Page 1 of 2
1 2

Estados Unidos: más de 40.000 niñes perdieron a su madre o padre por la pandemia

Redacción de: Pagina12.

La situación afectó de «manera desproprocionada» a los afroamericanos

Por la pandemia de coronavirus, según un estudio publicado el pasado lunes en la revista médica JAMA Pediatrics, ya son más de 40.000 los chicos y chicas de Estados Unidos que perdieron al padre o la madre. Esta situación, revela la investigación, perjudica especialmente a los «chicos negros, que se vieron afectados de manera desproporcionada».

El número de niños que experimentó la muerte de un padre o madre por covid-19,  describió el estudio, encabezado por la doctora Rachel Kidman de la Universidad Stony Brook, «es pasmoso», con un total estimado de entre 37.000 y 43.000.

Para llegar a la cantidad de niños afectados por cada adulto muerto por coronavirus, los autores del estudio aplicaron un índice denominado multiplicador de duelo paterno. Según este cálculo, cada muerte por covid-19 deja a 0.078 chicos de entre 0 y 17 años en duelo paterno, «lo que representa un aumento de entre 17,5 y 20,2% del multiplicador de duelo paterno en ausencia de coronavirus».

Aunque el multiplicador de duelo paterno puede parecer pequeño, advirtieron los especialistas en ese sentido, la suma luego de un año de coronavirus brinda un elevado número: «A febrero de 2021, al menos 37.300 niños habían perdido un progenitor debido a la covid-19, las tres cuartas partes de los cuales eran adolescentes», escribieron los investigadores.

El estudio, aclararon, se basa en una proyección estadística, no en una investigación o datos oficiales, y no incluye la pérdida de tutores primarios de los niños que no sean sus progenitores.

Fuente e imagen: https://www.pagina12.com.ar/333822-estados-unidos-mas-de-40-000-nines-perdieron-a-su-madre-o-pa

Comparte este contenido:

Libro(PDF): «Los estudios afroamericanos y africanos en América Latina : herencia, presencia y visiones del otro»

Reseña: CLACSO

Este libro se propone reflejar el estado de la cuestión acerca de la enseñanza y la investigación sobre África y su diáspora en América Latina. Producto de un encuentro convocado por el Programa Sur-Sur de CLACSO en Salvador de Bahía en el año 2006, donde académicos de muy diversas áreas y de diferentes países de América Latina debatieron sobre nuevos abordajes y líneas de investigación, y sobre la enseñanza y difusión de estas temáticas. Esta obra nos introduce desde una perspectiva pluralista y multifocal de la realidad en campos no tradicionales de la academia, identificando trayectorias, impulsos renovadores, influencias externas y paradigmas propios.

Autores y Autoras:  Buffa, Diego – Autor/a  Pineau, Marisa – Autor/a  Álvarez Acosta, María Elena – Autor/a  Maffia, Marta Mercedes – Autor/a  Ferreira Makl, Luis – Autor/a  Pereira, Luena Nascimento Nunes – Autor/a  Vázquez Fernández, Salvador – Autor/a  Buffa, Diego – Compilador/a o Editor/a  Barreto, Paula Cristina da Silva – Autor/a  Wabgou, Maguemati – Autor/a  Lechini de Alvarez, Gladys – Compilador/a o Editor/a  Becerra, María José – Autor/a  Maestri Filho, Mário José – Autor/a  Pires, Ana Flavio Cicchelli – Autor/a  Telesca, Ignacio – Autor/a  Frigerio, Alejandro – Autor/a  Valdivia del Río, Fátima – Autor/a  Lechini de Alvarez, Gladys – Autor/a  Beltrán, Luis – Autor/a  Vagni, Juan José – Autor/a  Pereira, José Maria Nunes – Autor/a  Becerra, María José – Compilador/a o Editor/a

Editorial/Editor: CLACSO

Año de publicación: 2008

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-1110-71-1

Descarga: Los estudios afroamericanos y africanos en América Latina : herencia, presencia y
visiones del otro

Fuente e Imagen: http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=descoloniadidad&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

Comparte este contenido:

La chispa de Minneapolis

Por: Atilio A. Boron. 

 

Los afroamericanos están en una situación estructural de desventaja con los blancos: bajos ingresos, menor educación y mayor desempleo conformando un círculo vicioso heredado de la larga historia de la esclavitud y cuyas sombras se proyectan hasta el presente.

En 1944 Gunnar Myrdal, un sueco que había recibido el Premio Nobel de economía, escribió un libro titulado “El dilema norteamericano” para desentrañar las raíces del llamado “problema negro” en Estados Unidos. Su investigación demostró que los afroamericanos eran percibidos y tratados por los blancos -salvo un sector que no compartía esa creencia- como una “raza inferior” a la cual se le negaba el disfrute de los derechos supuestamente garantizados por la Constitución. Por eso los afroamericanos quedaban en situación estructural de desventaja con los blancos: bajos ingresos, menor educación y mayor desempleo construyeron la trama profunda de un círculo vicioso heredado de la larga historia de la esclavitud y cuyas sombras se proyectan hasta el presente. Myrdal concluyó su estudio diciendo que Estados Unidos tenía un problema, pero era de otro color: blanco. Una población denostada, agredida y discriminada, que incluso después de un siglo de abolida la esclavitud debía luchar contra la cultura del esclavismo que  sobrevivió largamente a la terminación de esa institución.

El Informe de la Oficina del Censo de EEUU del año 2019 confirma la validez de aquel lejano diagnóstico de Myrdal al demostrar que si el ingreso medio de los hogares estadounidenses era de $ 63.179 y  el de los hogares “blancos” $ 70.642 el de los afroamericanos se derrumbaba hasta los $ 41.361 y el de los “hispanos” caía pero estacionándose en $ 51.450. Los blancos son el 64 % del país, pero el 30 % de la población carcelaria; los negros suman el 33 % de los convictos siendo el 12 % de la población. El 72 % de los jóvenes blancos que terminan la secundaria ingresan ese mismo años a una institución terciaria, cosa que sólo hace el 44 % de los afrodescendientes. Las recurrentes revueltas de esa etnia oprimida atestiguan el fracaso de las tímidas medidas adoptadas para integrarla, como la tan discutida “acción afirmativa.” La pandemia del Covid-19 agravó la situación, poniendo de manifiesto la escandalosa discriminación existente: la tasa de mortalidad general por ese virus es de 322 por millón de habitantes y baja a 227 para los blancos, pero sube bruscamente entre los negros a 546 por millón. Y la depresión económica que la pandemia potenció exponencialmente tiene entre sus primeras víctimas a los afrodescendientes. Son ellos quienes figuran mayoritariamente entre los inscriptos para obtener el módico y temporario seguro de desempleo que ofrece el gobierno federal. Y además son el grupo étnico mayoritario que está en la primera línea del combate a la pandemia.

Esta explosiva combinación de circunstancias sólo necesitaba un chispazo para incendiar la pradera. El asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis filmado minuto a minuto y viralizado en instantes aportó ese ingrediente con los resultados ya conocidos. La criminal estupidez de un Trump desquiciado por más de cien mil muertos a causa de su negacionismo y por el abismo económico que se abrió a sus pies a cinco meses de la elección presidencial hicieron el resto. En un tuit amenazó a los manifestantes con “meter bala” si proseguían los disturbios, igual que los esclavócratas sureños del siglo diecinueve. Signos inequívocos de un fin de ciclo, con violencia desatada, saqueos y toques de queda desafiados en las principales ciudades. Cualquier pretensión de “volver a la normalidad” que produjo tanta barbarie es una melancólica ilusión.

Fuente del artículo: https://rebelion.org/la-chispa-de-minneapolis/

 

Comparte este contenido:

Latinos y negros están subrepresentados en universidades de EUA

Estados Unidos/28 de Agosto de 2017/Uni Radio Informa

Las poblaciones hispanas y afroamericanas se encuentran menos representadas de manera proporcional en las universidades de Estados Unidos en la actualidad que en 1980, de acuerdo con una investigación publicada por el diario The New York Times (NYT).
Difundida este jueves en su página de internet, la investigación apunta que incluso después de décadas de políticas de “acción afirmativa”, creadas para apoyar el ingreso a universidades de afroamericanos y latinos, estos grupos se encuentran ahora menos representados en estas instituciones que hace 35 años.
Los afroamericanos representan solo seis por ciento de los estudiantes de primer año de las universidades, pese a que componen el 15 por ciento de los estadunidenses en edad universitaria de Estados Unidos.
Es decir, existe en la actualidad una subrepresentación de menos nueve puntos porcentuales de afroamericanos en universidades de Estados Unidos, mientras que en 1980 esa brecha era solo de menos siete puntos porcentuales, de acuerdo con el rotativo.
Respecto de la población hispana, la brecha es aún más dramática. Más hispanos ingresan actualmente en escuelas de élite, pero el aumento no ha sido de la misma tasa que el enorme crecimiento de los jóvenes hispanos en Estados Unidos.
La población hispana compone el 22 por ciento de los jóvenes en edad universitaria en Estados Unidos, aunque sólo representan el 13 por ciento de los universitarios de primer año, es decir hay una subrepresentación de menos nueve puntos porcentuales. En 1980, esa brecha era sólo de menos tres puntos porcentuales.
El análisis del Times incluye 100 escuelas que van desde universidades públicas representativas hasta instituciones de primer nivel, conocidas como Ivy League. Tanto para hispanos como para afroamericanos la tendencia data por lo menos de 1980, cuando se empezaron a generar estos datos.
En general, afroamericanos e hispanos han ganado terreno en colegios y universidades menos selectivos, pero no en instituciones altamente rigurosas, dijo Terry Hartle, vicepresidente del Consejo Estadunidense de Educación, que representa a más de mil 700 escuelas de educación superior.
Pese a los efectos de la acción afirmativa, expertos consideran que la subrepresentación persistente a menudo se deriva de cuestiones de equidad que comienzan desde antes de la edad para ingresar a universidades.
Las escuelas primarias y secundarias con un gran número de estudiantes negros e hispanos tienen menos probabilidades de tener maestros experimentados, cursos avanzados, materiales de instrucción de alta calidad e instalaciones adecuadas, según el Departamento de Educación de Estados Unidos.
De acuerdo con David Hawkins, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Asesoría para la Admisión Universitaria, existe “una desventaja muy distintiva desde el inicio”.
“Una serie en cascada de obstáculos parecen contribuir a una disminución de la representación de los estudiantes de minorías en las universidades altamente selectivas”, afirmó Hawkins.
Fuente: http://www.uniradioinforma.com/noticias/estadosunidos/491423/latinos-y-negros-estan-subrepresentados-en-universidades-de-eua.html
Comparte este contenido:

Estados Unidos: Mississippi accused of unequal schooling for black students

Jackson / 24 de mayo de 2017 / Por: JEFF AMY / Fuente: http://www.hawaiinewsnow.com

Mississippi is denying good schools to African American students in violation of the federal law that enabled the state to rejoin the union after the Civil War, a legal group alleged Tuesday.

The Southern Poverty Law Center wants a federal judge to force the state’s leaders to comply with the 1870 law, which says Mississippi must never deprive any citizen of the «school rights and privileges» described in first post-Civil War constitution.

That law still obligates Mississippi to provide a «uniform system of free public schools» for all children, but the state has instead watered down education protections in a white supremacist effort to prevent the education of blacks, the group said.

«From 1890 until the present day, Mississippi repeatedly has amended its education clause and has used those amendments to systematically and deliberately deprive African-Americans of the education rights guaranteed to all Mississippi schoolchildren by the 1868 Constitution,» the suit states.

Attorney Will Bardwell says the suit, filed on behalf of four African-American mothers with children in public elementary schools, aims to force the state to provide equal opportunities and outcomes. Mississippi’s leaders are welcome to do so without increasing spending if they can, he said.

«I’m filing this lawsuit because the state has an obligation to make the schools that black kids attend equal to the schools that white kids attend,» said Indigo Williams, the parent of a first-grade boy at Raines Elementary School in west Jackson.

The named defendants include Gov. Phil Bryant, Lt. Gov. Tate Reeves, House Speaker Philip Gunn and Secretary of State Delbert Hosemann, all Republican elected officials. It also names state school Superintendent Carey Wright and the nine appointed members of the state Board of Education.

Mississippi’s public schools have stubbornly ranked at or near the bottom of national measures of academic achievement and progress. But Bryant and Reeves said Mississippi’s education system is improving under their leadership.

«This is merely another attempt by the Southern Poverty Law Center to fundraise on the backs of Mississippi taxpayers,» the governor said in a statement. «While the SPLC clings to its misguided and cynical views, we will continue to shape Mississippi’s system of public education into the best and most innovative in America.»

Reeves called the SPLC a «fringe organization,» and said it’s «almost laughable» that the legal group is simultaneously trying to «protect the status quo» by challenging efforts to direct public funds to charter schools that would provide more choices to minority students.

All 19 Mississippi school districts rated «F» by the Mississippi Department of Education have overwhelmingly African-American student bodies, while the state’s five highest-performing school districts are predominantly white, the SPLC says.

The schools attended by the plaintiffs’ children «lack textbooks, literature, basic supplies, experienced teachers, sports and other extracurricular activities, tutoring programs, and even toilet paper,» the SPLC said.

Mississippi already faces a lawsuit over funding for all public schools. Former Gov. Ronnie Musgrove is representing 21 school districts demanding that the state pay back amounts it has shorted districts under the public school funding formula between 2010 and 2015.

Musgrove said the Legislature can’t evade a 2006 law requiring it to fund the amount required by the formula. He also argues that the funding law is reinforced by the current constitution.

The SPLC suit takes a sharply different view of the current law and constitution.

Its lawsuit recites changes to the provision, including a 1960 amendment that made public schools optional and could have allowed Mississippi to close public schools to evade racial integration.

That change was partially reversed in 1987, when voters amended the state constitution to again make public schools mandatory, but the amendment didn’t require a uniform system, and said lawmakers could impose «such conditions and limitations as the Legislature may prescribe.»

«This is one of the weakest education clauses in America because its mandate creates virtually no obligations that the Legislature does not choose for itself,» the suit states.

That’s close to the view of proponents of Initiative 42, a failed attempt in 2015 to amend Mississippi’s constitution yet again to require «an adequate and efficient system of public schools,» and allow people to sue over funding shortfalls.

Tuesday’s lawsuit, if successful, could also set the stage for such suits. Bardwell said if the SPLC wins and state officials don’t follow the revised constitutional mandates, the organization could sue again for more specific remedies.

Fuente noticia: http://www.hawaiinewsnow.com/story/35496485/mississippi-accused-of-unequal-schooling-for-black-students

Comparte este contenido:

La activista negra que forzó los derechos de autor para luchar contra la esclavitud

Marta Sofía Ruiz

Feminista, abolicionista y defensora de los derechos de los afroamericanos, Sojourner Truth usó los derechos de su propia imagen para financiar sus distintas luchas. Adelantada a su tiempo, esta activista del siglo XIX pasó treinta años siendo esclava y, tras huir de su dueño, dedicó su vida a intentar cambiar un sistema con el que no estaba de acuerdo.

Nacida en 1797 como esclava, Sojourner Truth –nombre que adoptó en 1843– pasó gran parte de su vida luchando contra la esclavitud y fue una defensora de los derechos de la mujer y de la igualdad entre blancos y negros. Vendida un total de tres veces, escapó un año antes de que su último dueño se viera obligado a liberarla a causa de las nuevas regulaciones del estado de Nueva York, que avanzaba lentamente hacia la abolición total del esclavismo.

Con su hija pequeña en brazos, abandonó la granja en la que había trabajado los últimos 16 años, dejando atrás a su marido y a otros tres hijos que, ni siquiera con las nuevas leyes, podían obtener aún el derecho a ser libres. “ No salí corriendo, pensando que hacía mal, salí andando, creyendo que todo estaba bien”, explicaría años más tarde.

Desde entonces, su vida se convirtió en una batalla permanente contra lo establecido en la que utilizó todas las herramientas a su alcance para hacer oír su voz. Dotada de una gran espiritualidad, que experimentó a través de su pertenencia a distintas congregaciones, Truth fue una de las primeras afroamericanas que ganó un juicio contra un blanco cuando, en 1928, acudió a los juzgados para conseguir la custodia de su hijo Peter, que había sido vendido a un esclavista de otro estado de forma ilegal. Le dieron la razón. Y no sería la última vez.

En 1832 presentó una demanda por calumnias cuando su nombre se vio envuelto en un escándalo relacionado con el Reino de Matthias –un grupo religioso al que estuvo vinculada durante un tiempo– y obtuvo 125 dólares, lo que equivaldría a unos 2.600 euros en la actualidad. Años más tarde, en 1865, presentó cargos contra un conductor de un tranvía que la había intentado tirar del vehículo y que, debido a su denuncia, fue apartado de su puesto de trabajo.

Sin embargo, puede que uno de los puntos más peculiares de la historia de esta luchadora pionera sea el uso que hizo de su propia imagen, que ha permitido que distintas fotografías en las que aparece hayan llegado hasta nuestros días. En ellas, Truth, una mujer alta y ya en sus sesenta, mira al espectador con una pose digna, ataviada con la vestimenta cuáquera que adoptó en las últimas décadas de su vida. Con un precio de 25 centavos –lo que en la actualidad equivaldría a unos 6 dólares o a unos 5 euros–, aquellos que las adquirían contribuían a la labor de predicación de Truth, que recorrió el este y el medio-oeste de Estados Unidos defendiendo sus ideas.

LA SOMBRA PARA PROTEGER LA SUSTANCIA

La tarjeta de visita o ‘carte de visite’ fue un formato fotográfico para retratos de estudio nacido en Francia que se convirtió rápidamente en un fenómeno social, expandiéndose por toda Europa y Estados Unidos. Los álbumes para coleccionar y mostrar estas tarjetas de pequeñas dimensiones se volvieron habituales y las personas intercambiaban sus retratos y adquirían otros nuevos, siendo especialmente relevantes los de personajes prominentes de la época.

Truth encontró en estas ‘carte de visite’ un modo de financiación y, a la vez, una forma de reivindicación peculiar. La abolicionista decidió que la propietaria de las imágenes en las que aparecía era ella, y no el fotógrafo que las realizaba. Por ello, ponía en los retratos que el ‘copyright’ le pertenecía.

Tal y como explica el libro ‘Enduring Truths. Sojourner’s Shadows and Substance’, poco después de que la activista empezara a reclamar derechos sobre su imagen, Estados Unidos introdujo una enmienda que clarificaba el ‘copyright’ estableciendo que “los autores que habían creado las fotografías y los negativos de las mismas eran los poseedores de la propiedad intelectual.»

A pesar de que los fotógrafos no se dieron demasiada prisa en ejercer sus derechos legales, las imágenes que incluyen ‘copyright’ mencionan habitualmente a su creador. Por ejemplo, Mathew Brady –el fotógrafo– es el que aparece como poseedor de los derechos en su retrato de Abraham Lincoln, a pesar de la importancia del presidente. No era así en el caso de Truth, que consiguió obtener la propiedad de las imágenes que protagonizaba. De hecho, solo dos de sus cartas de visita, de las primeras realizadas en los años sesenta del siglo XIX, mencionan al fotógrafo. Y aún así también incluyen su nombre.

“En sus cartas de visita, Truth exigía que se imprimiera su nombre tanto en la parte delantera como en la parte trasera de la foto. Esto es muy inusual, pocas cartas de visita incluyen el nombre de la persona que aparece en ella y, hasta donde yo sé, ninguna tiene derechos de imagen asociados a la persona fotografiada, lo que sí sucede en el caso de Truth”, explica en el libro Darcy Grimaldo Grigsby.

El nombre de la activista no es lo único que se grababa en esas fotos: «Vendo la sombra para mantener la sustancia», solía aparecer escrito acompañando a la imagen de Truth. Este lema era su forma de explicar, y reclamar, que después de haber sido vendida en numerosas ocasiones, era ella ahora su única propietaria y la que decidía comercializar una parte de sí misma.

A pesar de que los fotógrafos que realizaban su retratos podrían haber reclamado el ‘copyright’, la mayoría de los autores de sus cartas de visita estuvieron de acuerdo en cederle su derecho sobre las imágenes y ni siquiera aparecer mencionados. En contra de la ley, la convención y la práctica general, Truth poseía incluso la sombra de su imagen.

¿ACASO NO SOY UNA MUJER?

Este juego con el ‘copyright’ le permitió pasar las últimas décadas de su vida luchando por la abolición total de la esclavitud, por el voto de los afroamericanos y las mujeres –acudió en varias ocasiones a las urnas pero nunca la dejaron votar–, por el derecho a la educación y a la propiedad de terrenos de los esclavos emancipados, por la desegregación de los tranvías y por la eliminación de la pena capital.

Adelantada a su tiempo y defensora de las nuevas tecnologías –como dejó patente en cartas que remitió a distintas publicaciones–, Truth no pasó a la historia por su reivindicación original y tan particular de los derechos de imagen, sino por su aclamado discurso ‘ ¿Acaso no soy una mujer? que pronunció en la Convención de Mujeres de Akron (Ohio) en 1851, en el contexto previo a la Guerra de Secesión. Durante su mensaje, según la transcripción que otros realizaron de sus palabras, Truth reivindicó y estableció un paralelismo entre la la lucha por los derechos de las mujeres y los de los afroamericanos.

“Los caballeros dicen que las mujeres necesitan ayuda para subir a las carretas y para pasar sobre los huecos en la calle y que deben tener el mejor puesto en todas partes. Pero a mí nadie nunca me ha ayudado a subir a las carretas o a saltar charcos de lodo o me ha dado el mejor puesto. ¿Y acaso no soy una mujer? ¡Mírenme! ¡Miren mis brazos! ¡He arado y sembrado, y trabajado en los establos y ningún hombre lo hizo nunca mejor que yo! ¿Y acaso no soy una mujer? ¡Puedo trabajar y comer tanto como un hombre, si es que consigo alimento, y puedo aguantar el latigazo también!”

Futura protagonista del reverso del billete de 10 dólares, que homenajeará a las pioneras que lucharon por el sufragio femenino, y con un asteroide nombrado en su honor, los métodos de esta luchadora, que se declaró dueña hasta de su sombra, le ayudaron a combatir las injusticias y le hicieron ganarse un hueco en la historia de sus diferentes luchas y también, de pasada, en la de la propiedad intelectual y el ‘copyright’.

Fuente del articulo: http://www.eldiario.es/hojaderouter/Sojourner_Truth-abolicionismo-esclavitud-feminismo-derechos_0_544545763.html

Fuente de la imagen: http://images.eldiario.es/hojaderouter/Vendo-proteger-sustancia-inscripcion-tarjetas_EDIIMA20160804_0184_18.jpg

Comparte este contenido:

Estados Unidos, los negros y los presos: el mal ejemplo de la guerra interna

Igual que la Argentina, Brasil, Venezuela o cualquier otro país, la sociedad norteamericana puede ser evaluada por índices ilustrativos que acompañan a otros como la desocupación o la tasa de crecimiento. Hoy ya están votando los ciudadanos que representan el 5 por ciento de la población mundial pero tienen nada menos que el 25 por ciento de los presos del mundo. Son 2.300.000, contra los 357.292 encarcelados de 1970.

Estados Unidos, los negros y los presos: el mal ejemplo de la guerra interna

Como sucedía con algunos documentales de Michael Moore (las armas y la desigualdad en “Bowling for Colombine”, el salvajismo conservador en “Capitalismo: una historia de amor”) esa realidad puede verse en Netflix con solo hacer click en “Enmienda XIII”. Es un documental de la directoria californiana Ava DuVernay recién estrenado.

“Somos el producto que eligieron nuestros ancestros, si somos blancos”, dice uno de los textos del documental. “Si somos negros, somos el producto que no eligieron nuestros ancestros.” Y agrega: “Acá estamos, todos juntos, producto de esas elecciones, y debemos entenderlo para poder escapar de eso”.

La Enmienda XIII de la Constitución de los Estados Unidos es la que consagró la abolición de la esclavitud concretada en 1865. Que alguien sea esclavo es, desde ese momento, inconstitucional. Sin embargo, añadía que la servidumbre viola la Constitución “excepto como castigo por un delito”. Una puerta abierta a la persecución.

Con la esclavitud cuatro millones de personas eran propiedad de alguien y formaban parte de la economía del sur. Cuando fueron liberados engrosaron a los arrestados por delitos menores como arrojar basura, o incurrir en vagancia. Además eran sometidos a trabajos forzosos en el ferrocarril o en otro tipo de obras públicas.

Junto a ese neoesclavismo floreció el estereotipo del negro diabólico, capaz de violar y matar. Según el documental fue clave en la construcción de ese mito la película “El nacimiento de una nación”, de D. W. Griffith, de 1915, adaptación de la novela de Thomas Dixon “The clansman”, el hombre del clan, editada en 1905. En 1998 Iron Maiden tocaría una canción con el mismo nombre en alusión a los miembros del Ku Klux Klan. “Si los ancestros pudieran escuchar lo que pasa se revolcarían en sus tumbas”, dice la letra como si leyera los pensamientos de un miembro del KKK. “Cuando llegue el momento tomaré lo que es mío/ Soy un hombre del clan.” A Griffith se le ocurrió la idea de las ceremonias donde el KKK quema una cruz en la noche, costumbre que hasta ese momento la organización no tenía y que tomó del film por su espectacularidad.

Arreciaron los linchamientos. Muchos afroamericanos huyeron del sur y se desperdigaron por el oeste, en Los Angeles, o en el Este, en Nueva York, o en Chicago.

La segregación llegó después, como una estilización de la ilegalidad. La discriminación comenzó a ser aplicada por ley. No votar. No poder ingresar a sitios públicos. No compartir la misma playa en Miami.

“Cada vez que te indignabas frente a una prohibición, por ejemplo la de entrar por la puerta principal, o cada que vez que no te dejaran votar o ir a la escuela, cargabas con un peso injurioso“, dice Bryan Stevenson, abogado y fundador de Iniciativa para una Justicia Igualitaria. En los ’50 y los’60, el movimiento por los derechos de los negros encabezado por Martin Luther King exhortaba a manifestar con un cartel sandwich que señalaba a cada lado: “Soy un hombre”.

El presidente Lyndon Johnson concedió los derechos civiles recién un siglo después de la abolición de la esclavitud. La reacción fue un estigma con este mensaje implícito: “Les damos la libertad y nos la devolverán cometiendo más delitos”. Hubo más delitos en los años ’70 simplemente porque la población había aumentado por los nacidos en la Segunda Posguerra.

En 1970 el universo de encarcelados llegaba a 357.292 personas.

“Es en esa década, en la Era Nixon, cuando el delito empieza a asociarse con la raza”, explica en el documental Angela Davis, hoy profesora emérita de la Universidad de California en Santa Cruz a sus 72 años. En los ’60 y ’70 fue dirigente de los movimientos afronorteamericanos y contra la guerra de Vietnam e integrante del Partido Comunista. Para Richard Nixon el crimen abarcaba la protesta por los derechos civiles de negros y gays y debía ser combatido con referencia a una palabra: “guerra”. Sus discursos incluían otras dos palabras: “Ley y orden”. Nixon inició otra retórica destinada a perdurar. Fue el primero que convocó a “una guerra total contra las drogas peligrosas”. Allí empezó, y no terminaría, el aluvión de encarcelados por la simple tenencia de un cigarrillo de marihuana.

Al final de la década, en 1980, la población carcelaria había trepado a 513.900 personas.

En 1982 Ronald Reagan, el presidente ultraconservador que había asumido en 1981, comenzó literalmente la guerra moderna contra las drogas en el sentido en que Nixon lo había proclamado.

Población carcelaria en 1985, 759.100 presos.

Malkia Cyril, investigadora sobre medios, dice que los negros pasan a estar cada vez más sobrerrepresentados en las noticias policiales. “Con el miedo podés justificar que se tire una persona a la basura”, dice Cory Greene, ex preso y cofundador de la ONG HOLLA. Las pandillas y sus miembros, en general chicos y adolescentes, empiezan a ser llamados “superpredadores”. Lo dice en el documental, incluso, una joven Hillary Clinton. Y lo cree una parte de la comunidad afronorteamericana que sospecha de sí misma. También lo sostiene un empresario ya famoso. Es Donald Trump, que promueve la pena de muerte para chicos presuntamente autores de crímenes violentos en un famoso caso de asesinato en el Central Park. Años después una prueba de ADN demostraría su inocencia.

“¿Quieren cuidar a los criminales más que a las víctimas?”, preguntaba George Bush padre en la campaña de 1988. “Si no quieren eso voten por mí.” Lo hicieron. Ganó, en buena medida usando el caso de Willie Horton, un presidiario que cometió un crimen mientras gozaba de una salida en libertad condicional.

 En 1990 la población carcelaria llegó a 1.179.200 personas.

Bill Clinton, que triunfó en 1992 hablando de economía, diseñó y condujo un plan masivo de construcción de cárceles mientras militarizaba las policías, incluso las rurales, y dotaba a todos los cuerpos de equipos Swat.

En el 2000 los encarcelados alcanzaron los 2.015.300. Hasta Clinton admitió que el énfasis había sido exagerado, y Hillary lo debió aceptar en un debate con Bernie Sanders.

Por detrás de estas campañas de encarcelamiento masivo estaba ALEC, American Legislative Exchange Council, un lobby apoyado por las grandes corporaciones encargado de conseguir votos para ellas y a la vez promover la venta de armas.

Uno de cada 17 hombres blancos tiene probabilidades de ser encarcelado en el curso de su vida. Para los jóvenes negros, las chances son de uno en tres. Los negros son el 6,5 por ciento de la población total pero representan el 40,2 por ciento de los presos. Son los esclavos de un Estado que hoy elegirá quién va a ejercer su jefatura en los próximos cuatro años. La única duda no es si Hillary o Trump. Nadie es capaz de saber, todavía, si la próxima presidencia terminará con la matriz perversa y menos conocida de la Enmienda XIII o la reforzará para ejemplo de los conservadores de todo el mundo.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Estados-Unidos-los-negros-y-los-presos-el-mal-ejemplo-de-la-guerra-interna-20161108-0002.html

Imagen: archivoimg.globovision.com/wp-content/uploads/2015/10/PRESOS1.jpg

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2