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Solo una transmisión comunitaria descontrolada supondrá el cierre de centros educativos

Por: El Diario de la Educación:

Pocas son las novedades con respecto a las anteriores versiones del documento que estudian las administraciones educativas autonómicas presentado desde el Gobierno central en la Conferencia Interterritorial de Educación que se celebra desde esta mañana.

Son tres los escenarios que se plantean desde Sanidad para tener en cuenta si se producen casos de contagio en los centros educativos a lo largo de los próximos meses. Sobre la base de los grupos burbuja de alumnos/docentes, se prevé, en un primer escenario, que si se produce algún caso esporádico, este será aislado y se hará un seguimiento de sus contactos para controlar el contagio. En el caso segundo de que haya transmisión comunitaria esporádica o «brotes complejos», en los que el seguimiento de contactos sea muy complejo o imposible, se cerrarán en el centro las aulas afectadas y se ampliará el tamaño del grupo de personas que deben aislarse durante dos semanas. Solo en el tercer caso, si hay transmisión comunitaria descontrolada, se cerrará el centro. Actuación que decidirá en su caso la autoridad sanitaria de cada comunidad autónoma.

Según el documento de Sanidad, se considera brote a grupos de dos o más casos de infección activa que tengan vínculo epidemiológico.

Por lo demás, los grupos burbuja no han de llevar mascarilla durante su estancia en las aulas, que deberían tener una correcta ventilación, y sí tendrán que hacer cuarentena, en bloque, en el caso de que haya algún caso positivo.

Cuando un alumno tenga síntomas, lo previsto con anterioridad: mascarilla quirúrjica, EPI para el personal docente que trate con el caso en ese momento, aislamiento del alumno en una sala de uso individual (preferentemente) bien ventilada, con papelera de pedal. El centro tendrá que avisar a la familia, así como a la persona responsable covid en el colegio o instituto.

Las familias tendrán que avisar a su centro de salud y los docentes, además, al servicio de riesgos laborales. Si existieran síntomas, habría que guardar el aislamiento a la espera de los resultados de las pruebas diagnósticas. En el caso de que estas dieran negativo, la vida del centro educativo no debería verse afectada. En el caso de que fuera positivo, las autoridades sanitarias autonómicas tendrán que tomar las decisiones.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/08/27/solo-una-transmision-comunitaria-descontrolada-supondra-el-cierre-de-centros-educativos/

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La Disciplina Positiva y sus beneficios en la educación

Por Julia Pardo

Termina el curso escolar después de unos meses de incertidumbre, y de una dinámica escolar un tanto compleja a la par que intensa. El aspecto positivo, por recalcar algo significativo durante este tiempo, ha sido el cambio de perspectiva que ha llevado, a los profesionales de la educación, a exprimir al máximo una metodología innovadora centrando la atención en el traspaso de contenidos a través del mundo virtual, como una herramienta válida y efectiva.

La renovación en la mentalidad educativa ha influido en la construcción de un camino complejo para así llegar a la gran diversidad de niños que conforman los centros educativos españoles. Por ello, es necesario plantear la posibilidad de implementar nuevas metodologías relacionadas con el bienestar emocional. Estudios recientes en psicología determinan que, en el año 2030, más del 80% de las personas padecerá depresión. Este trastorno mental, actualmente, sigue siendo una incógnita para parte de nuestra sociedad y se está expandiendo con mayor celeridad en un gran número de personas debido al alto nivel de autoexigencia y estrés.

La Disciplina Positiva hace especial hincapié en este aspecto. «Los adultos podrían aprender más sobre el principio de concebir los errores como oportunidades para observar a los niños mientras aprenden a andar. Ellos no malgastan el tiempo en sentirse incapaces cada vez que se caen. Simplemente se vuelven a levantar. Si se hacen daño en la caída, pueden llorar durante unos minutos antes de volver a levantarse solos, pero no incorporan a su experiencia culpa, crítica, u otros mensajes contraproducentes», explica Jane Nelsen.

Esta interesante disciplina tiene sus orígenes en los años veinte en el ámbito de la psiquiatría infantil, aunque fue en los ochenta cuando Jane Nelsen sistematizó y experimentó con esta metodología comprobando sus beneficios en la educación. Así, se observa la importancia que tiene el establecer unos cimientos sólidos y bien forjados sobre los que se asienta toda la estructura educativa, teniendo como prioridad la salud mental del niño. Si conseguimos consolidar esta configuración, partiendo de lo emocional y potenciando el autoconcepto, podremos observar un descenso destacado en los trastornos mentales futuros como la depresión.

El sistema emocional tiene reglas universales basadas en la comunicación, el amor, el entendimiento y la empatía, que influyen en el modo de entender el comportamiento del niño, ayudando a reconducir la conducta de una manera positiva y satisfactoria. Todas las personas tienen derecho a alcanzar una vida plena en la que la felicidad sea el motor para alcanzar nuestras metas, ya sean personales, laborales, o académicas, entre otras.

Entre los beneficios de esta disciplina, en la educación de los niños, abordaremos las diferentes maneras de llevar a cabo este método innovador desde el respeto mutuo y la colaboración. La manera en la que enseñamos a los niños es con hechos, no con palabras, y produce un fuerte beneficio enriquecedor en su crecimiento personal.

  1. Como primera premisa, el niño aprende explorando su ambiente y no siempre una conducta no adaptativa será consecuencia de una intrínseca actitud negativa. La intención del niño siempre va a ser divertirse, explorar y jugar, por lo que, posiblemente, lo que se tiene que poner en marcha es un marco y una delimitación clara ante determinadas conductas. Si se establecen límites y luego no se cumplen por falta de firmeza, por ejemplo, el niño estará tentado a pasarlos por alto y esos límites se perderán. Estos son necesarios en cualquier relación, centrándonos en cómo los establecemos para que la Comunicación No Violenta alcance el propósito de ser un proceso de responsabilidad y autenticidad donde prime la expresión de nuestro sentimiento de amor.
  2. Enseñar habilidades para la resolución de problemas y la toma de decisiones. Además, se incluye la importancia de ser responsables de nuestras propias necesidades haciendo partícipes a las personas que nos rodean, pero nunca culpabilizándolas de no alcanzar las expectativas que tenemos sobre ellas. Por ello, es necesario saber que los juicios y sentimientos proporcionan luz a nuestras necesidades y es primordial hacer una interpretación coherente para evitar el sufrimiento prolongado en el tiempo.
  3. Ayudar al niño a sentirse importante, a valorar diariamente el esfuerzo que implican sus tareas en todos los ámbitos de su vida. Esto se verá reflejado en el desarrollo de una gran capacidad de superación así como en la organización de retos a corto y largo plazo de mayor complejidad. La conexión del niño con su «yo» interior conforma un marco de reconocimiento, de comprensión y de cuidado que le hará aprender a manejar herramientas que generen amor, siendo esto una ley universal más.
  4. La CNV ―Comunicación No Violenta― es el lenguaje que genera en el niño una sensación de cuidado, consideración y comprensión. Este concepto es aplicable tanto al niño como al adulto ya que la comunicación es nuestra condición como seres sociales, necesaria para transmitir e intercambiar información, y compartir ideas. La psicóloga Pilar de la Torre ha realizado varios estudios sobre este concepto destacando el efecto boomerang de bienestar incuestionable que genera la CNV. Y es que, al poner en práctica esta comunicación sana, accedemos a actitudes inteligentes y eficaces porque no alimentamos resistencias. Por lo tanto, cuando ofrecemos respeto y comprensión al niño, contamos con más posibilidades de que este adquiera una actitud positiva hacia la situación que se enfrenta y genere el deseo de cuidarnos.
  5. «Necesitamos enseñar reiteradamente a los niños que los errores son oportunidades maravillosas para aprender». Partiendo de esta frase de Jane Nelsen, podemos plantear que la felicidad es una búsqueda constante, no es un estado en el que nos encontramos. Por este motivo, el niño no debe vivir en una continua burbuja de felicidad donde prime la sobreprotección y donde el fracaso sea motivo de estancamiento. El niño tiene que vivir todas las emociones para que él mismo sepa enfrentar a aquellas que son negativas y aprenda a levantarse por sí solo, se fortalezca en cada caída y seamos los adultos los que le acompañemos en el camino como un apoyo firme y seguro.

Te invito a reflexionar por un momento si es necesario un cambio en el sistema educativo donde se incluya el aprendizaje de las emociones como herramienta básica para el desarrollo integral del niño. Las emociones no se aprenden, hay que vivirlas. Apostemos por la infancia suprimiendo etiquetas innecesarias que limitan al niño y que, en su lugar, se ofrezcan estrategias que le permitan desarrollarse como persona resiliente, con espíritu crítico y con capacidad para generar amor en su lenguaje diario. El aprendizaje debe ser siempre mutuo (alumno-docente, docente-alumno) donde nos enamoremos de lo que somos porque cuando amamos, aprendemos.

«Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo». Aristóteles

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Adicción a Internet en niños y adolescentes: consecuencias de una vida entre pantallas

Los expertos recomiendan prevención ante el aumento del uso de pantallas entre menores y adolescentes que se ha producido durante el confinamiento. Recuerdan que el uso abusivo de las tecnologías se puede traducir en un trastorno adictivo.

El ocio a través de las pantallas está integrado en nuestra sociedad desde hace tiempo. Durante el confinamiento, pero, aunque se ha intensificado más el uso de Internet y de las redes sociales. Para los niños y adolescentes, la pandemia del Covidien-19 ha supuesto que estén más horas en casa, conviviendo con la familia, haciendo los deberes escolares en línea y buscando formas de relacionarse con sus amigos a través de las pantallas. Y es que Internet ofrece grandes posibilidades para relacionarse e interactuar con los demás, pero su uso excesivo puede ser un factor de riesgo y desarrollar un uso problemático o adictivo de las pantallas. Los datos apuntan a que, actualmente, el porcentaje de niños y adolescentes que hacen un uso problemático de Internet es del 9 o 10%, porcentaje que se ha visto aumentado en los últimos cinco años, en el que casi se ha triplicado.

Con el confinamiento se ha visto aumentado el uso de pantallas entre niños y adolescentes y, en algunos casos, las familias han sido más laxas a la hora de permitir su utilización. «Algunos padres y madres, para favorecer la convivencia, entretener a sus hijos y poder teletrabajar con más tranquilidad, han sido más permisivos en el uso de Internet, redes sociales y videojuegos durante el confinamiento», explica Rosa Díaz, psicóloga clínica del Servicio de Psiquiatría y Psicología Infantil y Juvenil del Hospital Clínico. Díaz remarca que ahora hay que volver al uso habitual de las tecnologías, pero que, en periodo estival, esto costará. «En septiembre veremos qué consecuencias ha tenido el confinamiento y si aumentan los casos de niños y adolescentes que hacen un uso problemático de Internet o si se han agravado algunas adicciones ya existentes», señala la psicóloga.

En los niños y jóvenes, el uso excesivo de Internet y de los videojuegos puede afectar el buen desarrollo físico, psíquico y social. Pero no es lo mismo hacer un mal uso de Internet que tener una adicción. Se habla de adicción cuando una persona no puede llevar una vida satisfactoria para el uso excesivo y descontrolado de las pantallas le impide realizar las actividades de la vida diaria con normalidad. «Se establece que hay adicción cuando la persona es incapaz de controlar y aceptar que hay unos límites en la utilización de Internet, y continúa accediendo», explica Díaz. A veces, en los jóvenes es bastante difícil de detectar, porque ellos mismos no son conscientes de su problema. Como sucede en otros tipos de adicciones, algunos de los indicios de una adicción a las nuevas tecnologías pueden ser la aparición de dificultades para mantener las actividades de la vida cotidiana, como las relaciones familiares o que dejen de ir a la escuela , que desarrollen irritación y agresividad cuando no pueden acceder a Internet o la necesidad de ir aumentando el tiempo de conexión para sentirse satisfechos.

Los orígenes de la adicción

Las causas que pueden propiciar la aparición de un trastorno adictivo a las nuevas tecnologías son diversas y, en muchos casos, se trata de una combinación de factores. Según explica Díaz, entre un 80 y un 90% de los casos de adicciones -del tipo que sean- se trata de jóvenes que tienen algún tipo de trastorno previo o experiencias traumáticas. «A veces queda confundido, pero si vas rascando descubres que detrás la adicción hay un fracaso académico, una situación familiar muy complicada, un trastorno de ansiedad o depresivo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad o algún otro tipo de trastorno leve de neurodesarrollo «, explica la psicóloga. «En la adicción -continúa- encuentran una salida airosa a su problema».

También las personas tímidas o con problemas para relacionarse con su entorno social tienen más riesgo de tener una adicción a las nuevas tecnologías, ya que el uso de Internet y de las redes sociales permite comunicarse e identificarse con otras personas sin tener que interactuar cara a cara. Además, el tipo de recompensa que ofrecen Internet, las redes sociales o los videojuegos es inmediata, por lo que es más fácil ser adicto a esta actividad que a otros que pueden tener recompensas más a largo plazo. En las redes sociales, por ejemplo, cada interacción genera una información diferente que hace que la persona tenga ganas de volver a consultarla al cabo de un rato.

En general, los niños y adolescentes son una población especialmente vulnerable para desarrollar una adicción a internet, redes sociales o los videojuegos, porque su cerebro aún se encuentra en proceso de desarrollarse y que las pantallas están cada vez más presentes en todo el su entorno. «Internet y determinadas aplicaciones tienen un gran atractivo para los jóvenes y es fácil que se puedan pegar, especialmente si tienen alguna dificultad en relacionarse a su vida cotidiana», destaca Díaz.

Pautas y acompañamiento para tratar las adiciones

El Servicio de Psiquiatría Infantil y Juvenil del Hospital Clínico de Barcelona dispone de un programa específico para la atención integral de niños y adolescentes diagnosticados con una adicción a Internet, las redes sociales o los videojuegos. Habitualmente, el tratamiento que se hace para controlar una adicción a Internet debe ser un tratamiento integral, tratando toda la problemática y detectando si se tiene alguna enfermedad asociada. El tratamiento de los síntomas es principalmente psicológico, como el objetivo de identificar las causas de la conducta adictiva y actuar a través de mejorar las capacidades de la persona. Se trata de enseñar herramientas de control de impulsos, de gestión emocional y estrategias para afrontar el estrés. El tratamiento debe tener en cuenta la necesidad de consolidar los avances y prevenir las posibles recaídas, por lo que la media de tiempo de tratamiento de un paciente atendido en el Hospital Clínico de Barcelona para este tipo de adiciones es de entre 1 y 2 años.

En este sentido, se considera clave el trabajo conjunto con la familia del niño o adolescentes y su colaboración en todo el proceso. «Damos pautas a las familias, les damos herramientas para que sean firmes y pongan límites, pero a la vez con tacto y empatía», explica Díaz. Hay unas pautas generales y luego se incorporan nuevas en cada caso concreto. Generalmente, explica Díaz, se trata de hacer un pacto con el niño o adolescente, poniendo unos horarios de restricción de las tecnologías, pero también teniendo en cuenta su opinión, llegando a un acuerdo. «En el caso de los adolescentes se intenta que no se pase de una hora u hora y media diaria de ocio digital, sea móvil, televisión o cualquier otro tipo de aparato. También se limita el tipo de actividad, dependiendo de la edad, y se acuerda el cumplimiento de este pacto «. Y, sobre todo, se recomienda fomentar las actividades sociales, favorecer la comunicación y diálogo con la familia y potenciar aficiones de ocio exterior

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/06/adicion-a-internet-en-ninos-y-adolescentes-consecuencias-de-una-vida-entre-pantallas/

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Implicaciones educativas del síndrome de Gilles de la Tourette en el ámbito escolar

Ramon Pujades

No es infrecuente que el llamado Síndrome de Gilles de la Tourette, sea una condición poco conocida entre la población en general y entre los educadores en particular. Afortunadamente este desconocimiento poco a poco está disminuyendo, lo que facilita mucho la comprensión de la conducta de las personas afectadas en la sociedad y en las instituciones educativas. Queremos contribuir a la difusión del conocimiento de esta condición, que por sí solo ya constituye un recurso muy importante para la aceptación y comprensión.

¿Qué es el síndrome de Gilles de la Tourette (ST)

Según el DSM5, el Síndrome de Tourette se describe de la siguiente manera:

  • Es necesario que se observen tics2 motores y al menos uno vocal, aunque no se den al mismo tiempo.
  • Los tics suben y bajan en frecuencia, pero deben haber durado al menos un año.
  • Aparecen antes de los 18 años.
  • La perturbación no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (por ejemplo, cocaína) o de otra condición médica (por ejemplo, la enfermedad de Huntington, la encefalitis postviral).

Como a veces ocurre con las condiciones pretendidamente minoritarias, se esparcen ideas no sólo desacertadas sino sobre todo estigmatizadoras. Las más comunes: que se trata de una enfermedad mental, que su origen es de tipo psicológico, que se trata de personas discapacitadas intelectualmente, perezosas, incluso que son mal educadas porque a veces profieren palabras malsonantes, son agresivas, desafiantes. También se suele pensar que no podrán tener una vida productiva. Si se trata de niños, se suele responsabilizar a los progenitores de estos tipos de conducta.

En cambio, tenéis que saber que se trata de una condición neurológica, no psiquiátrica, que no se contagia ni es degenerativa, que tiene una distribución homogénea entre la población mundial, que puede crear, y crea, graves dificultades personales y sociales. También es cierto que no tiene curación, por el momento, pero que hay terapias paliativas que ayudan a aminorar los tics en frecuencia e intensidad.

Las principales características que presenta el ST son: en primer lugar, y muy importante, la involuntariedad (aunque a veces no lo parezca), suelen aparecer a partir de los 5-6 años, varían mucho de persona a persona y en cada persona se pueden presentar gran variedad de tics. Son oscilantes en expresión y en intensidad (incluso durante periodos considerables de tiempo) … Generalmente van precedidos de sensaciones corporales premonitorias (tics sensoriales) que los pacientes pueden detectar antes de realizar el tic y que son el punto de partida de terapias paliativas.

Os preguntaréis cómo evolucionan y tenéis que saber que se agudizan durante la primera adolescencia (10-12 años), pueden disminuir e incluso desaparecer durante períodos de intensa concentración y suelen disminuir de forma estable a partir de la tardoadolescencia y, en algunos casos, desaparecen en la edad adulta.

Para concretar un poco más os presentamos algunos de los tics más frecuentes, porque la lista puede ser interminable.

  • Tics motores simples: parpadear, poner los ojos en blanco, hacer sacudidas con la cabeza o los hombros, hacer muecas, tamborilear, hacer girar los ojos, mover las piernas …
  • Tics motores complejos: saltar con una pierna, aplaudir, lanzar cosas, tocarse uno mismo, a los demás o a objetos, hacer expresiones graciosas, sacar la lengua, dar besos, pellizcar, rasgar papeles …
  • Tics motores especiales. Son los que más llaman la atención y provocan alarma: autolesionarse, tocar a los otros … Entre este grupo podemos clasificar la copropràxia, es decir, tocar los otros en las partes íntimas y la coprografia que consiste en escribir o dibujar expresiones obscenas. Desgraciadamente, y ayudando algunos medios de , acaban siendo los tics más «mediáticos», lo que hace más difícil la comprensión y aceptación por parte de la población poco informada.
  • Tics vocales simples: carraspear, hacer ruidos con la boca (flojos y fuertes, gritos …), cambiar el ritmo usual en el habla, cambiar la intensidad del habla, tartamudear (a veces se confunde con este comportamiento, por otra parte bastante frecuente), mostrar una voz inmadura …
  • Tics vocales complejos: hacer ruidos imitando a los de los animales (gruñidos, ladridos …), hacer ruidos largos y desagradables, dar gritos repentinos como si sintieran dolor, oler, decir palabras o frases sin sentido en el contexto, decir palabras o frases inoportunas …
  • Tics vocales especiales: ecolalia, es decir, repetir lo que otro acaba de decir; palilalia, repetir lo que uno mismo acaba de decir; coprolalia, proferir palabras o frases obscenas de tipo sexual, xenófobo y/o racial… 3 Una vez más, son los que más llaman la atención y provocan alarma. Desgraciadamente son también los tics más «mediáticos».
  • Mención especial merecen los llamados ataques repentinos de rabia: son «explosiones» abruptas, impredecibles, sin motivo aparente, desproporcionadas, incontrolables, que no pueden ser inhibidas. Se pueden manifestar como ataques verbales, agresiones físicas, heridas y destrozos en los bienes. No son típicos de la manera de comportarse usual de la persona afectada, difieren en «magnitud» de las conductas de rabia normales, pueden variar mucho en frecuencia, se dan más con personas de confianza que con desconocidos. Son, por tanto, más frecuentes en casa que en la escuela. Los chicos y chicas afectados expresan un profundo sentido de culpabilidad y remordimiento una vez pasada la crisis. A veces se deriva al niño a una escuela especial porque no se espera que la escuela ordinaria sea capaz de gestionar esta conducta o asuma el riesgo de «disrupción» para los otros niños. Son los síntomas más angustiosos y desconcertantes del ST y con frecuencia son mal interpretados … Estas manifestaciones tampoco ayudan a una visión correcta del ST.

Educadores y educadoras debéis saber que, si estos niños toman alguna medicación, algo frecuente y de lo que informan las familias, se pueden producir algunos efectos secundarios que no hay que interpretar como síntomas del ST. Los más frecuentes suelen ser: somnolencia, letargia, intranquilidad, síntomas depresivos, reacciones alérgicas, baja capacidad de concentración, pensamiento ralentizado, aumento de peso …

Debéis saber también que las personas afectadas únicamente por el ST son una minoría. Es más frecuente que esta condición vaya acompañada de algún otro trastorno. Los que suelen abundar son el TDAH (alrededor del 70%) y el TOC (entre el 30 y el 60%). Hay también otros de menor prevalencia. Por este motivo es imprescindible un diagnóstico ajustado a la persona, con estos posibles trastornos asociados y con los factores de carácter, personalidad y educación que la hacen diferente de cualquier otra.

Prevalencia

En el último Congreso Internacional sobre el ST (Londres 2013) se dio la cifra de 0’1% como prevalencia estimada sin que haya diferencias por razas, culturas u otros. También es relevante saber que el porcentaje por sexos es de: chicos, 70% y chicas, 30% sin que se sepa el motivo de esta diferencia.

Dificultades

Las dificultades con que se encuentran estos alumnos en la escuela, y que podréis observar, son básicamente de dos tipos: social y académico. En cuanto a las principales dificultades de tipo social-emocional, que son las que incapacitan más porque condicionan todos los demás campos de progreso, debemos citar: dificultades de comunicación, por lo tanto, aislamiento social y, por parte de su entorno, incomprensión, mala interpretación («está loco «), acoso … que, en definitiva, pueden llegar a provocar un fracaso social.

Hablando de dificultades académicas debemos mencionar: la lectura, por los tics de los ojos y la cabeza y/o el cuello; la escritura, por los tics en las manos; el cálculo matemático; las materias que exigen destreza manual … Estas dificultades condicionan evidentemente el aprendizaje posterior de todas las materias con la posibilidad de un fracaso académico a pesar de las fortalezas intelectuales que poseen, como veremos a continuación.

Puntos fuertes

Comprobaréis, sin duda alguna, que este alumnado, a pesar de las dificultades con que se encuentra, está dotado de cualidades buenas o a menudo excelentes. Así lo reconocen los educadores y también las familias. Son niños y adolescentes con un coeficiente intelectual normal, a veces bueno o muy bueno, dotados para el arte, especialmente la música; algunos son atletas excepcionales, con excelente sentido del humor, serios y eruditos, inteligentes, con interés por aprender; cariñosos/as, con buena memoria, simpáticos responsables, capacitados para el teatro, imaginativos y un larguísimo etcétera. Hemos oído con mucha frecuencia el siguiente estribillo: “Son niños encantadores, se hacen querer”. Os lo ponen fácil, ¿verdad? De hecho, ha habido y hay personajes muy relevantes en la historia que han sufrido el ST: Napoleón Bonaparte (1769-1821), Pedro el Grande (1239-1285) 4, Samuel Johnson (1709-1784)5, Hans Christian Andersen (1805 -1874)6, André Malraux (1901-1976)7, la Marquesa de Dampierre (s. XIX)8. También, entre personajes relevantes coetáneos nuestros, podemos contar: Quim Monzó (1952- )9, Tim Howard (1979- )10. Billie Eilish11, The Joker12 … y muchos otros. Hay, pues, que aprovechar estas cualidades y evitar que el árbol (el ST) nos tape el bosque (las fortalezas).

Tratamiento terapéutico

De entrada, hay que decir que no se ha encontrado ningún fármaco específico para el ST. En cambio, sí se han elaborado terapias que consiguen disminuir los tics tanto en frecuencia como en intensidad. Se trata, sobre todo, de la llamada CBIT13. La medicación a veces funciona como apoyo a este tratamiento.

Estrategias educativas

Para empezar, se os supone una buena predisposición a todos los educadores/as, también a la familia. Disponer de un buen diagnóstico y tratamiento terapéutico, tener información – todo el claustro y personal de administración y servicios – con la máxima precisión y completitud (trastornos asociados, carácter, entorno familiar y social …) y tener presente especialmente sobre la involuntariedad es absolutamente necesario. Es importante que el alumno afectado sepa que existe esta información y dé su consentimiento a fin de evitar sospechas de secretismo. En definitiva, tener empatía y… mucha paciencia!!! Hay que subrayar también que los maestros, sobre todo en primaria, sois observadores privilegiados y podéis ser los primeros en dar señales de alerta de cara a un posible diagnóstico y tratamiento precoces.

Siempre que podáis debéis ignorar los tics; forman parte del «panorama visual y acústico» de la clase y de la escuela. Esto, sin embargo, no siempre es posible. Por lo tanto, hay que aplicar algunas estrategias según el tipo de tics (y molestias) de que se trate. A modo de ejemplos, porque hay tantas posibles estrategias específicas como dificultades se pueden tener, podemos mencionar en el orden académico: dejad hacer interrupciones fuera de clase, facilitad un «refugio» donde poder relajarse; proporcionad papel pautado para el problema de distribución en el espacio, reducid la cantidad de ejercicios y deberes, haced los exámenes en un lugar separado y con flexibilidad de tiempo, haced ejercicios o exámenes orales, utilizad una cartulina para no perder el punto de lectura, permitid entregar informes registrados y realizar los exámenes de tipo test en la misma hoja; no penalicéis la mala letra; para las matemáticas, dejad utilizar la calculadora y papel cuadriculado para alinear las operaciones.

En cuanto a las dificultades de socialización y emocionales, de entrada, deberéis poner todos los medios para evitar el posible acoso de los compañeros utilizando la información, que a menudo es suficiente, o bien aplicando el reglamento antiacoso de una manera rigurosa. Vuestra presencia en los momentos desestructurados contribuirá eficazmente a evitar este fenómeno. Es indispensable que proporcionéis pautas educativas, válidas también para todos los compañeros/as: el refuerzo positivo de conductas deseables, el entrenamiento en habilidades sociales, resolución de conflictos, gestión de la ira, educación del carácter, mediación … La buena relación con vosotros, educadores/as, es clave para que los niños y niñas afectados por el ST tengan una escolarización satisfactoria.

Finalmente, es necesario que trabajéis en equipo entre el propio afectado/a, la familia, el centro educativo (equipo directivo, tutor/a, psicopedagogo/a …), los terapeutas (profesionales del EAP, en su caso, profesionales del CESMIJ u otros profesionales médicos, en su caso), asesores de la ATC, si es necesario. … y los compañeros.

Conclusión

Resumiendo lo expuesto creemos que es esencial para una buena gestión educativa vuestra de los niños con el ST que conozcáis el trastorno y como se da en la persona afectada, que difundáis el conocimiento, comprendáis las dificultades de las personas afectadas, contéis con la persona afectada, aceptéis este comportamiento como algo normal, como tantos otros (ignorar los tics!) , proporcionéis apoyo emocional y arbitréis las estrategias más apropiadas en cada caso.

Apéndice: cómo se sienten los padres y madres

Creemos que es importante que educadores y educadoras os hagáis cargo de las vivencias de las familias cuando se les ha diagnosticado el hijo o hija con el ST. En primer lugar, suele haber una fase de negación, a menudo reforzada por los mismos médicos y familiares. «No puede ser que sea verdad …». También es frecuente una actitud de huida: ir saltando de terapia en terapia, de clínica en clínica, de médico en médico, hasta que padres y madres oyen lo que quieren oír. Aflora también, con frecuencia, un sentimiento de culpa por haber transmitido posiblemente esta condición a sus hijos e hijas, y se dan reproches mutuos entre la pareja pr este motivo. Suele también a aparecer un sentimiento de miedo a lo desconocido porque no hay una pauta de evolución ni predictibilidad. La envidia de las familias sin este problema: «¿Por qué nos ha tocado a nosotros?». La negociación alimenta la esperanza: «Quizás le pasará si cambiamos de sitio u otras circunstancias». Aparece además una sensación de aislamiento, porque nadie más se preocupa por su hijo ni entiende lo que les pasa a los progenitores. Y finalmente, la ira provocada por las deficiencias en el diagnóstico, la dificultad en encontrar terapias eficaces, la no aceptación por parte del entorno con las secuelas emocionales que conlleva …

Bibliografía

• BRONHEIM, Suzanne. M.Ed. 2005. Una guía para el educador de niños y niñas con el síndrome de Gilles de la Tourette. Barcelona: Fundación Tourette.
• COLLINS, Ramona. 2005. La disciplina y el niño con Síndrome de Gilles de la Tourette. Fundación Tourette, Barcelona.
• CONNERS, Susan. Catálogo de adaptaciones para Estudiantes con Síndrome de Tourette, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad y trastorno obsesivo-compulsivo. (En pdf).
• GOODING, Nadyne. (2011). Nine Faces of TS Parent. https://tourette.ca
• FERNÀNDEZ ÀLVAREZ, Emilio. (2004). Entender los tics. Barcelona: Ediciones Medici.
• MASON, Chris & Members of ST Community. Touretters. Double Bridge Publishers. USA.
• OKUN, Michael S. (2017). Tourette Syndrome. 10 Secrets to a Happier Life. Books4Patients.
• PUJADES Y BENEIT, Ramon. (2007). El alumnado con Síndrome de Gilles de la Tourette y trastornos asociados: detección precoz, problemática y estrategias para su inserción en los entrono escolares ordinarios.
• PUJADES Y BENEIT, Ramon. (2.019) El síndrome de Gilles de la Tourette y su incidencia en los procesos educativos escolares en Cataluña. Ed. Horsori. Barcelona.
• ROBERTSON, Mary. (2010). El síndrome de Tourette. Alianza Editorial. Madrid.
• …

Páginas web y otros

https://www.facebook.com/tourettecatalunya/
https://www.tourette.org
https://www.tourettes-action.org.uk
http://www.xtec.es/sgfp/llicencies/200607/memories/1710m.pdf
http://www.dailymotion.com/video/x6swmv_sindrome-de-tourette_school#.UT700hzXCox (I Have Tourette, but Tourette does not Have Me)
http://www.imdb.com/title/tt1949590/ (Different is the New Normal)
https://www.youtube.com/watch?v=V0hjxPmVwGg (Front of the Class/Al frente de la clase)
http://www.dailymotion.com/video/x6swmv_sindrome-de-tourette_school#.UT700hzXCox (Algunos ejemplos sacados de «I have Tourette s …»)
http://www.youtube.com/watch?v=n8it85XGrjk ( «El peor caso de Tourette del mundo»)
http://www.diariwin.cat/2014/09/19/happy-8-12-un-joc-per-combatre-el-bullying/ (Para el acoso)
https://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/es/testcenter (Evaluación de Fortalezas)

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¿Escuela sin contagios? Salud, miedos, segregaciones…

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El nuevo curso que se acerca será especial; hoy por hoy lleno de interrogantes. La escuela es un servicio esencial y es imprescindible que sea presencial. Los miedos al contagio implicarán medidas adicionales. Habrá que pensar bien para atender adecuadamente lo que necesitan los niños y los adolescentes, sin menospreciar unas buenas condiciones higiénicas.

Diría que harán falta unos controles sanitarios previos a todas las personas que tienen que convivir en el centro escolar y vigilancia diaria de temperaturas, por ejemplo (algo parecido a como se hace con los deportistas de élite que compiten). De esta manera las actividades escolares podrían hacerse con más tranquilidad y facilitar las relaciones cercanas imprescindibles para una buena escolarización. Entiendo que no se contempla esta propuesta porque, de momento, es inalcanzable por el coste y la complejidad; del mismo modo que no se ha hecho obligatorio el uso de las mascarillas hasta que ha habido cantidades suficientes para todos.

Si se hace necesario utilizar todos los espacios existentes en los mismos centros habrá que contar también con los existentes en las proximidades, bibliotecas, centros cívicos, locales deportivos, equipamientos municipales… En otro orden de cosas, estas necesidades están haciendo visible la escasez histórica de inversiones en edificios y personal docente en todo el sistema escolar de nuestro país.

Temo que los miedos que se han generado debido a las contradicciones de los gobiernos y los protocolos establecidos, con sus lógicos errores, provocarán absentismo en septiembre próximo. Sobre todo por parte de las familias de los dos extremos de la escala social. Aquellas que disponen de tiempo o de ayuda pagada para cuidar a sus hijos e hijas, y aquellas que, en situación de riesgo social, desconfían de lo que les puede ofrecer el centro escolar. Paradójicamente, las criaturas que seguramente más necesitan asistir a las escuelas no lo harán. La enseñanza está inmersa en la realidad social: las mochilas de los niños y adolescentes están llenas con toda la realidad que viven. Las respuestas que necesitan implican a toda la sociedad.

Además, es probable que aumenten las bajas médicas entre el personal docente y no docente que trabaja en escuelas e institutos. Será importante generar confianza para intentar paliar un poco el miedo que se ha extendido. Es una tarea que corresponde a todos y en todas las instituciones.

El curso que viene nos encontraremos con un aumento de las segregaciones escolares; ya estaban, pero con la pandemia han crecido. Es un tema complejo: no es sólo responsabilidad del sistema de enseñanza. En parte sí, porque con la LEC (Ley de Educació de Cataluña), el falso derecho de las familias a escoger escuela y la triple red escolar es muy difícil evitar el aumento de las segregaciones escolares. Pero es más determinante el sistema socioeconómico donde estamos inmersos. Si están aumentando todas las segregaciones, si la desigualdad se hace cada día que pasa más grande, si crecen las distancias entre nivel de ingresos, si son más las familias que no llegan a fin de mes… sería casi imposible que en el ámbito de la enseñanza pasara lo contrario. Está muy bien y es necesario pedir y luchar para disminuir las segregaciones en las escuelas e institutos. Vale la pena el pacto contra la segregación firmado recientemente. Pero si no luchamos y denunciamos la segregación de base, la que es responsable porque es la causa de todas, estamos pidiendo al sistema de enseñanza y, sobre todo, a las comunidades escolares y/o a los ayuntamientos, algo imposible. Y podemos quemar las iniciativas de buena fe que se están haciendo. Las luchas de las PAH, las sindicales de base obrera, las luchas de barrios, los amplios movimientos sociales y feministas, las plataformas antirracistas, los que van en contra del cambio climático o en pro de la igualdad de género, las luchas por la dignidad, el pan, el techo y el trabajo son mucho más necesarias para frenar las segregaciones escolares.

La escuela sola no puede hacer frente a todos los retos que se le piden. Un ejemplo similar lo encontramos si pensamos con la conciliación familiar, con organizar horarios más saludables, veremos que no depende sólo de las escuelas. Si los horarios laborales y comerciales no cambian, si los espectáculos, los programas de televisión, no se modifican en la línea de ocupar franjas horarias más saludables, volvemos a quemar a la comunidad escolar si es la única que se preocupa por la conciliación familiar. Las administraciones con competencias en cada aspecto deben intervenir.

Y también, a raíz de la epidemia, se está diciendo que lo que hay que defender ante todo es la salud. Con este argumento se ha encerrado a los niños para protegerlos. ¿O para que no contagien (no sean vector de contagio) a los adultos?

Otra pregunta: ¿qué deberíamos entender por salud? No es la falta de enfermedades solamente. Salud es una posibilidad de vida gozosa, que implica salud física y mental, tener las necesidades básicas cubiertas, seguridad de recibir cariño y cuidado.

He encontrado dos definiciones. La clásica de la OMS de 1948: «Salud es un estado de completo bienestar físico, psíquico (mental) y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades «. Y otra, de 1976, de un congreso de médicos catalanes: «La salud es una manera de vivir autónoma, solidaria y gozosa» [1]. Para poder hacerlo posible hay que luchar contra las enfermedades, lógico, pero también contra la pobreza, contra las injustas desigualdades, contra el sufrimiento físico y emocional de tantas criaturas y adolescentes y de sus familiares.

Por eso vale la pena reflexionar si el largo cierre que han sufrido las criaturas ha sido beneficioso. Si ha sido acertado que para evitar supuestamente contagios haya perjudicado y hecho sufrir a los niños y a sus familias. Una reflexión adecuada para repensar el curso 2020-21. Las anunciadas medidas higiénicas ¿compensan los graves inconvenientes? Parece bastante cierto que las posibilidades de contagio entre criaturas y adolescentes son mínimas. No son suficiente argumento para frenar las necesarias relaciones cercanas que deben darse en una escuela que haga honor a su nombre.

Debemos proteger a los adultos, docentes y no docentes, pero no imposibilitar las actuaciones que faciliten los aprendizajes, los vínculos, los abrazos y los apoyos emocionales, más necesarios para nuestro alumnado, en septiembre de 2020, porque la mayoría habrán pasado seis meses desconectados de sus iguales.

[1] Academia de Ciencias Médicas de Cataluña y de Baleares y Sociedad Catalana de Biología. X Congreso de Médicos y Biólogos de Lengua Catalana. Perpiñán, 23-26 de Septiembre de 1976. Libro de actas. (Barcelona, ​​1978)

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Bienvenidas, bienvenidos, a un nuevo curso penitenciario

Almudena Carrascosa

Las escuelas deben abrir, pese a las advertencias sanitarias, porque las familias vuelven al trabajo, y el colegio debe cumplir con esa función social, guardar al alumnado durante un tiempo. Esta afirmación es dura y difícil de escribir para una docente de vocación que cree en un cambio en la educación a todos los niveles. Pero es cierta. Esta sociedad, y al fin y al cabo nuestra economía, no contemplan una verdadera conciliación familiar, no hay un tiempo para el desarrollo de la infancia. Pero esto es otro tema sobre el que reflexionar.

La cuestión es que, más pronto que tarde, las escuelas y los centros educativos deben abrir pero ¿cómo? ¿en qué condiciones? La solución no es fácil, eso lo sabemos, pero hemos entrado en una lucha: la ciencia contra la ciencia.

El doctor Fernando Simón nos recuerda diariamente que debemos prevenir los contagios y, para ello, no hay mejor  mecanismo que el uso de mascarillas, distancia de seguridad de dos metros e higiene. Por otro lado, la ciencia en el ámbito de la educación defiende que el desarrollo integral del alumnado a nivel cognitivo, físico, afectivo, social y emocional se produce, principalmente, por la interacción con el entorno y con las personas que lo comprenden. ¿Por qué todavía no ha intervenido ningún experto en educación? Así pues, he aquí el quid de la cuestión. ¿Cómo vamos a hacerlo?

Viendo las imágenes de Francia, no puedo evitar pensar en que las escuelas se van a convertir en centros penitenciarios. Aunque, pensándolo mejor, tal vez antes ya lo eran, ¿o no? Timbre de entrada, salida y cambio de clase, horarios marcados, tiempo limitado para el ocio y el esparcimiento del alumnado, filas, silencio, orden… Muchos centros han evolucionado, pero en el fondo, leyendo estas palabras, quien lea esto habrá podido retornado al colegio. Sin embargo, para volver a abrir los centros, daremos un paso más allá. Maestras y maestros guardando las distancias de seguridad entre sí y con el alumnado; niñas y niños separados unos de otros, sin contacto, espacio físico delimitado para jugar solos… ¿esto es posible?

Las personas que hayan respondido sí, hace mucho tiempo que no han visto una escuela de cerca. Una escuela y, sobre todo, la de las edades comprendidas entre 0 a 6, que es la que el gobierno pretendía reabrir en breve para sorpresa de los docentes, está llena de lloros desconsolados que sólo se calman con el abrazo de un maestro/a, mocos que ayudas a quitar o que enseñas cómo sonar; riñas y peleas entre compañeros y compañeras; acompañamiento emocional; besos y abrazos diarios y un largo etcétera. Si dejamos de hacer esto, si dejamos de hacer nuestra labor, estaríamos desatendiendo a nuestro alumnado. Hoy en día, a nadie se le ocurriría decirle a una médica o a un médico, a una enfermera o un enfermero, que no atendiera a sus pacientes; entonces ¿por qué se lo vamos a exigir al profesorado?

Cuando empezó el confinamiento, la sociedad pensó que sería cuestión de unos días. El mundo podía detenerse, se entendía que gran parte de la economía debía parar por el bien común, pero la infancia no. La educación no puede, ¡debe seguir! Cómo se nos ocurre tan siquiera plantearnos esto.

Docentes, familias y Gobierno entramos en una vorágine sin precedentes en la educación. Docentes estresados, familias estresadas y niños y niñas… no se sabe. Nadie les preguntó, total ¿qué sabrán si sólo quieren jugar todo el día?

Desde el colegio hicimos aquello que mejor sabemos hacer: dar una respuesta rápida. Improvisar con los pocos o muchos recursos que cada uno tuviera. La privacidad de los docentes ha quedado expuesta, muchos sin conocimientos han aprendido a marchas forzadas o simplemente, no tenían, al igual que muchas familias, dispositivos y conexion ilimitada a Internet.

Hemos improvisado, porque tampoco nos habíamos planteado nunca cómo sería la docencia on-line y, sobre todo, en las edades más tempranas. Pero, tal vez, en algún momento, nos pasamos de frenada. Se han mandado tareas como si todavía estuviéramos en los centros educativos, siguiendo nuestra rutina diaria, incluyendo los 30 minutos para el recreo.

Sin embargo, muchos docentes y profesionales de la educación paramos y reflexionamos; no estábamos llegando a todo nuestro alumnado. La “brecha digital”, por no llamarla “brecha social” directamente, atañe a más de la mitad de nuestro alumnado. Así pues, el problema no es, únicamente como piensa la Administración, que nuestro alumnado no tenga acceso a Internet y necesite una tablet o un ordenador. Si sólo somos capaces de ver esto, estamos siendo muy ignorantes ya que sólo estamos viendo la punta del iceberg. El problema social es mucho más grave, y la escuela on-line y a distancia, no puede compensar esas desigualdades que ya sabíamos que teníamos en nuestras aulas y que debido a la pandemia se han incrementado, si cabe, un poco más.

Por lo tanto, paremos una vez más, busquemos un consenso y no nos dejemos presionar por agentes externos. Dejemos de una vez de utilizar la educación como moneda de cambio en la batalla política. No podemos permitir que el derecho a la educación que toda la infantia tiene, se utilice políticamente. El fin no justifica los medios.

Una escuela no es una guardería. Nosotros y nosotras no guardamos nada. Los docentes y las escuelas deberían ser el lugar de encuentro donde se geste el cambio social que ha de venir, por lo tanto, hay que tratar a las personas que trabajan en los centros y a los niños y niñas con dignidad y respeto. No vale que se abran centros educativos convertidos en centros penitenciarios, no vale que releguemos la educación y la simplifiquemos a “contenidos y aprobados o suspendidos”, no vale pensar que se está perdiendo el tiempo en casa y que las escuelas abran para dejar allí a las niñas y niños para reactivar la economía. Eso no es una escuela. Eso tiene otro nombre.

Si ahora le preguntamos a cualquier miembro del Gobierno si volvería a gestionar la crisis igual que lo ha hecho, su respuesta, seguramente, sería no. Así que la nuestra como docentes debería ser la misma. No.

Necesitamos tiempo para aprender de nuestros errores, trabajar de manera conjunta con la Administración para crear nuevas soluciones a los problemas que hemos encontrado y sentar las bases de una nueva educación. Creemos nuevos espacios y redes de ayuda para atender a las familias que más lo necesiten fuera de la escuela. Ahora es el momento de cerrar esos centros penitenciarios y viejos modelos de educación y repensar el modelo donde el niño y la niña sean, de verdad, el centro de la vida en las escuelas.

Y hasta septiembre ¿qué?

Dejemos que niñas y niños recuperen, poco a poco y con cautela, aquellas libertades que les arrebatamos hace meses.

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Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/21/bienvenidas-bienvenidos-a-un-nuevo-curso-penitenciario/

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España: El Gobierno descarta la vuelta a las aulas antes de septiembre

Europa/España/03-05-2020/Autor(a) y Fuente: eldiariodelaeducacion.com

Por: Diario de la Educación

El presidente del Gobierno anuncia las fases de la desescalada del confinamiento referentes al sistema educativo. De momento, es seguro que el curso no se reanudará de manera presencial antes de septiembre. Los cursos finales de etapa (desde la ESO), de manera voluntaria y con reducción de ratio, podrán volver. Prin

Cuatro son las fases de las que ha hablado Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, a la hora de llevar a cabo la desescalada: fase 0, 1, 2 y 3. La primera de ellas comenzará el próximo lunes 4 de mayo. Algunas comunidades autónomas, como las insulares, ya comenzarán en la fase 1.

En lo relativo a la educación, queda descartada la posibilidad de una vuelta a las aulas aunque sea dos semanas para finalizar el curso. Se seguirá trabajando de manera virtual en los próximos meses.

Ya en la fase 1, el gobierno tiene previsto que los centros educativos abran sus puertas para ser desinfectados. Además, se prepararán para poder acoger el trabajo administrativo y preparatorio habitual de los docentes a final de curso, así como del personal auxiliar. De igual manera ocurrirá con las universidades, que también abrirán sus laboratorios.

En la fase 2 podrán volver a las aulas las niñas y niños de 0-6 años de las familias que acrediten que sus miembros han de trabajar fuera del domicilio y sin posibilidad de flexibilización. Siempre con limitación del aforo en los centros, informan desde el Ministerio de Educación.

También será el turno para el alumnado de los cursos terminales: 4º de ESO, 2º de Bachillerato, 2º de FP de grado Medio y Superior y último año de Enseñanzas de régimen especial. Podrán acudir al centro, pero siempre con ratios bajas. En el caso de que los grupos tengan más de 15 personas, podrán acudir el 50% de chicas y chicos. La asistencia, confirman desde el Departamento, será «alterna o en semigrupos paralelos». La organización de esos grupos queda ahora en el tejado de los centros educativos.

El alumnado de primaria, en principio, solo volverá a las aulas a partir de septiembre. Eso sí, en esta segunda fase, podrán acudir niñas y niños que hayan estado desconectados durante el confinamiento, así como el que tenga especiales dificultades.

El objetivo de esta vuelta voluntaria a las aulas es el de organizar actividades de repaso para todo el alumnado que pueda y quiera acudir.

Los centros de educación especial también podrán abrir en esta fase y la asistencia de su alumnado tendrá carácter voluntario.

Para el resto del alumnado, informan desde el Gobierno, «los centros educativos prepararán programas de refuerzo educativo a desarrollar en el centro»

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/28/el-gobierno-descarta-la-vuelta-a-las-aulas-antes-de-septiembre/

 

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