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¿El ciclo escolar más difícil?

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz*

Educar siempre ha sido una tarea compleja, pero quizá para muchos docentes colimenses el ciclo escolar 2021-2022 pueda ser recordado como uno de los más difíciles, si no el que más. Condiciones económicas, laborales, sociales, sanitarias, organizativas y políticas formaron un coctel que ha indigestado a las escuelas.    

Una primera dificultad tuvo que ver con lo sanitario. Las medidas implementadas en las escuelas trajeron consigo que la asistencia del alumnado se limitara. Los aislamientos de casos sospechosos y confirmados y el temor a la infección se reflejaron en las listas de asistencia de los grupos. La ola de contagios trajo consigo, sobre todo en las fases más agudas de la pandemia, ausencia de personal escolar.

Otra ola, pero de violencia y tragedias, ha tenido efectos negativos en la actividad educativa colimense. El miedo y las amenazas han mermado la asistencia y la matrícula escolar en las zonas de mayor inseguridad. Se han tenido que implementar no sólo simulacros ante balaceras sino protocolos de cierre forzoso. Por si fuera poco, ante la crisis referida, el apoyo que esperarían las escuelas ha sido insuficiente: “que cada director decida”, fue la respuesta de la máxima autoridad educativa. No es un secreto que el miedo es un adversario del aprendizaje.

La situación económica de los planteles también fue desfavorable.  Las arcas escolares se encontraban, en muchos casos, vacías cuando se tuvieron que absorber los gastos que implicaba la preparación del protocolo sanitario y el acondicionamiento de un edificio abandonado por casi dos años.  La asistencia por subgrupos durante buena parte del ciclo escolar implicó que los ingresos se redujeran. El sostenimiento dependió en una amplia proporción de las aportaciones voluntarias de los padres de familia. Aunque no les espanta la austeridad, las escuelas tuvieron que apretarse aún más el cinturón.

Pocas veces la infraestructura educativa colimense había sido víctima de tantos robos y destrozos. La reanudación de la actividad presencial se retardó debido a las malas condiciones físicas de las escuelas. Muchas quedaron sin agua o electricidad. La atención de las autoridades se fue dando a un ritmo incomprensiblemente lento y, en muchos casos, nuevamente fueron los padres de familia y hasta los maestros los que terminaron costeando las reparaciones. Existen centros escolares que siguen reclamando la intervención de las autoridades.

En el aspecto organizativo, el apetito de las autoridades por solicitar a las escuelas datos y documentos parece que se recargó. Se duplican solicitudes de información: registrar la asistencia diaria del alumnado a la autoridad local, pero también a la federal; de igual manera, a las supervisiones escolares los casos de COVID-19, aunque éstos hayan reportados a la plataforma de control escolar. Informes de evaluaciones de aprendizajes, que seguramente están arrumbados en alguna oficina, también han sido requeridos quién sabe para qué, sin generar algún tipo de retroalimentación o seguimiento. Es un enigma, en muchos trámites y solicitudes de información, su justificación: pareciera que se pide por pedir.

En lo pedagógico, la vuelta presencial a las escuelas ha significado el momento de constatar el impacto de la pandemia en los aprendizajes. En muchos casos la pantalla engañó, ofreció una ilusión de éxito que se derrumbó al primer soplido en las aulas. El desfase entre el grado escolar y el logro de aprendizaje se incrementó. Hoy no es raro encontrar a docentes de primaria alta enfocados en la alfabetización inicial. La heterogeneidad de los niveles de aprendizaje de los alumnos de un mismo grupo propició que el reto pedagógico creciera sustancialmente.

Desde el punto de vista de las políticas educativas, las medidas de asistencia voluntaria y no reprobación, aunque en su momento tuvieron justificación, han traído efectos adversos para la escuela. Para algunos padres de familia tales disposiciones han representado la posibilidad de desentenderse de obligaciones elementales. Pareciera, ya con el paso del tiempo, que las medidas referidas debieron contar con una advertencia elemental: nada con exceso, todo con medida.

Por si fuera poco, ante este rosario de adversidades, debe citarse a una mayor: los problemas de pago al magisterio. Aunque ya es una desafortunada y dolorosa tradición que docentes de Inglés o de Telebachilleratos sufran, año con año, intermitencias salariales, en este ciclo escolar se sumaron los profesores del sistema de sostenimiento estatal. Además de malestar, el impago de las quincenas provocó en los docentes distracción sobre su labor pedagógica, así como, en algunos casos, paros aislados en los centros escolares.

Se remó a contracorriente durante el ciclo escolar 2021-2022. El desgaste del magisterio empieza a ser evidente cuando se acercan las últimas semanas de un calendario escolar cuya extensión ha sido ampliamente cuestionada. No obstante la alegría que representó el reencuentro entre la comunidad educativa durante el presente ciclo escolar, quizá la razón del descontento sobre su prolongación sea el desgaste provocado por un viaje tan accidentado como el descrito aquí.  Cada docente, en su estuche de experiencias personales, podrá guardar algún periodo especialmente difícil para él, por condiciones específicas, ¿cuántos seleccionarán el presente ciclo escolar?

 

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Fuente de la información e imagen: http://proferogelio.blogspot.com

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El anacronismo de la SEP en la 4T: simular para… ¿avanzar?

Por: Abelardo Carro Nava

«¿Si tanto recurso económico se ha destinado al sector educativo a través de los años para el mejoramiento de su infraestructura y con la intención de contar con escuelas “dignas”, por qué miles de escuelas no se encuentran en óptimas condiciones…?»

Se ha vuelto una costumbre en nuestro país que, distintos funcionarios de gobierno, específicamente aquellos que llegan a estar al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), festejen con bombo y platillo una gran cantidad de “éxitos” en sus gestiones que, pareciera ser que el pasado hubiese quedado rebasado, pero, desafortunadamente, los millones de trabajadores de la educación que laboran en el intricado Sistema Educativo Nacional (SEN) saben, porque les consta, que no es cierto.

Por ejemplo, hace unos cuantos años, Aurelio Nuño, ex Secretario de Educación, anunciaba pomposamente que se invertirían 80 mil millones de pesos para mejorar la infraestructura de las escuelas públicas del país, de los cuales, 50 millones se destinarían a dejar en condiciones dignas a 33 mil planteles de educación básica logrando con ello, superar las inversiones de los dos sexenios anteriores cuyo monto fue superior a los 16 millones (SEP, 2017).

Por su parte, Josefina Vázquez Mota, también ex Secretaria de Educación, allá por el 2009, en este mismo rubro, festejaba la puesta en marcha del programa “Infraestructura Educativa, Inversión de Futuro 2009”, el cual contemplaba recursos federales por más de 8 mil millones de pesos, lo que representaba una aportación sin precedente en el sector (SEP, 2009).

En este mismo orden de ideas, en su momento, el ex Secretario de Educación Reyes Tamez Guerra, resaltaba con gran optimismo, la inversión para el año 2002 de más de 270 millones de pesos para la educación que, sumada a la inversión privada, alcanzaba el 6.8% del producto interno bruto; inversión que nunca había ocurrido antes (Cimacnoticias, 2002).

Entonces, ¿si tanto recurso económico se ha destinado al sector educativo a través de los años para el mejoramiento de su infraestructura y con la intención de contar con escuelas “dignas”, por qué miles de escuelas no se encuentran en óptimas condiciones para recibir a cientos de niños, niñas y adolescentes (NNA) en sus respectivas aulas escolares?, ¿por qué, hasta nuestros días, más de 41 mil escuelas primarias, secundarias y de bachillerato de nuestro país no tienen acceso a agua potable y más de 47 mil no cuentan con infraestructura para el lavado de manos (Poy, 2021)?, ¿por qué, de acuerdo al estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el 81% de los inmuebles escolares se ubicaban en condiciones mínimas de sanidad y de matrícula de 25 estudiantes por docente, cifra que rebasa la cantidad de alumnos recomendada por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (Salinas, 2021)?

Cifras y datos expuestos, de una y otra parte que, si usted quiere están ahí, y que pueden ser consultados en el momento en que así se considere pertinente. De hecho, existen diversos reportes de la Auditoría Superior de la Federación (y que han hecho públicos diversos medios de comunicación digitales), mediante los cuales, se han hecho evidentes, las grandes contrariedades que párrafos atrás he señalado pues, en diversos asuntos, se han encontrado retrasos, irregularidades y falta de apoyo para, por ejemplo, la reconstrucción de escuelas que no fueron dañadas por los sismos de 2017: “la evolución del Programa Escuelas al Cien no ha cubierto las expectativas planeadas por lo que la ASF advirtió, que parece complicado que el Instituto Nacional de la Infraestructura Educativa cumpla con la meta de 33, 852 centros de trabajo beneficiados con más de 50 millones de pesos en tres años. Hasta diciembre de 2017, el programa había ejercido apenas 26% del presupuesto y atendido el 40% de los centros de trabajo proyectados… además, la ASF, resaltó que los centros de trabajo ubicados en zonas menos rezagadas fueron favorecidos por encima de localidades con rezago alto y medio” (Expansión Política, 2018).

Tenemos entonces, por un lado, los discursos pomposos llenos de datos y cifras alegres que cotidianamente nos regalan los funcionarios públicos; por el otro, una realidad lacerante que los trabajadores de la educación, padres de familia y, principalmente, NNA, viven a diario; y, por otro lado más, una ley que nada más no acaba de dejar de ser letra muerta porque, en los hechos, hasta donde mi conocimiento me lo permite, sé de pocos, pero poquísimos funcionarios públicos que han sido sancionados por las irregularidades y falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos destinados al sector educativo. Tres realidades, un solo hecho: simular para avanzar.

Muchas veces me han preguntado y, con seguridad, usted que está leyendo esto se habrá preguntado: por qué no denuncian estas irregularidades los trabajadores de la educación si, como he venido comentando reiteradamente, son los que viven y padecen los estragos de programas y políticas mal implementadas en el sector. La respuesta es simple: desafortunadamente, la denuncia, viene cargada de una serie de amedrentaciones, amenazas o atropellos de sus propias autoridades educativas o de algunos de sus compañeros de trabajo, aunado a que tal trabajador de la educación forma parte de un Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que se ha vendido y se vende al mejor postor; consecuentemente, guardar silencio parece ser la mejor opción.

No obstante, lo anterior, debo señalar que el magisterio, como parece obvio, ya no es el mismo de antes. Sí, con todas sus complejidades, pero ha cambiado; ya no se deja engañar como en antaño. Muestra de ello es lo que en el pasado inmediato se observó en cada uno de los planteles escolares para el regreso a clases presenciales, o bien, en la implementación del programa más neoliberal de este gobierno para la admisión y promoción del personal docente del SEN. Vaya, en el primer caso, fue irrisorio la paupérrima cantidad de “insumos” que se enviaron a las escuelas para que éstas se convirtieran en espacios seguros y se pudieran evitar contagios: un par de litros de gel, dos escobas, dos trapeadores, un litro de cloro y algunas jergas fue parte de ese kit sanitizante. En el segundo caso, para pocos es desconocido el desastre que es la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM); el sello de esta Unidad ha sido la inoperancia, ineficacia e ineficiencia, aunado al raquítico presupuesto asignado para, por ejemplo, la promoción horizontal.

Y bueno, ya mejor ni hablamos de la puesta en marcha del Plan de Estudios de esa cosa extraña que se ha denominado Nueva Escuela Mexicana o de los libros de texto gratuitos que, por donde se vea, no avanzó como debiera.

Sí, con seguridad alguien podría decir que hace unos años se implementaron unos foros de consulta para concretar lo que se conoció como gran Acuerdo Educativo Nacional mediante los cuales ¿se les dio voz a los trabajadores de la educación? Al respecto bien valdría preguntarse: ¿qué pasó con todas las propuestas que el magisterio depositó para que fueran tomadas en cuenta en dicho Acuerdo?

Sí, con seguridad alguien me podría decir que se encuentra operando el Programa la Escuela es Nuestra, solo que, como bien sabemos, dicho programa no beneficia a todas las escuelas públicas del país y, sus reglas de operación, son otro de los tantos misterios que no han logrado resolverse porque, mientras en el papel se establece una cosa, la realidad dista de lo que en éste puede leerse. Miles de escuelas siguen teniendo dificultades para brindar un servicio educativo de “calidad”.

Sí, con seguridad alguien podría decir que la estrategia Aprende en Casa fue todo un éxito y que, por tal razón, tal y como lo ha asegurado la profesora Delfina, “llegó para quedarse”; al respecto, sugiero que se lean los resultados de la Comisión Nacional de la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) que fueron publicados hace unos meses y, en los que se señala, que menos de la mitad de estudiantes y padres de familia, recurrieron a los programas televisivos para darle continuidad a su proceso formativo.

Ahora bien, si por anacronismo entendemos que éste es un hecho o circunstancia actual que no es actual sino propia o característica de las costumbres del pasado, podríamos comprender el escenario actual que estamos viviendo en materia educativa en estos momentos.

Los datos ahí están, para ser investigados, analizados, comprendidos y valorados.

Referencias:

SEP. (2017). Anuncia Nuño Mayer inversión de 80 mil millones de pesos para mejorar infraestructura escolar. Boletín 141. Recuperado de: https://www.gob.mx/sep/prensa/comunicado-141-anuncia-nuno-mayer-inversion-de-80-mil-millones-de-pesos-para-mejorar-infraestructura-escolar

SEP. (2009). Lanza gobierno federal inversión histórica para programa de infraestructura educativa. Subsecretaría de Educación Media Superior. Recuperado de: http://www.sems.gob.mx/en_mx/sems/02012009_lanza_el_gobierno_federal_inversin_histri

Maya, R. (2002). Refrenda Reyes Tamez el carácter laico y gratuito de la educación. Cimacnoticias. Recuperado de: https://cimacnoticias.com.mx/noticia/refrenda-reyes-tamez-el-caracter-laico-y-gratuito-de-la-educacion/

Poy, L. (2021). Más de 41 mil escuelas del país no tienen acceso a agua potable: Mejoredu. La Jornada. Recuperado de: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/06/30/politica/mas-de-41-mil-escuelas-del-pais-no-tienen-acceso-a-agua-potable-mejoredu/

Salinas, C. (2021). La falta de infraestructura y el avance de la pandemia en México impide garantizar el regreso seguro a las aulas. El País. Recuperado de: https://elpais.com/mexico/2021-02-01/la-falta-de-infraestructura-y-el-avance-de-la-pandemia-en-mexico-impiden-garantizar-un-regreso-seguro-a-las-aulas.html

Redacción Expansión Política. (2018). Al programa escuelas al cien, no le salen las cuentas, detecta la ASF. Expansión Política. Recuperado de: https://politica.expansion.mx/mexico/2018/11/01/al-programa-escuelas-al-cien-no-le-salen-las-cuentas-detecta-la-asf

Fuente de la información: https://profelandia.com

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Ante la ineficiencia del gobierno: Comisión de Educación destrabará proyectos del SUTEP. Perú

América del Sur/Perú/22-10-2021/Autor(a) y Fuente: sutep.org

  • Proyectos son para el pago de la deuda social y el 100 % de la CTS.
  • Congresista Esdras Medina llama a la unidad en defensa de la Derrama Magisterial.

A lo largo de su historia sindical, el SUTEP ha demostrado estar siempre un paso adelante y ello se evidencia en el éxito de sus luchas en defensa de la educación pública, como la reforma constitucional que reconoce la obligatoriedad del Estado de asignar no menos del 6 % del PBI para el sector, y de los derechos de los maestros y auxiliares.

Desde luego, ello es posible por la naturaleza orgánica, democrática, propositiva y alternativa con la que se trabaja desde la dirigencia nacional hasta las dirigencias de base.

En el SUTEP, cada compañero maestro y auxiliar es un portavoz cualificado de las demandas del gremio magisterial, y en esta actitud proactiva y unificada es que se cimenta la legitimidad de nuestra organización.

Intervención en Piura

Nuestra compañera Juan Ordinola, Secretaria General del SUTEP Regional Piura, junto a los integrantes de la Comisión de Educación del Congreso.

El martes 19 de octubre, la dirigencia del SUTEP Regional Piura, encabezada por la compañera Juana Rosa Ordinola, dio muestra de liderazgo e iniciativa al conseguir exponer ante la Comisión de Educación del Congreso de la República las justas demandas del magisterio peruano, recibiendo no solo el respaldo de los representantes parlamentarios, sino también alcanzando un compromiso firme por parte del presidente de dicho grupo de trabajo, congresista Esdras Medina Minaya.

La compañera dirigente expuso la problemática de las escuelas de la región Piura y la imposibilidad material que existe de acatar el retorno a las clases presenciales y semipresenciales, debido a que el 50 % de la infraestructura educativa de la jurisdicción necesita ser reconstruida en su totalidad, y la mayoría de centros de enseñanza tiene actualmente problemas de espacio y carencia de servicios básicos.

Explicó también sobre la urgencia de incrementar las plazas orgánicas para maestros y auxiliares, así como de velar por el cumplimiento de la promesa del presidente Pedro Castillo Terrones de incrementar las remuneraciones a no menos de una UIT, equivalente a 4,400 soles.

Compromiso parlamentario

Asimismo, la Secretaria General del SUTEP Regional Piura puso énfasis al solicitar a los integrantes de la Comisión de Educación del Congreso el desarchivamiento de los proyectos de ley que apuntan a declarar de interés el pago de la deuda social (30 % por preparación de clases y evaluación) sin judicializar, así como del 100 % de la CTS para maestros, demanda a la que se suma el reconocimiento del mismo derecho para los auxiliares de educación.

Como se recuerda, ambos proyectos fueron aprobados por el Congreso anterior, pero no promulgados por el expresidente Francisco Sagasti, por lo que retornaron ante la representación nacional sin que esta pueda aprobarlos por insistencia, por el fin de la legislatura, en julio pasado.

Ante el planteamiento de la compañera dirigente de Piura, el presidente de la Comisión de Educación, Esdras Medina, afirmó que su grupo de trabajo tiene en agenda el desarchivamiento de los proyectos, acción que no había ejecutado a la espera de las iniciativas legislativas del gobierno sobre el sector, las mismas que siguen ausentes hasta el momento.

En consecuencia, el compromiso del presidente de la Comisión de Educación es acoger los proyectos impulsados por el SUTEP, para que se haga justicia para los maestros y auxiliares del país, voluntad que el gobierno del presidente Pedro Castillo pareciera no tener.

Defensa de la Derrama Magisterial

Nuestra dirigente del SUTEP Piura también enfatizó en la unidad gremial para defender a la Derrama Magisterial, entidad en la que el Estado no ha invertido ningún recurso y que es supervisada por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP – SBS, la misma que año a año confirma el manejo transparente y eficiente de su patrimonio.

“La Derrama es una institución de los maestros y a la que vamos a defender. El Estado no ha puesto ni un sol en ella, por lo que rechazamos cualquier intento de intervención”, exclamó Juana Rosa Ordinola.

Ante ello, el congresista Medina Minaya llamó al magisterio peruano a la más amplia unidad en defensa de la Derrama, pues – según indicó – el afán de cierto sector del gobierno sería echar mano de los recursos de los maestros y auxiliares para financiar su proyecto político.

¡Sin lucha no hay victoria!

¡Viva el SUTEP!

Fuente e Imagen: https://sutep.org/articulos/ante-la-ineficiencia-del-gobierno-comision-de-educacion-destrabara-proyectos-del-sutep/

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Entrevista a Inés Dussel: «Los espacios escolares no están siendo amables para los estudiantes»

  • Inés Dussel defiende un trabajo más cercano entre arquitectos y pedagogos para pensar las escuelas de una manera más cercana a las necesidades educativas de chicas y chicos.
  • Habla de la importancia de acercar la institución a las necesidades reales de las y los estudiantes, de hacérles partícipes de la construcción del común, de la sociedad.
  • En una escuela cada espacio es una herramienta pedagógica

Ines Dussel es historiadora de la Educación, argentina aunque afincada en los últimos años en México. Ha venido a España a participar en una jornada de la Institución Libre de Enseñanza. Su currículo, podría decirse, se divide entre el estudio de los espacios escolares desde la perspectiva histórica, hasta la irrupción de la cultura digital y su impacto en la educación.

La conversación comienza con los espacios escolares, con las aulas, como lugares de aprendizaje y poco a poco va derivando hacia otros lugares no físicos en donde también se producen conocimientos. Una manera de entender cómo funcionan los centros, más como un lugar permeable, agujereado, del que salen y en el que entran otras experiencias y saberes que hay que tener en cuenta.

¿Desde cuándo tu interés por los espacios educativos?

La cuestión del espacio hace tiempo que apareció en mi perspectiva. La escuela es algo que siempre me fascinó y la historia de la materialidad de la escuela es algo que me interesó desde hace mucho tiempo. De hecho mi tesis de doctorado fue sobre los uniformes escolares y las regulaciones del cuerpo en la escuela.

Después escribí el libro La invención del aula junto con Marcelo Caruso y estaba muy presente la idea del aula como un espacio material, además de como una estructura comunicativa.

Desde hace menos tiempo empecé a trabajar con un grupo de arquitectos, de historiadores de la arquitectura escolar australianos e ingleses. Hicimos seminarios, un libro, una estancia en la que aprendí mucho en relación a pensar la historia de la estructuración de los espacios y este cruce con la historia arquitectónica, la historia urbana, una historia pedagógica. Por ahí que los arquitectos que se acercan a la arquitectura escolar no miran mucho las pedagogías y los pedagogos no miramos mucho la arquitectura y este cruce me ha resultado interesante.

Mi contribución específica fue qué pasa con el espacio escolar en la era digital. ¿Se acaba el aula y vamos al espacio virtual? ¿Qué pasa con las aulas híbridas? Ese fue un poco mi línea e trabajo.

Parece que el aula, los espacios, no han cambiado mucho en los últimos 200 años…

Bueno, la casa quizás tampoco. Hay muchas cosas que no han cambiado o que han cambiado mucho, depende de qué dimensión mires. Si miras la dimensión material yo diría que hay importantes. Una de las cosas que comento es cuando el aula empieza a ser un aula vidriada, cuando se abre al patio, cuando se plantea transformar la escuela en un aula, que todos los espacios tienen que ser educativos: los corredores, etc… Sí ha cambiado, quizá no ostensiblemente, pero si uno piensa en una estructura comunicativa que estaba muy organizada entorno a un maestro, esto tiene algunas líneas de continuidad y tiene otras en que ha cambiado bastante.

Hay pedagogías que plantean muchísimo más el trabajo horizontal, aunque no quiere decir que se logre. No todos están bien formados, otros sí lo están pero no es tan sencillo. Creo que hay mucho que pensar con respecto a este ideal de una escuela sin aula. No soy enemiga del aula. Es un espacio de trabajo importante. Incluso hay que pensar la escuela como un espacio que necesita suspenderse un poco del espacio-tiempo exterior para que haya un tiempo de otra profundidad.

Parece que esta idea de que todos los espacios educan comienza a retomarse desde hace algunos años…

Hay experiencias distintas, interesantes. Uno podría decir que a nivel más general las oficinas de arquitectura de los ministerios no siempre incluyen un buen diálogo entre educadores y arquitectos. La mayoría no lo incluyen y siempre hay una cuestión de costos. En América Latina esto es muy claro. Son estados que no son ricos y priorizan la economía de escala, hacer un diseño uniforme para que pueda hacerse en otros lugares, pero ahí pierdes precisamente lo que se pudo hacer en el Instituto Escuela o en Colegio Cervantes, que es pensar un proyecto pedagógico más estructurado desde la visión de los pedagogos.

Ahora, por supuesto que hay experiencias muy buenas. Hay edificios escolares para mí muy bellos, cada uno con su particularidad: por los materiales que trabajan, por la luz, por la posibilidad de disponer de distintos espacios, y son edificios importantes.

Conozco casos en Bélgica, en los Países Bajos, también hay muy buena arquitectura escolar en Canadá, en Japón. Creo que cuando es buena es cuando logra dialogar con las necesidades educativas.

¿Hay impacto de los espacios en el aprendizaje?

Es difícil de medir eso porque no tenemos pruebas estandarizadas universales y las que hay miden cosas que no siempre son precisamente el aprendizaje más creativo. No sé si hay una relación y no sé si debemos justificar la construcción de otros edificios escolares porque producen mejores resultados. Pero en todo caso, producen una mejor experiencia escolar sin duda.

En investigaciones que hice en Argentina con muestras grandes de alumnos, les peguntábamos qué demandan de la escuela: que haya posibilidad de tener un poco más de calefacción en el invierno, aire acondicionado en verano, que pueda tener un lugar donde descansar… no eran cosas terribles. Ahí se da cuenta uno de qué lejos está la escuela de ser una institución, un espacio más amable. Y eso tiene que ver con un clima escolar y también con edificios que están, muchas veces, en América Latina, muy decaídos, no tienen manutención… Fueron buenos en 1950 pero se vinieron abajo o fueron buenos para 200 alumnos y ahora tienen 500… Creo que no le prestamos la suficiente atención; por la negativa, aquí hay una demanda muy clara y muy uniforme: los espacios escolares no están siendo espacios amables para los estudiantes. Me parece que hay que trabajar más y me parece que no es tan caro, es cuestión de una planificación diferente.

A veces parece no haber planificación.

En América Latina pasa mucho, que la misma escuela se utiliza para inicial, primaria, secundaria y ni es buena para los niños más pequeños ni para los más grandes. Nadie está muy contento. Al mismo tiempo no hay recursos para hacer otras escuelas, pero se podrían hacer otros acuerdos de convivencia y otros equipamientos. No es tan caro.

Saltando a tu trabajo sobre cultura digital, parece que nadie tiene muy claro los usos. En el aula, donde podría utilizarse esta digitalización para romper las paredes, parece que no se está consiguiendo.

Para mí no es que el aula se tiene que romper; que el aula sea un espacio que permita el trabajo. Y el aula puede tener o no paredes y muros, ventanas… y por ahí la pedagogía es igual de cerrada o es abierta. A veces un aula cerrada funciona muy creativamente y si uno mira más de cerca las experiencias de 1920, 1930, no eran necesariamente edificios en los que destacarías la apertura. Pero funcionaba porque lo hacían sus pedagogías, me parece. Y yo insistiría ahí en la idea del aula como un lugar de trabajo productivo.

Ahora, ¿por qué no se logra hacer más productivo con los medios digitales? Creo que hay un problema de formación, de poca formación en los lenguajes, por ejemplo, de la imagen como lenguaje. A lo sumo, los profesores ahí están formados en hacer la crítica ideológica de qué mensaje nos trae una imagen. Pero la imagen no funciona solamente así. Ahí es donde creo que nos quedamos bastante cortos, bastante pobres en la pedagogía que hacemos. Creo que no sabe qué hacer de manera muy distinta. Y me parece que hay muchos problemas de atención en esta nueva economía de la atención en la que estamos todo el día pendientes de los celulares y de las plataformas que nos convocan. Ahí hay una intención «desesperada», de buscar captar la atención casi a cualquier precio. «Si están trabajando, ya estoy contenta porque conseguí capturar su atención y que estén ahí». Ahora, qué están haciendo y cuánto de lo que están haciendo significa que aprendan algo más de lo que ya hacían… ahí hay una gran duda para mí. Más bien, lo que observo en las investigaciones que hice, en las que están haciendo mis tesistas, es que no hay mucha claridad respecto a cómo trabajar con esto y que, más bien, los docentes se contentan con poco, con que los estudiantes hagan poco, que no haga diferencia con lo que ya hacen en las redes.

Ahí también quiero hacer una salvedad: las herramientas tampoco son tan necesariamente creativas y de navegación. Nosotros nos quedamos con alguna idea de lo que eran los medios digitales hace 10 o 15 años y que este último tiempo ha sido de una gran concentración, de una gran algoritmización en la cual nosotros, cada vez más delegamos nuestros conocimientos en los algoritmos. Buscamos en Gooble y no nos preocupamos mucho de qué información puso Google ahí, o qué nos llega por Facebook, qué nos llega por Twitter.

De esto hablas mucho. La homogeneización del conocimiento…

Así es. Y creo que ahí hay un empobrecimiento, sin ponerme negativa. El año pasado estuve casi todo el año en Europa con una beca en la Universidad Humboltd en Berlín, fui a varias conferencias grandes sobre medios digitales y el ambiente, por lo general, era sombrío. Si en años anteriores todo el mundo era muy celebratorio, economistas, sociólogos, no solo educadores, ahora era más bien de preocupación por lo que está sucediendo :Internet no es esa herramienta participativa, creativa, que se imaginaba sino más bien hay una ‘datificación’ muy grande, y esta tendencia de hacer cada vez más simple el click con lo que te permite hacer más cosas pero con menos libertad, y más cosas que son las que quieren las plataformas, y no ser muy creativo.

Hay un proceso de concentración, de homogeneización que hace que los medios digitales haya que pensarlos. Y ahí también hace falta formación, formación docente sobre cómo uso software de visión de imágenes, sí, pero también necesitas saber cómo está funcionando hoy la plataformización de la sociedad, los problemas del big data, los problemas para la democracia, problemas epistémicos, políticos, de seguridad de datos… y el consumo como única posición posible.

Aquí se habla del tamaño de los currículos escolares y surge el mantra de para qué tan grandes si tenemos a Google ahí. La postura contraria que habla de una cultura mínima, la que debe plantearse la sociedad, necesaria para ir a Google. ¿La dicotomía es tan extrema?

A ver… yo diría que estoy de acuerdo con que los curriculo están inflados, que hay una pretensión informativa que no se condice con lo que creemos y sabemos que es bueno que aprendan las nuevas generaciones. Ahora bien, hay algo que hace la escuela: armar un común, una vida, unas referencias comunes. Si la escuela no lo enseña, ¿qué va a aparecer en Google? Google arma un conocimiento en forma de lista que nos dice: «Esto es lo importante, es la jerarquía». Quizá, una sociedad no esté de acuerdo con eso. Además, son empresas transnacionales, en la cuales la representación de los lenguajes, de las visiones del mundo, de las minoritarias, se pierde, se van a la página 20. Hay que tener cuidado con esto. Es importante que la escuela insista en una base de conocimientos mínimos. Ahora, no hace falta que sean conocimientos meramente informativos. En algún lado serán informativos, serán referencias. Tiene mucho que ver con cómo se enseña. Yo trabajo más en Ciencias Sociales, si me preguntas por la historia, las fechas, no sé si son muy importantes, las puedes buscar en Google. Pero alguna idea de la secuencia, de la cronología, creo que es importante. Y precisamente en eso Google no te va a ayudar. En su organización en forma de lista, no va a aparecer lo más importante, lo más reciente. Desde ahí reivindico que la escuela, no solo que tenga autonomía respecto a los medios, sino que promueva, que insista en una idea de lo común no sometida al algoritmo de la popularidad o de lo más votado. Me parece que hay un riesgo importante, que lo estamos viendo en las democracias, en muchos lados. Es un riesgo muy presente, no del futuro.

Ahora, no es que la escuela haga bien su trabajo. no. La escuela no hace bien su trabajo y hace las cosas a veces más pensando en formación, sin conectar con las necesidades, con dónde están hoy los estudiantes, ¿qué les dice algo que pasó hace 100 años? ¿Por qué es importante para ellos? Hay que hacérselo ver a través de una buena secuenia pedagógica y a través de un proceso educativo que lleva su tiempo.

Y en el que puede entrar la cultura digital de una manera u otra..

Así es.

¿Qué te parece la prohibición de teléfonos móviles en las aulas?

A mí me parece que los teléfonos celulares ya están muy instalados, que no hay vuelta atrás. Soy más de la autoregulación que de la prohibición, me parece que hay que tratar de enseñar a autoregularse. Y enseñar, por ejemplo, además de autoregularse, enseñar otros usos, no solo entrar en Instagram o Snapchat, sino que puedo hacer otras cosas. Conozco maestros que ponen a los alumnos a trabajar de buena manera en las aulas. Y hay ocasiones en que se pueden apargar todos, nos desconectamos y pensamos con otros sentidos, sin tener esta prótesis de memoria. Como cuando te enseñan matemáticas y de dicen que hagas el cálculo mental.

Hay algo también importante de la presencia, del poder estar aquí. Creo que, sin ponerme negativa, hay un montón de cosas que están pasando y que es difícil todavía dimensionar como el tema de la ansiedad en los chicos, que están pegados al teléfono y que esperan el reconocimiento de sus amigos… bueno, cómo enseñar eso, que esa puede ser una plataforma en la que encontrar amigos, concer muchas cosas y también exponerse a mucho sufrimiento…

Me parece a mí que es mejor no prohibirlo, enseñar a autorregularlo y enseñar otros usos activamente. Y enseñar, no sé, la economía, la política que están detrás, traer los dilemas, los problemas y lo que las compañías están temiendo y viendo. Las propias compañías se asustan, no lo dicen mucho, pero lo sabemos quienes estudiamos estos temas, cuando aparecen noticias de ingenieros o programadores que dicen que están investigando; tienen sociólogos y antropólogos trabajando y les preocupa el bullying, el efecto de los influencers en la primera adolescencia, en etapas bastante vulnerables…

Al mismo tiempo es un mercado atractivo… recogida de datos, de creación de futuros nuevos clientes…

Y luego nos preocupamos por los celulares… a mí eso me parece inconsistene (risas). Si vas a preocuparte por los celulares debes hacer políticas consistentes en términos de qué está pasando con la datificación o con estas empresas. Pero bueno…

La creación de costumbres, con público cautivo..

Fidelización… y le estás dando a Google un montón de información que no debería ser para su uso privado. Esas cosas me parecen preocupantes y no hay debate público y sí hay un debate un poco hipócrita sobre el pánico moral con respecto a los celulares cuando hay un montón de cuestiones que no estamos interrogando y que están pasando con los medios digitales que en el fondo me parece que es mucho más complicado.

Volviendo a la alfabetización audiovisual, hemos dado por hecho que las generaciones más jóvenes son nativos digitales y no hay que hacer un esfuerzo educativo. Lo hemos hecho cuando nosotros hemos sufrido esa ansiedad del click. ¿Este tipo de formación debería llegar a las escuelas como materia? ¿Los riesgos del mundo digital?

Sí, no tengo dudas. Está llegando de una manera a veces muy moralista y que no ayuda a abrir la complejidad de los problemas. Que los plantea como si fueran reglas claras, cuando lo que vemos es que son bastante opacas. En qué casos sí o en qué casos no, cómo esto me puede servir pero en determinados casos me puede dañar. Parece que habría que ir a un tipo de programa, no sé si en una materia específica o en todas las materias, pero que tiene que haber mucho más compromiso en la escuela para trabajar estos temas. Hay espacios de tutoría donde se trabaja, en la secundaria, de psicología donde a veces se tabaja. En las experiencias que conozco, que son pocas, los alumnos, los jóvenes, los niños se qujan de que no hablan en ellas de sus problemas reales. Están muy pensados desde el deber ser adulto, muy alejados de sus problemas reales.

¿Qué problemas son?

Una enorme necesidad de reconocimiento, les hablamos como si fuera tan fácil desconectarse, por ejempo, mientras muchos docentes no conocen Instagram o se habla muy en general, no se conocen las plataformas.

El otro día hablaba con una adolescente aquí en Europa y decía: «Ustedes hablan y no saben cómo funcionan estas cosa». En parte yo entiendo que es la relación adolescentes adultos: ustedes no me entienden. Es algo que lo dijimos todas las generaciones y lo seguirán haciendo, pero algo de eso hay. Es un territorio que no nos es muy conocido y habría que ver quiénes arman los programas, quiénes arman secuencias de trabajo que estén más cerca de estas cosas.

Yo, que por decisión propia no entré en la mayoría de estas plataformas, porque no quería, no estaba de acuerdo con ellas, las estudio. Pero si tuviera que hacer una unidad de trabajo, habría que hacerla con otra gente. Y me encantaría que fuera con ingenieros de Facebook y Google, para ver cómo lo ven ellos, como lo veo yo. Y con maestros, por supuesto, y con adolescentes para ver qué les preocupa..

Pero quizá lo que habría que hacer es armar pedagogías que empiecen por ahí, por preguntar: «A ustedes ¿Qué les preocupa?». «Si ustedes tuvieran que diseñar un programa, ¿cómo lo harían? ¿Qué cuestiones les surgieron, qué no supieron resolver, dónde necesitaron ayuda?»; sabiendo

que no van a querer ayudar a los adultos. Pero igual…
Y creo que hay muchas cosas en las que podemos ayudarles, cosas que conocemos de este mundo, de cómo funcionan las empresas, el lenguaje, la cultura, la propaganda, la manipulación… que además, afectivamente, hemos estado ahí, uno fue y volvió y fue y volvió.

Y más en un tiempo como este de fake news, que sospechamos que han aupado a presidentes… un problema que no es adolescente.

No, no, es un problema de nuestra sociedad. Es más, muchos maestros también votaron a estos presidentes. Hay que hacer un proceso educativo mucho más amplio, de la opinión pública.

En Finlandia ahora, por ejemplo, están haciendo mucho énfasis en enseñar sobre las fake news, cómo detectarlas… lo que pasa es que es un territorio que se mueve; puedo enseñarte cómo detectarlo hoy pero mañana ha cambiado. Igual son criterios que son importantes tener: que la verdad importa, cómo se produjo la información, las fuentes, no reenviar porque sí, no reenviar porque estés de acuerdo con lo que dice…

Me recuerda a algo que te he escuchado y leído sobre un pedagogo argentino muy crítico con el cine en los años 20…

Mercantesi, un argentino, sí…

Esto me lleva a preguntarte por qué la cultura audiovisual, el cine, la televisión, no han conseguido el lugar que parece que les correspondería como productos culturales, como la Literatura.

La escuela ha sido muy librocéntrica, como dice Jesús Martín Barbero, un gran teórico de la comunicación español-colombiano: el monoteísmo del libro. La escuela ha sido parte de ese monoteísmo, lo ha difundido, no solo ha sido parte, ha sido sacerdote, obispo de esa religión. Por eso, incluso la computadora pudo entrar, porque tenía que ver con la cultura escrita, mientras que la televisión no pudo hacerlo.

El cine yo creo que está entrando. Es un fenómeno interesante. Me gusta esa entrada del cine porque es un lenguaje que exige otra distancia, otra duración. El cine en Vimeo no funciona, no son 2 segundos… Necesitas sentarte y mirarlo, necesitas «perder el tiempo». Y hay una cuestión de la

duración en el aprendizaje que me parece importante. Trae otro tiempo y otro lugar.
Desde ahí el cine me parece interesante. Y sí hay muchos más programas. Quizá porque han aparecido otras cosas en el medio y la escuela tiende a reconciliarse. Ahora el enemigo son los videojuegos, o YouTube… Siempre hay una demonización cultural, un problema de jerarquización cultural. Pero también creo que hay algo más: no todos los sistemas son igual de permeables.

Si uno mira a Estados Unidos siempre fueron más permeables a los medios de comunicación masivos; hay desde hace muchos años programas de alfabetización en cine, dibujos animados, fotografía, etc, que en America Latina difícilmente sucedería. En Reino Unido hay una materia que es Estudios de medios y que tiene más de 50 años y que ha sido importante y es reconocida ahora como una materia high level. Hay experiencias en Francia, algunos programas interesante, también en Australia. No es uniforme. Tiene que ver con la cultura de ese país, con los docentes, cuán permeables son a otras representaciones culturales. Para mí es interesante que entren el cine, los videojuegos y es importante que aprendamos otros lenguajes. Y así sí defiendo la alfabetización multimedial, multimodal, que aprendamos más sobre imágenes, sobre los sonoro, sobre el cuerpo.

Nos educamos con todos los sentidos y aprender no es solamente con la cabeza, es con el cuerpo, con las emociones, con la vista, con el oído. Ahí también hay unas cosas para pensar. Hay una discusión, sobre si se aprende más porque se ve o porque se toca y creo que depende de qué veas y toques. Hay cuestiones que revisar de nuestras pedagogías. Toda esta demonización de dar lección, de uno que está hablando y otro escuchando y no aprende nada. No es cierto. Aquí nos estamos escuchando y aprendemos. A veces escuchas cosas muy interesantes y aprendes y a veces lo contrario. Pero estás escuchando, mirando, interactuando. Nunca es con un solo sentido.

Esta sería la primera cuestión. Lo más importatne es que pasa porque uno ofrezca algo interesante sobre lo que trabajar el conocimiento, la cultura… para que el otro pueda apropiarse, ubicarse en una posición de disponerse a trabajar. Me gusta mucho esa idea que viene de Hanna Arendt de una mesa de trabajo, la escuela es una mesa de trabajo en la que ponemos algo y los discutimos, a ver con qué lenguajes, si nos podemos distanciar… me parece que es una idea fuerte de la cultura. No es solo toco y toco. El click-click-clik es un poco lo que está pasando hoy. Pero eso no quiere decir que yo esté aprendiendo. Está cada vez más opaco todo. Los procesos de conocimiento y todos los saberes que están ahí detrás. Con el click yo llego a un resultado medio mágico que alguien decidió por mí. Me parece que lo que hay que mostrar en la escuela es algo de ese proceso, hasta dónde podemos y mostrar una autonomía, ganar esa autonomía intelectual, desde el más chiquito al más grande.

Ese es, en definitiva, el papel de la escuela, que tengas la herramienta para poder aprender a aprender…

Así es. Ahí por ejemplo, me gusta mucho el trabajo de Alain Bergalá, en Francia, que dirigió un programa del Ministerio de Cultura que iba a las escuelas. Él decía: «Hay que ofrecerlo, no van a llegar por sí solos». Hay que ponérselos ahí… y al principio les va a costar ver una película «vieja», es más lenta, es más oscura, el sonido… pero bueno hay que ofrecerseló, ponérselo cerca, dejar que lo frecuenten, que se vayan acercando, que se lo apropien. Si no se los ofrecemos, no van a llegar por Google. Los youtuber en general no van a haber visto esto.

Pasa un poco como con la alta literatura, los básicos…

Sí, exactamente lo mismo… aunque haya que ver qué básicos, cuáles son. Es un canon que decidimos socialmente como algo que a esta sociedad le interesa, le representa, le importa. Y también con la cuestión de la diversidad, que no se pierda la diversidad en esta época del algoritmo de la popularidad; se pierde porque vas con lo masivo y cada vez más minoritario.

Ahora que hablas de la diversidad, en España tenemos mucho alumnado de origen migrante.Choca un poco con esto de la uniformidad de los saberes. Es difícil que estas personas traigan al aula ese conocimiento y lo pongan en común.

Bueno, el común cambió. Ahí uno podría decir cómo pueden inscribirse en una idea de nación que sea plural, que reconozca que es menos blanca, menos europea, más postcolonial. Que es una idea de lo común, más que de nación. Y me parece que ahí es importante el trabajo de la escuela para que precisamente no se desafilien, no se dsenganchen. La escuela trata de tejer y hacerlo con cada uno. Es una institución, en ese sentido, magnífica. Llega a todos y tiene una posibilidad de trabajo mucho más singularizado. Hay otras instituciones que no lo tienen porque se ven una vez por año. En la escuela tienes un trabajo mucho más sostenido, muchos años, y horas por día. ¡Qué bueno si se hiciera bien! Que permitiera a cada individuo inscribirse en ese común, inscribir su parte en ese común. Y que la escuela en ese sentido sea mucho más hospitalaria. Cómo armamos y rearmamos ese común con los que hoy somos el común.

¿Qué papel tienen los alumnos ahí? ¿Pueden decidir qué estudiar, qué no?

En parte sí, en parte no. Como todos. Uno también como maestro ofrece y el otro también decide si quiere o no quiere aprender. Hay una frase maravillosa de Philipe Merié que dice: «La enseñanza es obligatoria, pero el aprendizaje es voluntario», es una decisión del sujeto que toma por razones que no le son del todo propias. Tienes un mandato familiar, esto me gusta esto no, porque era lo que te enseñaron que te tenía que gustar, o todo lo contrario, estás rebelándote contra todo y nada te gusta… en ese sentido no son propias, pero siempre hay una decisión. Los alumnos tienen una decisión sobre el currículo; a mí me gustaría que tuvieran más voz, ¿no? No quiere decir «ahora votamos y decidimos si enseñamos o no los básicos». No, los básicos es en lo que nos pusimos de acuerdo, lo siento, te toca, pero hay muchas cosas que cómo les enseñamos. Qué quiere decir los básicos. Parece que hay mucho margen para que las escuelas dieran más opciones, posibilidad de inscribirse.

Pongamos El Quijote. Vamos a leerlo. Bueno, ¿cómo lo lees hoy? Hay ejemplos maravillosos. Hagamos una obra de teatro adaptándolo a la actualidad, cuáles serían los sueños quiméricos de los jóvenes hoy; seguramente aparecería el cambio climático, las migraciones… montemos una pieza en la que ellos puedan escribir El Quijote. ¿por qué no? Pero para hacer esa pieza, que estudien mucho, que lo conozcan. Primero lo tienen que leer muy bien, y luego yo les diría: «Váyanse a ver todas las versiones del Quijote que puedan» y luego que hagan la propia.

Trabajémosla, tráigan un borrador, discutamos… me parece que ese es el trabajo de la escuela. Pero el problema que tenemos ahí es que los currículos son tan abultados que si yo paso tres meses con esto no llegué a dar nada. Ahí sí hay que hacer decisiones desde la política educativa para ofrecer importantes experiencias profundas del conocimiento, menos, pero más profundas. Bueno, y ¿qué nos importa del Quijote? ¿Que lo repitan de memoria, que sepan la fecha? Bueno, sí, pero no es solo eso. Que lo lean y ¿qué hacen con lo que leen? ¿Responden a un cuestionario prefijado?: ¿Quién fue el autor? ¿quiénes son los personajes principales? ¿cuál es la trama? Con esto los chicos se aburren; lo encuentran en Wikipedia además. Después nos quejamos de que copian y pegan, pero si les pasas un cuestionario que hacen desde hace 50 años: copian y pegan. Tienes que proponerles otra cosa. Si les dices «arma tu propia versión», luego te van a decir que es mucho trabajo, pero hay que ganarselós.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/02/27/ines-dussel-los-espacios-escolares-no-estan-siendo-amables-para-los-estudiantes/

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Perú: Ministro de Educación advierte que el 30% de los colegios tienen problemas con su infraestructura

América del sur/Perú/27 Febrero 2020/https://rpp.pe/

El ministro de Educación, Martín Benavides, indicó al programa Ampliación de Noticias que «casi en un 100%» está garantizada la contratación de los profesores y directores de los colegios para el inicio del año escolar.

El ministro de Educación, Martín Benavides, afirmó este lunes que aproximadamente el 30% de los colegios del Perú tienen problemas con su infraestructura. Aclaró que este tema es uno de los grandes retos para su despacho.

En entrevista con el programa Ampliación de Noticias de RPPMartín Benavides explicó que a corto plazo el Ministerio de Educación ha asistido a los colegios en mantenimiento preventivo. Así, se logró que casi el 80% de las instituciones educativas se encuentran operativas para el inicio del año escolar el 16 de marzo.

«Sin embargo, hay un problema estructural definitivamente. Hay una brecha de infraestructura muy grande, hay una buena cantidad de colegios, es una cifra que no se tiene muy clara, pero yo más o menos 30% de los colegios del Perú está en una situación muy problemática», dijo.

Martín Benavides planteó un plan que considere los diseños modulares en algunos colegios y «no siempre» realizar procesos constructivos complejos.

«Le tengo mucha fe en ese sentido, no a lo prefabricado, pero a los diseños modulares que pueden ser adaptados (…) actualmente en muchos países del mundo y en muchos colegios del mundo funcionan con establecimientos modulares», dijo.

El titular del Minedu aseguró que el buen inicio del año escolar tiene garantizado «casi en un 100%» la contratación de todos los profesores y directores de los colegios. Además, indicó que se continúa avanzando en la infraestructura para llegar a un 90%.

«Gran parte de los materiales (educativo) ya están en las UGEL y ahora lo que se trata es de hacer una campaña muy fuerte para que lleguen a los colegios, queremos garantizar que el primer día de clases los materiales esten para todos los estudiantes», precisó.

Situación en Tacna

Martín Benavides indicó que el Ejecutivo viene realizando labores de limpieza en la institución educativa Modesto Basadre para retirar el lodo producto del huayco de la quebrada Del Diablo.

«Hoy día el ministro de Agricultura mencionó que en 20 días ese colegio iba a estar operativo para poder cumplir el primer día de clases», manifestó.

Fuente e imagen tomadas de: https://rpp.pe/politica/gobierno/martin-benavides-ministro-de-educacion-advierte-que-el-30-de-los-colegios-del-peru-tiene-problemas-con-su-infraestructura-noticia-1247479?ref=rpp

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Perú: Niños no se quedarán sin estudiar. El Minedu construirá módulos temporales en 85 colegios en Lima

América del sur/Perú/06 Febrero 2020/https://peru21.pe/

Construcción se realiza con apoyo del sector privado y próximamente se ampliará a otros colegios a nivel nacional.

El Ministerio de Educación construirá módulos temporales en 85 colegios de la capital a fin de que los estudiantes inicien el año escolar el próximo 16 de marzo tal como lo anunció la titular del sector, Flor Pablo.

El viceministro de Gestión Institucional del Ministerio de Educación, Guido Rospigliosi, explicó que estos módulos de madera tienen una dimensión de 8×8 metros con un área de 64 m2. Su techo será de calamina y contará con amplias ventanas y todas las seguridades del caso.

La construcción de estos módulos educativos temporales es posible gracias a la alianza estratégica entre el Minedu, Techo Perú y Empresarios por la Educación. Posteriormente se ampliará a otros colegios a nivel nacional.

“Son módulos de madera que tienen una plataforma de cemento, así como todas las condiciones de seguridad como extintores, pozo a tierra para la instalación eléctrica y evitar riesgos. También tienen toda la señalización de seguridad y vienen con mobiliario incluido”, indicó Rospigliosi.

Actualmente el sector necesita construir 170 módulos que albergarían a 62,000 estudiantes que tienen dificultades de infraestructura en Lima. Los módulos tienen un periodo de vida de 10 años y su costo fluctúa entre 45,000 y 60,000 soles.

Datos

  • De acuerdo con cifras proporcionadas por el Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied), hay 2,020 instituciones educativas en Lima Metropolitana cuya infraestructura requiere una intervención.
  • De estas, 725 se encuentran en situación de riesgo y precarios. De las 725 instituciones educativas, 270 podrán ser atendidas por el Pronied este año.

Fuente: https://peru21.pe/lima/minedu-ministerio-de-educacion-se-construira-modulos-temporales-en-85-colegios-en-lima-noticia/

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Estructura y educación, una dupla poderosa frente a las inundaciones

Gestionar el impacto del fenómeno natural más frecuente en Argentina necesita tanto de la obra pública como de una buena instrucción sobre cómo hacerle frente.

Por Banco Mundial

Gestionar el impacto del fenómeno natural más frecuente en Argentina necesita tanto de la obra pública como de una buena instrucción sobre cómo hacerle frente.

¿Qué tienen en común 27.672 bocas de tormenta y 570.018 estudiantes menores de 18 años que asisten a clases en la ciudad de Buenos Aires?

Ambos datos son partes de un enfoque integral en el que infraestructura y educación son centrales en la prevención, mitigación y gestión de las inundaciones.

Estas herramientas permiten gestionar el riesgo hídrico de manera adecuada, en una región que presenta procesos de urbanización rápida, crisis climática, desafíos de gobernanza y crecimiento de actividades económicas.

Según datos del Banco Mundial, América Latina y el Caribe es la segunda región con mayor cantidad de inundaciones entre 1960 y 2017, detrás del sudeste asiático. Este tipo de desastres naturales representan pérdidas por más de 2000 millones de dólares por año.

Pero más allá de que generan grandes costos económicos y ponen en riesgo vidas, son un obstáculo para el funcionamiento diario de las ciudades, interrumpiendo servicios básicos como el transporte, el suministro eléctrico y el normal funcionamiento de escuelas y hospitales, además de generar problemas de salud pública.

¿Cómo construir urbes más resilientes antes las inundaciones?

La Ciudad de Buenos Aires está liderando la respuesta a este desafío, combinando grandes obras de infraestructura, sistemas de monitoreo y predicción del clima, participación ciudadana, sensibilización y propuestas educativas para hacer frente a las inundaciones y sus efectos en los vecinos. En esto, los niños y jóvenes cumplen un papel protagónico.

Gestionar para el futuro

La educación es un factor esencial para cualquier ciudad en su preparación ante los desafíos del futuro, en particular ante la crisis climática que se espera incremente la frecuencia de las inundaciones.

Por este motivo, técnicos especialistas en las 11 cuencas hídricas de la ciudad de Buenos Aires, autoridades gubernamentales y maestros han trabajado en conjunto para diseñar espacios y contenidos educativos que alienten a los más jóvenes a adoptar hábitos más amigables con el medio ambiente.

De esta iniciativa surgió, por ejemplo, el primer grupo de docentes capacitados en resiliencia e inundaciones. También se logró el desarrollo de contenidos didácticos de uso gratuito, pensados para que estudiantes y sus maestros pueden interactuar y aprender desde sus computadoras y teléfonos. En la actualidad, más de 100 escuelas porteñas están usando las herramientas y se espera que otros centros educativos, incluso más allá de la Ciudad de Buenos Aires, puedan sumarse en los próximos meses.

La comunicación y la capacitación son tan importantes como construir las obras. Desde el Banco Mundial, acompañamos el desarrollo de una respuesta integral ante las inundaciones y compartimos las enseñanzas con otras ciudades del mundo”, afirma Catalina Ramírez, especialista sénior en Agua y Saneamiento del Banco Mundial.Centro vivencial

El diálogo entre vecinos, expertos y autoridades permite generar alertas, mejorar proyectos y potenciar el futuro de la ciudad.

En este sentido, se ha establecido un Centro Vivencial del Plan Hidráulico, el cual es un espacio destinado a acercar a los vecinos información y capacitación para generar conciencia sobre los impactos y las problemáticas relacionadas con las inundaciones. En poco más de tres meses, más de 1400 chicos y jóvenes de entre 6 y 18 años han pasado por este espacio para conocer más sobre la ciudad y su entorno natural, los impactos del desarrollo urbano, y el rol que cada uno puede tener en la prevención y adaptación ante fenómenos climáticos.

El Centro Vivencial también brinda una oportunidad para que todos sus visitantes participen y dejen sus ideas para el futuro de la ciudad. “Mejorar el frente costero”, “estar más en contacto con el agua” y “tener más espacios verdes” son algunos de los comentarios que chicos y grandes fueron dejando en las paredes del centro.

“La implementación de los talleres participativos, con distintas metodologías cocreativas según las edades, nos está permitiendo contrastar que hay un fuerte deseo de la ciudadanía en volver a disfrutar de sus recursos hídricos y de los ecosistemas naturales vinculados a ellos”, menciona Mariano Jordan Kristoff, experto social del Plan Hidráulico de la Ciudad de Buenos Aires.

La puesta en marcha de estas iniciativas marca un modelo para otras ciudades de América Latina y el Caribe, lo que permite fomentar el intercambio de experiencias y así lograr una mejor gestión del riesgo hídrico y una protección integral de la población.

Fuente https://www.bancomundial.org/es/news/feature/2019/12/02/argentina-infraestructura-educacion-dupla?cid=ECR_E_NewsletterWeekly_ES_EXT&deliveryName=DM50477

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