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Uñac hizo foco en la educación y destacó a Sarmiento al disertar en OEI Argentina

América del Sur/Argentina/19-03-2021/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

El encuentro contó con empresarios, referentes y personalidades destacadas de toda la región.

El gobernador de San Juan, Sergio Uñac, participó este miércoles de un importante foro organizado por el Instituto Iberoamericano para la Educación y la Productividad (IIEYP) que forma parte de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

El evento tuvo lugar en la sede de la OEI ubicada en Capital Federal. Durante la disertación brindada por Sergio Uñac participaron empresarios, referentes y personalidades destacadas.

Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Luis Scasso, director de la Oficina de OEI en Argentina, quien compartió la misión del instituto de mejorar la competitividad y la productividad en el Espacio Iberoamericano, desde la educación y la ciencia a través de la cooperación. Recordó que, en el último año, el instituto organizó encuentros con empresarios y personalidades destacadas, como Julio Sanguinetti, expresidente de Uruguay, y Martín Guzmán, ministro de Economía de Argentina.

A continuación, Luis Enrique García, miembro del Consejo Rector del Instituto Iberoamericano, brindó unas palabras sobre la importancia de la creación del Instituto en el 2019 para la región. García ha sido presidente de CAF- Banco de Desarrollo de América Latina entre 1991 y 2017, y fue Ministro de Planeamiento y Coordinación de Bolivia y jefe del gabinete económico y social, entre otros cargos.

Para completar la apertura, José Urtubey, el dirigente industrial del interior y miembro del Consejo Asesor del Instituto en Argentina, compartió algunas reflexiones sobre la importancia del espacio y que el gobernador Uñac y empresarios de todo el país puedan compartir ideas y propuestas.

Tras brindar un detallado panorama sobre la provincia de San Juan en cuanto a su ubicación en la región, población y características geográficas, el gobernador destacó la diversificación de la economía local, desde la vitivinicultura y la agroindustrial, la minería, apostando por el turismo, las energías alternativas, los sectores textil, farmacéutico y ganadero, entre otros, con la meta de consolidar un modelo de desarrollo económico provincial diversificado, competitivo, dinámico y sustentable.

Al momento de hacer referencia sobre la educación, uno de los pilares del encuentro, el mandatario sanjuanino hizo referencia al maestro de América, Domingo Faustino Sarmiento, destacando su figura y señalando que la educación es generadora de identidad nacional y de igualdad de oportunidades.

En ese ámbito, pidió que el sistema educativo argentino y de la región vuelva a tener un rol de promotor social para reducir la pobreza y generar movilidad ascendente.

Tras ese análisis, Uñac indicó que San Juan trabaja la inversión en infraestructura, la innovación en métodos de enseñanza-aprendizaje y la inclusión, con el fin de alcanzar ciudadanos comprometidos con su comunidad y con capacidades para incorporarse al mundo del trabajo. El gobernador, unió la educación con la empleabilidad y ponderó la creación del Programa de Trabajo en el marco del Acuerdo San Juan.

«Entendemos que la educación tiene un nexo con el sistema productivo que está definido por este concepto de empleabilidad», agregó.

Promediando el cierre, y con la mira puesta en la pospandemia, el gobernador sanjuanino se mostró expectante sobre la economía, puntualizando sobre la apuesta por el proyecto minero Josemaría, haciendo eje en la reinserción de Argentina mediante la innovación, fortaleciendo el sistema científico tecnológico, articulando con otros sectores de la producción y las industrias.

Pidió además mayores esfuerzos para el diálogo y el consenso y enfatizó que la provincia de San Juan continuará aportando para un proyecto colectivo nacional.

«Los países sudamericanos debemos reconstruir un ámbito que represente los intereses de la región de manera adecuada, y definir políticas comunes que permitan un desarrollo armónico e inclusivo», concluyó.

Al concluir la disertación, hubo un intercambio de preguntas y propuestas entre los invitados, empresarios y miembros del Consejo Asesor del Instituto en Argentina, entre ellos: Christian Asinelli, subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales para el Desarrollo de la Presidencia de la Nación; Juan Usandivaras, presidente de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional; Gerardo Alberto Martínez, secretario general de la UOCRA; Lorena Basso, presidente de la Asociación de Semilleros de las Américas; Lourdes Puente, directora de la Escuela de Política y Gobierno en Pontificia Universidad Católica Argentina; Alejandro Simón, CEO de Sancor Seguros; Marcelo Figueiras, presidente de Laboratorios Richmond; Daniel Herrero, presidente Toyota Argentina; Rodrigo Pérez Graziano, presidente de PSA GROUPE – Peugeot-Citroen Argentina; Pablo Peralta, vicepresidente BST/ ORIGENES; Mara Bettiol, presidenta de la Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART); Martin Cabrales, vicepresidente Cabrales SA; Facundo Prado, CEO y presidente de Supercanal Arlink; Néstor Pan, presidente de CONEAU; Steven Chen Shiqing, CEO de Huawei Argentina; Mauricio Mazzón, director de Fundación Gestar; y Manuel Santos de Uribelarrea, cofundador y presidente de MSU Energy SA.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/politica/Unac-hizo-foco-en-la-educacion-y-destaco-la-figura-de-Sarmiento-al-disertar-en-OEI-Argentina-20210317-0081.html

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Educación técnica ¿un camino para los que no pueden más?

Por: Catherine Piña

La invitación a hacerse técnicos no debe ser vista como una invitación a fracasados del sistema educativo, ni como una ruta corta que acaba con un certificado en mano que permite ejecutar una tarea, y ya.

Tengo más de una década trabajando única y exclusivamente con la educación técnica y su impacto en la empleabilidad y gracias a mi trabajo he conocido muchos jóvenes que han elegido hacerse técnicos. Al observarlos y ver su empuje y sus temores llego a la conclusión de que hay un mito que debemos desmontar de manera definitiva: la educación técnica no debe ser vista jamás como una invitación a los y las adolescentes fracasados del sistema educativo, ni como una ruta corta que acaba con un certificado en mano que permite ejecutar una tarea, y ya.   

Cuando hablamos de dignificar las carreras técnicas nos referimos a crear condiciones que las hagan más valoradas por la sociedad y que incidan en que al momento en que un joven va a elegir carrera, éste perciba que, dentro de todas las opciones, la ruta técnica es su mejor camino al éxito y no la ruta alterna que tuvo que elegir porque no quedaba de otra.

Para que esto sea así, lo primero que deberíamos tener asegurado como sociedad es que en nuestro país existan carreras técnicas como tales y no solo programas de educación o formación aislados entre sí. Necesitamos que los programas que existen y los que se creen, independientemente sean regulados por MINERD, MESCyT o INFOTEP, sean capaces de articularse entre sí como peldaños de un proceso, que permita a los y las jóvenes que elijan la ruta técnica, llegar tan lejos como quieran llegar. Cada uno de los títulos obtenidos en una ruta de carrera técnica, a la vez que conecta con un próximo nivel de educación o formación, debe permitir que la persona asuma responsabilidades que mejoren sus ingresos.

La ruta tradicional, la que indica que después de ser bachiller hay que completar una carrera de grado universitario para acceder a un empleo de calidad, exige un tiempo que no todos pueden esperar para empezar a cubrir sus propias necesidades, y un esfuerzo extraordinario que además es frágil ante cualquier eventualidad. La ruta de las carreras técnicas provee más rápidamente de destrezas para asumir una ocupación que la ruta académica tradicional y, además, las provee en un formato que, por ser más práctico, suele enganchar mejor al estudiante, lo que previene más efectivamente la deserción.

Las carreras técnicas son una ruta dignificante y ascendente, tanto para la formación y el estudio, como para el empleo. ¡De ninguna manera son la salida para los “fracasados”, los que no pueden porque no tienen recursos o porque no dan para más!

Son una ruta que genera bienestar social y, a la vez, modelan las capacidades productivas que nuestro país requiere para asegurar la oferta de productos y servicios de calidad que nos hagan competitivos local y mundialmente.

Actualmente, MINERD, MESCyT e INFOTEP como reguladores de los tres sistemas de educación y formación de nuestro país, están ocupados en los esfuerzos de intercomunicar y de diseñar programas que conduzcan a ocupaciones. A nosotros, como sociedad, nos toca reconocer y apoyar el esfuerzo, y orientar a los más jóvenes para que puedan tomar el camino que más le conviene para su futuro. Y trillar así, el sendero del éxito profesional.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/educacion-tecnica-un-camino-para-los-que-no-pueden-mas-8902331.html

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Sergio Torrejón: “ Se deberían fortalecer las partidas para la formación y la orientación laboral de las personas ”

Por Educaweb

Sergio Torrejón Pérez (Toledo, 1988) es Doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, especializado en algunas de las temáticas del área entre la sociología y la economía: el cambio estructural del empleo y sus implicaciones desde el punto de vista de la desigualdad, las implicaciones del cambio tecnológico en el mercado laboral y el futuro del empleo, etc.

Ha realizado estancias de investigación en Eurofound (Dublín) y el Instituto Universitario Europeo de Florencia, participado en proyectos de investigación nacionales e internacionales (European Jobs Monitor). Recientemente ha publicado The COVID confinement measures and EU labour markets, elaborado con otros compañeros y compañeras del Joint Research Centre de la Comisión Europea, donde trabaja en la actualidad como analista e investigador.

¿Qué retos y oportunidades laborales ha generado el COVID-19?

La crisis económica causada por la pandemia resalta la necesidad de proteger a los colectivos más vulnerables. Especialmente en países como España, uno de los más afectados tanto en términos de salud como económicos. Ya sabíamos que los trabajadores con peores condiciones de empleo, mayor inestabilidad y menos recursos merecen una atención focalizada para promover su mejor integración en el mercado laboral, algo que terminaría repercutiendo positivamente tanto a ellos (en términos de bienestar) como al conjunto de la sociedad al promover mejoras en su productividad y un impulso de la actividad económica y el consumo. Sin embargo, el shock actual, que ha afectado de nuevo más a ellos (jóvenes, mujeres, trabajadores temporales y a tiempo parcial, así como a los trabajadores con menos formación y salarios bajos) ha tensado de nuevo la cuerda, exponiendo de forma clara la vulnerabilidad a la que están sometidos. Por eso no es extraño que una medida como el Ingreso Mínimo Vital, aprobado recientemente en el Parlamento español (y que formaba parte de las recomendaciones de Comisión Europea desde hace años), haya sido acogida con un amplio consenso.

No olvidemos que el estado de bienestar español, comparado a otros, tiene poca capacidad para reducir la desigualdad y la pobreza. Esto se debe a su marcado carácter contributivo: la protección social está muy vinculada a las contribuciones hechas a lo largo de nuestra trayectoria laboral (las ayudas se canalizan fundamentalmente a través los seguros de desempleo y las pensiones), de modo que terminan recibiendo más recursos quienes han tenido trayectorias estables y sólidas. Es decir, quienes cuentan con una situación económica solvente, y no quienes más lo necesitan. En cambio, otras prestaciones, como las familiares por hijo a cargo, tienen un peso comparativo bajo. Esta anomalía (por eso España es uno de los pocos países desarrollados donde la mayor parte de las transferencias sociales van a parar a las manos de quienes más ingresos tienen) empezaría a atenuarse con una medida como esta, que vincula la prestación directamente a la situación económica de cada uno. Es momento, por tanto, de cambiar el foco y desarrollar políticas dirigidas que traten de ofrecer recursos y oportunidades a quienes carecen de ellos.

Otro reto tiene que ver con el teletrabajo. La crisis ha actuado como un «experimento» que ha generado cambios extraordinarios, relevando entre otras cosas que una parte importante de la actividad económica puede desarrollarse de forma remota. Esto ha sido muy positivo porque ha servido como colchón para que parte de la economía no se paralizase ni durante el periodo de confinamiento más estricto. Sin embargo, no podemos esperar que todos los que pueden teletrabajar ahora continúen haciéndolo en el futuro. Esto se debe a varias razones, entre ellas: 1) la cultura organizacional. El presentismo está muy instaurado en países como España, donde contamos todavía con las resistencias de muchos empleadores y gestores que consideran que el teletrabajo dificulta su capacidad de control sobre el proceso productivo. 2) La no disponibilidad, por parte del trabajador, de un espacio adecuado para conciliar y trabajar. El teletrabajo en ocasiones supone una complicación en términos ergonómicos, de conciliación de la vida laboral y familiar, etc., y esto debe de tenerse en cuenta.

Sin embargo, las condiciones extraordinarias actuales han permitido que muchos empresarios y gestores hayan comprobado que algunos trabajadores pueden continuar con sus labores de forma remota sin comprometer su productividad, además de aportar numerosos beneficios tanto a la organización (ahorrando costes) como a los empleados (que pueden ganar tiempo y organizarse de forma más flexible). Por esta razón, aunque el fenómeno no alcance en el corto plazo las cotas vistas durante los meses de confinamiento y luego restricciones, va a continuar siendo más frecuente y común en el medio y el largo plazo. De hecho, ya era una práctica que venía expandiéndose de forma lenta en Europa desde hace más de 10 años. La crisis actual, en ese sentido, va a actuar como aceleradora de un cambio que ya era irrevocable.

Aunque potencialmente positivo, no hay que olvidar que este cambio beneficia solo a algunos trabajadores. La posibilidad de teletrabajar se restringe al sector público u ocupaciones profesionales y técnicas, y se ha documentado ampliamente que su prevalencia aumenta a medida que el salario es también mayor. Es decir, quienes disfrutamos de estas condiciones somos unos privilegiados. Por norma, quienes podemos beneficiarnos de la expansión de esta forma de trabajo (sea de forma regular o más probablemente ocasional, combinando jornadas presenciales con días de teletrabajo) somos quienes contábamos de por sí con unas condiciones laborales más favorables. Mientras tanto, quienes se ocupan en empleos que precisan de la manipulación/ transformación de objetos o contacto físico con otros no verán grandes cambios en su día a día una vez superada la crisis.

Entre estos últimos se encuentran los trabajadores de las actividades y los servicios esenciales: los necesarios para que la economía no se paralice y podamos satisfacer nuestras necesidades básicas: médicos y sanitarios, dependientes, agricultores y productores de alimentos y bebidas, transportistas, etc. Las condiciones extremas a la que hemos estado expuestos por la pandemia han revelado algo importante: son quienes vertebran la economía y procuran nuestra salud y subsistencia. Y a pesar de ello, cuentan a menudo con salarios bajos y condiciones de empleo precarias. Una enseñanza que contraviene la idea tan extendida de que los salarios elevados son premios que recompensan el valor producido para el conjunto de la sociedad. Es buen momento, por tanto, para reivindicar nuevamente su papel dentro de ella. Aunque la mejora de sus condiciones es compleja y requiere de la acción en múltiples frentes, espero que la crisis sirva como revulsivo para introducir este elemento en la agenda.

«La crisis económica causada por la pandemia resalta la necesidad de proteger a los colectivos más vulnerables».

¿Cuáles son los cambios principales que se están produciendo o se producirán en el mercado laboral debido a la crisis del coronavirus (mencione al menos 3)?

El aumento del desempleo y la inactividad. La crisis ha tenido un impacto en el empleo diez veces mayor que aquel que tuvo durante la crisis financiera global. Y dado que su impacto está siendo asimétrico (está afectando más a los más vulnerables y con menos ingresos), el mercado laboral y la sociedad se están polarizando. Esto hace que la distancia entre quienes cuentan con contratos estables y buenas condiciones laborales y el resto se ensanche, lo que podría generar más tensiones sociales y políticas. Es por eso por lo que las políticas dirigidas a estos colectivos son tan apremiantes.

Este impacto asimétrico va a afectar especialmente a los jóvenes. La crisis ha perjudicado más a los sectores donde están sobrerrepresentados (turismo, hostelería, ocio y cultura, etc.), por lo que sus niveles de actividad e ingresos se van a ver afectados negativamente al corto y al medio plazo. Esta situación, además, preocupa porque hay evidencia que demuestra que entrar al mercado laboral durante una crisis tiene efectos negativos sobre la empleabilidad y los ingresos también al largo plazo. Teniendo en cuenta todo esto, conviene preocuparse por la situación tanto de los más jóvenes como de los millennials, quienes por contar con algunos años más accedieron al mercado laboral tras el estallido de la crisis financiera de 2008, para acto seguido y en pocos años sufrir de nuevo las consecuencias de otra crisis de mayor magnitud. Así, muchos de ellos, de forma inevitable al no haber conocido nada distinto a la inestabilidad y la incertidumbre, no solo tienen que seguir haciendo frente a dificultades económicas varios años después, sino que van a ver como siguen quedando comprometidos sus proyectos vitales (el acceso a una vivienda, la formación de familias, etc.). Esto, en un país con una natalidad de por si baja, es preocupante por los graves problemas demográficos y económicos que conlleva. Es por eso por lo que priorizar la atención pública a los jóvenes es tan importante. De lo contrario, esta crisis va a hacer que se consoliden algunos de los problemas estructurales con los que llevamos tiempo conviviendo, como la segmentación del mercado de trabajo (con los jóvenes siendo especialmente precarios y estando más desprotegidos) y todos los problemas asociados a la misma: la dificultad de encarar proyectos a largo plazo, etc.

Finalmente, dado que la crisis ha afectado más a algunos sectores, esto podría terminar produciendo desequilibrios territoriales. Los países y regiones donde los sectores afectados tienen más peso van a resultar más dañados, ampliando las diferencias económicas existentes entre unos y otros. En el plano internacional, países como España están siendo más golpeados que sus vecinos del norte, ya que el peso del turismo y otros sectores vinculados al mismo es mayor aquí. En el plano nacional ocurre algo similar, habiendo diferencias entre las regiones más turísticas y aquellas cuyo modelo productivo está más orientado a la industria o los servicios basados en el conocimiento.

«Tanto las habilidades digitales como las no-cognitivas son clave para tener éxito en el mercado de trabajo del presente y el futuro».

¿Qué perfiles profesionales y sectores económicos quedan más y menos reforzados con la pandemia? ¿Puede justificar su respuesta?

Los sectores con más capacidad para sortear el impacto de la crisis son los servicios intensivos en conocimiento y relacionados con el tratamiento y la manipulación de datos e información: los servicios financieros, la programación, las telecomunicaciones, la investigación, la educación y otras actividades profesionales y técnicas. Además de contar con mejores condiciones de empleo, estos sectores han mostrado una mayor resistencia durante la crisis. Entre otras cosas, por haber continuado con su actividad de forma remota en todo momento. Por eso es probable que salgan reforzados e incluso aumente su deseabilidad social en este momento, al demostrar ser capaces de ofrecer empleos más resilientes ante unas circunstancias extremadamente complejas y sin precedentes cercanos.

La mayor estabilidad de estos sectores ya quedó en evidencia antes: tras la crisis de 2008, cuando aguantaron mejor que la construcción y otros sectores (donde la temporalidad es muy alta) la caída de la demanda habida entonces. Se trata, por tanto, de actividades con mejores condiciones de empleo, más estabilidad, y que se configuran como una buena apuesta de futuro al menos por dos razones: hacen que la economía sea más competitiva y garantizan un crecimiento económico más estable (no tan sensible a los vaivenes del ciclo económico).

Otros sectores han sido golpeados de forma clara: algunas industrias o los servicios no cualificados y que requieren de contacto con los clientes, como el comercio, la restauración, los servicios personales y de limpieza, etc. La crisis no va a hacer que desaparezcan, pero seguirán afectados al corto y medio plazo. Esto se debe a que todavía no han podido volver a la actividad normal, sino que contarán hasta que se encuentre una vacuna o tratamiento con algunas restricciones: límites de aforo, uso obligado de medidas de protección, etc. En el mejor de los casos esto tendrá un efecto negativo temporal en términos de actividad y empleo, y en el peor supondrá el cierre de negocios que no pueden hacer frente a pérdidas durante un periodo sostenido. De ahí la importancia que tienen medidas como los ERTE, que minimizan el impacto de la crisis y permiten que muchas empresas sigan activas a pesar de la caída en la facturación. Sin embargo, aunque más vulnerables, la crisis está dejando claro que se trata de actividades de las que no podemos prescindir. De hecho, a medida que aumenta el número de trabajadores en los servicios cualificados suele aumentar la demanda de servicios no cualificados. Esto se debe a que hay más gente con recursos dispuesta a dedicar parte de ellos para la mejora de su bienestar personal (servicios personales), ocio y tiempo libre (hostelería, viajes, cultura), etc. Es por esto, de hecho (además de por la caída del peso relativo de la industria) por lo que la polarización del empleo (cuando los empleos que más crecen son los de mayor y menor calidad, en comparación con los de calidad intermedia) suelen ser más frecuentes en las capitales y grandes áreas urbanas, como indica el último informe European Jobs Monitor de la Comisión Europea.

Pero una sociedad en la que todos trabajemos frente a una pantalla es inviable e indeseable, ya que no seríamos capaces de comerciar o satisfacer las necesidades humanas más elementales. Por tanto, diversificación económica y convivencia seguirán siendo la norma en el futuro. Dadas las circunstancias, cualquier estrategia de futuro debe pasar necesariamente por reforzar los eslabones más débiles de la economía y el mercado de trabajo. La extensión de mejoras laborales a los sectores que siguen ofreciendo peores condiciones de empleo y que además y debido a ello están más expuestos a los vaivenes del ciclo económico es, en este sentido, necesaria para dotar al país de una mayor fortaleza, logrando minimizar los riesgos a los que nos exponemos con cada crisis y extender el bienestar social a capas más amplias de la población.

¿Qué competencias transversales necesitan adquirir o reforzar las personas para conseguir oportunidades laborales en un mercado de trabajo post COVID-19?

Las habilidades digitales (el manejo de información y datos, la creación de contenido digital, el uso de dispositivos digitales, etc.) seguirán adquiriendo importancia a medida que la digitalización abarque más ámbitos y sectores. Estas habilidades llevan muchos años siendo importantes, y la crisis ha demostrado que los empleos que requieren su uso intensivo son más resistentes y estables.

El otro componente clave son las habilidades sociales o no-cognitivas: la capacidad de hablar en público, de trabajar en equipo, de planear, etc. Los empleos que más han crecido recientemente, así como aquellos donde más ha aumentado los salarios, requieren un alto nivel de habilidades no-cognitivas. En un mercado tan competitivo como el laboral, cuando la educación formal (donde se transmiten las habilidades cognitivas) se ha universalizado y extendido, las habilidades de este tipo son las que marcan la diferencia. Tienen un carácter transversal y se asocian a una mayor flexibilidad, así como a la capacidad de saber adaptarse a los cambios y la predisposición para seguir formándose. Son, por tanto, habilidades clave para la economía del presente y el futuro, en la que la formación continua y la necesidad de adaptarse a circunstancias cambiantes son elementos clave. La sucesión de crisis como esta, en un contexto de rápido cambio tecnológico, aumenta la necesidad de formarse y reciclarse, sea porque tenemos que adaptarnos a cambios en la forma como se produce (cuando se utilizan nuevas tecnologías en el trabajo) o porque tenemos que cambiar de sector y debemos aprender a realizar otras tareas (cuando hay crisis de demanda asociadas a crisis económicas). Con todo, tan solo el 11% de los adultos en Europa ha participado recientemente en cursos de formación continua, una cifra que se espera siga aumentando gracias a la proliferación de recursos como los cursos online.

En síntesis, tanto las habilidades digitales como las no-cognitivas son clave para tener éxito en el mercado de trabajo del presente y el futuro. Los empleos que van a crecer más y que están asociados a salarios altos requieren al menos un nivel moderado de habilidades digitales combinado con habilidades no cognitivas fuertes. Aunque los resultados a los que aludo se obtuvieron antes de la crisis, esta no ha hecho más que consolidar y acelerar algunos de los cambios que venían produciéndose previamente, por lo que debemos seguir teniendo muy presentes estas lecciones.

«Para mejorar la empleabilidad de los jóvenes las empresas deberían ofrecer facilidades para que todos puedan obtener experiencia laboral».

¿Qué medidas deberían implementar los gobiernos para facilitar el acceso al mercado laboral a las personas más afectadas por la crisis económica que deja el COVID-19?

Se deberían fortalecer las políticas activas de empleo y, de forma más específica, las partidas para la formación y la orientación laboral. Algo que está entre las recomendaciones que hace la Comisión de forma recurrente, y que caracteriza a los modelos de éxito del norte de Europa. Aquí, sin embargo, dedicamos pocos recursos a estas partidas y muchos a incentivar la contratación a través de bonificaciones, una estrategia cuya eficacia han cuestionado numerosas evaluaciones.

El resultado es que la inversión en políticas del mercado de trabajo, en uno de los países con más desempleo de Europa, no resulta lo eficiente que podría ser. La aspiración, por tanto, debería ser converger con los países vecinos en cuanto al gasto dedicado a políticas basadas en la formación y la orientación laboral, obteniendo de esa manera una atención más personalizada y que resulte de mayor utilidad para los desempleados. Algunos colectivos solo pueden acceder a asesoramiento, cursos e información clave a través de estos servicios, por lo que necesitamos reforzar esta pata de las políticas de empleo para que la inversión sea de mayor utilidad para las personas más vulnerables.

De forma indirecta y al medio-largo plazo, las medidas de apoyo a los ingresos de los pobres pueden promover su mejor empleabilidad. Esto se debe a que los individuos, cuando experimentan situaciones de carencia material, tienen una mayor dificultad para planificar de forma estratégica y pensar en términos de coste-beneficio al medio y largo plazo. Cuando te debes de ocupar de lo urgente para subsistir, a menudo lo importante queda al margen. Esto, que explicaron Mullainathan y Shafir brillantemente en un libro, es lo que explicaría que los pobres tiendan a tomar lo que tendemos a calificar como decisiones inadecuadas para salir de la pobreza. Lo relevante es que los autores invierten la lógica causal habitual y explican que, en muchas ocasiones, uno no es pobre porque tome «malas decisiones», sino que a menudo termina tomándolas porque es pobre y está fuertemente condicionado en su día a día. Por eso, con ayudas económicas a estos colectivos procuramos un alivio económico que permite que dispongan de más claridad, medios y recursos para pensar más allá de lo urgente, llevando a cabo acciones y tomando decisiones estratégicas que les permitan salir de la «trampa de la pobreza». Equilibrar a través de ayudas sirve, en este sentido, para dar medios y oportunidades a quienes no las tienen. Sin recursos básicos es imposible salir de esa trampa. Por tanto, las políticas de apoyo a los ingresos de los pobres resultarían positivas tanto para su beneficio personal como para beneficio del conjunto de la sociedad, ya que terminan fomentando un reparto más eficiente del capital humano. Para visualizar esta última idea solo tienen que pensar en la cantidad de gente que no puede desarrollar todo su potencial (aficiones, intereses y vocaciones) por haber nacido en una familia que carece de recursos y oportunidades.

¿Y qué deberían hacer las empresas para que las personas más vulnerables y afectadas por la crisis laboral que deja la pandemia puedan acceder al mercado de trabajo?

Para mejorar la empleabilidad de los jóvenes las empresas deberían ofrecer facilidades para que todos puedan obtener experiencia laboral. Las prácticas no remuneradas o escasamente remuneradas, a menudo planteadas como «procesos formativos» para evitar formalizar relaciones laborales, son un elemento de desigualdad importante, ya que solo pueden acceder a ellas quienes cuentan con una situación económica favorable: quienes pueden permitirse estar un tiempo sin/ con escasos ingresos personales mientras desarrollan esta clase de experiencias. Esto es relevante porque estas prácticas a menudo actúan como trampolín para acceder a empleos de calidad, aunque sea en otras empresas. Por tanto, el fomento de prácticas adecuadamente remuneradas y otros contratos (como los indefinidos con periodo de prueba) ayudaría a introducir más equilibrio en el acceso al mercado de trabajo.

Por otro lado, la formación en la empresa es útil para que los trabajadores puedan promocionar dentro de ella, así como para mejorar su empleabilidad al tener la oportunidad de ampliar conocimientos y formarse en las habilidades más demandadas hoy en día. A pesar de la importancia de la formación continua, poco más de 1 de cada 10 adultos en Europa han participado en esta clase de experiencias recientemente. Las empresas, en consecuencia, deberían aplicarse para que esta práctica se extienda y consolide, funcionando como recurso capaz de mejorar la empleabilidad de los trabajadores y de facilitar las transiciones en el mercado de trabajo. De este modo el impacto social y económico de la crisis sería menor, ya que habría una cantidad mayor de trabajadores a quienes los resultaría relativamente fácil cambiar de empresa o sector al haber recibido formación actualizada.

Tanto la inversión en formación como los esfuerzos extra por mantener a los trabajadores en plantilla constituyen, en este contexto y para las empresas, buenas formas de recompensar a los trabajadores y a la sociedad en su conjunto, de una forma que va a terminar produciéndoles retornos también a ellas, por los esfuerzos hechos a través mecanismos de ayuda tan cuantiosos como los ERTE.

Finalmente, muchos trabajadores de los sectores más afectados por la crisis se ocupan con contratos temporales, a tiempo parcial o tiempo muy reducido (los contratos de un año o menos se han incrementado más de un 10% desde 2008). Por esto, muchos no cuentan con seguridad en el empleo ni tienen acceso fácil a la protección social. Las empresas, en consecuencia, deberían hacer esfuerzos por normalizar la situación de muchos de ellos, restringiendo el uso de estos contratos para los casos y supuestos específicos para los que se contemplan, y no de forma fraudulenta y/o como estrategia para reducir costes laborales y poder hacer ajustes a bajo coste (o a través de la no renovación). De este modo, los trabajadores contarían con más y mejores recursos para hacer frente a crisis como esta. Por la misma razón convendría penalizar y evitar la realización de horas extra sin remunerar y otras formas de economía sumergida, que impiden que muchos trabajadores puedan consolidar sus derechos y, en consecuencia, que reciban una atención adecuada en épocas de dificultad.

*  La entrevista hace referencia a varios informes recientes del Joint Research Centre (JRC), institución que proporciona soporte y evidencia científica para apoyar la toma de decisiones políticas a nivel europeo. Los resultados científicos de esos informes no representan la posición política oficial de la Comisión Europea. La entrevista refleja las opiniones del entrevistado y no aquellas de la institución donde trabaja.

Fuente: https://www.educaweb.com/noticia/2020/07/29/sergio-torrejon-hay-fortalecer-formacion-orientacion-laboral-19282/
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La UNESCO lanza la Academia Mundial de Competencias para impulsar la empleabilidad de un millón de jóvenes durante la recesión que se avecina

Europa/Paris/PrensaUnesco

La UNESCO ha puesto en marcha una Academia Mundial de Competencias con el objetivo de dotar a un millón de jóvenes de aptitudes de empleabilidad y resiliencia y ayudarles a encontrar trabajo durante la recesión que se avecina, en la que las perspectivas de empleo para los jóvenes son desoladoras.

La Organización dio a conocer el proyecto, titulado Competencias para una juventud resiliente en la era de la COVID-19 y más allá, en el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, celebrado el 15 de julio.

Los miembros de la Coalición Mundial para la Educación de la UNESCO, que inició su labor en marzo para ayudar a los países a elaborar soluciones de aprendizaje integradoras, se están uniendo para ofrecer a los jóvenes oportunidades de adquirir aptitudes digitales y otras competencias mediante el acceso gratuito a programas de desarrollo de habilidades en línea. Las ofertas de los asociados se agruparán en la Academia Mundial de Competencias, que ofrecerá acceso a las oportunidades de formación.

Entre los socios fundadores figuran Coursera, Dior, Festo, Huawei, IBM, Microsoft, Orange Digital Centres y PIX. También contribuirán al proyecto organizaciones internacionales como la OIT, la OCDE y WorldSkills Competition.

La Academia funcionará mediante un proceso de emparejamiento facilitado por UNEVOC, la red mundial de la UNESCO para instituciones especializadas en la Educación y la Formación Técnica y Profesional.

Se compartirá información detallada sobre los cursos de formación disponibles con los 250 Centros UNEVOC de más de 160 Estados Miembros. Los Centros identificarán a los participantes interesados y los pondrán en contacto con las plataformas de formación de los miembros de la Coalición. Llegar a los alumnos más desfavorecidos será una prioridad.

«La crisis ha puesto de relieve la urgencia de dotar a los jóvenes de las competencias adecuadas para acelerar la transición hacia economías más integradoras, sostenibles y resilientes», dijo Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO. «Esto requiere una inversión masiva en la educación y la formación profesional y la ampliación de las asociaciones con los empleadores para reducir la brecha entre la demanda de competencias y el lugar de trabajo».

Las repercusiones de la pandemia en la educación y el empleo han sido dramáticas. Los estudiantes matriculados en instituciones de capacitación y los aprendices se han visto particularmente afectados por los cierres, ya que dependen más de la formación práctica y el equipo que sólo está disponible en los centros de enseñanza y los lugares de trabajo.

Según el reciente informe de política del Secretario General de las Naciones Unidas sobre «El mundo del trabajo y la COVID-19», los jóvenes representan más del 40% de las personas empleadas en los sectores más afectados en todo el mundo. Incluso antes de que se produjera la crisis, 267 millones de jóvenes no tenían empleo, educación o formación.

En los mercados laborales de todo el mundo se demandan competencias en ámbitos como el análisis de datos, computación en la nube, inteligencia artificial y el aprendizaje automático, pero muchos sistemas de educación y formación carecen de las capacidades necesarias para preparar a los jóvenes para el empleo en estas áreas.

Entre las contribuciones de los asociados fundadores figuran:

  • Coursera: iniciativa de recuperación de la fuerza laboral. Aprendizaje en línea para volver a formar a los trabajadores desempleados y que vuelvan a entrar en el mercado laboral.
  • Dior: programa Women@Dior (link sends e-mail). Un programa educativo de liderazgo en torno a cuatro valores fundamentales: autonomía, inclusión, creatividad y desarrollo sostenible.
  • Programa Huawei’sTech4All. Capacitación en habilidades digitales y MOOCS que cubren campos como la inteligencia artificial, big data y el internet de las cosas.
  • Festo: módulos de aprendizaje electrónico en tecnología del agua y gestión de aguas residuales.
  • IBM: acceso gratuito a las plataformas que ofrecen formación sobre tecnologías emergentes y capacitación y readaptación para adultos.
  • Microsoft: cursos gratuitos en línea y herramientas del mundo real para desarrollar habilidades en tecnologías que ayuden a los estudiantes y a las personas que buscan trabajo a tener éxito en un mundo post-COVID.
  • Orange: Orange Digital Centres para el desarrollo de aptitudes digitales y los Orange Campus Services que permiten el acceso a cursos gratuitos en línea, tanto en África como en Oriente Medio
  • PIX: plataforma para evaluar, desarrollar y certificar las competencias digitales.

Fuente: https://es.unesco.org/news/unesco-lanza-academia-mundial-competencias-impulsar-empleabilidad-millon-jovenes-durante

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Formación Integral Y Aprendizaje A Lo Largo De La Vida

Por: Observatorio de Innovación Educativa

En esta entrevista, la rectora de la Universitat Jaume I, Eva Alcón, habla de los retos actuales en la educación superior, el aprendizaje a lo largo de la vida y la formación integral que busca esta institución académica española.

Transcripción de la entrevista

LOS RETOS PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Eva Alcón: Yo creo que son varios retos. Las universidades nos dedicamos especialmente a generar conocimiento, a transmitir ese conocimiento, y también, de alguna manera, a transformar las regiones en las que estamos ubicadas las universidades. Entonces, yo creo que tendríamos que diferenciar los diferentes ámbitos de actuación que tenemos las universidades: en el ámbito de la investigación creo que el reto mayor que tenemos es ya no generar conocimiento, porque generamos el conocimiento en las universidades y además lo hacemos bien, sino el reto mayor es cómo ese conocimiento que generamos llega a la sociedad y se convierte en innovación, creo que ese es un gran reto en investigación que tenemos.

En el ámbito docente, creo que formamos a la gente, formamos a la gente en estudios oficiales, de grado, de posgrado, y también en estudios propios. Yo creo que aquí el gran reto que tenemos es, por una parte, incorporar las nuevas tecnologías a la docencia, pero no como una cosa que sea añadido a la docencia, sino como instrumento para mejorar e innovar en la práctica docente. Y después, el otro reto que tenemos en la docencia es el aprendizaje a lo largo de la vida. Aprendizaje a lo largo de la vida, estoy hablando no solamente del aprendizaje que se realiza en las universidades para mayores de 55 años, que están muy consolidados en las universidades por ejemplo españolas, sino de ese aprendizaje que vamos a tener que ir construyendo conforme vayamos pasando por nuestra trayectoria profesional.

Hace unos años estudiábamos una titulación y con esos conocimientos pasábamos toda nuestra vida, eso ya no va a ser así, tenemos que ir hacia una formación mucho más integral de la persona, mucho más transversal y después ser mucho más flexibles para adaptar esos conocimientos a las realidades que vamos a tener que enfrentar y al mismo tiempo volver de nuevo a las universidades para seguir formándonos dentro de esa flexibilidad.

APRENDIZAJE A LO LARGO DE LA VIDA

Eva Alcón: La universidad de mayores, yo creo que es un ejemplo de lo que debería ser la formación a partir de una cierta edad, cuando uno ya no busca un título, cuando uno ya no busca ni siquiera adaptarse dentro de esa flexibilidad, sino que, de alguna manera, implica un envejecimiento activo que está dentro de esta sociedad a la que nos vamos. Como tú bien has dicho que cada vez vamos a vivir más años, es un factor clave, esa es por una parte una formación que tenemos.

Otra formación que tenemos es aquella que va destinada a adaptarse a las nuevas necesidades que requiere el mercado laboral y para eso nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo para conectar la universidad con el sector productivo y el sector productivo con la universidad, y a mí me gusta decir que esa relación tiene que ser bidireccional, es decir, las empresas tienen que saber lo que las universidades le podemos ofrecer pero, al mismo tiempo, la universidad debe saber lo que la empresa necesita. Además, tenemos la gran suerte de contar con un parque científico y tecnológico en nuestra universidad, que es SPAITEC, que es un ecosistema para la innovación, y ese parque, SPAITEC, cada vez va a ganar más fuerza, cada mes van a tener más que aportar, esas empresas que están en contacto con la universidad y van a tener que aportar también más las empresas a la universidad y la universidad a las empresas.

Yo creo que esos son algunos de los retos que tenemos. Otros retos que también tenemos es la innovación educativa y, como he dicho, las tecnologías de la información y la comunicación, en esa transformación digital a la que nos vamos a tener que someter las universidades como otras instituciones y empresas.

EL IMPACTO Y RESPONSABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD EN LA SOCIEDAD

Eva Alcón: Que las universidades tenemos un impacto grandísimo en el territorio, somos motores de transformación socioeconómica, y la Universitat Jaume I es un magnífico ejemplo de eso. Por ejemplo, en el tema cultural, en el tema cultural vamos de la mano de las instituciones, vamos de la mano del ayuntamiento, de la Generalitat. ¿Para qué?, pues, para hacer de Castellón un catalizador de cultura, donde de alguna manera sumamos fuerzas, buscamos sinergias para que la gente tenga acceso a la cultura, entendemos la cultura como un valor añadido.

Entendemos también que la universidad, o nos gustaría que la universidad, fuera el espejo al que se mira la sociedad, por eso es tan importante para nosotros la celebración de días como el Día contra la Violencia de Género, como el Día de las Personas con Discapacidad, el Día de la Diversidad Lingüística. ¿Por qué?, porque de esa manera ponemos en valor lo que somos como universidad, una universidad plural, una universidad inclusiva, una universidad donde no importa la raza, de dónde provengas, vas a tener espacio. Una universidad donde apostamos por la igualdad de oportunidades, tenemos cada vez más becas, tenemos un programa de becas propio sencillamente para evitar que nadie quede excluido de la universidad por motivos económicos.

Hemos hecho un gran esfuerzo por aumentar la partida destinada a becas, hemos hecho también un gran esfuerzo para que la información de las becas esté toda, de alguna manera, agregada, cuando un estudiante nuestro llegue a la universidad pueda tener acceso a toda la información que existe y pueda planificar su propio proceso de aprendizaje. No nos olvidemos que, para nosotros, el estudiantado es la razón de ser de las universidades y, por lo tanto, que ese estudiantado tenga oportunidades de acceso, que tenga garantías de poder continuar y evitar el fracaso una vez entre en la universidad se convierte en una de nuestras prioridades, junto con la empleabilidad, para favorecer las condiciones para esa empleabilidad.

EL RETO DE LA FORMACIÓN INTEGRAL

Eva Alcón: Yo creo que, en la universidad, formamos a las personas para facilitar la inserción profesional, la inserción laboral, y de ahí los contenidos curriculares de los títulos, pero a mí también me gusta decir que el paso por la universidad no solamente nos encargamos de formar profesionales, sobre todo formamos a personas.

Toda esa formación integral cada vez es mayor, necesitamos personas capaces de trabajar en grupo, necesitamos personas capaces de saber comunicar y en más de una lengua, necesitamos personas capaces de liderar proyectos, de buscar el consenso, necesitamos personas capaces de manejarse con las nuevas tecnologías, y además aportar una visión humanística del uso de las nuevas tecnologías. Todo eso implica ir más allá de los simples contenidos curriculares de los planes de estudios, pero ese es nuestro reto, nuestro reto es cómo educar a una ciudadanía crítica que tendrá que vivir en un mundo cada vez más global, cada vez más cambiante, cada vez más flexible, bueno, y en eso estamos.

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Hay más mujeres que hombres con estudios, pero tienen más difícil encontrar trabajo

Europa/España/11/03/2020/Autor y fuente: Educación 3.0

El informe Igualdad en Cifras MEFP, elaborado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, destaca que el 82,3% de las chicas obtiene el título de ESO y el 63,4% alcanza el de Bachillerato, pero tienen peores tasas de empleabilidad en todos los niveles de formación entre los 25 y los 64 años que los hombres.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer y por segundo año consecutivo, el Ministerio de Educación y Formación Profesional ha publicado el informe Igualdad en Cifras MEFP. El documento, que recoge los principales indicadores educativos en clave de género, muestra que las chicas obtienen en mayor proporción que los chicos los títulos de ESO y Bachillerato.

Las chicas, por delante

Así, mientras el 82,3% de las chicas obtiene el título de ESO y el 63,4% alcanza el de Bachillerato, solo un 72,7% de los chicos logra graduarse en Secundaria y un 48,8% en Bachillerato.

Al llegar a la enseñanza universitaria, las mujeres suponen el 55,2% del alumnado. Además, también se da un menor abandono educativo-formativo entre las chicas de 18 a 24 años (un 13% frente al 21,4% de los chicos de esa misma edad); y el porcentaje de mujeres de 25 a 34 años con estudios superiores supera en 11,8 puntos al de hombres (52,4% frente a 40,6%).

Distinta orientación profesional

Los datos también constatan las diferencias a la hora de elegir estudios, con una baja presencia femenina en las áreas científico-tecnológicas. La brecha de género se manifiesta ya en el Bachillerato de Ciencias, donde las chicas representan el 47% del alumnado.

Por otro lado, en Formación Profesional la presencia femenina es menor en todos los niveles (básica, grado medio y superior) y es especialmente baja en ramas como las de Mantenimiento de vehículos autopropulsados (3,2%), Electricidad y Electrónica (4,8%) o Fabricación Mecánica (9,4%). Sin embargo, son mayoría en Imagen Personal (94,1%), Servicios Socioculturales y a la Comunidad (87,1%) o Sanidad (75%).

En los grados y másteres universitarios la situación es similar, con pocas mujeres cursando carreras relacionadas con ingeniería, industria y construcción (28,5%) o en Informática (12,9%), y muchas en Educación (77,7%) o Salud y Servicios Sociales (71,4%).

expectativas de trabajo

Un mercado laboral masculinizado

La feminización de los estudios en general contrasta sin embargo con la masculinización del mercado laboral, donde las mujeres tienen peores tasas de empleabilidad en todos los niveles de formación entre los 25 y los 64 años, según datos de 2019. De hecho, las tasas de paro femenino son superiores para todos los niveles educativos y todas las edades. Si se restringen al grupo de mujeres entre 25 y 34 años —franja en la que un 52,4% posee estudios superiores (11,8 puntos más que los varones de esa edad)— las cifras no mejoran, con 2,6 puntos más de paro total, 10 puntos más entre aquellas sin estudios obligatorios y casi dos más entre las que tienen estudios superiores.

Por último, en cuanto a la profesión docente, se trata de una carrera con un claro predominio de mujeres (66,6% del total), especialmente en las primeras etapas de la enseñanza, en donde representaron el 97,7% en Infantil en el curso 2017-2018. En la universidad, el profesorado femenino representa el 41,8%, porcentaje que aumenta hasta el 51,9% entre los menores de 40 años.

Fuente e imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/hay-mas-mujeres-que-hombres-con-estudios-pero-tienen-mas-dificil-encontrar-trabajo/

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Salud y tecnología, los estudios que triunfarán en 2020

Por: Nacho Meneses

En una sociedad crecientemente digitalizada, grados y especializaciones sanitarias y tecnológicas destacan como las de mayor proyección laboral

Los datos no engañan: cada vez vivimos más, y quienes llegan a edades avanzadas lo hacen en mejores condiciones. Un sector de población cuyas patologías resultan con frecuencia crónicas, y que demanda una atención médica variada y constante. Esto, unido al desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas al ámbito sanitario y a la aparición de nuevos perfiles profesionales, hace que los estudios y los trabajos relacionados con la salud sean, junto con los tecnológicos, los que gozan de mejores perspectivas laborales a corto y medio plazo. También son, y esto es relevante, las personas que más satisfechas se encuentran con su empleo.

Cada año, el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos elabora una lista con las 100 profesiones con mayor demanda de empleo, de las que extrae los estudios con mejores expectativas profesionales. Si la Ingeniería del Software es la carrera universitaria que aparece en primer lugar, es de justicia mencionar que seis de las diez formaciones en ese top ten están relacionadas con el ámbito sanitario: Odontología, Enfermería, Medicina, Fisioterapia, Terapia Ocupacional y Óptica y Optometría. Completan la lista los grados en matemáticas (5) y Derecho (10), seguidos de Arquitectura Técnica y Administración y Dirección de Empresas (ADE). Informes como el elaborado por Infoempleo y la Universidad Internacional de La Rioja muestran una tendencia al alza en el ámbito sanitario desde 2013, e incluso la Organización Mundial del Trabajo identifica este campo como uno de los sectores claves para el empleo del futuro.

“Las necesidades de atención de las personas mayores, junto con el gran gasto sanitario que supone su atención en régimen de ingreso hospitalario, hace que se fomenten cada vez más los cuidados y atención domiciliaria” de una manera más intensiva que en la actualidad, asegura Montserrat Antonín, directora de la Escuela Universitaria de Enfermería Gimbernat. Un grado “con múltiples salidas profesionales: atención primaria y especializada, investigación, docencia e incluso dentro del campo de la innovación y el emprendimiento”, lo que provoca una demanda elevada en el mercado laboral que sin embargo no se traduce en suficientes puestos de trabajo: según el Sindicato de Enfermería SATSE, en España se necesitan 131.000 enfermeras y enfermeros, un 34 % más que las actuales, para alcanzar la media europea.

Hagas lo que hagas… digitalízate

Desarrollar competencias tecnológicas es, hoy en día, imprescindible, aunque “hay que saber diferenciar entre aquellas que debemos desarrollar de forma genérica, para ejercer cualquier profesión e incluso para la vida diaria, de otras específicas y necesarias para la ocupación elegida”, sostiene Concepción García, vicerrectora de Emprendimiento y Empleabilidad de la Universidad Complutense de Madrid. “Además de las titulaciones con un alto contenido tecnológico, carreras que tradicionalmente no requerían estas habilidades para la práctica profesional han visto modificados sus perfiles debido a la tecnología, ampliando sus campos profesionales. No en vano, el 45 % de los empleos en el año 2020 estarán relacionados con el entorno digital, según datos de la Unión Europea recogidos en el informe ISDI Digitalización de los profesionales españoles.

Y si no generamos estos perfiles, ¿qué ocurre? “España es deficitaria en determinadas especialidades, por los que estos profesionales finalmente provienen de otros países. Es el caso de los especialistas en Big data, Internet de las Cosas, Inteligencia Artificial, Cloud Computing y, en general, todos los desarrolladores de software, perfiles que están muy solicitados tanto por la gran cantidad de start-ups tecnológicas que están surgiendo como por todas las empresas que se encuentran en pleno proceso de transformación digital”, cuenta Xavier Núñez, director de la escuela superior de informática EPITECH, en Barcelona.

Los dobles grados, esfuerzo y recompensa

Otra de las opciones predilectas por parte de los estudiantes es la de los dobles grados, como los de ADE y Derecho, Derecho y Ciencias Políticas, Matemáticas y Física (el que suele tener una mayor nota de corte en España) o Turismo y Comercio. Se trata de formaciones más exigentes, con una mayor carga de créditos, pero que al final otorgan la recompensa de obtener dos graduados diferentes: por ejemplo, los que terminan el de ADE y Derecho, saldrán con un grado en ADE y otro en Derecho, no con un título doble.

“Si lo normal, para un grado, está en 240 créditos repartidos en cuatro años, estas titulaciones suelen incluir entre 350 y 360 a lo largo de cinco cursos académicos”, explica García. Más créditos, pero no el doble, algo que se explica porque ambos grados “se reconocen los créditos optativos de un grado para el otro, y además suele haber asignaturas básicas que son equivalentes en los dos. Eso sí, al final tienes que hacer dos trabajos de fin de grado (TFG) diferentes”.

Empleabilidad o vocación

A la hora de escoger estudios superiores, ¿qué debe pesar más: la vocación personal o las salidas profesionales de una determinada formación? Según los expertos, la elección no es tan excluyente como puede parecer en un principio. “Lo importante es que la gente se forme en lo que verdaderamente quiere, y en lo que crea que puede ser bueno. No es recomendable que estudien algo solo por la empleabilidad, sino también por la vocación; lo ideal es que encuentren un equilibrio entre estos dos factores”, sostiene Joan ramón Castelló, director de Marketing y cofundador de EMagister.

Para tomar una decisión informada, no obstante, conviene tener todos los datos en la mano: “A veces, los jóvenes no conocen las salidas profesionales de una carrera con realismo antes de comenzarla. La elección puede partir de una idea preconcebida que, en ocasiones, será errónea o estereotipada. Pero tampoco conviene elegir un sector profesional en el que no te sientas cómodo”, reflexiona García. Las carreras tienen diversas opciones laborales que, en muchos casos, se completan con formación especializada de posgrado. Son itinerarios que conducen a diferentes profesiones “sobre las que hay que tener datos objetivos: qué puestos se pueden ejercer, qué tareas se realizan, cuáles son las formas de acceso al mercado de trabajo, qué competencias es necesario potenciar, las bandas salariales existentes…” La vicerrectora de la UCM prefiere además sustituir el término “vocación” por “intereses” que deben conocerse antes de comenzar una carrera.

Las ‘soft skills’, un valor añadido

Hoy en día, las compañías no buscan solo candidatos formados en conocimientos técnicos (las hard skills). Cada vez más, demandan perfiles profesionales con un dominio demostrable de habilidades personales e intrapersonales, “empleados altamente flexibles, con un alto grado de adaptabilidad, creativos, con capacidad de comunicación y de trabajar en equipo, capacidad de negociación y de gestión del tiempo, así como de adquirir, procesar y desarrollar información”, argumenta Roel Koppens, director general de Goodhabitz en España. Además, “casi el 80 % de la población activa considera que estas habilidades personales son diferenciales y claves para acceder a un puesto de trabajo”.

Universidades y escuelas de negocio comienzan a incluir este tipo de competencias en sus programas de formación, conscientes de su capacidad para revalorizar el talento humano. “De nada sirve un profesional con conocimientos técnicos si no sabe trabajar en equipo, comunicarse, tomar decisiones, ofrecer soluciones, gestionar su tiempo o resolver los problemas de forma eficaz”, concluye Koppens. Según esto, el candidato que posea estas habilidades tiene más posibilidades de desarrollar una carrera profesional exitosa y de disponer de oportunidades de ser promocionado a puestos de liderazgo dentro de su organización.

La formación ‘online’, en alza

Cada vez hay más usuarios nativos digitales, y eso se hace notar también en el campo de la formación. Así, el 42 % de los internautas que visitan el buscador de cursos EMagister prefiere los cursos o másteres online, frente a un 37 % que opta por la formación presencial y el 15 % que escoge la formación a distancia. Los cursos cortos y los ciclos de Formación Profesional son los dos tipos de formación preferidas por sus usuarios (más de 11 millones de visitas en 2019), pero también diferentes tipos de máster y postgrados, dirigidos a un público “que usa este tipo de formación como una palanca de ascenso profesional o como complemento para obtener más y mejores habilidades y, con ello, nuevas oportunidades dentro del competitivo mundo laboral”, explica Castelló.

En lo que va de 2019, las FP más demandadas son las de salud, Farmacia, terapias alternativas, Nutrición, Hostelería y Turismo, Educación, Imagen Personal e Industria; mientras que entre los másteres y postgrados destacan los programas de Comunicación, Marketing, Nuevas Tecnologías y Medio Ambiente. En lo que respecta a las formaciones digitales, el foco se sitúa en titulaciones como los másteres en Big Data y Business Intelligence, Ciberseguridad, Excel y Access avanzados o Experto en Peritaje Informático.

Fuente e imagen: https://elpais.com/economia/2019/09/04/actualidad/1567614365_724108.html

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