¿Por qué es necesario contrastar una visión formal de una innovación educativa con su visión informal?

España / 11 de marzo de 2018 / Autor: Angel Fidalgo / Fuente: Innovación Educativa

Para saber qué es una innovación educativa concreta nos solemos basar en las definiciones formales, académicas o científicas. Estas visiones, sobre todo en las innovaciones que tienen más éxito, suelen estar orientadas a un factor que llama la atención, que es fácil de entender, sobre las que se puede asociar metodologías educativas, justificar su necesidad y estimar las ventajas e impacto que tendrá en la educación.

La visión informal de una determinada innovación educativa suele estar enfocada a las personas que la van a utilizar, a sus actividades habituales, a su problemática, a sus necesidades y la realidad de las aulas. Con esta visión se pueden determinar los componentes conceptuales de dicha innovación. Dichos componentes son más fáciles de entender por el profesorado, sirven para valorar el esfuerzo que conlleva la aplicación de la innovación  y sobre todo para saber el alcance que puede tener la misma.

¿No queda claro? Pues para eso están los ejemplos. Vayamos con uno.

  • Visión formal sobre Flip Teaching (Flipped Classroom o Aula invertida).  Dicha innovación educativa se basa en la “inversión del modelo educativo”. Casi nada, la inversión del modelo educativo. Llama la atención por tanto seguro que queremos saber un poco más. Nos  dicen que es un método en que el alumno aprende la lección en casa y en clase hace los deberes. Bajo esta visión se justifican modelos pedagógicos, se identifican las innumerables ventajas del método y sobre todo nos permite soñar con lo que haríamos en clase si nuestro alumnado ya viniese con la lección aprendida. Seguro que ante este planteamiento no puede evitar querer saber más sobre el método y comprobar si lo puede aplicar.
  • Visión informal. Bajo este enfoque lo que se matiza es que no hay inversión “pedagógica” del modelo educativo, sino del lugar donde se realiza la actividad. La secuencia “pedagógica” sigue siendo la misma: Primero la lección y después los deberes. Lo que se invierte es el lugar donde se realizan las acciones (tradicionalmente la lección en clase y los deberes en casa, con este método sería la lección en casa y los deberes en clase). Desde un punto de vista conceptual hay dos actividades “realizar una actividad previa de conocimiento antes de ir a clase” y “en el aula realizar actividades que requieran una mayor participación del alumnado”.

Lo que para la visión formal es la “lección en casa” para la informal es “que el alumnado haga una actividad antes de comenzar la clase”. Lo que para la visión formal es “los deberes en clase” para la visión informal es “a cambio de que el alumnado venga con algo hecho, no imparto una lección magistral durante toda la clase, hago alguna actividad participativa”

Lo que para la visión formal es un método super-novedoso para la visión informal es un método super-antiguo (de pequeñitos siempre nos decían que lleváramos la lección leída).

Conocer las dos visiones (formal e informal) nos ayuda a tener una visión más realista de la innovación educativa, nos ayuda a conocer el verdadero alcance y sobre todo nos ayuda a valorar su aplicación en nuestras asignaturas.

En resumen la visión formal ayuda a entender “qué es” y la visión informal “qué no es” o como decía en otro post: hablar del techo para arriba y hablar del techo para abajo.

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¿Por qué es necesario contrastar una visión formal de una innovación educativa con su visión informal?

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Ángel Fidalgo

Profesor de la Universidad Politécnica de Madrid.