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Al filo de la motosierra: las políticas de género en la era Milei

 Entre el desguace del Estado y la precarización de la vida, La Libertad Avanza logró reducir al mínimo las políticas de sostenibilidad que hacían más vivibles las trayectorias de mujeres y disidencias. ¿El desfinanciamiento también puede verse con anteojos violetas?

Apenas pasaron cien días desde que Javier Milei asumió el poder al grito de “AFUERA” y bajo la muletilla de “no hay plata”. En estos tres meses y medio las áreas de género de ministerios, municipios y secretarías fueron licuadas, desjerarquizadas o directamente desfinanciadas, sin nombramientos a cargo ni tareas que ejecutar. Bajo el mote de “ñoquis”, “vagos” y «militantes», las y los trabajadores estatales fueron estigmatizados por el Ejecutivo y vapuleados por los medios de comunicación. Si bien ya comenzaron a ejecutarse los despidos, aún se esperan más para fines de marzo, momento en el cual se vencen aproximadamente 70.000 contratos.

El depredador gobierno anarcocapitalista, que habló en reiteradas ocasiones de la “sangrienta agenda del aborto” y nombró a las feministas como su enemigo, se hizo notar recortando con su motosierra todo lo que hacía más vivible la vida de mujeres y disidencias. Lo que se pudo construir en los cuatro años de la anterior gestión, con autocríticas y medidas perfectibles, va cayendo poco a poco como la arena en un reloj.

Según el informe de la organización ELA y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) -titulado “Un ajuste que agranda la brecha”-, el gasto en las políticas públicas que apuntan a reducir la desigualdad de género fue, en lo que va de 2024, un 33% más bajo en términos reales que el año pasado. Eso significa incluso 9 puntos más de lo que sufrió el presupuesto nacional (24%). “Hicimos este informe porque veíamos que de parte del Ejecutivo había una narrativa explícita que se traduce en medidas concretas de recortar el gasto público, cayendo fuertemente sobre el contenido social. Nos parecía importante hacer zoom en las políticas de género para publicar el informe el 8M y así reabrir la discusión”, explica Malena Vivanco, economista del programa Justicia Fiscal de ACIJ. “Los recortes se dan porque los montos se licuan. El problema es que no se realiza una actualización constante frente a estos niveles de inflación”, asevera.

Malena Vivanco

Entre estas políticas recortadas se encuentra la moratoria previsional que bajó un 38% desde el año pasado, a pesar de que gracias a ella se jubilaron 6 de cada 10 mujeres en Argentina. También hubo una caída del 45,5% en pensiones no contributivas para madres de 7 o más hijes. En el caso de la Asignación Universal por Hije, cobrada en un 95% por mujeres, la caída fue del 4%. “La desigualdad de género no es nueva, es histórica y estructural. Las estadísticas demuestran que las mujeres son las más afectadas por la pobreza y quienes asumen de forma desproporcionada las tareas indispensables para la sostenibilidad de la vida”, asegura el documento.

El recorte de presupuesto afecta más a mujeres y diversidades porque todo lo que se achica en el Estado se agranda en responsabilidades en la casa, en todos los sentidos. Nosotras somos mayoría en las prestaciones ‘no contributivas’, que en realidad no lo son porque contribuimos muchísimo a la riqueza del país con nuestro trabajo no remunerado”, asegura la economista Lucía Cirmi Obón, Magister en Desarrollo y autora del libro «Economía para Sostener la Vida». “Cuando el Presidente dice que las moratorias para amas de casa no son sostenibles, se olvida que para que los hombres hayan podido salir a trabajar había alguien planchando, lavando y cocinando puertas adentro. El aporte de la economía del cuidado es del 25% del PBI y las jubilaciones se financian mayoritariamente con el IVA, que es el impuesto que más pagamos las mujeres. Para hablar de la sostenibilidad de las jubilaciones hay que hablar de la riqueza no grabada”, enfatiza Lucía.

Las políticas de prevención y asistencia a la violencia de género no fueron la excepción a la regla: en la Línea 144 se bajó un 12% el monto ejecutado. Según datos oficiales esta línea atendió, desde su creación en 2013, 125.000 comunicaciones por año. El programa Acompañar, que consta de un subsidio monetario para personas en riesgo de sufrir violencia de género, cayó en un 69% si se lo compara con el año pasado. La merma en este programa es clave a la hora de pensar los femicidios, crímenes de odio y travesticidios, ya que la autonomía económica es una pata fundamental para la salida de vínculos violentos. “Si dependes económicamente de tu agresor, no tenés posibilidad de salir de ese espiral de violencia”, subraya Cirmi Obón.

En cuanto a las políticas de cuidado, en los centros de primera infancia y los jardines casi no hubo presupuesto ejecutado, con una reducción que alcanza alrededor del 100% entre el año pasado y éste. Dichas decisiones no pueden verse escindidas de las consecuencias materiales que conllevan. El desfinanciamiento de las políticas de cuidado dificulta mucho más la tarea a la que las mujeres dedican el doble de horas promedio por día que los hombres, según el INDEC. “Consideramos que los recortes en las políticas de cuidado son una pérdida enorme porque son éstas las que van al núcleo del problema, las que ahondan en la base de la desigualdad que hay tanto en los hogares como fuera de ellos”, afirma Vivanco. Por su parte, Lucía explica: “En conjunto con el CELS hicimos el cálculo que de 43 políticas de cuidado 22 ya fueron derogadas, eliminadas o totalmente desfinanciadas, 15 están en alerta y solamente 7 en vigencia. Hay un retroceso muy grande en un periodo muy corto”. Ella fue quien se desempeñó durante cuatro años como subsecretaria de Políticas de Igualdad en el ex Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.

Lucía Cirmi Obón

El programa Registradas, que servía como incentivo para la formalización y permanencia en el empleo de las trabajadoras de casas particulares, se encuentra con las inscripciones cerradas desde el 31 de diciembre de 2023. Mediante este plan, el Estado nacional pagaba el 50% del salario de la trabajadora durante 6 meses, a cuenta del pago que realiza la parte empleadora. En lo que respecta al programa «Potenciar Trabajo», experimentó una reducción del 71% en comparación con el mismo período de 2023. Este programa contaba con un 63% de mujeres inscriptas a finales del año pasado. “Lo que está en peligro es la autonomía económica de las mujeres. Cuando dejamos todo librado al mercado nos damos cuenta que ese mercado prefiere varones porque piensa que nosotras somos más costosas”, continúa Cirmi.

Como si hiciera falta aclarar, otra de las medidas que fue borrada por el libertarismo fueron los análisis transversales del presupuesto y el presupuesto con perspectiva de género que había impulsado durante el gobierno anterior la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género perteneciente al Ministerio de Economía y encabezada por Mercedes D’Alessandro. Esto, lejos de ser una mera formalidad, “representa una herramienta de gran alcance para comprender las prioridades del gobierno en la resolución de urgencias que aún afectan de manera desigual a distintos sectores de la sociedad, entre ellos a las mujeres y personas LGBTI+”, especifica el informe antes citado.

“Que no existan análisis transversales del presupuesto con perspectiva de género es un problema para la transparencia del gobierno. Todo esto se enmarca en una política de acceso a la información y disposición de la información pública que ya no son tan accesibles. Desde ACIJ hacemos pedidos de información pero vemos que ya no está disponible para todos”, concluye Malena.

Fuente de la información e imagen:  https://elgritodelsur.com.ar

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Libro Feminismo y buen vivir: utopías decoloniales

Main Authors: Varea, Soledad, Zaragocin, Sofía
Format: Libros
Published: Universidad de Cuenca2017
Subjects:
Online Access: http://dspace.ucuenca.edu.ec/handle/123456789/27831

Reseña: En el Ecuador, la institucionalización del feminismo en relación al discurso gubernamental del Buen Vivir ha sostenido que no es posible el Buen Vivir sin la igualdad de género. El énfasis en el discurso y la práctica del feminismo gubernamental ha estado en la igualdad de género, sin embargo, como ya lo han señalado algunas feministas, la igualdad de género frente al Buen Vivir no ha significado una redefinición o adaptación del mismo (Vega, 2014). Al decir que el Buen Vivir no es posible sin la igualdad de género, no reflejamos las relaciones de género desde el Buen Vivir sino que lo sustituimos con la democracia numérica y lo metamorfoseamos con el discurso feminista occidental. Por lo tanto, ya que mediante el Buen Vivir nos estamos replanteando la relación con la naturaleza, la alteridad, la interculturalidad, y la plurinacionalidad, -entre otros grandes temas-, es importante construir y develar los distintos enfoques de género que han venido acompañando a los procesos de Buen Vivir en el Ecuador. Luego, tal como el Buen Vivir ha cuestionado paradigmas coloniales de índole económico y político, los enfoques feministas decoloniales, autónomos, indígenas, y comunitarios también lo vienen haciendo desde antes. Si preguntamos sobre ¿dónde se encuentran los enfoques feministas y de Buen Vivir en el Ecuador?, las respuestas serían ambiguas. Aún más preocupante, si los espacios ocupados y propuestos por el Buen Vivir excluyen, como lo han hecho anteriores utopías, a los y las sujetos de distintas propuestas feministas. La conceptualización del Buen Vivir ha recibido atención local e internacional en espacios académicos y políticos pero sin un profundo análisis del feminismo o cuestiones de género. Su relación con el feminismo activista, político o académico no ha sido un pilar para la construcción conceptual del Buen Vivir como sí lo han sido otros temas tales como la naturaleza, el desarrollo y la interculturalidad.

Descarga aquí: feminismo y buen vivir pdf

Fuente: https://www.bibliotecasdelecuador.com/Record/oai:localhost:123456789-27831/Description#tabnav

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Libro(PDF): «Marchas y contramarchas en las políticas locales de género. Dinámicas territoriales y ciudadanía de las mujeres en América Latina»

Reseña: CLACSO

Este libro es una invitación a debatir la relación entre los gobiernos locales y la ciudadanía de las mujeres, un tema clave en los momentos actuales de nuestra región. Este tema, de larga data en los estudios de género, es revisitado a la luz de hallazgos empíricos que muestran nexos contradictorios entre la gestión local, la ampliación de la ciudadanía de las mujeres y su bienestar social. La gestión local de políticas de género, el acceso de las mujeres a distintas dimensiones de la institucionalidad municipal y a los procesos de articulación de intereses en sus disputas con el Estado por recursos materiales y simbólicos, recoloca el debate sobre redistribución y reconocimiento a la luz de herramientas conceptuales compartidas y hallazgos convergentes, pero con las especificidades propias de los cuatro contextos nacionales estudiados: Argentina, Colombia, México y Uruguay.

Autores (as): 

Ana Laura Rodriguez Gustá. [Editora]

Ana Laura Rodriguez Gustá. Sandra Milena Franco. Valeria Llobet. Constanza Tabbush. María Noel Avas. Angi Velásquez. Silvia Levín. Magdalena Acuña. Gisela Zaremberg Lis. Katya Salas. María Dolores López Jara. Mariana Caminotti. María Page. Mariela Soledad Zárate. Alejandra Massolo. [Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO. CONICET. AGENCIA.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-410-8

Descarga: Marchas y contramarchas en las políticas locales de género. Dinámicas territoriales y ciudadanía de las mujeres en América Latina

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1828&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1377

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Uruguay: El desafío de transversalizar la perspectiva de género en las políticas de infancia y adolescencia

Redacción: Feminismo

En un seminario organizado por el INAU, especialistas compartieron experiencias de planificación estratégica con la mirada puesta en la igualdad.

La conmemoración del Día Internacional de la Mujer impulsó que distintas instituciones públicas y organizaciones sociales realizaran conversatorios sobre temáticas como la desigualdad de género, la lucha de los feminismos o las formas de violencia hacia las mujeres. En ese marco, el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) decidió poner el foco en cómo la perspectiva de género atraviesa también las políticas dirigidas a niñas, niños y adolescentes.

De esta idea surgió el seminario “Género en infancias y adolescencias: cambio cultural y políticas públicas”, que se desarrolló en la Intendencia de Montevideo (IM) y contó con ponencias de especialistas uruguayas e internacionales. La instancia sirvió para compartir los avances que ha hecho el INAU en materia de transversalización de género durante los últimos cinco años y los desafíos que se identifican para la proyección de esta agenda en el país.

“Hablar de políticas públicas con perspectiva de género es reconocer cómo se construyen y cómo se organizan las desigualdades a partir de lo que implica la organización social entre hombres y mujeres, que tiene causas estructurales”, explicó la presidenta del INAU, Marisa Lindner, durante la presentación. El diseño de estrategias para la infancia y la adolescencia en este sentido tiene que apuntar entonces a identificar esas desigualdades para revisarlas, cuestionarlas y, eventualmente, revertirlas.

Al mismo tiempo, la planificación tiene que contemplar la mirada interseccional, ya que –al igual que las mujeres– las vidas de las niñas, niños y adolescentes también están atravesadas por diferentes situaciones de desigualdad y discriminación. “No es lo mismo tratar con una niña o una adolescente pobre que con una niña o una adolescente con mejores oportunidades. No es lo mismo una niña afrodescendiente que una niña blanca. No es lo mismo una adolescente con discapacidad que una adolescente que ha tenido todas las posibilidades y oportunidades para el desarrollo de sus capacidades. Por lo tanto, hablar de los temas de género sin duda tiene que ver con la interseccionalidad, y por eso la complejidad de estas temáticas”, ilustró Lindner.

Pero para que realmente tengan sentido y sean efectivas, las políticas públicas tienen que ser acompañadas de cambios culturales. Por eso, para la presidenta del INAU es fundamental deconstruir socialmente algunos preconceptos y estereotipos que giran en torno a la infancia y la adolescencia. Puso como ejemplo el cuidado de la niñez, una responsabilidad que se atribuye exclusivamente a las mujeres: “¿Cómo vamos haciendo del cuidado una responsabilidad social, en la que los varones tengan un lugar central y, de alguna manera, tengan un papel fundamental en todos los procesos de acompañar el crecimiento? ¿Cómo hacemos de esto un tema comunitario, en el que de alguna forma desde las distintas organizaciones e instituciones que trabajan y referencian con las familias esto pasa a ser una propuesta permanente de trabajo?”. “Como siempre digo, en estos temas hay que empezar por casa”, afirmó Lindner, “y eso decidimos a nivel del INAU: hay que empezar por casa institucionalmente”.

Pensar y hacer en clave de género

El seminario fue una plataforma para que representantes de distintas instituciones compartieran las prácticas cotidianas que llevan adelante para transversalizar la perspectiva de género en políticas y programas específicos. Todas coincidieron en que una de las principales claves es empezar a revisar las formas en que las y los adultos nos vinculamos con las niñas, niños y adolescentes, que muchas veces profundizan las desigualdades de género. La moderadora del intercambio fue la experta argentina en planificación estratégica María Bonicatto, quien durante el último año lideró el trabajo de transversalización en el INAU.

La encargada de abrir la ronda de diálogo fue la directora del Programa Primera Infancia del INAU, Muriel Presno, quien planteó tres dimensiones a tener en cuenta al momento de cruzar el género con las políticas de primera infancia.

La primera tiene que ver con generar estrategias que siempre contemplen el hecho de que son las mujeres “las encargadas del cuidado y la crianza de las y los niños”.

La segunda dimensión es cultural y está vinculada con lo que les proponemos a niñas y niños “en los centros, en las casas o en la calle” desde una perspectiva de género. “Nosotros no nos preguntamos cómo aprenden los niños los estereotipos de género para ver cómo trabajar sobre ese aprendizaje […] Qué juegos les ofrecemos, qué formas de vínculos planteamos, qué expectativas ponemos en ellos sobre cómo comportarse de acuerdo con si son varones o mujeres”, explicó Presno. “Estas son preguntas que se tendría que hacer la academia y nos las tenemos que hacer los que gobernamos, los que dirigimos las políticas, los equipos”, cuestionó.

La tercera y última está relacionada directamente con las condiciones de trabajo, ya que los centros de primera infancia son un campo “altamente feminizado”, y eso también tiene que ser tenido en cuenta a la hora de hacer política pública. Sólo para tener una idea, 94% del personal del sistema del INAU está integrado por mujeres. Este fenómeno repercute en el trabajo del instituto, por ejemplo, a la hora de planificar actividades fuera del horario habitual del funcionamiento de los centros –por la misma razón esgrimida en la dimensión anterior–. “Surge como dificultad el hecho de que la mayoría de las trabajadoras son mamás o tienen que hacerse cargo de un niño, y la discusión queda ahí y queda puesta en algo que tiene que resolver el equipo”, explicó la funcionaria.

Presno pidió a las y los operadores que dejen de lado la idea de la perfección: “No hay una práctica perfecta. Uno no llega un día y se compró una perspectiva de género: es algo que se construye […] Somos parte de este mundo y por más que tengamos pensado el tema y nos movilice, operamos como somos en este tiempo”. Algo fundamental en este sentido, dijo, es escuchar siempre lo que tienen para decir las niñas y los niños.

Llevar la mirada al territorio

La subdirectora territorial del INAU, Cecilia Galusso, se centró en los desafíos de la implementación de las políticas con enfoque de género en el territorio. En ese sentido, dijo que se tiende a pensar que son las y los operadores que directamente trabajan en la acción en territorio quienes “tienen que tener la perspectiva de género para poder construir estrategias acordes con las necesidades de los chiquilines”, cuando en realidad la transversalización tiene que ir “mucho más allá” de ese equipo.

“En una institución que forma parte del Estado es imprescindible que el enfoque de género esté atravesado en todo el instituto como una política pública: desde el chofer, el que abre la puerta, el que está en el Departamento de Adquisiciones hasta el que hace los procedimientos administrativos o trabaja en la parte jurídica. Todos deben poder contribuir desde su lugar para que la estrategia elaborada para fortalecer los derechos de niñas, niños y adolescentes pueda llevarse adelante”, explicó Galusso.

Para la subdirectora, es una perspectiva difícil de transversalizar de manera integral porque “cuando hablamos del enfoque de género lo pensamos como si estuviéramos pensando un programa específico para atender, eliminar o reducir la diferencia de género, y en realidad es la perspectiva que uno tiene que tener constantemente en todas las áreas de trabajo y en todos los lugares, porque es una cuestión de derechos humanos”.

Galusso consideró que el INAU tiene “la gran oportunidad y el gran desafío” de hacer que todo el instituto se ponga los “lentes de género” y no se los saque más. “Aunque me canse los ojos o me duela lo que estoy viendo, no me los puedo sacar y seguir actuando de una forma más estereotipada porque estoy más acostumbrada y me hace más sencillo seguir adelante”, enfatizó. “Todos somos responsables de respetar derechos”, insistió, “pero como Estado estamos obligados a garantizarlos y generar las condiciones para que se den, porque si no somos directamente quienes los estamos vulnerando”.

“Adoptar la lógica de la igualdad”

La última experiencia compartida en el seminario tuvo que ver más con la inclusión de la mirada de género en las políticas públicas que con la infancia y la adolescencia. En ese sentido, la directora de la Asesoría para la Igualdad de Género de la IM, Solana Quesada, rescató algunos de los avances en materia de transversalidad que se lograron en la comuna capitalina. La experta recordó que en la base del trabajo está la Plataforma de Acción de Beijing de las Naciones Unidas, que en 1995 planteó dos estrategias de los estados para avanzar en la igualdad de género: la transversalidad y el empoderamiento de las mujeres. “Y no podemos hacer una sin la otra, porque la transversalidad tiene que tener un sentido y el género también”, afirmó Quesada.

La IM empezó a implementar políticas de género hace 30 años y ha avanzado “muchísimo” en ese sentido, aseguró la directora de la asesoría, pero quedan desafíos. La mayoría de ellos persisten porque la transversalidad “es técnica y es política”, dos aspectos que todavía no se han podido conjugar. “El saber técnico que aportamos las que nos pusimos lentes de género lo tenemos que hacer dialogar con otros saberes y tenemos que lograr hacer una síntesis, una síntesis no se puede imponer”, aseguró Quesada. Es un proceso para el que se necesita tejer redes.

Al igual que las otras expositoras del panel, Quesada insistió en que el enfoque de género no puede ser concebido como una política paralela: tiene que atravesar todo el trabajo institucional. “La transversalidad se define como un proceso en el cual la lógica de la igualdad se impregna en las formas de hacer y ser del Estado. Transversalizar el género, entonces, es que el Estado adopte la lógica de la igualdad”. ¿En qué posición está la IM al respecto? Para Quesada, todavía muy lejos: “Estamos en todo lo que la IM hace, sin duda, pero no somos la corriente principal de la política”.

Mencionó dos buenas prácticas que se consolidaron en el último tiempo. La primera: haber logrado durante esta administración, después de tres décadas, que la Asesoría para la Igualdad de Género integre la Secretaría General como un organismo asesor del intendente y forme parte además del gabinete del gobierno departamental, lo cual permite incidir cotidianamente en la definición de política de la comuna.

Por otro lado, Quesada destacó que las políticas de género de la IM no son elaboradas por la Asesoría para la Igualdad de Género, sino por el conjunto de la institución. Esto es importante, dijo la funcionaria, porque así “cada departamento, cada municipio y cada área de la IM tiene un equipo de igualdad, integrado por personas que impulsan las políticas de género a la interna de esas áreas y las coordinan con la Asesoría para la Igualdad de Género”.

La representante de la IM dijo que una planificación con perspectiva de género exitosa tiene que poner en diálogo tres elementos: el horizonte de la desigualdad que se quiere cambiar, cuál es la desigualdad específica a atender y cómo instrumentalmente se van a generar esos cambios. A su entender, generalmente pasa que las instituciones saben qué se quiere cambiar y cuáles son las desigualdades a revertir, pero quedan trancadas a la hora de organizarse para pasar a la acción. “Tenemos una distancia muy grande entre todas las cosas que hacemos, que son muchísimas y muy valorables, y el cambio estructural que queremos generar. Eso nos implica un repensar y un revisar permanentemente de nuestro accionar”.

Fuente: https://feminismos.ladiaria.com.uy/articulo/2020/3/el-desafio-de-transversalizar-la-perspectiva-de-genero-en-las-politicas-de-infancia-y-adolescencia/

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Argentina: El Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades, una cartera que nació de la lucha

El Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades, una cartera que nació de la lucha

Ya juraron las nuevas funcionarias

Este miércoles Elizabeth Gómez Alcorta tomó juramento a las autoridades del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad que la acompañarán en la gestión, en un acto que se distinguió por lo emotivo y el entusiasta apoyo del público que colmó el auditorio del Ministerio de Producción, prestado para la ocasión ya que el flamante ministerio aún no tiene sede propia. Del acto participaron el jefe y la vicejefa de gabinete de la Nación, la secretaria de Legal y Técnica, ministras y ministros, diputadas nacionales, intendentas, la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, titulares de las áreas de género de distintas dependencias, otras y otros referentes políticos y de los distintos poderes del Estado.

La politóloga Lara González Carvajal juró como jefa de Gabinete del ministerio. Especialista en planificación y políticas públicas, trabajó en la Cámara de Diputados de la Nación y en el Senado de la Provincia de Buenos Aires como secretaria Legislativa del bloque Frente para la Victoria-PJ.

Cecilia Merchán, la secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad, juró “por la patria y por la matria, justa, libre y feminista. Por las ancestras, que nos trajeron hasta acá, y por las jóvenes, que no sabemos a dónde nos van a llevar”. Empezó a militar a los 14 años como alfabetizadora de personas adultas. Como diputada nacional, impulsó las leyes de ampliación de derechos, coordinó el programa Juana Azurduy y el Comité Ejecutivo contra la Trata de Personas.

Pilar Escalante juró “por las luchas colectivas, que nos trajeron hasta acá” al asumir como subsecretaria de Igualdad. Licenciada en Ciencia Política con orientación en Análisis Político en la Universidad Nacional del Rosario y referente de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en su ciudad, hace más de 10 años desarrolla y participa en dispositivos de acompañamiento en el acceso a los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y personas gestantes.

Alba Rueda ocupa el cargo de subsecretaria de Políticas de la Diversidad y juró “por la patria transfeminista, por Lohana Berkins, por Diana Sacayán, por la resistencia de les compañeres”. Militante y activista por los derechos de las personas trans y travestis, es presidenta de Mujeres Trans Argentina, investigadora del Departamento de Género y Comunicaciones del Centro de la Cooperación Floreal Gorini e integrante del consejo asesor del Observatorio de Género en la Justicia, que depende del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires.

Josefina Kelly Neira, abogada penalista con diploma de FLACSO de gestión y control de políticas públicas, que trabajó en el Poder Judicial de Nación, en el Ministerio de Seguridad y en el Ministerio de Justicia de la Nación, juró como Secretaría de Políticas contra la Violencia por Razones de Género.

Laurana Malacalza asumió como subsecretaría de Abordaje Integral de las Violencias por Razones de Género. Es docente de la Especialización en el abordaje de las violencias interpersonales y de género de la Universidad Nacional de La Plata. Coordinó el Área de Género e Investigación del Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial de la provincia de Buenos Aires y fue coordinadora del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires.

Carolina Varsky, que juró “por les otres, que son la patria”, fue designada en la subsecretaría de Programas Especiales contra la Violencia por Razones de Género. Fue Coordinadora de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de la Procuración General de la Nación entre 2013 y 2019. Trabajó por más de 15 años en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Fue Directora del Programa Memoria y Lucha contra la Impunidad del Terrorismo de Estado y luego directora de Litigio y Defensa Legal en ese organismo de derechos humanos.

Al frente de la Subsecretaría de Formación, Investigación y Políticas Culturales para la Igualdad juró Diana Broggi, “por la historia de las Abuelas y las Madres y por el futuro de las pibas y pibes de nuestra patria grande”. Con formación en salud social y comunitaria, y como psicóloga feminista trabajó en equipos de salud territoriales en consumos problemáticos, violencia de género, niñez y adolescencia.

Larisa Rosón, con más de veinte años de experiencia en gestión pública y en organismos internacionales. asumió como subsecretaria de Gestión Administrativa.

En el acto la ministra reiteró que la creación del ministerio es producto de la lucha histórica que no sólo se remonta a principios del siglo pasado sino a las batallas y luchas que dieron en soledad muchas mujeres y colectivos de la diversidad desde la recuperación de la democracia y destacó que la creación del ministerio es expresión de la voluntad política de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner de priorizar y jerarquizar la política de igualdad de géneros de un modo contundente e indiscutido. También señaló que esta decisión implica revalorizar el rol del Estado y lo público y que más allá del trabajo que llevaron adelante organizaciones de la sociedad civil en la lucha por los derechos de las mujeres y las disidencias hay competencias que son propias e inexcusablemente estatales.

Fuente de la Información: https://www.pagina12.com.ar/240692-una-cartera-que-nacio-de-la-lucha

 

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“Hay que revisar la connotación negativa que se da a la expresión ideología de género”, afirmó Rossetti

Por el Eco de Tandil

La directora de Políticas de Género y Diversidad Sexual, Andrea Rossetti, se refirió al reclamo alzado por un grupo de padres autoconvocados que este viernes a la mañana entregaron una nota a las autoridades de la Jefatura Distrital de Educación para solicitar que la educación sexual en las escuelas no incluya ideología de género.

En diálogo con El Eco de Tandil, la funcionaria comunal consideró que “hay cierta connotación negativa respecto a la expresión `ideología de género´ cuando esta perspectiva ya forma parte de distintas normativas a nivel nacional”.

Reflexionó que “cuando hablamos de violencia de género, ya es algo que está asumido, por ejemplo, por toda la ciudadanía. Entonces, hay una connotación negativa que intuyo no es inocente. Yo prefiero hablar de esta perspectiva de derecho, que incluye las cuestiones de género”.

La directora de Políticas de Género y Diversidad Sexual, Andrea Rossetti, se refirió al reclamo alzado por un grupo de padres autoconvocados que este viernes a la mañana entregaron una nota a las autoridades de la Jefatura Distrital de Educación para solicitar que la educación sexual en las escuelas no incluya ideología de género.

En diálogo con El Eco de Tandil, la funcionaria comunal consideró que “hay cierta connotación negativa respecto a la expresión `ideología de género´ cuando esta perspectiva ya forma parte de distintas normativas a nivel nacional”.

Reflexionó que “cuando hablamos de violencia de género, ya es algo que está asumido, por ejemplo, por toda la ciudadanía. Entonces, hay una connotación negativa que intuyo no es inocente. Yo prefiero hablar de esta perspectiva de derecho, que incluye las cuestiones de género”.

“Ahora, hay que tener en claro, dicho en este momento en el cual se está debatiendo a nivel nacional la modificación o no de la Ley 26150 del Programa Nacional de Educación Sexual Integral, que esta normativa fue sancionada en 2006. Entonces, resulta un poco extraño que siendo 2018 todavía estemos debatiendo una ley que ya tendría que ser efectiva en todo el territorio nacional”, afirmó.

Por lo tanto, la funcionaria comunal sostuvo que “esta dilación en su cumplimiento tiene que ver claramente con sectores conservadores y con posturas vinculadas a los distintos credos e iglesias, que por supuesto son respetables, pero que no deberían tener injerencia en lo que es educación, en este caso, que está amparada por una ley”.

De todas maneras, planteó que “habría que desalentar un montón de prejuicios que hay”. En ese sentido, señaló que “hace poquito, después de lo que fue la discusión sobre el aborto a nivel nacional, una de las cuestiones que creo que aunaba criterios tenía que ver con esto. Se hablaba de prevenir muchas cuestiones a través de la implementación de la educación sexual integral y ahora la volvemos a poner en tensión, y esto –insistió- no me parece inocente”.

Seguidamente, recalcó que “este programa nacional está además vinculado a otros marcos normativos. Tenemos que hablar de la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño; la Convención para eliminar la discriminación contra la mujer, que tiene rango constitucional; las leyes de protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes, es decir, esta ley va anclada a otras normativas que son muy claras”.

El marco normativo

Respecto al reclamo puntual de las familias que este viernes solicitaron a las autoridades educativas que se instrumenten los mecanismos necesarios para estar informados de lo que se enseña en las aulas, Rossetti precisó que “hay un apartado que tiene justamente la redacción de esta ley que habla de vincular más estrechamente la escuela y la familia para el logro del programa. Con lo cual, las familias deben estar incluidas”.

Celebró entonces que los padres y madres quieran saber de qué se trata la Educación Sexual Integral, pero explicó que dicha normativa “excede las viejas concepciones aúlicas que centraban la mirada en la genitalidad, y en esa ampliación de derechos se incluye el trabajo con estereotipos de género para prevenir y desterrar por ejemplo la discriminación, para promover vínculos más respetuosos, para trabajar prevención de embarazo adolescente que es un tema que preocupa y mucho a la ciudadanía, para prevenir abusos sexuales. Lo integral viene a sumar a lo biológico, lo psicológico, lo social, en definitiva, la complejidad que nos atraviesa como seres humanos”.

Señaló que “es importante tener en cuenta que el sistema educativo en muchos casos interviene en abusos protegiendo al niño/a o adolescente de su propio entorno familiar, ahí por tanto `hay que meterse´ con derechos vulnerados. Ocurre lo mismo con otras situaciones de violencia”.

“Revisar la connotación negativa”

Por lo tanto, sostuvo que “no podemos rescindir en una ley lo que ya está consagrado” y, en ese sentido, volvió a plantear la necesidad de “revisar esa connotación negativa de ideología de género. He leído comentarios de gente que ha dicho que esto se hermana con el marxismo. Entonces, me parece que hay una ensalada conceptual que es importante desalentar”.

En efecto, la directora de Políticas de Género y Diversidad Sexual consideró que “ahí está la cuestión a desaprender. Justamente las cuestiones de género forman parte de muchas leyes y no es menor que tengamos en cuenta cuál es el marco normativo que nos rige. La delgada línea de la cual estamos hablando tiene que ver con que seamos muy cuidadosos y cuidadosas en que algunas pedagogías que se pretenden instalar no universalicen posiciones morales que son particulares, de conjuntos”.

Para cerrar, afirmó que “esto puede estar en discusiones y formar parte de los debates en las instituciones educativas, lo que entiendo es que muchas cuestiones que antes formaban parte de la esfera privada, entre comillas, ahora ya están tipificadas como delitos y contra eso no podemos argumentar nada más que desde una cuestión de posiciones personales porque eso es lo que garantiza la convivencia”.

Fuente de la reseña: https://www.eleco.com.ar/la-ciudad/hay-que-revisar-la-connotacion-negativa-que-se-da-a-la-expresion-ideologia-de-genero-afirmo-rossetti/

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[Audio] Los orígenes del patriarcado: del desvanecimiento de las diosas al exterminio de las brujas

Por Barrio Canino

Esta semana buceamos en la antropología humana para hablar del origen y la historia del patriarcado, de la familia, y por qué no, también de la invención de la propiedad privada y del Estado. Nos acompaña en el estudio Cruz Invertida, colaborador de la revista Contrahistoria.

Más allá del gusto por lo gótico y lo oscuro, y de aquellas referencias que nos evocan nuestra niñez cuando veíamos a la Bruja Avería en la Bola de Cristal y nos estremecía gritando aquello de ¡Viva el mal, viva el capital!, la cuestión de la brujería es clave a la hora de comprender la reorganización social de las sociedades sedentarias, el surgimiento y desarrollo del patriarcado y el sometimiento de la mujer a lo largo de la historia.

En los tiempos más ancestrales de la humanidad predominaba una la visión animista que concebía el cuerpo como un receptáculo a través del cual ejercer la magia, sobre todo con finalidad curandera. Los rituales animistas, oficiados por curanderos, tienden a la sanación del paciente, por medio de ritos tendentes a la extracción del espíritu pernicioso que posee al enfermo. Estos ritos han estado presentes durante el 95% de la historia de la humanidad, siendo los que más han perdurado. Los ritos animistas y chamánicos están presentes en grupos de cazadores recolectores en los que se ejerce un liderazgo natural. En estos grupos hay figuras indistintamente masculinas o femeninas que practican la magia propiciatoria para favorecer la caza y las cosechas, en un papel que no se dedica a tiempo completo, alejado de la casta sacerdotal que se impone posteriormente en sociedades más sedentarias.

Estos grupos practican la exogamia, los hombres se reproducen con hembras de otros clanes, y la filiación es solo por línea materna, por la imposibilidad de establecer la paternidad con certeza. Es lo que conocemos como ginecocracia o heterismo.

El establecimiento de las sociedades humanas de forma sedentaria no solo acaba con la Edad de la Madres, sino que provoca el establecimiento de familias, y nace el concepto de propiedad privada. En este sentido se desarrolla la idea de patrimonio, que son todos aquello bienes que detenta el hombre, incluída la mujer y los hijos. La figura del pater familias domina los grupos. Y siembra el camino para que el trabajo por cuenta ajena, y posteriormente las religiones panteístas certifiquen el subyugamiento final del género femenino. La figura femenina, hasta ahora ensalzada como madre Gea, dadora de vida, es demonizada, relegada a aspectos negativos y rodeada de símbolos serpentiformes. Es tratada como ser imperfecto, inferior al hombre, y reprimida por los siglos bajo este naciente patriarcado.

No acaba aquí la cosa. Son acusadas de brujería, perseguidas y reprimidas hasta la muerte todas aquellas mujeres independientes apegadas a tradiciones paganas, sanadoras, curanderas, instructoras, que conservaban las tradiciones y las cosmogonías de los ritos ancestrales, que se practicaban antes de que el tema curativo cayese en manos de los médicos y después de la casta eclesial. Las mujeres que cultivaban conocimiento botánico, sobre astrología y naturaleza, sobre sexualidad femenina, tratando embarazos, asistiendo partos y practicando abortos, eran perseguidas por su modo de vida, y por la clase a la que pertenecían. No por fornicar con el diablo ni por elaborar amargos ungüentos con las entrañas de niños y otros seres vivos.

Las tradiciones, el imaginario popular, y más recientemente las novelas y el cine, han perpetuado la imagen de la vieja con caldero que nos viene a la mente cuando hablamos de bruja. Y de la perpetuación del patriarcado ya mejor no hablamos.

Soy concubina del diablo
instructora del mal
sierva de Satanás
como tantas otras antes
soy antiheteropatriarcal
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