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MeToo en las universidades españolas

Por; Núria Marrón, Núria Navarro, Gemma Tramullas |

Más de 25 profesoras e investigadoras de las universidades públicas españolas rompen por primera vez su silencio para denunciar el acoso y la violencia machista que han sufrido en una institución que presume de buscar la excelencia pero aún conserva parte del ADN «feudal»

«Si sigues miedosa, prometo darte un buen azote». «El sexo es una forma excelsa de comunicación». «Mi vida es un orgasmo, ¡chica!». «Besos mojados». «Besitos ahí». Cada uno de estos mensajes, y un buen puñado más, fueron enviados con absoluta impunidad por un reputado catedrático de la Universitat de Barcelona a 12 alumnas y dos alumnos. Todos ellos constan en unas diligencias que la fiscalía archivó en 2013 porque la denuncia por acoso sexual, tras abrasarse convenientemente en los despachos de la universidad, ya había prescrito cuando llegó a sus manos. El caso, por tanto, no tuvo recorrido judicial, pero sí ha contribuido a descorrer la tapa de una fosa séptica oscura y largamente silenciada: el acoso sexual y machista que sufren profesoras e investigadoras universitarias y que provoca tanto sufrimiento como asfixia y expulsión de talento.

Una de las denunciantes fue la socióloga Ana Vidu, cuyo caso aún es extraordinario en la medida en que rompió el muro universitario. Sin embargo, el desenlace es demasiado conocido por demasiadas mujeres. Vidu pasó a ser «la conflictiva», la apestada, la loca, adjetivos que aún hoy repercuten en su vida profesional. «Es peor cuando denuncias que cuando sufres el acoso», dice hoy, desde la Universidad de Berkeley. De hecho, con su carrera reventada en Barcelona, probó en la Universidad de Deusto, donde la decana de Derecho, tras una larga entrevista, admitió que estaba «impresionada» por la «cantidad de calumnias sobre ella que le habían llegado». ¿Y el catedrático? Pues fue apartado de la docencia, pero no de la institución.

El 90% de las docentes e investigadoras no denuncian los casos de acoso

Vidu hoy forma parte de este primer gran MeToo de la universidad española. Como ella, las más de 25 académicas que aparecen en este reportaje ponen rostros e historias a lo que vienen diciendo las pocas investigaciones realizadas sobre este asunto: que la misma vida académica que habla de excelencia y pensamiento crítico también está asentada en una trama de violencias machistas que se alimentan en la jerarquía de la institución, en su gran competitividad y en la llamada violencia aisladora o de segundo orden: la que sufren las personas que apoyan a las afectadas.

No es tanto que la universidad esté cuajada de acosadores, como que tradicionalmente su ecosistema ha brindado impunidad a los que hay. ‘Omertá’, la ley del silencio, sigue siendo una de las palabras más escuchadas en este gran mosaico del acoso universitario.

Prácticamente todas las universidades cuentan con denuncias internas. Que sus nombres no aparezcan en este reportaje no significa que hayan erradicado este tipo de violencias. La confusión, sin embargo, se abre paso al intentar cartografiar el fenómeno.

Primero, porque la línea entre acoso laboral ‘a secas’ y de género a veces es fina –aunque hay datos clarificadores: de diciembre de 2019 a a marzo 2021, 31 mujeres por 11 hombres interpusieron quejas ante la Oficina de Acoso de la Universidad de Granada-. Y luego está el hecho de que la ausencia de una normativa única en cuanto a criterios de recopilación de los datos impide discernir en muchos centros cuántas denuncias o quejas proceden del profesorado, del alumnado o del personal de administración y servicios (PAS). Por supuesto, el grueso pertenece al colectivo de estudiantes, el más numeroso. Pero es en el sector del personal docente e investigador donde las personas se juegan más y el miedo a represalias es más inmovilizador.

«El 90% de las docentes e investigadoras no denuncian los casos de acoso», mantiene Patricia Melgar, miembro del Community of Research on Excellence for All (CREA), espacio de investigación que ha trabajado este asunto. Su subdirectora, la catedrática Rosa Valls, ya apuntó en un estudio pionero de 2008 que hasta un 65% de universitarios habían padecido o conocían alguna situación de violencia de género en los ámbitos de alumnado, docencia / investigación o el PAS.

CREACIÓN DE LAS UNIDADES DE IGUALDAD

En su día, este informe logró que a) la ley considerase las universidades como espacios de violencia de género y b) contribuyó a la creación de lasunidades de igualdad. «Las universidades nunca habían tenido ganas de abrir este tema, pero se les obligó desde más arriba», afirma. A partir de ahí, los datos del estudio no se han actualizado, a pesar de que lo han solicitado hasta tres veces a la Agencia Estatal de Investigación.

Los abusos van desde tocamientos a mayordomeo, negación de recursos, ‘apaños’ en los tribunales, difamación, luz de gas y agresiones físicas

Mientras las cifras siguen en el limbo, los relatos de las académicas entrevistadas, algunas de ellas con procesos judiciales abiertos contra la propia universidad, componen en cambio una silenciada sintonía común. Unas, como Ana Viduhan sufrido acoso sexual (las investigaciones apuntan a que alrededor de 1% de catedráticos son acosadores que reiteran). Y otras, como la doctora en Historia Carme Ruestes, afirman haber vivido, en su caso en la UAB, como «siervas en régimen de vasallaje»: «El catedrático no me quiso apoyar en el concurso de profesora titular, pero me propuso que me quedara investigando para él; durante muchos años trabajé mucho y bajo presión».

En este recuento de trapos sucios -en el que los atropellos van desde tocamientos hasta negación de recursos e información, mayordomeo, maniobras de expulsión, ‘apaños’ en los tribunales, campañas de difamación, robo de material, luz de gas y hasta amenazas y agresiones físicas-, también hay profesoras que denuncian hostigamientos vinculados al origen («determinadas conductas no se habrían producido si yo no fuera mujer y latinoamericana –explica una profesora de la Universidad de Granada-, la combinación de ser mujer e inmigrante es explosiva, soy la intrusa en esta institución feudal») y a la orientación sexual.

Una profesora de la UB que denunció a su catedrático por acoso y luz de gas afirma que -tras haber aceptado una mediación- no solo no se ha reparado el daño infligido sino que se ha reforzado una «especie de permiso colectivo» para menospreciarla que, según ella, no es ajeno a su orientación sexual. «A pesar de que la sociedad se crea muy avanzada, cuando no tienes una orientación sexual heteronormativa se te margina, te conviertes en la nota discordante», afirma.

Uno de los principales factores paralizantes a la hora de denunciar e incluso de apoyar a víctimas es precisamente esa alianza que sellan el miedo y la jerarquía. «Sobre todo no pongas mi nombre», «esto no lo escribas por favor», «tengo mucho miedo de las represalias», «asegúrate que no se me identifique», son comentarios que jalonan las conversaciones con algunas afectadas (la mayoría de las que aparecen en este reportaje ya no trabajan en los centros donde sufrieron el acoso).

No hay un perfil claro del acosador, más allá de que poseen «poder, protección y conexiones», y que se mueven «por redes de favores y contrafavores»

En cuanto a los acosadores, no hay un perfil claro, más allá de que poseen «poder, protección y conexiones en, por ejemplo, tribunales de plazas», afirma la socióloga Ana Vidu. «Se mueven muy bien por las tinieblas, por las redes de favores y contrafavores», añade la bióloga Eva Bussalleu. Embarazada y con depresión tras haber sufrido negación de recursos e información -extremos reconocidos por la propia Universitat de Girona-, perdió ante el compañero al que internamente acusó de hostigamiento la plaza que debía estabilizar en un concurso, y que deberá repetirse porque la justicia sentenció que el tribunal no era paritario.

Las referencias medievales que salpican este reportaje no son metafóricas. Las universidades fueron una creación del siglo XII. Eran instituciones estrictamente masculinas, donde el nivel de misoginia era incluso superior al del clero. En el siglo XXI, la dependencia de la protección de un catedrático para avanzar en la carrera equivale al vasallaje respecto al señor feudal de la Edad Media.

Desde la puesta en marcha de los protocolos en las universidades, el acoso se ha atenuado

UNIVERSIDAD: ADN FEUDAL

Este ADN feudal determina las relaciones entre las personas y favorece la desigualdad de género, raza y clase, hasta el punto de que Rosa Valls afirma que «en general, es más humana una empresa que la misma universidad». Según un informe de las Academias Nacionales de EEUU de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NAS) publicado en 2018, más del 50% de profesoras han sufrido acoso por razón de género. El libro ‘Acoso. #MeToo en la ciencia española’, de Ángela Bernardo, recoge datos y estudios a nivel estatal e internacional que chocan con la imagen idealizada de la academia. Según recoge Bernardo, la revista ‘Personnel Psychology’ afirmaba en 2003 que, en EEUU, el Ejército y la academia, por su naturaleza extremadamente jerárquica, son los sectores donde habría más acoso machista.

A pesar de que en los últimos años se han introducido mecanismos meritocráticos, los profesores titulares y sobre todo los catedráticos aún son clave en cuanto ocurre en sus feudos, desde la composición de los tribunales que dirimen las plazas hasta la asignación de recursos, la adjudicación de las asignaturas y los horarios, o las publicaciones que se realizan. Según un informe de 2019 de la Xarxa Vives (que agrupa 22 universidades de territorios de habla catalana), de cada 10 catedráticos solo dos son mujeres. Hasta hace poco, este abismo se atribuía más a circunstancias como la maternidad que a la naturaleza misógina de la institución académica.

«Es un marco muy jerarquizado y competitivo y parece que tengas que hacer un mar de favores para mantener tu plaza. ¿Quién va a denunciar a su director de tesis? Estamos en una fábrica de conocimiento y no deberíamos rendir pleitesía a un catedrático, pero se hace y mucho. Es derecho feudal», afirma la directora de la Unitat d’Igualtat de la Universitat Pompeu Fabra, Rosa Cerarols.

«Es un marco muy jerarquizado y parece que tengas que hacer muchos favores para mantener tu plaza ¿Quién va a denunciar a su director de tesis?», dicen en la Unitat d’Igualtat de la UPF

Precisamente las unidades de Igualdad, puestas en marcha en los últimos años, tienen un balance ambivalente. Por un lado, afirma la catedrática Rosa Valls, han supuesto «un impacto político superimportante» y un cortafuegos con el que empezar a trabajar. De hecho, se considera que desde la puesta en marcha de los protocolos, el acoso se ha atenuado. Sobre todo el sexual: antes de 2004, lo habían sufrido el 22% de asociadas, interinas, becarias, por el 4% actual. Aun así, advierte la catedrática, comisiones y unidades de Igualdad también corren el riesgo de convertirse en «floreros».

¿Sus principales hándicaps? Están dirigidas por el equipo rectoral, por lo que si la institución opta por autoprotegerse se vuelven contra las afectadas; los procesos de mediación que impulsan revictimizan a las denunciantes; los protocolos a menudo son disuasorios, y algunas malas experiencias ahuyentan a víctimas que sopesan dar el paso. «Cuando fui a la unidad, me dijeron que era muy valiente y que en adelante ya no estaría sola, pero me arrepiento totalmente de haber puesto la denuncia y confiado en sus palabras», asegura una profesora de la UB que, tras denunciar a su catedrático en 2019 por acoso y calumnias sostenidas a lo largo de 10 años (dentro y fuera de la universidad) no solo pasó por una traumática e inútil mediación, sino que el proceso acentuó su aislamiento en un área en la que es la única mujer.

«Mis compañeros me giraban la cara, me marginaban, no se me tenía en cuenta para nada -prosigue-. Yo creo que muchos tienen privilegios que temen perder. La universidad es una institución medieval y no quieren dejar de ser caballeros de la mesa redonda. Cualquier persona que creen que los desafía se convierte en alguien a quien se le puede ridiculizar, cuestionar su valía y matar en vida, y es lo que a mí me están haciendo desde el primer día. En el mejor de los casos, han mirado hacia otro lado y me han dejado sola, como a una paria».

El cerco que relata esta profesora no es ninguna excepción. De hecho, en el modus operandi del acoso universitario es significativo el cordón sanitario alrededor de la víctima, en el que el claustro ‘compra’ la versión del acosador, por supervivencia, desidia o interés.Explica Vidu que profesores que habían elogiado su talento empezaron a cuestionarla en público. A J.R., la dirección de la escuela universitaria en la que trabajaba no quiso oír su vivencia y al final abrió una investigación interna a puerta cerrada llevada a cabo por una empresa externa que hacía informes en el marco de la prevención de riesgos laborales. En ninguno de los casos hubo voluntad de esclarecimiento ni acompañamiento alguno.

«Recibí amenazas de muerte e intentaron echarme de la universidad», explica Ramón Flecha, catedrático de la UB que apoyó a una alumna acosada

«Uno de los primeros casos que saltó a la prensa fue el de M.A.F., profesora interina de la facultad de Económicas de la UB, que tras los informes de Fiscalía y magistratura, perdió el juicio contra el catedrático M.A., a quien denunció en 2004 por presiones para que accediera a favores sexuales, porque los miembros de su departamento testificaron a favor del catedrático», explica Ramón Flecha, el primer catedrático español que se puso del lado de las víctimas, ‘honor’ que lo convirtió en «traidor» y le reportó una sustancial bajada de ingresos.

En 1995, Flecha presentó la primera denuncia en la UB, proponiendo al equipo rector que actuara contra las continuas situaciones de acoso sexual y adoptara procedimientos como el de Harvard, «donde si un profesor sabe de un acoso y no lo denuncia, es expulsado». Las represalias fueron «bestiales», describe. «Recibí amenazas de muerte a las tres de la mañana, intentaron echarme de la universidad, como a otras colegas que investigaron el asunto, y cuando vieron que no podían con nosotros, fueron a por nuestros hijos en las escuelas», explica. ¿Quién? «Hubo una implicación total de la estructura universitaria», no duda el investigador, ejemplo de víctima deviolencia de segundo orden-solo el 0,4% de los docentes apoyan a las víctimas y de este 0,4%, el 80% ha sufrido violencia de género aisladora-, clave sin la que no se podría entender el acoso en el entorno universitario y que, de forma pionera, fue incluida en el ordenamiento jurídico catalán en diciembre de 2020.

«Las víctimas solo se pueden transformar en ‘supervivientes’ si encuentran apoyo, y este apoyo solo se da, salvo heroicas excepciones, con legislaciones y actuaciones institucionales decididas. Sin ellas, se impone la ley del silencio, aliada de los acosadores», explica. En este sentido, Valls afirma que un concepto clave es el llamado ‘bystander intervention’ o intervención de los testigos. «En el momento en que la sociedad interviene, cuando ves algo en el metro y consideras que debes interceder, es cuando los programas funcionan porque ya no se produce la violencia aisladora».

Las víctimas solo se pueden transformar en ‘supervivientes’ si encuentran apoyo. De lo contrario gana la ley del silencio

Mientras, las secuelas psicológicas del acoso son feroces. Algunas de las mujeres entrevistadas presentan cuadros de estrés postraumático que les afecta en su día a día y que les obliga a pagarse de su bolsillo psicólogos especializados en conflictos en entornos laborales para intentar mitigar los efectos del acoso. Sus relatos hablan de problemas de concentración, temblores, insomnio, mareos, ataques de ansiedad, depresión y hasta intentos de suicidio. «Caí en una depresión muy fuerte y una vez incluso intenté tirarme por una ventana –explica una investigadora–. Ahora me parece una barbaridad, pero estaba muy ofuscada y solo quería acabar con aquel sufrimiento que se me comía».

De hecho, muchas veces, el conflicto estalla tras sufrir hostigamiento durante mucho tiempo. Al principio, muchas afectadas no entienden qué está pasando. Y luego no ven salida aparente a la telaraña . «Yo tardé 10 años en denunciar. Aguantas hasta que ya no puedes más. Nadie toma una decisión así cuando hace siete meses que te hacen la vida imposible», afirma una docente. «Yo solo di el paso de denunciar cuando vi que ya no podía perder nada más», explica Eva Bussalleu, que ha sido contratada otra vez y se presentará a un nuevo concurso después de que la justicia anulara el anterior.

La gran prueba de cargo que componen todas estas mujeres está ahí. ¿Qué hacer con ella? Los procesos judiciales solo sirven para los casos más graves, son costosos y requieren de unas pruebas que las víctimas no siempre han podido recopilar. Así que el cambio, coinciden las afectadas y los estudios, debe ser sobre todo institucional y cultural. En este sentido, desde la Unitat d’Igualtat de la UB proclaman «tolerancia cero». «Iremos a por todas –afirman- y si hay casos del pasado que se deben reabrir, lo haremos». Las afectadas, por su parte, recelan del cambio real, exigen una intervención política si las universidades no atajan el problema y reclaman justicia restaurativa para restablecer su honor.

Algunas sufren estrés postraumático y deben pagar de su bolsillo la atención psicológica

«El acoso aún es sistémico y la falta de respuesta también, yo solo espero que se tomen medidas eficaces y que toda esta injusticia y sufrimiento sirvan de algo, que las nuevas generaciones no tengan que pasar por lo mismo –afirma Eva Bussalleu–. Defenderme me ha costado demasiado tiempo, salud y dinero, cuando debería haber dedicado toda la energía a la investigación y la docencia».

Visibilizar la magnitud del problema, medirlo y entenderlo es un primer paso, legislar es imprescindible y se necesitan más campañas de información y sensibilización. Pero también capital para minimizar el acoso por razón de género en la Academia es que la sociedad deje de tolerarlo. El MeToo y las redes de apoyo mutuo son claves en la construcción de una cultura de respaldo a las víctimas.

Incluso ha nacido un nuevo género literario, derivado de la necesidad de dar a conocer situaciones de acoso sin exponerse a denuncias. La sección ‘Omertá’ de ‘Diario Feminista’ lleva más de 90 capítulos publicados: «Siempre nos la jugamos -explica una de la autoras, Mar Joanpere-. Hemos recibido demandas por el derecho al honor por denunciar el acoso, aunque nunca aparecen los nombres, excepto aquellos que la justicia ha identificado como tales». Escribir para que se entienda todo pero sin identificar a los protagonistas ha dado como resultado textos muy similares que emergen como patrones del acoso.

«El acoso es sistémico y la falta de respuesta, también», lamenta la investigadora Eva Bussalleu, con un juicio pendiente

Mar Joanpere fue víctima de acoso sexual cuando estudiaba el máster en la UB y forma parte de la Red Solidaria de Víctimas de Violencia de Género en la Universidad. Hoy es profesora de Sociología en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona: «Muchas personas acosadas como alumnos han dejado la UB. Fuimos víctimas, supervivientes y ahora activistas. Pero tenemos que seguir en la academia porque solo la cambiaremos desde dentro».

Fuente: https://www.epe.es/es/igualdad/20220123/metoo-igualdad-universidad-13139161

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Chile: “Queremos Una Educación Que Deje Fuera La Mirada Discriminadora Que Plantea El Patriarcado”

América del Sur/Chile/23-08-2021/Autor(a) y Fuente: www.colegiodeprofesores.cl

Con más de 100 participantes, el Departamento de Mujer y Género del Magisterio dio inicio este martes al “Ciclo de Talleres sobre Educación No Sexista”. Espacio formativo cuya misión es entregar herramientas que permitan elaborar clases con perspectiva de género y así, contribuir a eliminar el sexismo presente en el sistema educacional.

Conversamos con Javiera Zumarán, una de las profesoras asistentes al primer taller, quien destacó la instancia por ser un espacio de reflexión: “Se tocaron varios puntos que a veces como docentes damos por sentado, como por ejemplo:  ¿Qué es el sexismo?, ¿Qué es un discurso de odio?; y al aunar criterios con las demás participantes, que eran de distintas partes de Chile y de diferentes generaciones, fue posible comprender de una manera más íntegra de qué estamos hablando cuando hablamos de una Educación No Sexista. Por eso, una de las cuestiones que destacaría de este taller, es la oportunidad que tuvimos de conversar y poner en común nuestras experiencias y así llevar ese conocimiento a nuestras propias escuelas”.

En ese sentido, la profesora y coordinadora del Ciclo, Rosa María Montecinos, destacó la importancia de generar este tipo de talleres para que las profesoras puedan tener los conocimientos, experiencias y herramientas necesarias para contribuir desde el currículo a una Educación No Sexista en Chile. “Queremos una educación que deje fuera la mirada discriminadora que plantea el patriarcado. Abrir un portal que visibilice a las mujeres y a las disidencias en el relato histórico de la construcción del conocimiento, erradicando ciertas dinámicas que están presentes en nuestras comunidades escolares, que son: heteronormativas, sexistas y discriminadoras y que muchas veces, producen violencia en nuestros alumnos y también en nuestros docentes”, agregó Montecinos.

Si bien el ciclo de talleres ya comenzó, éste se extiende hasta el 1º de septiembre, a continuación tendrás el detalle de cada uno de los talleres y el formulario de inscripción:

Taller 2.-” Aproximaciones a las Olas Feministas”
Análisis histórico de las distintas olas feministas, que permite reflexionar respeto de las luchas, conquistas, tensiones y aportes del feminismo a lo largo de la historia. Miércoles 18 de Agosto a las 19:00 horas.

Taller 3: “Introducción a las Diversidades Sexuales y de Género”
Este taller está dirigido a profesoras y profesores que por primera vez se enfrentan a la temática, o que desean desarrollar una mirada integral sobre esta realidad. Miércoles 25 de Agosto a las 19:00 horas.

Taller 4: “Infancias Trans y Educación: hacia una inclusión efectiva”
Este taller está dirigido a profesoras y profesores que deseen comprender de manera cabal las infancias trans y los desafíos que enfrentan en establecimientos educacionales, así como adquirir herramientas para avanzar hacia su inclusión efectiva en la comunidad escolar. Jueves 26 de Agosto a las 19:00 horas.

Taller 5: “Trabajando la Diversidad Sexual en la asignatura de biología”
Este taller está dirigido a profesoras y profesores de biología que busquen conocer más sobre la diversidad sexual en la naturaleza y en la humanidad desde una perspectiva biológica, derribando con evidencia mitos sobre la sexualidad para avanzar hacia una enseñanza actualizada de esta dimensión humana en el aula. Abierto a docentes de otras asignaturas. Martes 31 de Agosto a las 19:00 horas.

Taller 6: “Trabajando la Diversidad Sexual en la asignatura de historia”
Este taller está dirigido a profesoras y profesores de historia que busquen conocer más sobre la presencia de la diversidad sexual y de género a lo largo de la historia en diversas culturas, la historia del movimiento LGBTI moderno y cómo aplicar estos conocimientos en el aula. Abierto a docentes de otras asignaturas. Miércoles 1 de Septiembre a las 19:00 horas.

Fuente e Imagen: https://www.colegiodeprofesores.cl/2021/08/18/queremos-una-educacion-que-deje-fuera-la-mirada-discriminadora-que-plantea-el-patriarcado/

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Urge erradicar la discriminación a niños y jóvenes LGBT: Conapred. México

América del Norte/México/16-07-2021/Autora: Carolina Gómez Mena /Fuente: www.jornada.com.mx

Ciudad de México. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos, de Gobernación, y la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes consideraron que es urgente erradicar la discriminación hacia la niñez y adolescencia de la diversidad sexual y de género.

Adelantaron que el Programa Nacional para la Igualdad y No Discriminación 2021-2024 fortalecerá el combate a la homo, lesbo, bi y transfobia, y uno de los ámbitos estratégicos para ello será prevenir el acoso en los espacios de convivencia de la población en edad escolar.

Irasema Zavaleta Villalpando, coordinadora de Vinculación, Cultura y Educación, actualmente encargada del despacho de la presidencia del Conapred, recordó que hace unos años la Organización de Naciones Unidas indicó que en la mayor parte de los países del mundo, las personas adultas, la niñez y adolescentes LGBT son sometidos a distintas formas de segregación por su personalidad.

Ante ello, el Conapred considera fundamental combatir esas conductas con medidas contra el acoso, en específico el que surge por la orientación sexual de los semejantes.

En un conversatorio sobre niñez y adolescencias con diversidad sexual, expuso que hay dos proyectos fundamentales: la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género, así como llevar a cabo acciones con el acompañamiento de Gobernación, para lograr en el Poder Legislativo la tipificación de los crímenes de odio en el Código Penal Federal.

Enrique Irazoque Palazuelos, titular de la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos, refirió que la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017 arrojó que “42 por ciento de los participantes señalan que en el país se respetan poco o nada los derechos de los niños, niñas y adolescentes”, mientras la Encuesta Nacional sobre Discriminación por Motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2018 reveló que seis de cada 10 personas de la diversidad sexual manifestaron haber escuchado comentarios negativos y ofensas por su orientación sexual o su identidad de género.

Además, “tres de cada 10 sufrieron agresiones físicas en la escuela por ser quienes eran, y más de una cuarta parte declararon haber abandonado su hogar y a su familia antes de cumplir la mayoría de edad por razones de exclusión”.

Irazoque Palazuelos destacó que “es prioritario revertir la marginación y violencia estructural hacia la niñez y la adolescencia LGBT, pues permea todas las esferas sociales y tiene consecuencias graves para quienes las enfrentan. Se trasgreden sus garantías civiles, como los derechos a la identidad, al desarrollo, a la libre personalidad, a la educación y a la salud, entre otros”.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/07/10/sociedad/urge-erradicar-la-discriminacion-a-ninos-y-jovenes-lgbt-conapred/

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Cuba: Activistas y personas trans demandan en redes sociales ley de identidad de género

Activistas, personas de la comunidad LGBTIQ, mujeres trans y cubanas y cubanos que abogan por una sociedad inclusiva convirtieron las redes sociales, el pasado 31 de marzo, en un escenario para demandar una Ley de Identidad de Género en Cuba.

A partir de un tuitazo convocado por la activista y trans Kiriam Gutiérrez Pérez, con motivo del Día Internacional de la Visibilidad Trans, numerosos usuarios, así como medios de comunicación y redes de la comunidad LGBTIQ lanzaron mensajes e imágenes en sus perfiles de Facebook y Twitter, en apoyo a la comunidad trans y como reclamo a la garantía de todos sus derechos.

Mientras las mujeres trans no tengan derechos, el resto solo tendremos privilegios, fue una de las ideas remarcadas por varios activistas en Twitter, donde la activista Kiriam Gutiérrez escribió: «Mis derechos: mi cuerpo, mi identidad, mi dignidad, mi libertad. No estoy en el cuerpo equivocado, vivo en una sociedad equivocada».

Alrededor de 3.000 personas trans viven en Cuba, de acuerdo con estimaciones de la Encuesta sobre Indicadores de Prevención de Infección por VIH-2013, y uno de sus reclamos históricos ha sido el derecho a una Ley de Identidad de Género.

Varios participantes en el tuitazo, como el usuario Danielito Triana, consideraron que para la aprobación de una Ley de Identidad de Género en la nación caribeña «se necesita una campaña en los medios como la que se hizo para que se votara Sí a la Constitución», en 2019.

Entre los principales derechos que reclama la comunidad trans, mencionaron la posibilidad de acceder a un cambio de nombre y sexo en los documentos de identidad, sin la obligación de cirugías de adecuación genital. «Las personas trans no deberían tener que escoger entre expresar su identidad de género y continuar sus estudios», tuiteó la Revista Q de Cuir.

«No es sensato que para comprobar nuestra identidad debamos presentar exámenes de ningún tipo, ¿por qué, entonces, imponerle esto a otra persona?», escribió la activista y trans Mel Herrera.

«Al hacer que el acceso a la identidad dependa de un diagnóstico médico o de una cirugía obligatoria, el compromiso con los derechos humanos se debilita. Que se valide o niegue la identidad a alguien quiere decir que el Estado entiende la identidad trans como una enfermedad», opinó la joven.

«¡Los derechos de las personas LGBTIQ+ son derechos humanos! No hay nada de otro mundo. Se pide igualdad, respeto y, por sobre todas las cosas, justicia. Hay dos países que han marcado la diferencia a nivel internacional: Argentina y Dinamarca. Ambos han optado por un enfoque progresista en lo que respecta al reconocimiento del género. Cuba pudiera ser uno de estos países. ¡No queremos menos que la igualdad!», tuiteó Herrera.

Usuarios como Karly tuitearon «por la adecuación del nombre y sexo registral de mis hermanas y hermanos trans. Por su acceso a salud pública integral y digna. Por el fin de los discursos de odio hacia ellxs. Por el cupo laboral y de vivienda. Por una educación sin estigma»; mientras que otros como @Zunzun señalaron la necesidad de «Despatologizar. Ser trans No es una enfermedad ni transtorno. Una sociedad más justa es una sociedad inclusiva», dijo.

Asimismo, activistas como @DanielitoTriana enfatizaron en la necesidad de contar con leyes que tipifiquen los crímenes de odio y educación para niñes y adolescentes que concienticen sobre las disidencias sexogenéricas.
«Lo que pesa un nombre, una letra (F o M) en un carnet. En un banco, en una estación de policía, en el aeropuerto, en una entrevista de trabajo.

Para que las personas trans no tengan que revivir esos momentos difíciles infinitamente, es necesario una #LeyDeIdentidadDeGéneroEnCuba», escribió @GeisyGuiaDelis.

Etiquetas como #LeyDeIdentidadDeGéneroEnCuba, #LeyDeIdentidadDeGéneroYa, #UnCodigoInclusivo, #LosMismosDerechosCuba acompañaron a la mayor parte de los mensajes, en los que se llamó la atención de instituciones como la Fiscalía General de la República, el Parlamento cubano, la Presidencia y el Cenesex.

Historias de una lucha para conquistar derechos

«Son elles quienes nos hacen mejores personas con sus sonrisas, con las batallas ganadas que libran en silencio y no sospechamos, pero sabemos vencen cuando hay más sonrisas que caras tristes», escribió el fotógrafo y activista Claudio Peláez Sordo en su muro de Facebook, junto a imágenes de mujeres y hombres trans portando su actual identificación, en evidente contradicción con su identidad de género.

La iniciativa, replicada entre otros sitios por la plataforma cubana Entre Diversidades, compartía fotografías de «algunos de esos rostros que llevan años venciendo batallas y otros que empiezan a andar esos caminos de dudas y reproches, pero también de certezas y encuentro.

«Ojalá sirvan estas fotos para visibilizar a la comunidad trans y sensibilizar a quienes, desde posiciones de privilegio, gozan de derechos pero los niegan a otres por el simple hecho de ser diferentes. Exigir una Ley de identidad de género no puede ser solo una batalla de la comunidad trans, debe ser también una batalla de todes aquelles que creemos en la justicia», escribió Peláez Sordo.

Así, el activista visibilizó rostros y pequeños relatos como los del joven de 33 años Aarón Figueredo Armenteros, para quien «su mayor sueño es poder operarse y cambiarse el nombre»; o el de Lexa Rodríguez Pupo, una muchacha que apenas cumpla sus 18 años, iniciará el tratamiento hormonal con la asesoría del Cenesex. «Sus padres no entienden lo que le está sucediendo y no pueden acompañarla en esta transición vital».

Las redes sociales se llenaron de las historias e imágenes de Naomi, para «quien la felicidad es ser libre»; Victoria, una joven trans que «se siente mujer sin necesidad de tener una vagina»; París Brown, quien «desea vivir en una sociedad donde haya igualdad de género y se respeten todas las ideas, aunque no coincidan», o Kiriam «una mujer muy fuerte, que lucha por los derechos de una comunidad que continúa siendo ocultada y limitada en sus derechos».

Otras plataformas lanzaron iniciativas, como la Red cubana TransCuba, que defendió la campaña «Todos los días visibles», acompañando imágenes de activistas trans con el texto del artículo 42 de la Constitución de la República.

En el texto se reconoce que «todas las personas son iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las autoridades y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de sexo, género, orientación sexual, identidad de género, edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa, discapacidad, origen nacional o territorial, o cualquier otra condición o circunstancia personal que implique distinción lesiva a la dignidad humana».

«Hoy queremos que nos vean como lo que somos. Personas con sentimientos, capaces. Queremos que se garantice nuestra permanencia en los centros escolares, que las barreras culturales existentes a la hora de buscar un trabajo desaparezcan, queremos unirnos en matrimonio y que sean reconocidas nuestras familias, queremos una Ley de Identidad de Género que complemente a la Constitución y garantice la igualdad de derechos. Sin derecho a la identidad somos invisibles», trascendió en el perfil de Facebook de TransCuba.

Muchas otras historias de mujeres y hombres trans fueron visibilizadas desde páginas como Cimarronas, una iniciativa que busca posicionar un feminismo cubano anticapitalista y subvertir el orden patriarcal.
En una de ellas, Nomi Ramírez, de 44 años y secretaria en el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), dice desear «una Cuba más inclusiva, no solo para nosotras, sino para todxs».

«Nuestro mayor reto, desde mi punto vista, sería crecer como mujeres trans, ser capaces de aprender. Es todo un reto ser una persona trans. Creo también en la importancia de la Educación Sexual, de aprender sobre sexualidad y género. Es muy importante conocernos para entender quiénes somos, por ende, si educamos desde una mirada inclusiva creo que nos hará bien a todxs», sostiene.

Fuente: https://rebelion.org/activistas-y-personas-trans-demandan-en-redes-sociales-ley-de-identidad-de-genero/

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Argentina: Obra pública feminista

América del Sur/Argentina/14-08-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Con perspectiva de género, Argentina pretende reducir la brecha mediante la obra pública e incluir a la mujer en el ciclo productivo.

Redacción BUENOS AIRES

Paridad laboral y proyectos para el cuidado de los derechos de las mujeres y la infancia, son el eje del nuevo paquete de obra pública que ofrece el presidente de Argentina, Alberto Fernández.

La cartera de Obras Públicas está elaborando un Manual para la Gestión de la Obra Pública con Perspectiva de Género, en el que se abordarán recomendaciones y «buenas prácticas» para los Gobiernos y los contratistas.

Más mujeres en la construcción

Garantizar la participación de las áreas de género locales en la ejecución de proyectos para revertir «la alta e histórica preponderancia masculina en el sector de la construcción», anunció el gobierno.

El ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, junto al de Obras Públicas, construirá Centros Territoriales de Políticas de Género en dos municipios por 1,23 millones de dólares, además de tres Centros Integrales para la Mujer, en distintas provincias del interior.

Reducir la desigualdad

La ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, destacó que el Gobierno haya decidido «transversalizar las políticas de género para reducir la brecha de la desigualdad, que debe estar presente en cada una de las políticas públicas”.

«La obra pública además de una política para fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo, debe ser una herramienta para reducir esas brechas de desigualdad que existen», agregó. EFE

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102324803/obra-publica-feminista

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Gender Report 2019: Building bridges for gender equality

Author/Publisher: Global Education Monitoring Report/UNESCO
Language: English

Resumen: El 2019   Informe de género   se basa en un marco de monitoreo que, además de centrarse en la paridad de género en la participación educativa, el logro y el logro del aprendizaje, examina amplios contextos sociales y económicos (normas e instituciones de género) y características clave del sistema educativo (leyes y políticas, prácticas de enseñanza y aprendizaje) , entornos de aprendizaje y recursos). El marco explora la relación entre la educación y los resultados sociales y económicos seleccionados y se basa en una discusión sobre las intersecciones entre género, educación, migración y desplazamiento. Esbozando una variedad de enfoques adoptados para abordar áreas prioritarias en la educación de las niñas, el informe analiza el grado en que los planes del sector educativo en 20 países con una gran disparidad a expensas de las niñas prevén adoptar y ampliar dichos enfoques. Este análisis respalda una necesidad ampliamente reconocida de planificación del sector educativo con perspectiva de género


The 2019 Gender Report is based on a monitoring framework which, in addition to focusing on gender parity in education participation, attainment and learning achievement, examines broad social and economic contexts (gender norms and institutions) and key education system characteristics (laws and policies, teaching and learning practices, learning environments, and resources). The framework explores the relationship between education and selected social and economic outcomes and is informed by a discussion of intersections between gender, education, migration and displacement. Outlining a range of approaches taken to address priority areas in girls’ education, the report then analyses the extent to which education sector plans in 20 countries with wide disparity at girls’ expense envisage adopting and scaling up such approaches. This analysis supports a widely recognised need for gender-responsive education sector planning.

Download: PDF

Fuente: http://www.ungei.org/resources/index_6549.html

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Cuando el alumnado educa en la diversidad de género

Por: Evaristo González

¿Qué efectos tiene en un centro educativo cuando el alumnado se compromete a educar en el feminismo, contra la violencia de género y a favor de la diversidad dentro de la normalidad?

Hay alumnas (también alumnos) adolescentes muy implicadas en que la realidad de la vida forme parte de la educación en las aulas. Son personas inquietas y concienciadas que promueven actuaciones, cambio de sensibilidades, adaptación a los lenguajes normalizados y, sobre todo, actualización de determinadas mentalidades y formas de ser, tanto entre el profesorado como entre sus compañeros y compañeras.

En este caso, estudian en un centro público que lleva años acogiendo a todo tipo de alumnado (frase que debería ser más evidente de lo que los documentos educativos recogen, no siempre fieles a estos principios, según las explicaciones de algunas personas que han estudiado en otros centros), con una atención especial para el alumnado LGTBIQ. En el día a día de la educación esta apreciación también debería sobrar por obvia pero se remarca aquí porque, después de años de atención prioritaria en el centro, “la antigüedad es un grado” y las realidades educativas son muy diversas.

La normalidad está llena de diferencias, en entornos educativos complejos dentro de una sociedad en la que determinados grupos quieren imponer censuras diversas, se llamen ahora pines parentales, supresión de contenidos o de asignaturas, o imposición de temas concretos para ser tratados de una forma determinada en las aulas, mientras aspectos fundamentales para la convivencia democrática exigen permisos familiares. Suelen ser los mismos que, después, publicitan acusaciones de adoctrinamiento del profesorado, con un fariseísmo que produce miedo.

Análisis

¿Analizamos periódicamente los entornos educativos y aquello que se está haciendo para favorecer cambios en temas de género, lenguajes, normalizaciones diversas y actitudes? De verdad, ¿estamos implicados al máximo? Los curriculums y las normativas necesitan plasmaciones en la vida del día a día. Por otra parte, aún hay muchas carencias en educación afectivo-sexual, en igualdad de género y en diversidad, si bien aumenta el número de profesorado que se forma en estos temas para llevarlos a las aulas.

Hemos de sumar esfuerzos también con el alumnado más comprometido para que, entre todos juntos, se generen líneas educativas y sinergias que refuercen comportamientos correctos. Las lacras de la violencia de género, los clichés machistas y tantas interpretaciones subliminales o esquemas comunicativos contra alguien se han de combatir desde muchos frentes: sociedad en general, medios de comunicación, publicidad, familia. La educación juega un papel fundamental.

Presencia

En septiembre de 2019 un colectivo de alumnas creó un comité feminista en el instituto. La finalidad era, por un lado, consolidar el trabajo y las actuaciones tradicionales del centro en esta formación y, por otro, fomentar actuaciones que ayuden a potenciar una cultura de respeto e integradora, contra la violencia de género y para conseguir una visión feminista.

Además de los tradicionales actos de días señalados: 25 de noviembre (día contra la violencia de género) y 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer), tienen como objetivo llevar a cabo actuaciones en el patio y en las aulas, reflexionar con las delegaciones de alumnado de cada clase, mantener reuniones de seguimiento con la dirección del centro e implicarse al máximo en uno de los objetivos concretos de la Programación Anual del Centro para este curso: la utilización de lenguaje no sexista en las clases, en los documentos de centro y en las conversaciones habituales, incluida la interactividad en Internet, redes sociales y de mensajería.

Actuaciones

Después de una conversación en profundidad con el comité feminista y de efectuar una retrospectiva sobre actuaciones que se han llevado a cabo en el instituto, compartimos algunas líneas de trabajo y previsiones de este comité (que apoya las propuestas de la dirección) para conseguir cambios desde la práctica. Su difusión es con la finalidad de que puedan exportarse o adaptarse a otros centros u organizaciones:

  1. Impulso a actuaciones de grupos de alumnos y alumnas, muy concienciados, que participan en colectivos de la ciudad y que quieren incrementar la educación del centro educativo con propuestas importadas de los espacios en que colaboran. A menudo se desconoce el potencial real del alumnado adolescente, tanto en su proceso de aprendizaje no formal como informal. Aprovecharlo es fundamental para incrementar la calidad de la educación.
  2. La transversalidad de objetivos ha de ir acompañada con prácticas concretas y continuas, y con estrategias de vigilancia para conseguir una mayor efectividad. La teoría sin la acción pierde eficacia educativa.
  3. Las inquietudes del alumnado se han de tener en cuenta, y más cuando se comprometen a ser agentes de cambio educativo y social. En cierto modo, estamos ante la personalización del aprendizaje, impulsada también por los alumnos y las alumnas.
  4. En todos los centros educativos hay unos hechos diferenciales, que pueden ser el origen de cambios y que se han de aprovechar: en este caso, los bachilleratos artísticos: la potenciación de las artes plásticas, escénicas y musicales introducen “aire fresco” a las aulas. Otro factor diferencial, el uso intensivo de las TIC desde hace 26 cursos, permite el análisis de determinados discursos en Internet, seguir etiquetas y personas expertas que aportan ideas, fomentar la participación con argumentos de cambio, analizar textos y reflexionar sobre todo aquello que es tóxico para la educación feminista e inclusiva. A la vez, hay que predicar con el ejemplo y difundir mensajes positivos y educadores.
  5. Los grupos creados por el comité feminista en redes sociales con la finalidad de difundir e informar sobre el feminismo incrementan la libertad de expresión, el respeto y la mentalización a la hora de actuar: Whatsapp ha ayudado a centrar temas y a impulsar actuaciones. En este caso, uno es solo para el grupo impulsor y hay otro abierto, con un continuo incremento de personas que se quieren añadir.
  6. Los mensajes tratados por el comité necesitan de reuniones periódicas presenciales con delegaciones de clase y personas encargadas, para trasladar las ideas a las clases.
  7. Todas las personas han de estar en alerta para detectar lo que pueda atentar al respeto común y disponer de herramientas para provocar cambios.
  8. Cuando sea necesario, se pide colaboración de personas expertas, entidades y grupos del exterior para la contextualización y tratamiento de estas temáticas. Hace tres años vino a hablar con el alumnado Joana Biarnés (1935-2018), fotógrafa nacida en Terrassa, la primera mujer que ejerció como reportera gráfica en el Estado. Sus visitas a los campos de fútbol fueron muy hostiles, llenas de comentarios machistas por el hecho de ser mujer. Defendió el papel de la mujer con el ejemplo personal, en momentos históricos difíciles.
  9. El profesorado y el alumnado valoran muy positivamente el proceso de acogida de alumnos en las clases, para favorecer su integración y educación global en la normalidad afectiva y sexual.
  10. El lenguaje machista en conversaciones, clases o redes sociales exige un cambio profundo que ha de trasladarse al día a día, dentro y fuera del centro. Cada persona ha de predicar con el ejemplo para educar a la sociedad. Cuando sea conveniente deberían corregirse, en clase o fuera, lenguajes improcedentes que ya no tocan. Un ejercicio muy útil que se practica es construir un diccionario de palabras sexistas y su equivalente no sexista a lo largo del curso.
  11. El profesorado y el alumnado no pueden permitir en ningún momento comentarios, visualización de símbolos, frases en la ropa, dibujos, grafismos o lemas que inciten a comportamientos contrarios a la inclusión, la igualdad o al respeto de todos.
  12. Debe ser curricular todo contenido que mejore la sociedad, la democracia y el pensamiento crítico. Los temas de actualidad son auténticas asignaturas competenciales que se alimentan cada día, se reproduzcan en medios de comunicación o en redes sociales.

El potencial del alumnado adolescente es un gran aliado en el trabajo pedagógico de los centros educativos. Juegan un gran papel en el diseño de la educación. Ahora que tanto se habla de medidas represivas como el pin parental, es un buen momento para seguir ejerciendo el deber democrático de educar en todo aquello que ayude a consolidar una sociedad más justa, inclusiva e integradora. A pesar de una minoría.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/29/cuando-el-alumnado-educa-en-la-diversidad-de-genero/

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