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Los mercaderes de la educación.

Por : Raul Tola

Dudo que queden quienes crean los argumentos con los que el fujimorismo y el aprismo intentan justificar la interpelación al ministro de Educación, Jaime Saavedra. Es bastante obvio que no hay verdaderas intenciones de moralizar el sector, ni importan los retrasos en los Panamericanos, ni los desaforados gritos de Cecilia Chacón a Saavedra son gratuitos.

Las universidades que nacieron a partir de 1998, al amparo del Decreto Legislativo Nº 882 (“Ley de promoción de la inversión en la educación”) han terminado convirtiéndose en empresas multimillonarias. Un estudio reciente revela que la familia Acuña, propietaria de las universidades César Vallejo y Señor de Sipán, está entre las veinte más ricas del Perú, por encima de los Wong. Para cautelar sus intereses, estos centros de estudios no han dudado en invertir parte de su cuantioso patrimonio, financiando campañas presidenciales y parlamentarias. El día de ayer, La República informó que este poderoso lobby incluye al menos a 16 congresistas.

Los ingresos de estas universidades no guardan la menor relación con sus estándares de calidad. Solo así se explica que entre sus propietarios y rectores haya cantidad de plagiarios, analfabetos estructurales, sospechosos de lavar activos o afortunados que ganan salarios de más de dos millones de soles.

Entre los defensores de este modelo de negocio se encuentran algunos fanáticos de la desregulación, cuyo argumento parece resumirse en la siguiente afirmación: “Es preferible tener una mala educación que no tener ninguna educación”.

Ignoran el esfuerzo de miles de padres, que invierten hasta lo que no tienen para que sus hijos accedan

una educación superior, para tener oportunidades que para ellos nunca existieron.

Los mercaderes de la educación aunque cumplen con otorgar un título al final de las carreras, lo hacen formando profesionales mediocres, que a la hora de ingresar al mercado laboral descubrirán la triste verdad: ellos y sus padres fueron estafados, y sus diplomas valen poco más que el cartón y la tinta.

¿A usted le gustaría cruzar un puente levantado por un ingeniero mediocre? ¿Ser operado por un médico chapucero? ¿Poner su libertad en las manos de un abogado que ignora la ley? Malos profesionales hay en todas partes: lo que no puede tolerarse es que el Estado los consagre y aliente, permitiendo que en el nombre de la libre empresa pueda llamarse “universidad” a un kiosco con un letrero.

La Ley Universitaria de julio de 2014 fue un primer esfuerzo por corregir esta situación absurda y compleja. Ahí se establece una serie de exigencias, pensadas para elevar la calidad universitaria, como obligar a que todos sus profesores tengan una maestría, o que al menos un 25% esté en planilla. Si en los dos años y medio que vienen no llegan a adecuarse a la ley, los mercaderes de la educación pueden perder la licencia de estas minas de oro. Por eso están tan preocupados.

La ley no es perfecta, y muchas de las objeciones que enfrenta deben ser debatidas y corregidas. Pero estamos ante un ataque matonesco e interesado, que no se puede aceptar.

Fuente:http://larepublica.pe/impresa/opinion/825239-los-mercaderes-de-la-educacion

Imagen:https://pbs.twimg.com/media/CrWcxxIWEAAiXK-.jpg

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Los estudios vespertinos se consolidan en los últimos 10 años

América del Sur/Chile/6 de diciembre de 2016/Fuente: publimetro

Según el Mineduc, la matrícula total vespertina creció 112% en el período 2007–2014, muy superior al crecimiento de la matrícula diurna (38,8%), lo que se tradujo en un aumento de participación de la matrícula vespertina desde 20,2% en 2007 a 27,4% en 2014

De acuerdo al estudio “Evolución de oferta y matrícula 2007–2014: Educación Superior Vespertina en Chile”, elaborado por el Servicio de Información de Educación Superior (Sies), de Mineduc junto con MiFuturo.cl, para el período 2007–2014, un porcentaje cada vez mayor de instituciones de Educación Superior impartió carreras o programas en jornada vespertina.
Si en el año 2007 el 79,1% de las instituciones impartía programas en esta jornada, para el año 2014 dicho porcentaje se había incrementado a 88,1%. Es decir, prácticamente 9 de cada 10 instituciones de Educación Superior en Chile impartían programas vespertinos dentro de su oferta educativa.

Universidades destacan
Las universidades son el tipo de institución que más activamente se han incorporado a la inclusión de oferta de carreras y programas vespertinos durante el período 2007–2014, pasando del 80% a casi el 97% en dicho período.
El porcentaje de centros de formación técnica (CFT) también creció en dicho período, pasando del 78,6% a 89,7%. En tanto que los institutos profesionales (IP) son los únicos donde disminuyó el porcentaje de instituciones que impartían carreras vespertinas, pasando de 78,4% en 2007 a 73,8% en 2014.
A modo de referencia, en el mismo período consultado, en términos de número de programas vespertinos impartidos, el estudio arroja un fuerte incremento en el período 2007–2014, pasando de 3.284 a 5.687, es decir, un crecimiento de 73,2%, superior al crecimiento de los programas diurnos (31,2%).
Este diferencial se traduce también en un aumento en la participación del número de programas vespertinos dentro del total de programas, llegando en 2014 a representar el 38,8% del total de programas que se imparten en educación terciaria en Chile.
El nivel de pregrado es el que concentra el mayor número y la mayor tasa de participación de los programas vespertinos.
A este nivel, la oferta vespertina representa el 40,3% del total de programas impartidos en el año 2014, mientras que en el postgrado y postítulo representa cerca del 32% del total de programas en su nivel.

Carreras técnicas a la cabeza
Dentro del nivel de pregrado, son las carreras técnicas vespertinas las que más han crecido en el período 2007–2014, y las que tienen mayor tasa de participación, alcanzado el 48,2% entre todas las carreras técnicas en 2014. Entre las carreras profesionales, las vespertinas representan el 33,8% del total en el mismo año.
Los IP son los que imparten el mayor número de carreras vespertinas, seguidos por las universidades privadas y los CFT.
Las universidades del Cruch, tanto las estatales como privadas, imparten un número reducido de programas vespertinos. En términos de participación, en los IP y CFT las carreras vespertinas representan el 48,1% y 46,8% respectivamente, del total de carreras impartidas por ese tipo de instituciones.
A su vez, en las universidades privadas la  participación de las vespertinas es de 36,5% y en las estatales 28,4%. En las universidades privadas del Cruch la participación de las carreras vespertinas es sólo de 15,2%.
Los programas vespertinos tienen una fuerte participación en las áreas de Administración y Comercio (51,1%), Tecnología (47,7%) y Derecho (44,3%). En Ciencias Básicas, Agropecuaria y Salud la participación de los programas vespertinos es menor al 20%.
Las áreas de Educación y Ciencias Sociales son las que mostraron mayor crecimiento de participación de las carreras vespertinas en el período 2007–2014 (10 puntos porcentuales).

Fuente: http://www.publimetro.cl/nota/educacion/los-estudios-vespertinos-se-consolidan-en-los-ultimos-10-anos/xIQple!mNiXR9P6G7rXE/

Imagen: www.publimetro.cl/_internal/gxml!0/r0dc21o2f3vste5s7ezej9x3a10rp3w$s6f4g174t2uw23qdinrr8esmp1v61zo/vespertino.jpeg

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Brasil: un retorno al pasado en las políticas educativas

Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticas del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

Roberto Catelli Jr.*

Hacia la década del 90, Brasil atravesó reformas educativas que tuvieron como punto de partida lo definido en la Constitución de 1988, llamada Constitución Ciudadana, cuyo objetivo central fue el restablecimiento del orden democrático en el país después de 21 años de dictadura militar.

La nueva Constitución profundizó en la descentralización administrativa, estableciendo un proceso de municipalización que consistió básicamente en que los municipios se convirtiesen en entes federativos y, por lo tanto, pasaran a constituirse en agentes directos de las políticas públicas. Este proceso de municipalización se centró en el proceso de reducción de la participación de la Unión Federal, llevando a los gobiernos sub-nacionales a invertir principalmente en la enseñanza fundamental del país.

Esta focalización de la política pública iba en la misma dirección de otros países latinoamericanos, como Chile o México que, siguiendo las directrices de organismos internacionales, como el Banco Mundial, proponían una mayor atención a la educación fundamental (educación inicial, primaria y secundaria) universal para niños y adolescentes. Con esa finalidad se crearon mecanismos de evaluación para supervisar la calidad de los servicios prestados en las diferentes regiones del país (OLIVEIRA, 2010).

En la década del noventa se llegó casi a la universalización total en el acceso de los niños y niñas a la enseñanza fundamental. En el 2000, según datos del Censo Nacional, 95% de los niños entre 7 y 9 años se encontraban en la escuela, así también el 93% de niños y adolescentes entre los 10 y 14 años. En 1992, conforme a la Encuesta Nacional de Hogares (PNAD), apenas un 17% había logrado completar la escuela secundaria. En 2012, la situación fue muy diferente: 48% de los jóvenes habían completado la escuela secundaria (PNAD, 2012).

A partir de 2003, por primera vez en la historia de Brasil, asume la presidencia un activista de izquierda, Luís Inácio da Silva, afiliado al Partido de los Trabajadores (PT). Durante sus gobiernos, entre 2003 y 2010, el país vivió un escenario de reducción de la pobreza extrema, que pasó del 23.9% en 1990 a un 5.9% en 2013 (CEPAL, 2014). En ese periodo, el PIB de Brasil se mantuvo con tasas de crecimiento mucho mayores que en las décadas anteriores y hubo una política de crecimiento real de los salarios.

El proceso de crecimiento económico estuvo acompañado de una nueva perspectiva en el campo de la educación, poniendo en práctica la idea de que la educación debía ser efectivamente un derecho de todos y todas. En este sentido, se buscó crear las condiciones para que un número mayor de brasileros pudieran ingresar y concluir la escuela secundaria, a la vez que se ampliaron las vacantes en las universidades públicas. En 2007, se aprobó el Fondo de Desarrollo y Mantenimiento de la Educación Básica y Valorización de los Profesionales de la Educación (FUNDEB) que administró los recursos y amplió la cobertura escolar, incluida la educación secundaria y la de jóvenes y adultos.

Entre 2005 y 2010, durante el mandato de Fernando Haddad como ministro de educación, se buscó avanzar en la construcción de un Sistema de Evaluación de la Educación Básica (SAEB). También se creó el Índice de Desarrollo de la Educación Básica (IDEB), y en 2005 la Evaluación Nacional de Rendimiento Escolar (Anresc), llamada “Prueba Brasil” que consistía en la evaluación de los alumnos de 4º, 5º, 8º y 9º de la enseñanza fundamental de las escuelas públicas. El objetivo fijado por el gobierno federal fue definido como una meta de calidad, en tanto, se intentaría que en 2021 todas las escuelas brasileras alcanzasen la media de 6.0. Entre 2005 y 2015, la media del IDEB, en los primeros grados de la enseñanza fundamental pasó de 3.8 a 5.5, mientras que en la educación secundaria se incrementó de 3.4 a un 3.7, evidenciando sin embargo un estancamiento en esta etapa final de la escolarización.

En la educación superior, se evidenciaron cambios sustanciales con la creación del organismo para la Reestructuración y Expansión de las Universidades Federales (REUNI). Esta entidad promovió una importante expansión de las redes de universidades federales en todo el país. En 2003, la matrícula de educación superior no superaba los 3.9 millones, mientras que en 2014 alcanzó los 7.8 millones. En 2003, había 45 universidades federales en el país, y en 2011 ya había 59 universidades. En este periodo, también fueron construidos 100 nuevos campus universitarios, distribuidos en 237 municipios y muchos en las regiones más distantes y pobres de Brasil, a diferencia de 2003 donde las universidades federales estaban presentes en apenas 114 municipios.

La expansión del acceso a la educación superior se dio también como consecuencia del financiamiento público a las vacantes de la educación privada. En 2005, fue creado el Programa Universidad para Todos (PROUNI), que permitió a los sectores populares el acceso a las universidades privadas del país a través del Examen Nacional de Educación Media (ENEM). Este programa fue financiado por el gobierno federal con becas completas o parciales, obtenidas a través de la exención parcial de impuestos otorgados a las instituciones de educación superior privadas (CARVALHO, 2014). Además, se amplió el Fondo de Financiamiento Estudiantil (FIES), por medio de una beca reembolsable con los intereses más bajos del mercado.

La creación del PROUNI y la ampliación del FIES deben ser comprendidas como parte de un contexto histórico donde se han aprobado una serie de políticas de acción afirmativa cuyos objetivos estuvieron dados por la inclusión de sectores que históricamente no habían podido acceder al sistema educativo brasilero. Fue en este sentido que también se crearon nuevas vacantes en las universidades públicas, dirigidas a personas oriundas de escuelas públicas, negros e indígenas.

Con este propósito en 2004 se creó la Secretaría de Educación Continua, Alfabetización y Diversidad (SECAD), vinculada al Ministerio de Educación. El objetivo de la creación de este nuevo espacio fue justamente reunir en una sola secretaría las distintas actividades dispersas que se venían desarrollando desde el Ministerio de Educación, articuladas ahora bajo una esfera de diversidad étnica e inclusión social (MOEHLECKE, 2009). Algunas leyes, como la ley 10.639, promulgada en 2003, se relacionó directamente con este nuevo contexto de valorización de la diversidad étnica, procurando avanzar en el debate público en contra del racismo. Esta ley además previó la inclusión de estudios relativos a la cultura afro-brasilera en el currículo de la educación básica –primaria y media- y en 2008 se determinó también que los estudios de pueblos indígenas se incluyeran obligatoriamente en el currículo. En este marco se crearon además las Directrices Curriculares Nacionales para la Educación Escolar de los Quilombos.

No se puede dejar de mencionar la realización de la Conferencia Nacional de Educación (CONAE), durante la cual se aprobó el documento base que se traduciría después en el Plan Nacional de Educación para el período 2014-2024. En 2010, luego de varias conferencias municipales y estatales y con la participación de más de 4 mil participantes e instituciones del campo de la educación, se aprobó el documento del CONAE. Este se votó finalmente en 2014 en el Congreso Nacional, reducido a diez metas. Todo este proceso fue único en la historia de las políticas públicas educativas de Brasil, el cual fue posible dada la masiva participación de los agentes educativos y representantes de las asociaciones profesionales del país.

En 2013 también se modificó Ley de Directrices para las Bases de la Educación Nacional (LDB) con el objetivo de garantizar la educación obligatoria de los 4 a los 17 años, y hacer efectiva la oferta universal y obligatoria de la educación secundaria, ya garantizada constitucionalmente por el Estado desde 2009.

Un último aspecto de este periodo fue la creación del Sistema de Selección Unificada (SISU), el cual permitió que los estudiantes que aplicasen a la educación superior, pudieran inscribirse en un sistema centralizado. El procedimiento consistía en que, a partir de los resultados del Examen Nacional de Educación Media (ENEM), los candidatos pudieran buscar una vacante en las universidades federales que estuvieran adheridas a dicho sistema en cualquier región del país, y sin moverse de su ciudad.

En agosto de 2016, Dilma Rouseef fue despojada de su cargo presidencial a través de un proceso de destitución del que no se probó su legitimidad, siendo considerado por muchos analistas como un golpe de estado, maquillado de argumentos legales. Este proceso fue liderado por el Partido Social Demócrata Brasilero (PSDB) en alianza con el Partido del Movimiento Demócrata Brasilero (PMDB). Este dudoso proceso de impeachment que se instauró contra Roussef recibió el apoyo masivo de los medios de comunicación, monopolizado por unas pocas familias burguesas de Brasil, aliados además con figuras del poder judicial y los partidos de la oposición.

El gobierno que se instaló, liderado por Michel Temer, buscó promover cambios significativos en el ámbito de la educación. Uno de ellos consistió en el apoyo al Movimiento de la Escuela Sin Partido, el cual permitía que los estudiantes y sus familias pudieran denunciar a un docente que estuviera adoctrinando políticamente a sus alumnos. En realidad, este movimiento buscó criminalizar, mediante una ley federal, a cualquier pensamiento que pudiera relacionarse con ideologías de izquierda, censurando a los docentes en su libertad de enseñanza y de expresión. Informes del Ministerio Público dieron cuenta que se trataba de un proyecto inconstitucional por violar la libertad de expresión, aspecto ya explícito en la Constitución de 1988.

En este contexto, también se presentó un proyecto de Ley, que pretendía congelar los gastos federales por 20 años, así como una ordenanza donde se manifestó que las universidades federales reducirían el número de vacantes ofrecidas y se procedería a un recorte presupuestario para las instituciones federales, lo que llevaría a un vaciamiento y desguace de la estructura gubernamental constituida en los últimos años.

En lo que se refiere a la educación secundaria, se aprobó una reforma que pretendía flexibilizar y simplificar este nivel. Se propuso que solo la mitad de esta fuera obligatoria para todos y que, luego, el estudiante hiciera elección de una única área de conocimiento a cursar. De esta manera, se configuró una lógica en la cual se ampliaron las posibilidades de una educación profesional desde el nivel medio, eximiendo de obligaciones a los estados, así como de la posibilidad de ofrecer una educación de mayor profundidad para los jóvenes de este nivel, aun cuando el ingreso a las universidades seguiría exigiendo a los estudiantes una formación más amplia.  En consecuencia, lo que se observa ahora es una formación orientada hacia el trabajo, sobre todo para los sectores más pobres, quedando las universidades reservadas únicamente para las élites económicas del país.

Brasil se encuentra en un proceso de reducción de la inversión en la educación pública, lo que podría llevar a la adopción de medidas privatistas como solución a un contexto de precarización de las condiciones de la oferta de la educación púbica. El retorno a la política educativa que caracterizó a la década de 1990 es evidente en este nuevo proceso político, donde las políticas se diseñan en función de determinados sectores sociales, excluyendo a miles de otros. Bajo el argumento de que el Estado no puede con todo y que es necesario reducir los costos, se estima que el gasto público en educación sería cada vez menor, y estaría focalizado en la atención a la educación primaria, por lo que la iniciativa privada podría ampliar su participación en otros niveles, como la educación media, profesional y en la educación superior.

En un país que tiene el 8.3% de la población de 15 años o más analfabetos y aproximadamente la mitad sin haber terminado aún la escuela primaria, no se advierte tampoco que el gobierno tuviera iniciativas claras en cuanto a la educación de jóvenes y adultos. Apenas se enuncia como objetivo central el sostenimiento de un programa de alfabetización de adultos con bajo presupuesto y el mantenimiento de los programas existentes durante el gobierno anterior.

Lo que demuestra el interés por desencadenar un proceso de empobrecimiento de la educación, aumentando la segregación entre los sectores más enriquecidos que pueden pagar escuelas de calidad para poder acceder a las universidades, y los más pobres, quienes poseen menos oportunidades de acceder a servicios educativos de calidad y, por ende, a las universidades, lo que los lleva a ocupar cargos profesionales de más baja calificación y remuneración.

*Acción Educativa, A.C. Facultad de Educación de la Universidad de São Paulo

Referencias

ABRUCIO, Fernando Luiz. A dinâmica federativa da educação brasileira: diagnóstico e propostas de aperfeiçoamento. In: OLIVEIRA, Romualdo Portela de. Educação e federalismo no Brasil: combater as desigualdades, garantir a diversidade. Brasília: UNESCO, 2010.

CARVALHO, Cristina Helena Almeida de. Política para a educação superior no governo Lula: expansão e financiamento. Revista do Instituto de Estudos Brasileiros, Brasil, n. 58, p. 209-244, jun. 2014.

CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, 2014. Disponível em: <http://repositorio.cepal.org/bitstream/11362/37647/1/S1420569_mu.pdf>. Acesso em 20 mar. 2016.

MOEHLECKE, Sabrina. As políticas de diversidade no governo Lula. Cadernos de Pesquisa, v.39, n.137, p. 461-487, maio/ago. 2009.

OLIVEIRA, Dalila Andrade. As políticas educacionais no governo Lula: rupturas e permanências.  RBPAE – v.25, n.2, p. 197-209, mai./ago. 2009

OLIVEIRA, Romualdo Portela de. Educação e federalismo no Brasil: combater as desigualdades, garantir a diversidade. Brasília: UNESCO, 2010.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/brasil-un-retorno-al-pasado-en-las-politicas-educativas/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/12/brasil-escuela1-1024×681-300×200.jpg

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Perú: BM. Reforma en educación superior de Perú es fundamental para crecer

América del Sur/Perú/03 Diciembre 2016/Fuente: Andina

Se pone orden en las universidades y se prioriza al alumno, señala

El director del Banco Mundial para los países andinos, Alberto Rodríguez, destacó hoy en CADE 2016 que la reforma de la educación superior en el Perú es fundamental para crecer a niveles de 5% y ser un país competitivo en la economía mundial.

“En el tema de la educación superior, la reforma realmente acerca al país (Perú) a las mejores prácticas internacionales, la educación superior es fundamental para el crecimiento económico del país, para la innovación y la productividad”, subrayó.
Desde Paracas, donde participará en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) 2016, señaló que la reforma de educación superior es importante, porque brinda los instrumentos para evaluar a una institución educativa, y da un sello de calidad con la acreditación.
“Creo que hay que trabajar todos juntos para que la reforma siga su camino porque más allá de las personas es el camino correcto para un país como el Perú que aspira a ser miembro de la OCDE y que quiere crecer a los niveles de 5% y ser competitivo”, afirmó.
Indicó que “hacía falta darle un orden a la educación superior” y lo que el Gobierno ha hecho con el ministro de Educación Jaime Saavedra, “es, precisamente poner a andar una reforma en la educación superior, que acerca a las prácticas de la OCDE”, donde las universidades se centran en el estudiante y no en los propietarios.
Educación básica
De otro lado, refirió que si bien el Perú empezó sus reformas educativas un poco tarde, comparado con la que empezaron México, Colombia y Chile, es un camino emprendido que no se puede cambiar.
“En el tema de la educación básica, la evaluación de maestros, todo el fortalecimiento de la infraestructura, la capacidad pedagógica y de los currículos, es un camino que ya se empezó a dar”, afirmó en RPP.
En ese sentido, indicó que próximamente se darán a conocer los resultados de la evaluación de la prueba PISA de la OCDE y espera que el Perú obtenga mejores resultados, porque las reformas educativas toman en promedio de 10 a 20 años en mostrar resultados.
“La educación es un servicio público, estás invirtiendo en los jóvenes a largo plazo”, subrayó, por lo que reiteró la necesidad de continuar con estas reformas.
Fuente: http://www.andina.com.pe/agencia/noticia-bm-reforma-educacion-superior-peru-es-fundamental-para-crecer-642918.aspx
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México: No compiten la educación técnica y la universitaria

América del Norte/México/03 Diciembre 2016/Fuente: educacionfutura.org

En conferencia en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño, aseguró que en educación superior, hay equilibrio entre la educación técnica y superior, porque ofrecen opciones para los jóvenes, con empleos mejor pagados.

Durante su participación, el funcionario puntualizó que se trabaja para que haya una mayor comunicación entre la educación media superior y la superior con el sistema productivo, y aseguró que no compiten la educación técnica y la universitaria.

En este sentido, afirmó que se requiere un gasto racional y organizado de los recursos en las universidades, “para destinarlos a lo importante que es la educación.”

El financiamiento de las universidades necesita una nueva estructura, y recordó que ya se trabaja en un grupo entre autoridades educativas federales y estatales, así como con rectores, para encontrar fórmulas que den la estabilidad justa, a fin de contar con financiamiento duradero y eficaz.

Además, recordó que el año próximo se presentarán políticas públicas para avanzar en la Reforma Educativa, como el nuevo Modelo Educativo; la estrategia de arte, cultura e inglés; el programa de equidad e inclusión  y el plan de fortalecimiento de las normales, entre otros

“La transformación educativa se recuperó la rectoría del Estado en la materia; se fortalece la carrera magisterial, a fin de que se sustente en el mérito y la transparencia; se recupera la organización de las escuelas, y se mejora su infraestructura con el Programa Escuelas al CIEN, que con 50 mil millones atenderá a unos 33 mil planteles; se avanza en el nuevo Modelo Educativo, y se impulsa el plan de equidad e inclusión, para que se rompan los nudos de desigualdad”, finalizó.

Disponible en la url: http://www.educacionfutura.org/no-compiten-la-educacion-tecnica-y-la-universitaria-aurelio-nuno/

 

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Más sobre la educación y su impacto en el desarrollo personal y de la sociedad

Por: Raúl Martínez Solares

Tenemos jóvenes profesionistas con sueldos que ni siquiera les permitirían pagar la educación que acaban de obtener.

Sólo la mente educada es capaz de 
entretener un pensamiento 
sin tener que aceptarlo. (Aristóteles)

Si bien se tiende a coincidir en la importancia de la educación superior como medio para alcanzar mejores oportunidades en lo individual y contribuir a un mejor desarrollo de la sociedad; también es cierto que existen circunstancias que llevan a cuestionar su validez como mecanismo de movilidad social.

El crecimiento de los costos de la educación privada superior, particularmente la considerada de mejor nivel, ha creado un problema de acceso.

Hoy que el costo total en alguna de estas universidades supera el millón de pesos, una parte importante de las familias de sectores medios quedan sin posibilidad de acceso a ellas, enfrentando por otro lado las limitaciones de la matrícula de las buenas universidades públicas.

Además, muchos mecanismos de financiamiento a la educación representan potencialmente una bomba de tiempo en el futuro para los jóvenes que se insertan en el mercado laboral, con una carga financiera inicial que dificulta su desarrollo económico futuro.

Por otro lado, los egresados de las universidades (inclusive las de mayor prestigio), enfrentan uno de los escenarios de percepciones laborales más bajas de la historia reciente de nuestro país. Considerando universidades cuyo costo promedio es superior a los 20,000 pesos mensuales; con salarios de primer ingreso laboral que en promedio no rebasan los 12,000 pesos, tenemos jóvenes profesionistas con sueldos que ni siquiera les permitirían pagar la educación que acaban de obtener.

A ello se suma el hecho de que la estructura laboral reciente en nuestro país ha propiciado un porcentaje importante de empleos de baja calidad y sin plena estructura de formalidad que les permita obtener beneficios, como los asociados al futuro retiro.

Por otro lado, las tendencias de innovación y tecnificación del mercado laboral (en México y a nivel mundial), están haciendo cambiar dramáticamente la relevancia y pertinencia de ciertas áreas de conocimiento, estudio y posterior desarrollo profesional. De acuerdo con datos del World Economic Forum 2016, actividades relacionadas con funciones administrativas y de oficina, así como muchas relativas a la manufactura, irán paulatinamente decreciendo en importancia producto de la automatización.

Sin embargo, pese a este panorama, toda la investigación apunta a que hoy más que nunca la educación superior tiene relación directa con el desarrollo nacional. En el estudio “Impacto de la educación superior en la dinámica socioeconómica y de desarrollo”, se señala que precisamente en el contexto de la crisis económica y del empleo, la educación terciaria es el recurso clave para el desarrollo de cualquier país; ello debido a que incide en el desarrollo del capital humano, el desarrollo social y la innovación tecnológica en los países.

Finalmente, diversos estudios muestran que, si bien no están completamente exentos de ello, los jóvenes con educación superior son más capaces de conocer información y decidir cuándo ésta es válida y cierta.

Hoy, que las redes sociales se han vuelto la principal fuente de información para una capa grande de la población, es evidente que sin adecuados niveles de educación se es incapaz de discriminar mayoritariamente la información falsa de la que ya cuenta con algún sustento real en datos comprobables.

Un reciente estudio realizado por universidades en Estados Unidos mostró que las 20 noticias falsas que más circularon en redes sociales en relación con la elección en Estados Unidos tuvieron más difusión que las 20 noticias verdaderas de mayor difusión. La educación superior es, en este contexto, una herramienta que, junto con muchas otras, contribuye a contar con una sociedad mejor informada, que tome mejores decisiones en lo individual y de manera colectiva, incluyendo aquellas decisiones financieras que determinarán su futuro bienestar y el de sus familias.

Mexicana de Becas organiza el Primer Encuentro Universitario para acercar a los jóvenes información que les permita tomar la mejor decisión sobre su futura educación y vida profesional.

Tomado de: http://eleconomista.com.mx/finanzas-personales/2016/11/29/mas-sobre-educacion-su-impacto-desarrollo-personal-sociedad

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Quitar la Filosofía del colegio.

Por: Monica Quintero Restrepo. 

En el tablero de la clase de filosofía aparecen un montón de nombres de unos señores con teorías de hace mucho tiempo: Platón, Kant, Nietzsche. El profesor explica al frente. Algunos estudiantes toman nota. Otros van al mundo de las ideas a dormir. Para muchos la filosofía es un karma. Aunque también lo sean las matemáticas y la física.

La idea de sacar del pénsum de los colegios la filosofía, y en general las humanidades, parece una idea que se repite cada tanto, por distintos autores. La más cercana es la del alcalde de Cartagena, Manuel Duque, que dijo que “tenemos que darles herramientas a los muchachos para que verdaderamente puedan salir adelante. ¿De qué les sirve la filosofía si estos son muchachos que se la tienen que salir a jugar a la calle? Nosotros tenemos que darles herramientas para el poder hacer”.

La idea vuelve a traer, cada tanto también, una pregunta que podría ser filosófica en sí misma: ¿Para qué sirve la filosofía? Es más, ¿de qué les sirve la filosofía a esos muchachos?

El profesor Freddy Santamaría Velasco, doctor en Filosofía, dice que definirla no es fácil. “Es el amor hacia el conocimiento, por el saber, como bien lo enseñaron los clásicos, y si vamos más allá de esta definición clásica, la filosofía es el compromiso con una actitud crítica del pensar, como bien lo enseñó Kant”. Está en la misma palabra: filosofía viene del latín philosophĭa, y este del griego antiguo amor por la sabiduría.

Fabio Garrido, profesor de filosofía en un colegio, señala que todo el que pregunta, cuestiona o duda sobre algo, en cierta manera es un filósofo. Luego, hay quienes lo llevan a otro nivel. La filosofía está en la vida, solo que no hay una consciencia de ella, ni tampoco una profundización, como la harían los filósofos profesionales. Así que no está tan lejana, como parece a veces.

Ahora bien, ¿cuál es la importancia de estudiar filosofía? Santiago Wills,periodista que estudió Filosofía en la Universidad Nacional, explica que permite ir más allá de los problemas del día a día. Así, más que la preocupación por hacer la tarea de la escuela, se preocupa por el conocimiento.

Y ahí el punto que muchos consideran más importante, y que Santiago subraya: si hay una disciplina que fomente el pensamiento crítico es la filosofía, poder cuestionar, no creer todo lo que dicen.

En ese sentido sigue Raúl Meléndez, profesor asociado al departamento de Filosofía de la Universidad Nacional: la importancia de que se estudie en los colegios es el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico, que tienen que ver con tomar una posición sobre un tema, examinando las razones a favor o en contra, analizando argumentos, revisando qué tan válidos son.

Tener ciudadanos críticos es importante para que tomen mejores decisiones y, sigue Meléndez, en una sociedad como la colombiana, tener habilidades de lectura crítica y de pensamiento crítico es muy importante para formar ciudadanos que sepan resolver sus problemas desde la argumentación y no desde la violencia.

En ese sentido, formar ciudadanos conscientes de su entorno, que se preguntan, que cuestionan y que son capaces, por ejemplo en el caso de la política, de tomar las mejores decisiones porque analizan las propuestas, y no porque se da por sentado la verdad que un alguien lanza en plaza pública.

Santiago expresa que a quienes menos les conviene tener ciudadanos críticos es a los políticos, porque la filosofía enseña a cuestionar las verdades, a dudar, a revisar si lo que alguien dice tiene sentido.

El profesor Fabio señala que la filosofía es una obligación si se quiere tener una sociedad analítica, que sea capaz de criticar lo que ocurre a su alrededor y de proponer otras posibilidades. “Una ciudad o un país que no se piensa a sí mismo solo crea robots”.

Adiós, filosofía

 Hasta 2014, las pruebas de estado, las que se llamaron Icfes y ahora son Saber, tenían un componente solo de esta materia. Ahora está dentro del componente de lectura crítica, que, según un documento guía, la prueba evalúa “las capacidades de entender, interpretar y evaluar textos que pueden encontrarse tanto en la vida cotidiana, como en ámbitos académicos no especializados”.

No es que la prueba no tenga que ver con la Filosofía, porque evalúa habilidades que fomenta esta disciplina, sino que desapareció con su espacio propio, sus individualidades.

En ese entonces se publicó un Manifiesto contra el asesinato de la filosofía en Colombia. En el punto cuatro, Consecuencias de asesinar la filosofía, se lee: “Al no dejar que el pensamiento se abra paso público y se manifieste en el aula escolar, estamos minando las estructuras y condiciones que harían que las nuevas generaciones construyeran una nueva historia, un nuevo futuro, un propio país”.

La consecuencia de quitar la filosofía del colegio, por supuesto, es otra pregunta. El profesor Santamaría indica que no es una catástrofe en sí misma, porque “la filosofía hace mucho tiempo dejó de ser mesiánica, pero sin lugar a dudas es un peligro que consiste en que entendamos la educación como una fábrica de adiestramiento para fines prácticos y útiles. Hombres sin una pizca de valentía para pensar por sí mismos”.

Para el docente Fabio Garrido vuelve al robot: “Quitar la filosofía es educar personas capacitadas para hacer actividades como máquinas, y no pensar más allá”.

¿La filosofía, aburrida?

Tal vez la propuesta no debería ser decirle adiós la filosofía en los colegios, sino replantear el cómo se enseña, porque sobre la materia parece caer la idea de que es aburrida, difícil, pesada, y de ahí lo de ser karma para muchos estudiantes.

Porque la filosofía puede ser difícil, no es secreto que hay textos complejos de leer, por su lenguaje abstracto, pero ello no significa que no se pueda enseñar de manera entretenida e interactiva. Se trata de cómo el maestro la acerca a los alumnos.

John Fernando Escobar, rector del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, comenta que el profesor no se puede quedar pegado al libro, porque si es él reproduciendo lo que dice el texto frente a una clase, “eso no nos lo aguantamos ni los viejitos”.

El reto es cómo enseñar, y muchos coinciden en que es importante actualizar los problemas. Para Santiago Wills es entender el contexto histórico, leer a esos filósofos de hace tiempo y traerlos al presente, para decir por ejemplo que esa pregunta de qué es la felicidad, que todavía se pregunta en esta época, es un preocupación que viene de antes, y entender que hay cuestiones humanas y de la vida que ya otros estaban tanteando. Y son los mismos problemas y las mismas preguntas.

El profesor Freddy tiene más ejemplos: “Platón y Aristóteles nos enseñaron en sus textos de política, por ejemplo, el cómo enfrentar una polis enferma o en crisis, y el cómo vivir justamente y comprometerse con el saber. Por su parte Kant nos advierte de los peligros de alejarnos de pensar racionalmente, así como el compromiso y respeto serio por el otro, por su dignidad y su libertad”.

Porque los problemas de los jóvenes y su realidad, agrega Raúl Meléndez, sí se pueden conectar con las inquietudes individuales, con la experiencia, con la vida de los jóvenes. Es traer esas abstracciones a información concreta.

El profesor de colegio recuerda la historia de Tales de Mileto, quien además de filósofo era astrónomo, y mirando las estrellas se dio cuenta de que en verano se alineaban de una manera y en invierno de otra, y descubrió cuándo iba a llover. Durante una sequía compró las prensas de aceite, y aunque a los otros les pareció raro, cuando llegó la cosecha, se las alquiló a los demás y acumuló una gran fortuna. “Sacó provecho de ese conocimiento, y aunque de la filosofía sí se puede hacer una gran fortuna, ese no es el asunto, sino el de preguntarse si hay un problema, plantearlo y resolverlo”. Si bien las respuestas no son las importantes en sí mismas, tanto como el planteamiento.

Se trata de pensar clases que conecten, que sean claras, que la frase de Nadie se baña dos veces en el mismo río emocione.

El rector del Politécnico añade que es importante que los estudiantes autogestionen sus conocimientos, que vayan fabricando sus discursos, y que los docentes reinvidiquen los pequeños triunfos, como si un estudiante logra, frente a un problema dado, otras posibilidades de resolverlo, aunque no sean las del libro. Eso hay que premiarlo, el aventurarse.

¿Técnico y no filósofo?

 Detrás de las declaraciones del alcalde de Cartagena está el tema de la educación media técnica. En la página web del Ministerio de Educación precisan que ella “prepara a los estudiantes para el desempeño laboral en uno de los sectores de la producción y de los servicios, y para continuar en la educación superior”.

Es una idea interesante, porque les abre a los jóvenes otras oportunidades. Ahora, ¿va en contravía del estudio de la filosofía y las humanidades?

John Fernando Escobar, quien estudió Ingeniería de Petróleos, dice que no, y que incluso hay que pensar en otras materias de las humanidades, como la sociología, la literatura, la historia, porque ellas les dan bases importantes a los estudiantes que pasan a la educación superior.

Para él no hay que pensar que si se les da a los jóvenes mucha información van a explotar. No. La propuesta siempre debe ser sumar. “Yo considero que no hay que quitar conocimiento”. De ahí que la media técnica no sea contradictoria con las humanidades.

El rector del Politécnico, desde el que operan unos 2.000 jóvenes de media técnica –1900 con la Secretaría de Educación de Medellín y 240 con Rionegro–, señala que se trata de un equilibrio. Él lo sabe: la media técnica desarrolla competencias para desempeñarse en lo laboral, lo que no significa que se vayan a quedar allí, sino, añade, que les permite ganar currículo en el desarrollo de una tecnología, y cuando lleguen a la universidad pueden adelantar entre dos y tres semestres.

Además, logran mayor desenvolvimiento, son proactivos y, sigue el rector, aleja a muchos del alcoholismo. “Una buena fracción de su tiempo libre se la pasan estudiando”.

Las humanidades también son importantes, y aportan en la formación de mejores estudiantes y ciudadanos. También lo sabe él por experiencia: quienes tienen buenas bases en estas materias tienen menos falencias, por ejemplo, en lectoescritura. Para él, que ha hecho maestría y doctorado, los conocimientos filosóficos fueron indispensables, aun siendo ingeniero: no se escribe una tesis si no se sabe cómo defender un texto, cuenta.

Es erróneo pensar que estudiar ingeniería aleja de la escritura: hay que saber escribir para mandar un correo electrónico o escribir una hoja de vida. Aunque esos solo son pequeños ejemplos.

Así que quizá no hay que pelear entre qué es más o menos necesario, o qué pasaría en quedarse en un mismo saber. El debate, por supuesto, es importante, así como pensar en la convivencia entre saberes. Cuestionarlo todo, además, es trabajo de la filosofía.

Fuente:http://www.elcolombiano.com/colombia/educacion/el-dilema-de-estudiar-filosofia-en-los-colegios-NB5355861

Imagen: http://www.elcolombiano.com/documents/10157/0/580×387/0c11/580d365/none/11101/JKLJ/image_content_27351999_20161112201118.jpg

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