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La pandemia a través de los ojos de las adolescentes (IV): más desigualdad, más mutilación genital

Noticia/África/elpais.com

En muchos países la ablación es norma social con origen en la desigualdad de género. Unos 200 millones de mujeres la han sufrido y, sin campañas de prevención por la covid-19, su práctica aumenta. Esta serie documental recoge, de la mano de Unicef, el testimonio de 16 jóvenes sobre el impacto en sus vidas. La ofrecemos en castellano en exclusiva

En esta cuarta entrega de nuestro documental, han transcurrido cuatro semanas desde que las chicas nos permitieron echar un vistazo a su mundo, pero con el paso del tiempo, la situación de la covid-19 ha evolucionado. Con el aumento de los contagios, en muchos países el impacto del virus empieza a golpear más cerca de casa y se sienten los efectos.

Antes de la pandemia, la desigualdad de género ya limitaba la capacidad de muchas niñas para acceder a la educación. Ahora, a medida que algunas escuelas reabren después de los confinamientos, la covid-19 añade una nueva serie de complicaciones que reducen aún más su acceso a la educación y algunas chicas lo sufren más que otras. Aunque la pandemia está dificultando que estas niñas se mantengan al día con los estudios, y a pesar del confinamiento en Nepal, Madhu sigue haciendo todo lo posible para aprender desde casa. “Por culpa del coronavirus, a mi padre y a mi madre les preocupa nuestra educación y que podamos olvidar lo que hemos aprendido hasta ahora […] Uno de los problemas a los que se enfrenta mi familia es que no hay dinero para comprarnos libros y otro material. Por eso cogí el dinero que ahorré con mis hermanos y compramos libros y bolígrafos para estudiar”, explica esta joven.

Para muchas niñas, acceder a la educación antes de la crisis sanitaria mundial ya era un problema. Ahora hay una amenaza muy real de que el virus empeore aún más la discriminación y la desigualdad, y cree una barrera más para las niñas. Pero más allá de la falta de acceso a la educación, hay otras prácticas dañinas que las discriminan. En muchos países, la práctica de la mutilación genital femenina es una norma social profundamente arraigada que tiene su origen en la desigualdad de género. En todo el mundo, hay al menos 200 millones de niñas y mujeres que han sido sometidas a este ritual, que consiste en realizar una escisión total o parcial de los órganos genitales femeninos o cualquier otra lesión de los mismos por motivos no médicos. En Malí, se calcula que casi nueve de cada 10 niñas y mujeres la han sufrido. “Me dan lástima las niñas cuyos padres las envían a que les hagan esto. No creo que sea bueno porque complica la vida de sus hijas. Actualmente, las autoridades no castigan con dureza a los padres, de modo que hacen lo que quieren con sus hijas”, se lamenta Laetititia, desde Chad.

Mientras que las familias en países como Chad mantienen la práctica en secreto, las familias de otros países no lo hacen. En Indonesia, a pesar de que la práctica es ilegal, casi una de cada dos niñas ha sufrido la ablación, que suele aceptarse más abiertamente desde el punto de vista cultural. “En mi zona también se circuncida a las niñas, por lo general cuando tienen alrededor de cinco, seis o incluso siete años. Normalmente, las niñas que son circuncidadas llevan un vestido bodo de siete capas. Es la ropa tradicional de Bugis. Cuando es circuncidada, sus padres celebran una fiesta”, explica Zulfa, desde Indonesia.

Muchos de los países con altas tasas de mutilación genital femenina han ilegalizado el ritual, pero en la mayoría de ellos, la práctica continúa, aunque se hable menos de ello. Ahora, con los confinamientos y las medidas de distanciamiento social en todo el mundo, es más importante que nunca seguir prestándole atención y seguir hablando de ello. Si queremos que la situación cambie, tenemos que asegurarnos de que vemos y escuchamos los problemas de estas chicas.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/10/06/planeta_futuro/1601994688_299254.html

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Entrevista a María Juliana Ruiz: «Mientras mueren niños por desnutrición al año se desperdician 9,76 millones de toneladas de alimentos ¿qué hacer?»

América del sur/Colombia/Entrevista/17 octubre 2019/Autor y fuente: Semana educación

María Juliana Ruiz aseguró durante la Cumbre Latinoamericana sobre Pérdidas y Desperdicios de Alimentos que Colombia está absolutamente dispuesta y comprometida para ser exitosa en el objetivo de erradicar las muertes por desnutrición y aportar al desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes.

En el marco de la Cumbre Latinoamericana sobre Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, un espacio de intercambio de experiencias entre el sector público y privado, la Primera Dama, María Juliana Ruiz, destacó cómo la nutrición influye en el proceso de formación y de desarrollo de niños, niñas y adolescentes.

En ese sentido, Ruiz habló de la Gran Alianza por la Nutrición, iniciativa que lidera, que a la fecha cuenta con más de 20 aliados estratégicos de distintos sectores, que han permitido posicionar la nutrición como una causa nacional.

“Colombia está absolutamente dispuesta y comprometida para ser exitosa en el objetivo de erradicar las muertes por desnutrición”, afirmó en el evento que se desarrolló en Bogotá.

De acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en América Latina y el Caribe se estiman niveles de pérdida y desperdicio cercanos al 34% de los alimentos producidos, lo que representa 127 millones de toneladas de desperdicios al año, equivalentes a un promedio de 223 kilogramos por persona.

Al mirar las cifras de desperdicios en Colombia, el panorama no es muy distinto. Según el DNP en el país se pierden y desperdician anualmente un total de 9.76 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale al 34% de la producción total.

Sobre esto, la Primera Dama precisó que cerca del 64% de las pérdidas y desperdicios de alimentos se producen en la fase inicial, es decir, en la parte agrícola, en la poscosecha y en la logística previa al traslado hacia su destino final.

“Es un tema que toca para mí dos áreas fundamentales: la nutrición y hace un llamado al trabajo multisectorial, al trabajo coordinado, colaborativo, propositivo y con un objetivo determinado. Y ese ha sido el punto de partida de las acciones que hemos decidido tomar desde el despacho”, señaló Ruiz.

Asimismo, la Primera Dama resaltó el aporte de la Ley 1990 de 2019, contra el desperdicio de alimentos, la cual tiene como fin dar las herramientas adecuadas a productores, procesadores, distribuidores y consumidores para que realicen un manejo adecuado de los alimentos.

Cabe recordar que María Juliana Ruiz es Embajadora de Buena Voluntad del Objetivo de Desarrollo Sostenible 17, el cual busca poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición para el 2030, “buscamos visibilizar el proceso que surge y que tiene un ser humano desde que nace hasta que se convierte en una persona independiente, capaz de aportar y poner al servicio de la sociedad sus habilidades, sus capacidades y sus talentos”.

Nutrición del alma

Por otra parte, Ruiz explicó que concibe la nutrición como un proceso no exclusivo de alimentación, sino de formación y de enriquecimiento del ser humano. Por eso la dividió en dos ejes: la nutrición del cuerpo y del alma.

“En la nutrición del cuerpo estamos enfocados en todo lo que tiene que ver con esa capacidad de fortalecer la oferta de micronutrientes en nuestro país, para hacer eficiente la apropiación de toda esa capacidad alimentaria que le permite a los seres humanos desarrollarse cognitivamente”, explicó.

Respecto a la nutrición del alma, indicó que se trabaja en el fortalecimiento del entorno socio afectivo de los niños y adolescentes, “estamos seguros de que no nos serviría de mucho imprimir todo nuestro esfuerzo exclusivamente en el desarrollo cognitivo del ser humano, si estamos dejando a un lado el fortalecimiento del entorno socio afectivo, el cual les permite desarrollarse y crecer con una conciencia social y comunitaria”.

Fuente e imagen: https://www.semana.com/educacion/articulo/mientras-mueren-ninos-por-desnutricion-al-ano-se-desperdician-976-millones-de-toneladas-de-alimentos-que-hacer/635682

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Venezuela: Saime va a la Escuela ha cedulado a más de 117 mil niños y niñas durante el 2019

América del Sur/Venezuela/vicepresidencia.gob.ve

El programa “El Saime va a la Escuela” ha cedulado a 117 mil 750 niños, niñas y adolescentes con edades comprendidas de 9 a 17 años, durante el primer semestre del 2019, destacó el vicepresidente Sectorial para el Desarrollo Social y Territorial, Aristóbulo Istúriz.

Es importante destacar que solo en la ciudad de Caracas, un total de 15 mil 188 pequeños han obtenido su documento de identidad por primera vez, en las diferentes escuelas que conforman las parroquias de la capital.

Asimismo, Istúriz indicó que el satisfactorio desarrollo de este programa ha reportado 10 mil 978 estudiantes cedulados en el estado Zulia; 9.746 en Miranda; Lara 9082; Carabobo 5.505; Barinas 5.487; Yaracuy 5.299; Monagas 4.971; Sucre 4.849; Nueva Esparta 4.599; Trujillo 3.418; Delta Amacuro 3.239; Falcón 3.167; Portuguesa 2.763; La Guaira 2.755; Guárico 1.991; Cojedes 1.760; Mérida; Bolívar 1.529; Táchira 881; Apure 836 y en el estado Amazonas 29 niñas y niños cedulados; reseñó el Ministerio del Poder popular para la Educación en nota de prensa.

Fuente: http://www.vicepresidencia.gob.ve/saime-va-a-la-escuela-ha-cedulado-a-mas-de-117-mil-ninos-y-ninas-durante-el-2019/

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La absurda razón por la que miles de niñas dejan la escuela en la India

Asia/India/28 Febrero 2019/Fuente: Semana

Poco se habla de las dificultades que viven cientos de mujeres en el mundo por la menstruación. En el país asiático millones de ellas ni siquiera pueden estudiar porque les llega el periodo. ¿Por qué es tan grave esta problemática?

En la edición 41 de los premios Oscar que se entregaron este domingo, el corto “Period. End the sentence.” ganó la estatuilla a mejor cortometraje documental. El filme relata la experiencia de diferentes mujeres indias que luchan contra el estigma de la menstruación.

“No puedo creer que un filme sobre el periodo gane un Oscar”, dijo Rayka Zehtabchi, directora del documental, cuando recibió el galardón.

Y es que este es un tema del que poco se habla en todo el mundo. Un director anónimo de la Academia incluso dijo al Hollywood Reporter, días antes de la ceremonia, que, “aunque el documental está bien hecho, no creo que los miembros voten por él, porque es un tema un poco asqueroso para los hombres”.

A pesar de eso, es un tema muy relevante en muchas partes del mundo. En India cerca de 23 millones de niñas se retiran del colegio anualmente cuando empiezan la pubertad porque les llega el periodo. Eso es el 17% de toda la población escolar en bachillerato, que deja de estudiar por la única razón de ser mujer.

¿Cómo es que un proceso natural aparta de la escuela a una considerable parte de la población femenina? ¿Por qué hace sentido que la Academia le haya entregado la estatuilla a un cortometraje que habla y pretende generar conciencia sobre este asunto?

Un tema tabú
Todo se origina en un tema cultural. Según un estudio de Dasra, una ONG que opera en la región, un sorprendente 70% de las mujeres indias con hijas adolescentes considera que la menstruación es “sucia”. Por eso, pocas hablan con sus hijas sobre el periodo. En 2012, solo el 38% de las niñas adolescentes había tenido esta conversación con sus familias, incluso después de que les llegara.

Esa falta de entendimiento se traduce en pobres prácticas de higiene menstrual. En las regiones apartadas de India, las mujeres no suelen usar toallas higiénicas, bien sea porque les da pena comprarlas o porque son muy caras para la población más pobre. 70% de las familias dice no poder comprarlas por falta de presupuesto.

Por otro lado, muchas mujeres del campo tienen una noción cultural que riñe con las buenas prácticas de higiene menstrual. “Se resisten a usar una toalla higiénica porque es difícil deshacerse de ella. Temen que caigan en las manos equivocadas y alguien pueda usar magia negra contra ellas”, señala Rani Bang en su libro “Poniendo a las mujeres primero: mujeres y salud en las comunidades rurales”.

En algunos Estados, como Tamil Nadu, hasta un 79% de las mujeres desconocen cualquier práctica de higiene menstrual. La cifra también es grave en Uttar Pradesh (66%), Rajasthan (56%) y Bengala Occidental (51%), señala una encuesta de Unicef.

La costumbre en buena parte de las mujeres es usar productos caseros, como trapos o trozos de camisas, para manejar el periodo.

Eso puede llevar a problemas de salud, desde infecciones en el tracto urinario hasta cáncer . De hecho, en India se reportan cerca de 60.000 muertes por cáncer cervical al año -la tercera parte de todos los casos a nivel mundial-, y dos tercios de ellos se atribuyen a malas prácticas de higiene menstrual.

A eso se le suma una precaria infraestructura en las instituciones educativas, donde 40% de todas las escuelas oficiales carecen de una batería sanitaria y otro 40% tiene solo una unisex.

Como consecuencia, muchas jóvenes, prefieren cambiarse las toallas higiénicas (o las telas que improvisan) en su casa, aunque tengan que caminar varios kilómetros. No una, sino varias veces al día. O, sencillamente, abandonar la escuela.

Eso ha llevado a una fuerte disparidad de género. Según estadísticas de Global Vision International, entre 2006 y 2010 solo 26% de las niñas de India culminaron el ciclo de educación escolar, comparado con el 50% de los niños. En los últimos años, esa tendencia ha dado un giro drástico, y las proporciones de cobertura está casi a la par.

Pero el alto número de niñas desertoras sigue siendo una preocupación mayor para el gobierno indio. En especial, si se suma a otros factores que todavía contribuyen a la deserción y al bajo rendimiento escolar de las mujeres, como el matrimonio temprano (una práctica cada vez más en desuso, pero todavía vigente en algunas familias) y una cultura machista en general.

Un problema mundial
Ahora, esta  problemática no se restringe a India. En Nepal y Afganistán el problema es similar, y 30% de las estudiantes prefieren ausentarse de clases durante su periodo.

Así mismo, es muy diciente que un programa consistente en llevar baterías sanitarias a las escuelas rurales de Bangladés aumentó la participación un 11%

En África también existe este problema, especialmente por las dificultades económicas de acceso a métodos de higiene menstrual. En KeniaGhana y Uganda, cerca del 50% de las niñas no tienen acceso a toallas higiénicas.

Un estudio en Etiopía encontró que la mitad de las estudiantes perdían entre uno y cuatro días de escuela al mes por la menstruación. De hecho, un reporte de la Unesco sugiere que una de cada 10 jóvenes en África Subsahariana pierde clases cuando les llega el periodo.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/las-ninas-en-india-no-pueden-ir-al-colegio-por-la-menstruacion/602981

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África: La violencia sexual en las escuelas amenaza a casi 250 millones de niñas y adolescentes cada año

Redacción: Europa Press/12-12-2018

ONU Mujeres llama a aprovechar el ámbito educativo para «formar actitudes, creencias y prácticas» en favor de la igualdad

La violencia machista tiene múltiples rostros y escenarios y, entre los más preocupantes, está la que tiene por cara a un profesor y por contexto una escuela. Naciones Unidas estima que 246 millones de niñas y adolescentes sufren algún tipo de violencia por razones de género dentro o en las inmediaciones de un centro educativo cada año.

La igualdad entre hombres y mujeres y el desarrollo de una educación de calidad figuran entre los Objetivos de Desarollo Sostenible (ODS) establecidos para 2030 y, con intención de aunar ambas metas, ONU Mujeres y el Fondo de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) cuentan con una guía dedicada expresamente a la violencia en las aulas, los patios o el camino a clase.

Los expertos estiman que una de cada tres mujeres sufrirá violencia en algún momento de su vida, pero cuando se trata de la escuela, los abusos no solo amenazan la salud física y emocional de las víctimas, sino que también lastran su desarrollo cognitivo y educativo a medio y largo plazo, perjudicando por tanto la capacidad de las niñas de romper el «círculo».

Dina Deligiorgis, experta de ONU Mujeres para la erradicación de la violencia, advierte en declaraciones a Europa Press de que las estadísticas demuestran que la violencia contra niños y mujeres no reflejan solo «actos aleatorios» cometidos por unas pocas personas, sino que evidencian un patrón que se cuela en familias, lugares de trabajo o centros educativos.

Se trata de un fenómeno global especialmente preocupante en contextos de vulnerabilidad, donde las víctimas no solo sufren los abusos sino el estigma que conlleva, como le ocurrió a Angela, una joven keniana que a sus 20 años cuenta su caso a Human Rights Watch (HRW), dentro de una investigación sobre la discriminación que sufren las adolescentes embarazadas en África.

Para ella, todo empezó cuando estaba en octavo curso y necesitaba dinero para presentarse al examen final. Su padre había abandonado a la familia para casarse con otra mujer y su madre no tenía dinero. «Conocí a un hombre que trabajaba como profesor a tiempo parcial y le conté mis problemas. Me dijo que me daría el dinero. Comencé a tener relaciones sexuales con él y así es como me quedé embarazada», explica.

Por aquel entonces tenía 16 años y, tras su embarazo, se convirtió en la «burla» de su entorno y sufrió el rechazo de sus compañeros. Reconoce que «casi» tiene que dejar las clases, pero el director del centro la alentó a seguir y su madre luchó para que pudiese completar una formación que la ha llevado incluso a cursar estudios superiores.

En su informe, HRW insta a todos los gobiernos de África a garantizar la investigación y procesamiento de los casos de acoso y abuso que cometen profesores, conductores de autobús o trabajadores de centros y que amenazan la educación de la mitad de la población.

Un informe similar del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre la violencia sexual en Tanzania advertía en 2011 de que uno de cada cuatro incidentes ocurren en el camino de ida o vuelta a la escuela, mientras que al menos el 15 por ciento de las chicas encuestadas reconocía que había sufrido algún acto de violencia dentro del complejo del centro educativo.

DEBATE GLOBAL

El debate está abierto también en Malasia, donde un reciente informe de la Comisión Anticorrupción (MACC) evidenció la existencia de casos de abusos sexuales en la escuela, en concreto de profesores a alumnas a cambio de promesas sobre subidas de notas. El Gobierno ha prometido tomar medidas al respecto.

La representante de UNICEF en Malasia, Marianne Clark-Hattingh, ha advertido en un comunicado de que «los profesores deben ser modelos de conducta y fomentar el aprendizaje y el desarrollo de los niños, no el abuso». «Ningún niño debería tener miedo de ir a clase», ha remachado.

Clark-Hattingh ha emplazado a Naciones Unidas, las ONG y las empresas a trabajar con el Gobierno malasio para que las menores comprendan los desafíos y se protejan ante posibles amenazas, si bien los defensores de los Derechos Humanos admiten que la solución pasa por un enfoque transversal que implique a todo tipo de actores.

«La violencia es una expresión de poder y control. Es una expresión del poder y el control de los hombres sobre las mujeres y las niñas», lamenta Deligiorgis, que denuncia «desequilibrios sociales y estructurales» que aún mantienen «privilegios» para una cierta parte de la población. «Si entendemos la violencia de esta forma, podemos comprender lo que es necesario para prevenirla», ha añadido.

GARANTIZAR LAS MISMAS CONDICIONES PARA LAS NIÑAS

En el ámbito educativo, la experta de ONU Mujeres considera necesario romper con las estructuras tradicionales para garantizar que las niñas puedan llegar en las mismas condiciones que sus compañeros varones al menos hasta el final de la educación secundaria.

«Esto también pasa por aprovechar los marcos educativos para formar actitudes, creencias y prácticas de los jóvenes», de tal forma que los profesores y otros miembros del personal sean los primeros en potenciar «nociones de igualdad, el respeto por la diversidad, la masculinidad positiva y la no violencia», remacha Deligiorgis.

Existen ejemplos de que la situación se puede al menos contener, sino erradicar. La agencia de cooperación estadounidense (USAID) lanzó entre 2003 y 2008 un proyecto pionero en Malaui y Ghana para mejorar la sensibilización del personal docente y de los estudiantes en relación a la violencia sexual, en un intento por potenciar la prevención.

En el caso de Ghana, por ejemplo, la proporción de profesores que aceptaban que las niñas podían ser víctimas de acoso en la escuela pasó del 30 al 80 por ciento. Ellos al menos ya saben lo que Deligiorgis quiere ahora dejar claro: «Las niñas están más expuestas y sufren mayores niveles de violencia sexual en el entorno educativo y todo simplemente porque son niñas».

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-violencia-sexual-escuelas-amenaza-casi-250-millones-ninas-adolescentes-cada-ano-20181208082234.html

 

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En Venezuela: TSJ inició foros para fortalecer el Sistema de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes

América del Sur/Venezuela/minci

El presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno, instaló este jueves, el XV Foro Derechos de la Infancia y Adolescencia.

La información la dio a conocer Moreno a través de su cuenta oficial en Twitter.

“Hoy instalé el XV Foro Derechos de la Infancia y Adolescencia para continuar fortaleciendo la formación académica de los jueces y juezas, personal judicial y administrativo del Sistema de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes” publicó en su perfil @MaikelMorenoTSJ.

“Los procesos de formación continua hacen que los funcionarios tengan las herramientas necesarias para defender los derechos de nuestros hijos, hijas, de nuestros jóvenes, quienes son y serán el baluarte del futuro de la Patria” continúa en otro tuit.

Aseguró además que “los derechos de los niños, niñas y adolescentes fueron conquistados con la entrada en vigor de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, derechos que se siguen consagrando con el desarrollo sostenido y actualizado de la legislación venezolana”.

Durante el evento “insté a los funcionarios a estar a la altura de la responsabilidad que se les ha encomendado y tengan en cuenta que al frente de esta Institución se encuentra un hombre que mantiene una alta sensibilidad en el tema de la infancia y de la adolescencia”.

En otro mensaje reconocio y agradeció el apoyo que brinda el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) por acompañar a la justicia venezolana en la dedicada labor de desarrollar el ejercicio equilibrado de la jurisdicción especial de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes.

El Presidente del TSJ, agregó que “en los últimos 20 años el Estado venezolano ha cambiado el paradigma de atención y defensa de la infancia y la adolescencia en Venezuela”.

La máxima autoridad judicial del país también bautizó el libro El derecho de la niñez y la adolescencia en la doctrina de la Sala Constitucional 2012-2016, de la magistrada Carmen Zuleta de Merchán, integrante de la Sala Constitucional del TSJ.

Fuente: http://www.vicepresidencia.gob.ve/index.php/2018/11/22/tsj-instala-xv-foro-derechos-de-la-infancia-y-adolescencia/

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Informe Anual de la CIDH llama la atención sobre los alarmante niveles de violencia contra la niñez

Por Adelaida Entenza, de CLADE

Al abordar la situación de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes (NNA) en nuestra región la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomienda una mayor atención al fortalecimiento de las políticas nacionales para la niñez de forma a asegurar un mayor nivel de disfrute de sus derechos, identificando además que uno de los mayores obstáculos para los derechos de niños, niñas y adolescentes es la falta de una inversión suficiente y priorización presupuestaria que permita su plena realización.

En el informe, presentado en el día de ayer, la CIDH llama la atención sobre los alarmantes niveles de violencia de la que son víctimas las niñas y las adolescentes, especialmente la violencia sexual. Destaca que algunos de los países de la región tienen de las más altas tasas de violencia sexual a nivel mundial; en Bolivia, 1 de cada 3 niñas sufre alguna forma de violencia sexual antes de cumplir 18 años; en Argentina, en los ocho primeros meses del 2017, se registró un promedio de cuatro denuncias diarias por violencia sexual en todo el país; en Perú, 2 de cada 5 víctimas de violencia sexual son niñas menores de 14 años; en Paraguay, los niños y niñas son los/as que más sufren violencia sexual dentro del ámbito familiar en tanto el 89,8% de las víctimas son NNA, y de éstos el 69,5% no supera los 13 años de edad.

Por otro lado, señala que el embarazo infantil y adolescente “es un serio problema siendo ésta la única región en el mundo donde los partos en niñas menores de 15 años va en aumento, con cerca de 10 millones de embarazos al año, y la segunda región con mayor número de embarazos en adolescentes entre 15 y 19 años, siendo una parte considerable de estos embarazos producto de violación sexual”. En Perú, cada día 4 niñas menores de 15 años se convierten en madres; en Paraguay, cada día nacen dos bebés de niñas de entre 10 y 14 años de edad; en Guatemala, el 26% de los partos atendidos es de niñas y adolescentes de 10 a 19 años.

Ello afecta derechos humanos fundamentales y pone en riesgo la vida, la salud, la integridad y el desarrollo personal, entre otros derechos de las niñas y adolescentes, disminuyendo además sus oportunidades de ocio, recreación, deporte y participación. Resalta, en lo que hace al derecho a la educación, que las niñas y adolescentes embarazadas “son todavía discriminadas en centros educativos y no se les permite asistir a clases durante su embarazo, o bien no se les facilitan las posibilidades para poder hacerlo, privándolas de su derecho a la educación”.

Llama la atención también sobre “tendencias preocupantes respecto a la negación de los derechos sexuales y reproductivos a las niñas y a las adolescentes” destacando que “una de las circunstancias que contribuyen a la vulnerabilidad de las niñas y las adolescentes es precisamente la falta de acceso a información y a una educación sexual de calidad adaptada a la edad, así como a servicios de salud sexual y reproductiva accesibles para las adolescentes, de manera oportuna, adecuada, accesible y sostenible”.

Se señala, además, que “la ausencia de una educación sexual y reproductiva, desde edades tempranas y que se encuentre adaptada a las diversas fases de desarrollo de los niños, niñas y adolescentes, los expone a ser víctimas de actos de violencia sexual y a embarazos no deseados. Considerando los alarmantes niveles de violencia sexual y de embarazo infantil en la región, es imperativo para la protección de los niños, niñas y adolescentes garantizar el acceso y la calidad de la educación sexual y reproductiva en los currículos educativos en las escuelas”.

Agrega que, a pesar de ello, se observa una tendencia “en sentido contrario, con amenazas de retrocesos como la eliminación de la materia en los currículos, la negativa a introducirla en aquellos que todavía no cuentan con esta materia, o bien no proporcionan suficiente información o están sesgados por estereotipos”.

Acceda aquí a la versión completa del Informe Anual 2017 de la CIDH.

Fuente del informe: http://v2.campanaderechoeducacion.org/es/noticias/830-2018-04-10-18-48-07.htm.

Foto: Alamy

 

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