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Con estos libros lo sabrás todo sobre la pedagogía Montessori

Por: EDUCACIÓN 3.0

Esta pedagogía, que busca facilitar el desarrollo de los estudiantes adaptando el entorno del aprendizaje a sus necesidades, puede implentarse tanto en casa como en las aulas. Pero, ¿qué papel cumplen la familia y los profesores? Esta selección de libros tiene la respuesta.

Entre el siglo XIX y el siglo XX la educadora y médica italiana María Montessori ideó un método educativo basado en la psicología natural y el desarrollo físico y social de los menores; un modelo que se caracteriza por convertir al niño en protagonista de su aprendizaje, dejándole aprender a su ritmo. De esta forma, se ayuda al desarrollo personal de la independencia, la libertad con límites, el respeto en la psicología natural y el desarrollo físico y social. La familia y los educadores pasan a ser, por tanto, una guía que proporciona las claves y adapta el entorno de aprendizaje al nivel de desarrollo del niño. Pero, ¿qué pautas que es necesario seguir para hacerlo posible? Estos libros explican a fondo esta pedagogía activa y aportan ideas y trucos para ponerla en práctica.

1. El método Montessori en casa

Las 200 actividades que recopila esta obra están pensadas para contribuir al desarrollo del niño en casa a través de esta pedagogía. Están diferenciadas por franja de edad (de 0 a 12 años) y cada una incluye un análisis detallado para poder llevarla a cabo con garantías, así como una lista con el material necesario y los potenciales humanos que se pueden trabajar a través de ellas. Entre sus beneficios, ayudarán a despertar el interés por la naturaleza, la cultura, el mundo o trabajar los cinco sentidos.

  • Autores: Céline Santini y Vendula Kachel.
  • Editorial: Zenith

 

2. Educar en la felicidad

La autora del blog ‘Peque Felicidad’ ha elaborado una guía repleta de ideas prácticas para llevar al hogar los principios de amor, respeto y felicidad que caracterizan al Método Montessori. Las recomendaciones se acompañan de explicaciones amenas e ilustraciones que facilitan su comprensión. Después de explicar a fondo en qué consiste esta pedagogía alternativa, explica la posición que deben tomar los adultos con respecto a los menores.

  • Autora: Marta Prada.
  • Editorial: Oberón

3. Montessori paso a paso

Una colección de libros que explican los principios fundamentales del método junto con consejos sobre cómo favorecer la autonomía, la preparación del ambiente y la importancia de los periodos sensibles. Algunos están centrados en cómo aplicar el método en ciertas materias como Lengua o Cálculo y Matemáticas. Sin embargo, este título expone de manera general de qué trata la pedagogía Montessori. Además, ofrece una serie de actividades para llevar a cabo en clase y en casa con niños de entre 2 y 6 años que fomentan la atención y la comprensión.

  • Varios autores.
  • Editorial: Escuela Viva

4. Jugar y aprender con el método Montessori

Para aplicar el método Montessori en casa con éxito es imprescindible tener clara la edad a la que va dirigida cada actividad. Por eso, este libro ofrece más de 100 juegos y actividades (que también pueden aplicarse en el aula) que ayudan a los pequeños a preparar materias como Lectura, Escritura, Matemáticas o Ciencias a través de esta pedagogía. Cada uno, está asociado a una edad, un logro concreto e incorpora diferentes consejos y trucos para facilitar su puesta en práctica.

  • Autora: Lesley Britton.
  • Editorial: PAIDÓS Educación

5. 365 actividades para jugar sin pantallas

Pensadas con el objetivo de disfrutar de las cosas sencillas de la vida, tanto dentro como fuera de casa, las actividades y los juegos que propone este libro ayudan a trabajar la inteligencia emocional y a reducir el estrés de los más pequeños. Las 365 están pensadas para realizar en familia lejos de las pantallas de los dispositivos electrónicos.

Fuente e imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/libros-pedagogia-montessori/114570.html

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Entrevista a Pepa Alcrudo: “La infancia tiene su tiempo de aprendizaje y se lo estamos robando”

España/Fuente: El Diario de la Educación

Pepa Alcrudo habla claro de una etapa olvidada o ninguneada, de la que se ignoran ritmos madurativos y tipos de aprendizaje muy diferentes y a la que se le imponen, ya en 0-3, conceptos de la primaria.

Con 40 años de experiencia en la educación infantil a sus espaldas, Pepa Alcrudo tiene alguna idea de qué se cuece en el sector. Empezó en las primeras infantiles del Ayuntamiento de Barcelona, cuando había que crear “un modelo nuevo de la educación de los más pequeños, que ni existía por aquel entonces”, ha pasado por la Comunidad de Madrid y se ha dedicado a la formación de educadores y maestros y desde 1987 pertenece al Colectivo Infancia. Alcrudo defiende una etapa infantil educativa, no asistencial, y alerta de que “la situación en el 0-3 es lamentable”.

Salvando que generalizar a veces es injusto con algunos, ¿cómo está la educación infantil?

Las situaciones son bastante heterogéneas. La educación infantil nunca se ha consolidado como una etapa educativa plena. Hay una situación de diferente trato en el primer ciclo del segundo. En el segundo, el 3-6, al estar incluido en los colegios, se ha hecho como una especie de primarización del ciclo, con contenidos escolares, instructivos, los currículos, la presión, el inglés, etc. Esto ocurre especialmente en la Comunidad de Madrid. Pero en el 0-3 la situación ha sido lamentable, se ha degradado a un carácter asistencial, como máximo de cuidados, pero en el sentido epidérmico. No se valora en el sentido de ciudadanía de pleno derecho. Las escuelas infantiles se han considerado un apéndice de otros aspectos como la conciliación en el término familiar, en el económico como las más baratas, en el término social, despreciadas.

Ha sido una bajada de objetivos desde que la LOE consideró que el 0-3 era competencia exclusiva de las comunidades autónomas. A partir de ahí, cada comunidad, dependiendo de sus necesidades y objetivos o formas de entender la educación, montaron sus propios centros, lo más baratos posibles, externalizando extraordinariamente e incluso organizando subastas.

Pero se percibe cierto cambio…

Ahora se está volviendo a tener un cierto interés, sobre todo a partir de familias jóvenes con hijos que, a partir de sus propios conocimientos, buscan alternativas a la enseñanza más tradicional a partir de la innovación. Escuelas verdes, escuelas bosques, escuelas de proyectos, etc. son cosas que se habían trabajado en épocas anteriores, en los 80, en la etapa de la renovación pedagógica. Por ahí puede estar el camino. La educación se ha vuelto mediocre, muy poco afectuosa, no tiene una mirada positiva de los niños. Cuando llegas a los 4-5 aún se hace algo, pero en Primaria desaparece ese sentido del corro, de la asamblea, intercambiar, respetar turnos de palabra, etc. Se ha dejado porque hay que aprender, todos sentados de cara a la pizarra. Hay que cambiarlo, salir a la calle.

Ha mencionado las subastas de guarderías. Añado que muchas grandes empresas de servicios (Eulen, Clece) están ganando esas subastas. ¿Cómo afecta esto a la educación infantil?

La educación infantil es cara si es con pocos niños y personal cualificado y en número superior. Ha habido un abaratamiento de los costes, salariales sobre todo. Con unos convenios que no llegan a mil euros porque solo es cuidar niños. Con el incremento de las cuotas y del número de plazas, consigues más dinero. Además, la administración ha ido adelgazando las partidas de financiación. Con esta perspectiva de crisis (no económica, esta ha sido solo la excusa), se sacaron a subasta las escuelas infantiles. Y el proyecto económico era lo que primaba. El educativo no importaba. También metieron el inglés, que desestabilizó la etapa. Cuenta más que se tenga el título B1 (de idiomas) que la formación educativa de la maestra. Ha habido una pérdida de referencias junto a unas políticas muy agresivas que han diluido la educación infantil. Ha sido la tormenta perfecta. Para revertir esto necesitaremos mucho tiempo y mucha valentía.

¿Cómo está la formación de las maestras? ¿Qué es mejorable?
La formación inicial es justita, pero al camino profesional hay que darle mucho empeño y empuje porque si no te anclas en actitudes muy anticuadas y tradicionales. Es un problema serio y de enjundia. La universidad tampoco está para tirar cohetes. No hemos acabado de encontrar el punto de los estudios de educación. Creo que la universidad adolece de lo que adolece en general el sistema educativo, que es poco contacto con la práctica innovadora. Los maestros desde el primer curso no necesitan gente que les venga a hablar de las teorías sobre las metodologías, sino ver las metodologías aplicadas en los centros. Con la observación se aprende mucho. Los adultos tenemos que observar y luego preguntamos y nos informamos y aplicamos. Y luego vuelves con la formación práctica y vuelves a hacer la teoría sobre esta práctica, no al revés. Aparte de tu propia actitud, la administración debe sacudirte un poco cada cierto tiempo. Ver qué proyectos han hecho los centros, hacer una evaluación sistémica, de todo excepto de los alumnos: del profesorado, de la gestión, etc. Todo eso es necesario.

Dice que está trabajando en un proyecto sobre educación científica para bebés. ¿Podría explicar en qué consiste? Choca un poco hablar de ciencia para los bebés.

La formación científica es la formación de cualquier persona que se dedique a la observación, a la experimentación y la formulación de hipótesis. Es lo que hacen normalmente los niños a través del juego. Nosotros lo formulamos como un recorrido científico. Primero observas una situación, quieres arreglarla, formulas una hipótesis sobre cómo actuar sobre ella, experimentas y compruebas. Clasificación, seriación, alternancia, con pinzas de colores, con materiales diversos, con piedras. Es el juego de cualquier niño cuando hacen colecciones, no de cromos sino de cosas cotidianas que encuentran por el camino. Con esa recogida de materiales, una buena maestra debe formular en su aula una propuesta educativa para que los niños descubran y trabajen conceptos matemáticos como la adición. Pero no hace falta hacer la suma con el signo más. Simplemente amontonar, seriar, etc. Son conceptos lógico-matemáticos. Hay una tendencia muy epidémica de considerar que no se conocen determinados conceptos hasta los seis años. Se tiende a darle más relevancia a cosas que no la tienen. Por ejemplo, es muy importante sumar y restar, que es conceptualmente enseñanza. Pero lo tienen que hacer de manera experimental. Ya lo decían Maria Montessori y los grandes pedagogos del siglo XX. Los niños tienen que experimentar con su cuerpo conceptos matemáticos para luego elaborarlos. Eso pasa también con la lectura, la escritura, el movimiento, las segundas lenguas, etc.

Mucha parte educativa, entonces, en esta etapa, frente a otras visiones que propugnan más un carácter asistencial.

Muchísima. Es una etapa muy desconocida. Como se desconoce, no se aprecia. Como no se aprecia, está ignorada. Y como está ignorada, se queda olvidada. Con los nuevos conocimientos de la neurociencia, que es impresionante cómo avanza, vemos cómo fluyen las emociones, los vínculos, los afectos en el propio desarrollo neuronal. Pero está olvidada, primero porque se desconoce y luego porque no hay posibilidades ni personales ni colectivas de hacer una formación en grupo.

¿A qué se refiere con esta formación?

La formación en red, que los modernos llaman coaching. Es imprescindible para un buen maestro o maestra, pero en infantil es la forma de funcionar. La formación es la única herramienta que tenemos realmente para valorar lo que se hace y, a partir de ese momento en el que te sientes seguro de lo que haces a nivel profesional, eres capaz de enseñarlo al exterior. Y así las familias piensan que es más importante de lo que creen.

¿Son las familias las primeras que no tienen un especial interés en que sus hijos reciban una educación en esta etapa?
Es por desconocimiento. En un momento en el que el conocimiento se adquiere de forma rápida y volátil, no hay mucho debate. En la escuela se intenta hacer una reflexión con las familias sobre lo que hacen los chicos en la escuela. Al principio hay familias que piensan que la escuela es un lugar de conciliación y poco más. Pero en los pocos años que están juntos se van dando cuenta de que es más importante. Siempre te encuentras alguna familia que te exige por encima de todo una instrucción, que no tiene mucho sentido más allá de que sus padres crean que sus hijos son superdotados y piensan que cuanto más pronto se les impartan los conocimientos más éxito tendrán. Pero no es eso. La infancia necesita su tiempo de aprendizaje, ahora le estamos robando tiempo.

¿Cómo se lo robamos?

Antes la infancia era muy larga. Ahora se acaba muy pronto porque parece que empieza otra etapa más importante. Eso no es educativo, es acelerar de una forma muy contraria a las leyes madurativas. Hay un movimiento de escuela slow, tranquila, feliz, que habla de la comida slow, la comida slow, todo más tranquilo. Deberíamos entender que la infancia es muy momento muy importante de la vida, cuando se empieza a formar la personalidad. Ahora estamos descubriendo que conceptos éticos y morales como la igualdad, etc. se construyen en los primeros meses de vida. Necesitamos desmontar mitos y prejuicios.

¿Qué mitos y prejuicios?

El mensaje del esfuerzo, la excelencia, el éxito, la cultura del trabajo, ha calado. Primero en la universidad, luego en institutos, en colegios. Y la excelencia llega al 0-3. No tiene sentido. Las educadoras pensamos que la mayor excelencia educativa pedagógica, que no coinciden a veces con los mensajes que transmiten otros emisores, está en la mejor capacitación de las maestras o educadoras para facilitar un aprendizaje de vida y una huella educativa que es la que fundamenta la personalidad de los niños a estas edades y que luego se va consolidando. Muchos niños, en el segundo ciclo, son víctimas de unas políticas erráticas. Ha habido niños de tres-cuatro años que con toda la ilusión del mundo le enseña un dibujo a su maestra y esta lo rompe porque está mal hecho o no ha seguido las instrucciones de la ficha. Esto a un niño le hace daño y le crea inseguridad, y a los niños precisamente hay que darles seguridad, identidad, cariño, para que se construyan.

¿Cuántos alumnos debe idealmente tener una clase de infantil?
Varía según las comunidad autónoma, pero está bastante homogeneizado. Son ocho niños de 0 a 1 años, 12 o 13 entre 1 y 2 años y 18 o 20 entre 2 y 3 años. Y de 3 a 6 ya tienen las mismas ratios que en Primaria. Con la LOE se subieron las ratios y se han ido a cifras excesivas, sobre todo en el 3-6. Es un grave perjuicio que haya tantas criaturas en una clase. Antes había una persona por cada sala y otra de apoyo para cada dos grupos a la hora de comer. Ahora este apoyo es de una persona para todos los grupos. Es una masificación sin ningún sentido.

 Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/03/28/la-infancia-tiene-su-tiempo-de-aprendizaje-y-se-lo-estamos-robando/
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Los abuelos, esos “magos” que crean recuerdos maravillosos para sus nietos

Por: Jennifer Delgado Suárez

El amor perfecto a veces no llega hasta el primer nieto”, dice un proverbio galés. Y lo cierto es que cuando un abuelo o una abuela ve por primera vez a su nieto experimenta una serie de emociones indescriptibles.
El amor tiene muchas facetas y es fantástico descubrir en esa etapa de la vida que todavía se pueden experimentar nuevas emociones con gran intensidad. Ese descubrimiento les infunde nueva energía. Y muy pronto ese pequeño niño descubrirá que tiene en su abuelo o abuela su mejor aliado y maestro de vida. Entonces se crea una relación muy especial que deja huellas que marcan para siempre.

Entusiasmo, agradecimiento y una pizca de preocupación

Cuando los abuelos tienen en sus brazos por primera vez a su nieto, lo primero que suelen experimentar es una profunda gratitud. Gratitud porque todo haya salido bien y porque pueden abrazar a esa pequeña criatura que ya saben de que revolucionará su mundo.
Con la sabiduría que les ha dado la vida, saben que deben mantenerse en un segundo plano porque para los padres la llegada del bebé también es un momento muy especial. Pero aún así se las ingenian para estar disponibles por si les necesitan, para apoyar cuando haga falta y aconsejar cuando sea necesario.
Con la alegría y el entusiasmo también llega una pizca de preocupación. Los abuelos son conscientes del desafío que representa criar a un niño, por lo que es normal que se preocupen por todos los retos que tendrán que afrontar los recién estrenados padres. Sin embargo, también les tranquiliza saber que sus hijos pueden contar con su apoyo, guía y sabiduría.
De hecho, se ha apreciado que la relación madre-hija mejora cuando nace un bebé ya que la abuela deja un poco de lado su papel como madre para asumir un nuevo rol, el de amiga y mentora de su hija, lo cual lleva la relación a otro nivel de intimidad. De repente, la hija comienza a darse cuenta de todos los sacrificios que ha hecho su madre, y comprende el enorme amor que experimenta, por lo que normalmente su relación mejora, se vuelve más estrecha y se consolida.

Tendrán que reinventar su identidad

La nueva generación de abuelos se aleja bastante de la clásica imagen de la abuela que se queda en casa horneando y el abuelo que recoge a los nietos en el colegio. Los abuelos de hoy son mucho más activos, pero aún así este nuevo rol les plantea la necesidad de reconstruir su identidad.

La llegada del primer nieto supone que a partir de ese momento también serán abuelos, lo que conlleva a una reestructuración de su “yo”. Algunas personas pueden sentirse más “viejas” de repente y pueden tener dificultades para asumir su nuevo papel.

No obstante, aquellas que asumen ese cambio de manera positiva reconstruyen una identidad más rica, de manera que tienen una mayor sensación de bienestar, desarrollan un nuevo propósito en sus vidas y comienzan a experimentar una mayor sensación de autorrealización. Incluso hay muchos abuelos que se sienten renovados con la llegada del nieto, sienten que tienen más fuerza y energía.

De hecho, hoy la mayoría de las personas se convierten en abuelos cuando están cerca de los cincuenta años, un momento de la vida en el que muchos han dejado atrás la “tiranía del deber” que describió Karen Horney para seguir sus deseos. En esta etapa normalmente ha quedado atrás el deseo de impresionar a los demás y se comienza a vivir con mayor plenitud, por lo que muchos abuelos asumen de buena gana su nuevo rol, con una actitud mucho más relajada, sabia y abierta que cuando fueron padres.

Los nietos, una segunda oportunidad que se disfruta con calma y a conciencia

La magia de los abuelos consiste en que no necesitan asumir el rol de padres. Saben lo que significa criar a un niño, pero también son conscientes de que su rol es el de acompañar a los pequeños durante el crecimiento, transmitiéndoles su sabiduría y apoyándoles en los momentos más complicados.
Los abuelos escuchan y dan buenos consejos, siempre tienen tiempo para escuchar los problemas de los nietos, les permiten ser ellos mismos sin castigarles, cultivan la ilusión y alimentan la complicidad. Su tarea es construir un vínculo afectivo que le sirva de ancla a los nietos, por lo que a menudo también interceden ante los padres, sabiendo que no hay nada tan grave que no se solucione con amor y comprensión.
Los abuelos saben que cada momento cuenta, son conscientes de que el tiempo que pasan con sus nietos es limitado, por lo que intentan que sea lo más agradable posible. Los abuelos saben, como nadie más, aprovechar el aquí y ahora. Y los niños lo perciben, por lo que también disfrutan de esa presencia plena.

Abuelos y nietos: Un vínculo beneficioso para ambos

El contacto de los abuelos con los nietos es muy beneficioso para los ancianos ya que no solo disminuye el riesgo de sufrir depresión sino también enfermedades neurodegenerativas como las demencias. Un estudio desarrollado en la Cowan University en el que se analizaron a 500 adultos mayores descubrió que los abuelos que se involucraban activamente en el cuidado de sus nietos solían vivir, como media, cinco años más que quienes no tenían nietos.
Esto se debe a que los nietos no solo mantienen activos físicamente a sus abuelos sino también mentalmente. Además, el hecho de tener que “ocuparse” en determinados momentos de sus nietos también les anima a cuidarse a sí mismos.
Por supuesto, los nietos también se benefician de esta relación tan especial. Una investigación desarrollada en la universidad de Oxford descubrió que de los 1.515 niños y adolescentes encuestados, quienes tenían tienen una relación cercana con los abuelos reportaban una mayor sensación de bienestar.
Los psicólogos descubrieron que la clave era que los abuelos en muchos casos amortiguaban el impacto de los sucesos negativos en la vida de sus nietos, ayudándoles a calmarse y ver los problemas desde otra perspectiva. Esto nos india que los abuelos son una fuente de estabilidad y resiliencia, que los niños y adolescentes no siempre encuentran en sus padres.
Fuentes: 
Hilbrand, S. et. Al. (2017) Caregiving within and beyond the family is associated with lower mortality for the caregiver: A prospective study. Evolution and Human Behavior; 38(3): 397–403.
Moorman, S. M. & Stokes, J. (2016) Solidarity in the Grandparent–Adult Grandchild Relationship and Trajectories of Depressive Symptoms. Gerontologist; 56(3): 408-420.
Burn, K. F. et. Al. (2014) Role of grandparenting in postmenopausal women’s cognitive health: results from the Women’s Healthy Aging Project. Menopause; 21(10): 1069–1074.
Buchanan, A. et. Al. (2009) Grandparenting and adolescent adjustment in two-parent biological, lone-parent, and step-families. J Fam Psychol; 23(1): 67-75.

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2017/07/abuelos-crean-recuerdos-nietos.html

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Lo que robamos a los niños al ‘encarcelarlos’ en casa

Por: Jennifer Delgado Suárez

Los hijos se han convertido en trofeos para sus padres y, como todo trofeo que se precie, deben estar a buen recaudo, preferentemente entre las cuatro paredes de casa, donde supuestamente estarán seguros. De hecho, la tendencia a encerrar a los niños en el hogar para protegerles de los peligros que les acechan allá “afuera” es cada vez más preocupante.

Los niños pasan menos tiempo al aire libre que los presos

Un estudio realizado recientemente ha desvelado que la mayoría de los niños pasa menos tiempo al aire libre que los reos en las cárceles. Esta investigación analizó los hábitos de 12.000 familias con hijos de entre 5 y 12 años y descubrió que a lo largo de diez países, los niños solo pasaban una media de 30 minutos al día jugando al aire libre.
Este estudio también desveló que en Estados Unidos casi la mitad de los niños y niñas en edad preescolar no salen a jugar fuera de casa todos los días. En el Reino Unido la realidad no es muy diferente: el 64% de los niños sale a jugar fuera de casa menos de una vez a la semana y el 20% nunca se ha subido a un árbol.
Curiosamente, los investigadores no encontraron ninguna relación entre el tiempo que los niños pasaban fuera de casa jugando y los ingresos económicos del hogar o la percepción de la familia sobre la seguridad del barrio. Esto significa que se trata de una tendencia generalizada que va mucho más allá del nivel socioeconómico. El problema de base es mucho más sencillo: la mayoría de los padres no quieren que sus hijos se suban a los árboles, persigan ranas, se ensucien con el barro o jueguen solos con otros niños.
Para poner estos datos en perspectiva, basta pensar que los internos de las prisiones de máxima seguridad de Estados Unidos salen al patio al menos dos horas al día. Es un derecho. Al igual que debería serlo para los niños. Pero los padres y las escuelas se lo están arrebatando, y pretenden que los pequeños ocupen ese tiempo con las pantallas.
De hecho, si les preguntamos a las personas de más de 40 años cuáles son sus mejores recuerdos de la infancia, la mayoría se referirán al juego y la diversión al aire libre. Sin embargo, muchos de los niños de hoy no tendrán esos recuerdos, o al menos no podrán darle forma a tantas memorias de ese tipo. En la actualidad solo el 21% de los niños sale a jugar todos los días al aire libre, aunque al 71% de sus padres sí se les permitía.
¿Por qué es tan importante que los niños jueguen al aire libre con sus coetáneos?
Existe un sinfín de buenas razones para que los niños pasen tiempo jugando al aire libre, preferentemente con sus coetáneos.
1. Aprenden a tomar decisiones, resolver problemas, autocontrolarse y seguir las reglas. El juego al aire libre, sin la supervisión de los adultos, es un excelente maestro para que los niños vayan aprendiendo a resolver los problemas que se presentan. De hecho, si quieren ser aceptados por el resto del grupo, también se verán obligados a controlar algunos de sus comportamientos y a seguir las reglas pactadas.
A medida que los niños negocian con sus coetáneos van aprendiendo a controlarse, tomar decisiones y resolver sus propios problemas. Se trata de habilidades fundamentales que les enseñan que ellos tienen el control de sus vidas, una sensación de empoderamiento que les protege de la ansiedad y la depresión, trastornos muy difundidos que suelen ser el resultado de la sensación de falta de control sobre la vida.
2. Aprenden a manejar sus emociones, incluyendo la ira y el miedo. En el juego al aire libre, sin la supervisión de los padres, a menudo los niños se meten en situaciones complicadas, tanto desde el punto de vista físico como social. Si quieren salir airosos, deben aprender a controlar sus emociones. Por ejemplo, es probable que la primera vez que un niño tenga que subirse a un árbol sienta miedo, pero muy pronto lo dominará, sobre todo si está delante de sus amigos.
De esta forma ese niño aprenderá a regular sus emociones y a tomar el mando. Aprenderá que hay situaciones que dan miedo pero que ese temor se puede vencer sin necesidad de sentirse ansioso o abrumado porque en realidad no hay ningún peligro. Este “entrenamiento emocional” natural le permitirá ir creando un arsenal de herramientas psicológicas que le serán muy útiles en su vida futura.
3. Aprenden a ser más creativos. Cuando los niños juegan fuera de casa se sienten más libres, por eso suelen apostar por juegos no estructurados que estimulan su fantasía, creatividad e inteligencia. Imaginar castillos en el aire, criaturas mágicas o convertir la rama de un árbol en una espada estimula las conexiones neurales y potencia el desarrollo del cerebro, sobre todo del hemisferio derecho.
Por otra parte, los juegos al aire libre les permiten explorar el mundo que les rodea y hacer nuevos descubrimientos sorprendentes. Las cosas que encuentran a su paso estimulan constantemente su fantasía ya que no son juguetes diseñados para un fin preciso, sino que pueden tener mil usos diferentes en función de cuánto dejen volar su imaginación. Por eso, los niños que pasan más tiempo en la naturaleza suelen fijarse más en los detalles y aprenden muy pronto a apreciar los pequeños placeres de la vida.
4. Aprenden a ser independientes y responsables. Cuando los niños están lejos de sus padres y estos no pueden fungir como mediadores ni resolver los problemas en su lugar, deben aprender a encontrar soluciones por sí solos. Esto significa que deberán valorar diferentes alternativas, probar distintas soluciones y quizá equivocarse, hasta que encuentren la respuesta que necesitan.
De esta manera los niños aprenden a ser autónomos e independientes, van tomando las riendas de su vida y desarrollan una mayor responsabilidad pues poco a poco van comprendiendo que sus decisiones tienen consecuencias, y que estas dependen casi exclusivamente de ellos. Así se formará un adulto consciente y seguro de sí.
5. Aprenden a apasionarse y a desarrollar intereses propios. En la escuela los niños no suelen elegir las actividades en las que se involucran, deben seguir a la letra el plan de estudios. Además, en muchas ocasiones se esfuerzan solo por alcanzar una buena calificación, un trofeo o una alabanza, pero no porque les interese realmente la actividad.
Al contrario, el juego libre es una oportunidad única para que los niños exploren sus intereses, sin ningún tipo de presión social. En este caso, los niños pueden abandonar la actividad cuando se aburran, porque el objetivo final no es alcanzar un resultado sino disfrutar de lo que hace. De esta forma los niños aprenden a apasionarse por lo que hacen, buscan sus pasiones y comprenden que más allá de los resultados, lo importante es disfrutar del proceso. Así escapan de las garras del «conclusionismo«.
6. Aprenden a hacer amigos y a llevarse bien con los demás. El juego social es una forma natural de hacer amigos y aprender a relacionarse con los demás de una manera justa. De hecho, como el juego es una actividad voluntaria y los niños pueden abandonarlos en cualquier momento si se sienten incómodos, muy pronto los pequeños comprenden que para divertirse necesitan a sus compañeros de juego y tratan de limar las asperezas que puedan surgir para seguir jugando.
Por eso el juego, sin la supervisión de los adultos, les permite a los niños entrenar sus habilidades sociales, desarrollar la sensibilidad y la empatía. Los pequeños aprenden muy pronto a detectar las emociones de los demás y a responder en consecuencia, modulando sus actitudes y comportamientos. De esta forma se estimula su inteligencia social, que es fundamental para tener éxito en la vida e incluso para evitar el acoso escolar.
7. Aprenden a ser felices. El juego no es solo una actividad desarrolladora sino que es una fuente de felicidad, satisfacción y bienestar. La mayoría de los niños se sienten felices jugando al aire libre con sus amigos. Cuando corren, juegan y están en contacto directo con la naturaleza sus sentidos se estimulan, lo cual genera sensaciones muy placenteras.
Por otra parte, este tipo de juegos les ayuda a liberar energía y, a la larga, genera una agradable sensación de tranquilidad. De hecho, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Cornell desveló que los niños que vivían en grandes ciudades y no solían estar en contacto con la naturaleza tenían niveles más elevados de estrés y ansiedad, en comparación con los pequeños que vivían en entornos rurales y salían a jugar a menudo, quienes también eran más resilientes ante la adversidad.
Por tanto, no les robemos a los pequeños estas increíbles experiencias, que son también una valiosa oportunidad para crecer. No olvidemos que los niños deben jugar, salir a la calle y ensuciarse, esa libertad les convertirá en adultos más seguros y felices

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2016/06/ninos-encerrados-en-casa.html

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La negligencia emocional sufrida en la infancia crea adultos poco asertivos

Por: Jennifer Delgado Suárez

La asertividad es una competencia esencial para la vida. No solo nos evitará numerosos problemas en el ámbito de las relaciones interpersonales sino que también nos permitirá perder menos la paciencia y vivir de manera más equilibrada y relajada. De hecho, Anthony Robbins afirmó que «la forma en que nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos, en última instancia, determina la calidad de nuestras vidas«.
La asertividad no es más que la capacidad para hacer valer nuestros derechos con claridad de manera adecuada, sin ser demasiado pasivos ni muy agresivos, respetando a su vez los derechos de los demás.
Sin embargo, aunque parece muy sencillo, ponerla en práctica es un poco más complicado. De hecho, la mayoría de las personas que nos rodean no son asertivas, o lo son en muy poca medida. ¿Por qué?
En muchos casos la razón se encuentra en su infancia. Si hemos crecido en un hogar donde se practicaba la negligencia emocional, donde las emociones eran ignoradas o incluso castigadas, simplemente no hemos tenido la oportunidad de desarrollar la asertividad.

Tus 10 derechos asertivos

1. Tienes derecho a juzgar tu propio comportamiento, pensamientos y emociones, así como asumir la responsabilidad por ellos.
2. Tienes derecho a no ofrecer excusas ni explicaciones por tus decisiones.
3. Tienes derecho a decidir si asumes la responsabilidad de resolver los problemas de los demás.
4. Tienes derecho a cambiar de opinión.
5. Tienes derecho a cometer errores, y asumir las consecuencias.
6. Tienes derecho a decir “no lo sé”.
7. Tienes derecho a actuar independientemente de la “buena voluntad” de los demás.
8. Tienes derecho a tomar decisiones ilógicas.
9. Tienes derecho a decir “no lo entiendo”.
10. Tienes derecho a decir “no me interesa”.
Sin embargo, las personas cuyos padres pensaban que expresar las emociones era algo negativo, probablemente no serán conscientes de sus derechos. Si tus padres ignoraban o incluso castigaban tus expresiones emocionales, te habrá llegado el mensaje de que tus sentimientos, emociones y necesidades no cuentan.
Por tanto, quizá a menudo te descubres diciéndote frases como: “no hables de cosas negativas”, “no puedes dejar que los demás sepan cómo te sientes o qué piensas en realidad” o “no provoques alteraciones”. Estas frases seguramente provienen del discurso de tus padres, pero se han enquistado tanto en tu inconsciente que siguen determinando tu comportamiento, aunque hayas crecido.

Los resultados de la negligencia emocional en la adultez

La negligencia emocional es la incapacidad para responder adecuadamente a las necesidades emocionales de los niños. De hecho, una de las tareas fundamentales de los padres es, precisamente, validar las emociones de sus hijos y enseñarles a encauzarlas de la manera más adecuada. Los padres son el modelo emocional de sus hijos, son las personas en quienes estos se reflejan y buscan apoyo cuando se encuentran desorientados.
Si los padres no son capaces de reconocer esas emociones o cuando estas afloran les restan importancia a través de frases como “no hay motivos para llorar” o “no ha pasado nada”, le estarán diciendo al niño que su reacción, que es completamente normal y comprensible, no es adecuada. Como resultado, ese pequeño no sabrá qué hacer, por lo que se convertirá en un adulto que:
– No confía en sus emociones e instinto, ya que le han enseñado a ocultarlos e ignorarlos.
– Tiene dificultades para reconocer sus emociones y sentimientos ya que nunca fueron validados.
– Tiene problemas para expresar de forma asertiva sus emociones, por lo que asume posturas extremas: permite que los demás le pisoteen o se muestra muy agresivo.
– Desarrolla una baja autoestima pues cree que no es digno de ser amado.
– Experimenta sentimientos de culpabilidad y cree que no tiene derecho a ser él mismo.

Las bases para desarrollar la asertividad en cualquier etapa de la vida

– Aprender a reconocer las emociones propias y etiquetarlas. Saber exactamente cómo te sientes y por qué te ayudará a gestionar mejor esas emociones, de manera más asertiva.

– Ser consciente de tus derechos como persona, sabiendo que mereces ser tratado con respeto. Y ser consciente de que los demás merecen lo mismo.

– Valorar las opiniones de los demás, sabiendo que podemos disentir sin juzgar ni menospreciar al otro. Y exigir lo mismo a cambio.

– Desarrollar una autoestima sana, comprendiendo que los errores no disminuyen tu valía sino que son oportunidades para crecer. De esta forma no te sentirás amenazado por los demás y no responderás de manera agresiva ni dejarás que te pisoteen.

Por supuesto, también será de gran ayuda aprender algunas técnicas asertivas, para lidiar con las situaciones más complicadas.

En el caso de los niños, para desarrollar la asertividad es fundamental que los padres aprendan a respetar su individualidad y sus opiniones, aunque puedan parecer infantiles o poco prácticas. Estas preguntas podrán obrar milagros para educar a un niño seguro y asertivo:

– ¿Qué piensas?
– ¿Cómo te sientes?
– ¿Qué necesitas?
– ¿Qué tienes que decir?

De esta manera los niños aprenderán a:

– Descubrir lo que sienten y necesitan.
– Saber que sus emociones y necesidades son importantes
– Expresar sus emociones y necesidades de manera que la otra persona les respete.

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2017/01/la-negligencia-emocional-sufrida-en-la.html

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El teatro como herramienta educativa: estimulación sensorial y desarrollo cognitivo

Por: Haydee Mesa

“Es imposible separar los sentidos de la Inteligencia”. Estimular la sensorialidad de tu alumno lo ayudará a desarrollar sus capacidades cognitivas. En esto el teatro puede serte de gran ayuda, ya que el teatro “es para el corazón y los sentidos y no sólo un mero debate intelectual, sino una mordedura en el alma que acompaña a toda verdadera sensación. Este es el único camino para alcanzar la sensibilidad del espectador en todas sus caras”, tal y como afirmaba Antonin Artaud, poeta, dramaturgo, actor y director de teatro y cine francés.

El actor, por tanto, es un profesional, un verdadero atleta de los sentidos que juega con ellos para transmitir sensaciones y emociones al espectador.

A continuación apuntamos 5 motivos por los que tu alumnado debe mantener activa y desarrollar su sensorialidad cuando hace teatro. O dicho de otro modo, os exponemos 5 razones para introducir el teatro como asignatura en las escuelas:

1. COMO FUENTE DE INSPIRACIÓN. Unos sentidos bien desarrollados permiten un mayor contacto con el mundo cognitivo: con la naturaleza, con la vida, con el ¿De qué otro lugar podría si no sacar su inspiración la creatividad y la imaginación del artista?

2. COMO BASE PARA REPRODUCIR SENSACIONES CONCRETAS. El alumno ha de ser capaz de reproducir una sensación concreta en escena. Por ejemplo, si el personaje necesita transmitir frialdad puede apoyarse en la sensación física de un chorro de agua fría cayendo por su espalda sirviéndose de su memoria sensorial.

3. COMO PUERTA PARA LA ENTRADA A LA EMOCIÓN. Los sentidos y las sensaciones son la puerta de acceso al mundo emocional.

4. COMO PLATAFORMA PARA EL DESARROLLO DE SUS CAPACIDADES INTELECTUALES al dar sentido e interpretar la información percibida por nuestros sentidos creamos nuestros concepto e implicamos a la memoria, la percepción y la atención.

5. COMO VÍA PARA INTERACTUAR CON EL ESTÍMULO ESCÉNICO. Unos sentidos despiertos permiten escuchar al otro y a lo que sucede en el escenario y reaccionar acorde al estímulo para conseguir una verdad escénica.

En definitiva, en el teatro, el actor trabaja desde sus sentidos mediante “gestos, signos, actitudes, y sonoridades para los sentidos del espectador con la intención de conseguir un efecto en todos sus niveles de conciencia”

Fuente:http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/teatro-herramienta-educativa-estimulacion-sensorial-desarrollo-cognitivo/43629.html

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Aprendizaje social y emocional beneficia a niños chinos

China/03 julio 2017/Fuente: spanish.china

Al compartir que habían sufrido acoso escolar, varios niños no pudieron contener las lágrimas.

«Me rompió el lápiz sin ningún motivo, me dio un puñetazo e hizo que me sangrase la nariz cuando le pedí que me pagase el lápiz», relata temblando un alumno de cuarto grado ante sus compañeros de clase.

El menor se quita las gafas, se limpia las lágrimas y rompe a llorar de nuevo. Su profesora se acerca a él y lo abraza sin decir nada.

Esta clase de la Escuela Experimental Étnica de Sanjiang, en el distrito autónomo de la etnia dong de Sanjiang, en la meridional región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi, recibe el nombre de aprendizaje social y emocional y es un proyecto que se desarrolla en cooperación entre el Ministerio de Educación chino y Unicef.

Con esta clase se pretende ayudar a que los alumnos desarrollen habilidades como el autorreconocimiento y la confianza en sí mismos, que comprendan y sepan gestionar las emociones y que mantengan relaciones positivas con otros. «Di no al acoso escolar» es uno de los temas que se tratan.

A lo largo del curso, Zhou Lihong, la profesora, cuenta el acoso que sufre durante mucho tiempo una niña con mucha imaginación e introvertida y les pide a los alumnos sugerencias sobre cómo ayudarla.

Algunos proponen hacerse sus amigos, otros le aconsejan que recurra a sus profesores o a sus padres y les pida ayuda y alguien sugiere practicar el «ojo por ojo».

«El acoso escolar es constante y con intención y lo inicia el más fuerte contra el vulnerable. Deberíamos aprender a protegernos a nosotros mismos y, al mismo tiempo, a no acosar nunca a nadie», les dice Zhou a los niños.

La pedagoga Guo Xiaoping, que trabaja en Unicef, señala que desde que se puso en marcha el proyecto de aprendizaje social y emocional en 2013, el número de colegios que participan en el mismo se ha incrementado por encima de 500.

Estas escuelas están principalmente en partes menos desarrolladas del país, en el centro y el oeste, como el citado distrito de Guangxi, el de Panxian de la provincia de Yunnan y el de Zhongxian de la Municipalidad de Chongqing, explica Guo.

«Con el apoyo de las autoridades educativas locales y expertos, algunas escuelas que no están incluidas en el piloto también se han unido», indica.

La responsable de la parte de primaria de la Escuela Experimental Étnica de Sanjiang, Wu Xinyun, concreta que los estudiantes dedican tiempo al aprendizaje social y emocional cada dos semanas y para ello utilizan libros de texto proporcionados por el proyecto.

«Hemos descubierto que hay menos conflicto físico entre los niños», señaló. Cada clase tiene en torno a 60 alumnos, muy por encima de la media nacional aconsejada, de 45 como máximo.

«El contacto físico es muy frecuente en el aula y condujo muchas veces a peleas en el pasado. El aprendizaje social y emocional ayuda a los alumnos a comprenderse los unos a los otros, así que las peleas son mucho más infrecuentes», expuso.

Muchos países, como Estados Unidos y Australia, incluyen este tipo de aprendizaje en el currículum estándar y es útil para el progreso académico de los menores, según Guo.

Cita un estudio sobre las escuelas de primaria, los institutos y las guarderías estadounidenses realizado en 2011 que mostró que los participantes en aprendizaje social y emocional fueron mejores en 11 puntos que los grupos de control.

Una alumna de 12 años, Wei Jiaqi, ha hecho un dibujo de un compañero tapándola de la lluvia con un paraguas. Ha llamado a su dibujo «Gracias por preocuparte por mí».

«Estaba disgustada porque mi madre me había regañado aquel día. Y mi compañera me hizo compañía», explica. «Cambié a mi compañera por un chico porque es más fácil dibujar chicos», dice con una sonrisa y luego añade que les gustan mucho las clases de aprendizaje social y emocional.

Li Fuzhuo, responsable de la educación de los profesores en la Universidad Normal de Guangxi, indica que este aprendizaje pretende crear una atmósfera en la que los alumnos sientan, experimenten, piensen y adquieran las habilidades correspondientes. Para ello es vital que haya profesores competentes.

Para hacer frente a esto, el Ministerio de Educación y Unicef organizan a menudo cursos de formación y demostración para los directores y los profesores de las escuelas.

El proyecto también anima a los padres a participar. El equipo está reuniendo artículos sobre el aprendizaje social y emocional para divulgarlos a través de la cuenta de WeChat de Unicef.

De esta manera, los padres, en especial los que son trabajadores migrantes que han dejado a sus hijos en su lugar de origen, podrán unirse al proyecto.

Una funcionaria del Ministerio de Educación, Huang Guizhen, cree que el aprendizaje social y emocional no solo mejora la competencia docente, sino que permite a los grupos vulnerables, como los hijos de trabajadores migrantes que se han quedado en su lugar de origen, sentir más atención y cariño de la escuela y de la familia.

«Queremos ampliar el proyecto a más escuelas, de modo que se beneficien más niños», agregó.

Fuente noticia: http://spanish.china.org.cn/science/txt/2017-07/03/content_41141136.htm

Fuente imagen: https://www.familiesforlife.sg/discover-an-article/PublishingImages/StartPrimary1.jpg

 

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