Argentina: En escuela la música popular cambió la mirada de la enseñanza artística

América del Sur/Argentina/11 Septiembre 2016/Fuente: MBA/Autor: Telam.com

Profesores y estudiantes de la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA) contaron que en todos esos años la iniciativa fue replicándose en otras instituciones.

El amplio y luminoso edificio de la calle Vélez Sarfield al 600, en la populosa ciudad de Avellaneda, forma unos 2500 músicos que desde distintos puntos del país y de la región llegan a la EMPA para cursar la formación básica de tres años y otros cuatro de especialización, sin olvidar el primer año de nivelación.

Algunos de ellos buscarán especializarse como instrumentistas, otros se volcarán al profesorado y otros a la educación inicial, para dar clases en jardines de infantes; las dos primeras deberán optar una vez finalizada la formación básica entre Folclore, Jazz o Tango.

Para Hernán Possetti, profesor de Piano Tango en la EMPA, «no es lo mismo enseñar música a los chicos de Jardín de Infantes con una chacarera que con una obra clásica».

«La chacarera es nuestra y está viva, fue compuesta acá, no hace 500 años y en otro continente», señaló el músico, al explicar lo que se logra hacer, por ejemplo, con obras de (Horacio) Salgán, Peteco Carabajal o (Miles) Davis.

Profesores y estudiantes de la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA) contaron que en todos esos años la iniciativa fue replicándose en otras instituciones y que hoy por hoy -en algunos conservatorios tradicionales- «aprender a partir de nuestras raíces» también forma parte del «corpus» teórico de la enseñanza.

«Al estar viva, la música popular te invita a aprender desde la creatividad, a relacionarte activamente con el oficio, tanto desde lo musical como de lo pedagógico. Ya arrancás rebatiendo el objetivo ideal», destacó Julián Peralta, profesor de Elementos Técnicos del Tango en la EMPA.

«No hay tal ideal, sino una construcción cotidiana del saber», definió el profesor. Aseguró que no obstante lo placentero de aprender de esta forma «la carrera del músico no deja de ser larga, y sacrificada, y si no hay muchas ganas, es probable que se ponga difícil hacer los ocho años que lleva terminarla».

La definición de que lo popular está vivo «no es una exageración», indicó el profesor y añadió «Todos hemos gozado de la música clásica pero hay una gran diferencia con lo popular, coincidieron alumnos y docentes al comenzar la charla en medio de la cursada». Lo que logré en una salita de cuatro con «Tutu», de Miles Davis, por ejemplo, no hubiera sido posible con un rondó, remarcó.

Para la cantante de Tango Natalia Bril, que estudia esa especialización en la EMPA, «la música popular se reinvendica a si misma constantemente a través de los compositores, lo cual involucra la expresión propia -individual y colectiva-«.

«Si esa expresión y creatividad se pone al servicio de los chicos en las escuelas el aprendizaje musical es exponencial», estimó.

Docentes y estudiantes coincidieron en que ya todo está escrito en la música clásica. No sólo las notas, también la interpretación lo que hace de la relación con ese saber «un vínculo más rígido».

Kalem Ortiz, un estudiante de la EMPA que está a punto de comenzar su especialización después de haber hecho la formación básica sostuvo que su generación «está dando una batalla cultural» y reivindicó el tango y el folclore como parte de «nuestra historia».

La relación con la música hace de estos estudiantes portadores de un conocimiento que busca reparar las rupturas de la historia, las brechas generacionales y también los mitos cuyos ecos resuenan todavía en algunas aulas.

«Intentamos desde aquí desmitificar esa idea del don, de que si no estás tocado por la vara no podés ser músico», señaló Delfina Daverio, estudiante del profesorado de la EMPA, quien describió la mirada del profesor que te dice que ‘vas a poder’.

«Esa mirada que abandona el «servís o no servís», también es un aporte de la música popular a la formación de músicos», completó Daverio.

Fuente de la noticia: http://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/en-escuela-argentina-la-musica-popular-cambio-la-mirada-de-la-ensenanza-artistica

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Dos maestras de Costa Rica ganan concurso latinoamericano de Lego Education

Grettel Prendas, /Sábado 7 Mayo, 2016/ La Republica.net

Dos maestras costarricenses fueron las ganadoras del primer y segundo lugar del concurso latinoamericano Lego Education Teachers Award, organizado por la firma Lego y que reconoce a los docentes más innovadores y con mayor impacto en estudiantes y comunidad en el uso de los set Lego Education para primaria y secundaria.
Se trata de Andrea Marcela Fonseca, con el proyecto «Implementación del set StoryStarter para el fortalecimiento de la expresión escrita».
El segundo lugar le correspondió a Eugenia Maritza Brenes con su proyecto «Una mirada retrospectiva en el aula de Robótica Educativa desde el año 2000, en la Escuela Ricardo Jiménez en Cartago, Costa Rica».
Como primer lugar, Fonseca tendrá la oportunidad de viajar al LEGO Learning Symposium y al STEM Education Conference que se llevarán a cabo del 6 al 8 de junio en la Universidad de Tufts, Boston, Estados Unidos.
Brenes por su parte, recibirá un reconocimiento especial por parte de LEGO Education Teachers Award.

Fuente: https://www.larepublica.net/noticia/dos_maestras_ticas_ganan_concurso_latinoamericano_de_lego_education/
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El modelo educativo vigente ¿se ha agotado?

Por: Rubén Eduardo Mendoza García

El modelo educativo actual que se desarrolla en nuestra Latinoamérica y el mundo, responde al modelo económico y político de acumulación que en los últimos 25 años ha aumentado la riqueza en manos de un menor número de personas, donde el 1% de las familias del mundo posee el 46% de la riqueza mundial.[1] Con sus claras excepciones en Latinoamérica, especialmente en el Sur donde hay esfuerzos importantes para cambiar las grandes desigualdades sociales que imperan en el mundo.

Lo anterior nos puede ir ubicando en que el modelo educativo vigente en nuestros países, realmente no está agotado, al contrario, cada vez que se reforma o reformulan las políticas dentro de nuestros países para “fortalecer el sistema educativo”, éste se regenera y se hace mucho más funcional para sostener el modelo de acumulación de riqueza; es decir, para la óptica de las elites económicas en nuestra región, el modelo les sirve, además les permite mantener su dominio ideológico en la mente de la gran mayoría de la población, que, aunque sabe que tiene derechos inalienables y lucha por ellos, no cambia el modelo económico por lo que no cambiarán radicalmente las condiciones de exclusión, pobreza y marginación que son el alimento que da sustento al modelo económico dominante. Pero veamos algunas cifras que nos van dando la idea del porqué afirmo que el sistema es funcional a las elites económicas.  Los datos en Latinoamérica nos dicen que la tasa de matriculación para la niñez en edad de la primaria anda por el 95%, mientras que para la secundaria, el resultado es de un 73%.  Si vemos los años de escolaridad alcanzados, vemos que para Argentina están en 10.5, y Panamá el referente centroamericano 9.2.  Al cruzar estos datos con los relacionados al empleo –según el sociómetro del BID, actualmente un 54% de la población tiene empleos informales, en relación al 30% de inicios de los años ’80–, podemos confirmar que hay cambios en el mundo laboral que es el que le produce riquezas a las elites económicas y también se puede decir que el sistema educativo sólo prepara a las mayorías para tener algún grado de información y formación que le permita ser parte de ese ejército de reserva que se mantiene en la informalidad, a la espera de una “oportunidad” para subir a la formalidad, que solo se da cuando las familias de las “elites”, dueñas de las grandes empresas y medios de producción, retiren o despidan a los contratados para no pagar prestaciones y busquen renovar las plazas de trabajo formal.  Este es un ciclo funcional y perverso que les permite a los dueños de las empresas mantener los salarios al mínimo. Veamos el caso de Guatemala: un estudio de la Unión Europea y el Ministerio de Educaciónseñala: “Que el 73% de jóvenes trabajan sin contrato, labora más de 48 horas semanales y el 40% gana menos de un dólar diario, en tanto que el 62% gana menos que el salario mínimo”. Pero ¿cómo lo permitimos? O ¿cómo se mantiene este sistema excluyente y desigual?  Según uno de los resultados obtenidos en 2011 en localidades rurales de Guatemala, por el IEH [2], “el tipo de educación y las formas en que se está implementando en las instituciones del diversificado, está produciendo un sujeto estudiantil que se transformará en fuerza laboral útil dentro del esquema económico vigente en el país…”. Es decir que, aunque los bajos niveles de educación están vinculados directamente con la falta de acceso al empleo formal, a la pobreza y a los problemas sociales, también podemos observar que las élites económicas aplauden y respaldan esta situación, pues a ellos (las élites) les va muy bien en su óptica de acumulación de riqueza y de dominación de la mayoría de la población que está bastante convencida de que este es el único modo de vivir y producir o tiene miedo a sublevarse al sistema, pues también el dominio de las elites no sólo es ideológico sino también represivo.

Esta forma de ver y vivir en el mundo que promueven las elites en los Estados y Naciones, y que es aceptada por los pueblos, nos lleva a otras grandes problemáticas por la irracional depredación y destrucción del ambiente natural, que pone en riesgo incluso la propia sobrevivencia de la especie humana por lo que es necesario buscar soluciones a las problemáticas globales que son también locales, a través de una educación que desinstale en la mente de los pueblos este modelo de vida, y permita crear nuevas relaciones económicas, sociales, culturales y ambientales. ¿La educación popular es una alternativa? La educación popular (EP) sí puede llegar a ser una alternativa; para ello es necesario que los educadores y educadoras populares podamos comprometernos a fondo con generar una apuesta pedagógica y política en diálogo con los pueblos que permita desestructurar el modelo educativo actual y que posibilite a las y los educandos generar pensamiento crítico, de leer y reinventar el mundo, como dice Paulo Freire. Esta tarea no solo puede ser vista como una acción en las periferias de los procesos de aprendizaje, es decir, no sólo se pueden generar procesos educativos desde la EP, fuera del sistema “formal”; se hace necesario y urgente también comenzar a fisurar el modelo de aprendizaje actual y sustituirlo por otro que permita generar conocimientos, aprendizajes, formas de ver el mundo diferentes a las actuales y sobre todo que dé mayores elementos de análisis, movilización, organización y acción a los pueblos para que esta pueda ser la fuerza detonante que dé el golpe definitivo al modelo vigente y construya colectivamente otro. Entonces, es necesario fortalecer dos grandes tareas: la primera es continuar tejiendo mucho más las redes y alianzas entre distintos y diversos movimientos sociales y que éstos, a su vez, puedan profundizar en sus conocimientos y aprendizajes sobre el mundo actual pero sobre todo en la creación teórica, científica, viable de ese otro mundo posible.  Es decir, no basta con decirlo y soñarlo en términos generales, es necesario identificarlo, hacerle sus trazos, descubrirlo e irlo concretando en la práctica.  A ello está llamada la Educación Popular con sus distintas experiencias a fin de ponerlas al servicio de la construcción y consolidación de otro mundo posible. La segunda tarea es la necesaria incursión en los sistemas educativos actuales, que, como ya se dijo, configuran un aprendizaje funcional a las elites económicas y al pensamiento dominante, por lo que es necesario comenzar a fisurar el sistema también desde dentro, pues es allí donde a las nuevas generaciones se les condiciona a pensar, sentir y actuar de la manera en que a las elites les conviene.  Acá es necesaria una aclaración importante: el hacer trabajo de fisura en el sistema educativo actual, no es un llamado estricto a convertirnos en funcionarios públicos de los ministerios de educación, sino a generar propuestas alterativas, acompañamiento pedagógico a maestros para dotarles de otras herramientas que permitan construir pensamiento crítico, a pensar desde el propio Ser, para que, desde cada espacio, los educadores y educadoras populares puedan ir diseñando su estrategia de fisura, según sus propios contextos y lecturas de la realidad y la posibilidad de hacer efectivo este reto. Para finalizar, estas dos últimas apuestas, desde mi perspectiva, conllevan a otros dos elementos importantes: el de tener la claridad de que se hace necesario este trabajo en ambas direcciones para desmantelar el sistema educativo y aportar a la construcción de otro mundo posible y que debe hacerse en un proceso organizado, pensado y creado en un diálogo permanente con los movimientos sociales diversos que hacen la lucha por los derechos humanos, la defensa del territorio y la vida en nuestra actual Latinoamérica.

[1] Informe de OXFAM, Gobernar para las Elites, enero 2014.

[2] IEH: Instituto de Estudios Humanísticos de la Universidad Rafael Landivar de Guatemala.

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