-mejorar-nivel-educativo-panama/24033207

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